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La senda del destino II

E2.- A través de las tierras yermas

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14/01/2015, 23:01
Director

La noche había llegado al campamento imperial que se asentaba sobre las desoladas orillas del río de la sangre en la región conocida como los reinos fronterizos. La fuerza expedicionaria imperial habría de partir a la mañana siguiente con un rumbo desconocido para los mercenarios del clan Sombra Lunar, su líder Jaime, deambulaba inquieto sobre el duro suelo de su tienda de campaña a la espera de que el capitán Hansel hiciera presencia ante ellos tal como les había afirmado horas antes.

Junto a ellos, descansaban tres hombres de las fuerzas imperiales quienes les habían ayudado a montar el campamento pero cuya presencia real con ellos, era desconocida. Así, la mercenaria Melissa, el soldado Alfred y el arquero Hans, se encontraban ahora compartiendo una tienda de campaña junto con los mercenarios de aquel clan; y lo cierto en todo ello, era que aquellos tres imperiales tampoco sabían bien por que se les había ordenado permanecer allí.

El olor nauseabundo de las piras donde quemaban a los goblinoides había invadido ya todo el terreno y probablemente habría de llegar hasta territorios muy lejanos. Y eso sumado a la incomodidad del lugar y a otros factores, habían hecho que el descanso no fuera como esperaban; esto sobre todo para Valdia quien había tenido que soportar al mediano toda la noche mientras este le hablaba de conspiraciones, fugas y grifones robados. EL kislevita Domochievski, inteligentemente había desaparecido hacia ya varias horas para regresar hacia apenas unos minutos con una amplia cara de satisfacción, el que habría hecho que lo tenía tan inusualmente contento, era un misterio, o al menos lo era para la mayoría. Por su parte, el viejo Igor había llegado justo antes de que terminasen de montar su tienda de campaña, aunque escoltado por cuatro soldados imperiales, lo cual también era un misterio.

El anciano estaba enfurecido y aseguraba que había sido insultado y humillado; al parecer, las fuerzas imperiales lo habían atado a un tronco para impedir que pudiera lanzarse a la batalla, aunque según el anciano, había logrado romper unas cuantas narices en el proceso, a lo cual Jaime daba por algo producto de su anciana imaginación. Y claro, a penas llegar, todos habían tenido que soportarlo de nuevo con el asunto de su armadura y espada que según no encontraba y que como todos sabían, jamas había tenido, o al menos desde que le conocían; el anciano había hablado tanto de esas cosas, que probablemente el día que se topasen con ellas, se encontrarían con que la espada lanzaba rayos y con que la armadura escupía dragones.

Notas de juego

Todos: Iniciamos nueva escena.

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14/01/2015, 23:08
Capitan Mike Hansel

El capitán Hansel llegó a la tienda de Campaña ya muy tarde, cuando faltaba solo algo mas de una hora para la media noche. Se le notaba cansado y de no muy buen humor, aunque intentaba mantener una sonrisa cordial para los mercenarios, probablemente para evitar tener que soportar al mediano. Con el habían llegado un par asesores y soldados quienes le acompañaban y probablemente a su vez, le escoltaban.

-Ha sido un día muy duro no es así?- saludó el capitán mirando principalmente al mediano en intento por calmar su claro nerviosismo. -Tal como les dije, he venido a cumplir mi parte del trato, aunque me disculpo por la hora, ha sido un día muy pesado y tenido mucho que hacer. Justo ahora he estado reunido con los enanos de Barak Varr y con las fuerzas imperiales del paso del Perro Loco. Los enanos partirán al amanecer, al igual que las fuerzas de infantería de la fortaleza del paso; los jinetes por su parte, nos acompañaran en nuestro viaje mientras sigamos en los reinos fronterizos.

