Partida Rol por web

Sentada en el banco observa de pronto que se acercan otros a los bancos de enfrente en los que ella no se fijo antes, Claire se pone tensa sin quitarle la vista de encima a su vecino de banco que sigue leyendo, ella sigue manteniendo la distancia - si el inicia conversacion quiza le pregunte si sabe lo del accidente, tengo que hacer un informe para el pesado de mi jefe, Robert, que espera que traiga algo nuevo y fresco. A quien se le ocurriria estudiar periodismo por muy buenas notas y aptitud que tuviera, tenia que haberme dedicado a otra cosa, yo que sé... -

Mientras estaba pensando alguna estrategia, de repente, uno de los que estaban en el parque, se pone en medio, donde la fuente, de la que aun salia un chorrito de agua de la boca de un pez que sujetaba un niño que parecia un angelito, y dice en alto – ¿Alguna loba me da fuego? - Entonces, Claire levanta la vista del lector y mira al fumador, la morena estaba impertérrita al igual que los demas, pero la chica rubia se puso de pie, como para irse, se cogio la camara y el bolso y se puso en pie detras del banco donde estaba el que leia.

- Qué extraño, no sé si echarme a correr como si no hubiera visto ni oido nada, o ponerme a reir... de lo ridiculo que ha sonado eso... - ella iba a decirle que no fumaba pero preferió guardar silencio y esperar, tenia curiosidad por aquella extraña reunion y su corazon latia con fuerza bombeando sangre mas rapido por todo su ser pero no por miedo sino por morbo.

Efectivamente, aquello no le asustaba, ya habia visto por su madre muchas cosas, tras aquella carita de niña buena, se ocultaba mucho más. Su padre y su abuelo habian sido militares, su padre, Jack, murió en la guerra y su madre, Helen, habia sido reportera, habia grabado con su cámara muchas escenas bélicas, soldados y civiles disparando, era una reportera de las que ya no quedaban, una gran reportera, a lo que Claire aspiraba, un mundo duro donde las normas las ponian los enemigos en los campos de batalla.

Una noche Helen que estaba grabando en Irak, supo que su marido estaba cerca en un pueblo cercano, fue a ver si lo encontraba por caminos peligrosos donde podria encontrarse la muerte en el recodo del camino, y cuando llegó al poblado ya era tarde, el camara se puso a grabar como hacian siempre mientras ella buscaba a Jack y lo encontró, yacía tendido en el suelo detrás de una casa destruida por aquella cruenta guerra, el la vio, la sonrió y despues, expiró, y ella lloro y lloro, hasta que una bala la alcanzó y cayó postrada sobre él.

Claire habia sabido que al fin habia terminado la carrera pues habia visto las notas, el verano llegaba y estaba contenta quería que sus padres supieran la buena noticia aunque no fuera en persona, al menos, por teléfono, cuando llegó a casa, se topó con dos hombres que preguntaban por ella, le dijeron lo que había pasado, y le dieron una cinta, la joven sólo pudo dejarse caer al suelo de rodillas y echar a llorar desconsoladamente.

Al dia siguiente, vió las grabaciones de los ultimos momentos de sus padres antes de morir, y supo que nunca más podría volver a ser aquella que fué, el mundo cambió con ella, y sentía que no quería vivir ya.

Cuando la enviaron a trabajar en un caso, en el bosque cercano a la zona la atacó un animal, la ingresaron en un hospital cercano y pronto se recuperó, volvió al cabo de un tiempo, pues de la caida se habia dado en la cabeza y era grave. Meses después regresó al trabajo, el caso se había dejado a otra persona, y ahora había un nuevo suceso del que habia que investigar, Robert, el del periódico le envió a una misión, pero lo que no sabía era que algo le estaba pasando a Claire.

Andrew ha pasado la última media hora leyendo, aunque en realidad está prestando menos atención de la que parece al libro. Ha visto como otros hombres lobo se han ido reuniendo y habría querido presentarse, pero la presencia de la mujer rubia, una sangre lupina que quizá esté cercana al Primer Cambio, cosa que no puede asegurar al carecer de experiencia en esos aspectos le ha refrenado.

Observa con curiosidad a ese chico con la gorra cuando este dice – ¿Alguna loba me da fuego? - y durante unos segundos lo observa, con las aletas de la nariz dilatadas. Entonces se levanta, cerrando el libro y se acerca a el hasta darle un apretón de manos, como si fuesen amigos. Desgraciadamente no tiene mechero para seguir la pantomima, ya que no fuma, así que no le ofrece fuego y dice en voz baja dando