Así, tras meditarlo mucho, he considerado que partamos unas pocas horas antes del medio día. Y tal como habíamos pactado, les ayudaré en su viaje a través de las tierras yermas. Solo que lo haremos a mi manera. Aunque puedo asegurarles que viajaran mas rapido y con mayor seguridad que si lo hicieran solos. Nuestro objetivo será bordear el río de la sangre hasta llegar a las faldas de las montañas del fin del mundo. En ese momento nos internaremos en las tierras yermas y avanzaremos sobre un viejo paso imperial hasta el paso de la muerte donde se encuentra el ultimo bastión del imperio, una vieja fortaleza que ayudaba a la protección del paso en los viejos tiempos de gloria de los reinos enanos. Ahora esta allí mas que nada como un pilar para el comercio con los últimos bastiones enanos e incluso de vez en cuando con los clanes de pieles verdes-.

La explicación del capitán parecía clara aunque había muchos detalles en ese plan por discutir, y probablemente los mercenarios tenían muchas dudas, sobre todo en los respectivo a como encajaba Karak Azgal en todo aquello pues si no mal recordaban, el paso de la muerte quedaba aun a medio camino y se encontraba justamente cerca de Karak ocho picos, la cual, según contaban las historias, era asediada por hordas de pieles verdes desde hacia una eternidad.

Notas de juego

Mapa

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18/01/2015, 17:42
Lorantha

La elfa estaba esperando que Jaime saltara y le sorprendió que no lo hubiera hecho ya. ¿Acaso era esto cosa suya? Porque aquello no se parecía en nada a lo que tenían planeado ni al acuerdo al que habían llegado tras ser obligados a cortar la vía de escape de los pieles verdes. 

- Capitán - dijo la elfa sin poder contenerse más ante el silencio de sus compañeros. - no sé de dónde ha sacado la idea de queremos su ayuda en nuestro viaje. El acuerdo fue que nos dejaría ir en cuanto le devolviéramos la ayuda que nos había prestado. Creo que esa ayuda se la hemos devuelto con creces en la batalla de hoy.- 

- Dijo también que no nos preocupásemos que al final tendríamos una recompensa. Pues bien, a lo mejor es el idioma, pero de sus palabras todavía no veo ni que haya cumplido con el acuerdo de liberarnos ni la promesa de una recompensa. -

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19/01/2015, 20:15
Walter VonHoffen

Teníamos que esperar a que el capitán imperial hiciera acto de presencia para recibir tanto la recompensa prometida como nuestra libertad para poder seguir con nuestra propia empresa, su llegada se alargó cercana a la media noche. El capitán y su séquito por un lado y nosotros por otro, parecía que la tienda estaba abarrotada. Cuando empezó a hablar pudimos descubrir que las palabras del capitán eran desalentadoras, lo primero no parecía haber una recompensa en firme por nuestros actos de la mañana y mucho menos nos daba permiso para seguir nuestro propio camino sin su compañía.

- Estoy con Lorantha. Algunos hemos sangrado mucho en el campo de batalla, para recibir tan solo promesas y buenas palabras.

Era cierto que pertenecíamos a la compañía del mediano, pero merecíamos una recompensa. Los despojos del campo de batalla habían sido exiguos e incluso habían tenido que repartirse con las tropas imperiales que en extremis habían acudido en nuestra ayuda.

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19/01/2015, 20:43
Alfred Kalb

Por un lado seguía teóricamente sujeto a la disciplina del ejército imperial pero por otro los recientes acontecimientos  y el buen recibirmiento de los mercenarios me hacían sentirme más cómodo con el punto de vista de los soldados de fortuna pero por ahora debia callar.

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19/01/2015, 21:54
Kurt Schüman

-Bueno... Yo no quisiera ser el que lleve la contraria, pero... A mí no me parece mal ir escoltado por un puñetero ejército-dijo el mercenario, evidentemente pensando en que estas tierras eran peligrosas... Y muchos grupos de bandidos o pequeñas tribus pielverde no tendrían el valor de atacar un gran contingente. O, en caso de hacerlo, acabarían mal.

-Eso sí, estoy de acuerdo con la recompensa. No vivimos del aire. 

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20/01/2015, 03:32
Grim Hrafnkell

Después de que hablara el capitán imperial, el resto de los camaradas no pudieron evitar mostrar cierta antipatía ante sus palabras, y no era para menos, leyendo entre lineas todo parecía indicar que los soldados imperiales no pensaban dejarnos ir tan fácilmente, quizá un grupo de mercenarios habilidosos les tentaba ante la incapacidad de sus propios soldados para pelear contra los pieles verdes, sin embargo estaba del lado de mis compañeros, no obedeceríamos una solo indicación mas antes de ver una parte de la jugosa recompensa que nos habían prometido.
-Incluso en el lejano norte se sabe de que los imperiales siempre cumplen sus promesas, así que me imagino que no querrán dejarnos ir sin la recompensa que nos habían prometido, ademas concuerdo con la elfa, parte del trato era que nos dejarían ir por nuestra cuenta después de ayudarles, no es que nos disguste su compañía señor capitán, pero realmente somos un grupo que viaja mejor sin la compañía imperial vigilandonos todo el tiempo.-

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20/01/2015, 09:15
Sir Hugo de Châtillon

- Estoy bastante de acuerdo con Kurt. Esas tierras son muy peligrosas, hay orcos a mansalva y si no me equivoco hay toda una nación orca que se llama Diente Roto. Son miles, puede que hasta decenas de miles y viven justo ahí, a la entrada del paso. Ir con un ejército es más seguro que ir solos, por mucho que digáis que solos al ser menos podemos pasar desapercibidos... en tierra extraña y con tantos orcos me parece una quimera eso de ir solos y tener éxito. Más vale viajar en compañía y con soldados experimentados como el Capitán. Yo voto por ir con los imperiales.

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20/01/2015, 10:37
Lorantha

Era una causa perdida intentar hacer frente común por una causa, eran demasiado diferentes entre ellos, así que replicó con su habitual voz calmada al Bretoniano. - Sir Hugo, imagino que la caída del caballo ha afectado no solo a tu dignidad sino también a tu juicio. No hay posibilidad de voto. - dijo espaciando y enfatizando cada una de las palabras de su última frase.

- Claro que veo las ventajas de ir con la compañía del ejército imperial y los inconvenientes - añadió mirando esta vez a Kurt. - pero esa no es la cuestión, la cuestión es que no tenemos la libertad de elegir lo que queramos hacer. -

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20/01/2015, 11:15
Melissa P.

-JA- se me escapa ante las palabras de la compañía del mediano, acompañada de una sonrisa, por la pulla al bretoniano.

Me gustan estos tipos, hace mucho que soy mercenaria, pero siempre he ido sola, aun cuando esté rodeada de un amplio ejercito, casi me convierto en un soldado más, menos mal que estos desvergonzados mercenarios me han recordado como se vive, en cierta manera, libre. Sin embargo mi contrato me ata a esta campaña hasta que termine y pensar en irme con ellos es más bien una ilusión.

Ya podría entrar yo en esa recompensa, me iría de lo más contenta. Sólo he sufrido un pequeño rasguño durante la batalla y he causado muchas bajas, espero que eso hable a mi favor más que cualquier cosa que diga.

Me cambio el peso de un pie a otro y sigo la conversación interesada.

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20/01/2015, 14:37
Sir Hugo de Châtillon

No hay posibilidad de voto.

- ¿Y quién lo dice? o es que acaso la destreza con el arco supone el nombramiento de jefa del grupo ¿eh sanadora?- dice con retintín- somos dueños de nuestro destino y podemos opinar -en efecto, la caída debía de haberle afectado, pues no era para nada propio de alguien tan transparente y tan bien avenido como Sir Hugo hablar de aquella forma tan poco amistosa que rallaba en la ordinariez más absoluta.

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20/01/2015, 16:38
Lorantha

- ¡Los dioses me libren! Nadie mejor que Jaime para lidiar con una panda de lunáticos mal avenidos como nosotros. No Sir Hugo, no soy yo, yo estoy completamente contigo y de ahí mi protesta. Es el capitán, por si no te habías dado cuenta, el que no nos da opción de elegir. -

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21/01/2015, 13:35
Sir Hugo de Châtillon

- ¿para qué elegir si el capitán nos da obligados la opción correcta? - masculló en voz no muy alta como queriendo decirlo para sí mismo-no tiene sentido seguir discutiendo entonces- dijo dando por zanjado el tema.

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21/01/2015, 19:20
Domochievski

-Pero que sarta de estupideces dices elfa. Te dan una escolta de cientos de hombres a la par de los víveres para el viaje y reclamas por una recompensa. Si vas a pedir unas cuantas monedas de oro a cambio bien puedes pedirles que nos claven una lanza por la espalda y nos arrojen al río, valdrá casi lo mismo- Masculló el kislevita sin muchos ánimos pero claramente molesto por la discusión.

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21/01/2015, 19:22
Valdia

-Creo que la mayoría tiene razón Lorantha; el capitán Hansel no lo ha mencionado, pero entiendo que no solo nos apoyarán con víveres durante el viaje sino que también un lugar donde descansar una vez que lleguemos a esa fortaleza que ha mencionado antes. Desde allí, podremos rehacernos de energías y recursos para emprender la parte final del viaje. Se que quizá esperabas otras cosa, yo lo esperaba; pero la verdad es que no veo mejor recompensa, no hay forma de que nosotros solos sobrevivamos el viaje, sobre todo si no conocemos el terreno. Ya no habrá aldea donde nos guíen y no es buena idea preguntarle a los Goblins-. Expreso Valdia quien parecía estar de acuerdo con Kurt y Sir Hugo, aunque su voz como siempre, era conciliadora. La cocinera del grupo no era de las que pelearan con los demás, salvo con Jaime, y tampoco era de las que quisiera imponer su opinión, pero esta vez probablemente consideraba que era necesario expresarse.

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21/01/2015, 19:24
Jaime Sanpanza

Jaime por su parte, se había mantenido callado, para el todo aquella discusión era muy complicada, y es que estaba muy disgustado con el capitán. Aquel hombre se había aprovechado del instinto aventurero y travieso del mediano para meterlo en aquel embrollo donde bien podrían haber perdido la vida todos. Aunque cierto era también que siempre puedo haber dicho que no. Por ello, el mediano estaba dividido entre la razón y el corazón.

La razón le gritaba a gritos que cogiera la oferta del capitán o que incluso le sacase mas provecho. Con algo de suerte y tendrían todo para llegar sanos y salvos hasta Karak Azgal. Pero su corazón era algo muy distinto, este estaba con Lorantha, no quería nada mas tener que ver con el hombre y su ejercito imperial, quería estallar en ego y decirle que no necesitaban nada de ellos, que bien podrían llegar solos hasta el fin del mundo si así lo quisieran. Por suerte, su razón llevaba algo de ventaja y hasta ahora estaba guardando silencio.

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21/01/2015, 19:55
Capitan Mike Hansel

El rostro del capitán había ido cambiado gradualmente a medida que la discusión entre los mercenarios del clan sombra lunar se desarrollaba. Algo ya malhumorado por la situación y a expensas de que el mediano estallase con una locura, el capitán Hansel levantó la palma de inmediato para pedir calma y enseguida empezó a hablar aunque esta vez con un tono de voz alto y dominante.

-Nadie está prisionero aquí, pueden marcharse ahora mismo si así lo desean. Incluso les ofrezco lo que necesiten de recursos para su viaje hasta aquel lejano lugar. Pero les pido no hagan de esto una pelea, he venido aquí gustoso ofreciéndoles un trato que me parece inmejorable y ustedes prácticamente me escupen en la cara menospreciándolo- estalló el capitán por un momento para sorpresa de Melissa y Alfred quienes sabían que aquel hombre solo se tornaba agresivo en batalla.

Respirando un poco para intentar calmarse, el capitán continuo hablando. -Les reitero que si lo desean pueden partir en cuanto lo desean, pero solo quisiera que me avisaran de ello antes del amanecer. Les reitero a su vez mi ofrecimiento de escoltarlos hasta la fortaleza imperial en el paso de la muerte, y si, mis recursos estarán a su disposición para que no pasen hambre durante el trayecto, a la par les aseguró que si surgiese un altercado, dispondré de ustedes solo si tienen que pelear para salvar su vida. Una vez en la fortaleza imperial también estarán a resguardo y tendrán alimento, eso se los garantizo. Una vez allí las cosas se pondrían difíciles pero mi plan no era abandonarlos, no les di detalles antes por que no lo vi necesario y por que prefería hablarlo mas adelante, pero ante la discusión, he de mencionarles que mis hombres aquí presentes (Melissa, Alfred y Hans) se han ofrecido voluntarios para viajar con ustedes hasta Karak Azgal, había otros tres pero lamentablemente murieron en la pasada batalla. Con ello su grupo será mas cuantioso y podrán viajar con mas seguridad a través de las montañas. A la par de ello intentaré conseguir víveres para su viaje así como un guía e indicaciones para llegar-. EL capitán guardó silencio tras ellos esperando preguntas o quizá un rotundo no a su ofrecimiento, y de ser así probablemente se rendiría y dejaría a aquellos individuos a su suerte, ya mucho había hecho por ellos aunque no se lo agradecieran.

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23/01/2015, 16:22
Sir Hugo de Châtillon

- Ha de disculparnos Capitán. No somos soldados regulares y no estamos acostumbrados a pelear en comandita y mucho menos enmarcados en un ejército regular. De ahí que algunos de nosotros estemos nerviosos pero para nada repudiamos su ofrecimiento y tenemos muy en cuenta lo bien que se están portando con nosotros. Por mí vamos con ustedes y cuando ustedes manden.

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24/01/2015, 00:10
Trøjan Önnunsonr

Trojan también quería recompensa. Quería doradas monedas con las que comprar lo que necesitaba. Es más, prefería lo que necesitaba a las doradas monedas.

Si sus recursos son tan grandes...tal vez podría darnos algunos. Ha habido muchos heridos entre los nuestro. Mucha sangre hemos derramado para contener a los que los imperiales -vosotros- habéis dejado escapar. Si nuestras pieles estuvieran cubiertas de acero...sangraríamos menos, y el Clan Sombra Lunar lucharía aún mejor. Si es que eso es posible -añadió, con una bravuconada, arengando a sus compañeros.

Podríamos considerarlo un "adelanto" por los buenos servicios prestados.

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24/01/2015, 20:41
Lorantha

La elfa desde el encuentro con el capitán ya había perdido más de lo que esperaba haber conseguido ganar en aquél viaje hacia las minas enanas. Ni en sus mejores sueños habiá tenido la esperanza de dar con un par de crías de grifo, pero la pérdida de aquellos magníficos ejemplares, que su raza llevaba cientos de siglos adiestrando, por culpa del capitán, había supuesto, como no podía ser de otra forma, una de las afrentas más graves que pudiera haber recibido. 

- Ya podía haber empezado por ahí y nos habíamos ahorrado todo esto. - dijo la elfa. - Si somos libres para marcharnos cuando queramos, con haberle hecho el ofrecimiento de su compañia a Jaime hubiera bastado, él es el que nos dirige y al que le corresponde la decisión. Así que, salvo que se deje algo en el tintero por explicarnos y para lo que nos necesite a todos reunidos no entiendo el motivo de querer hablar con todos nosotros Capitán. -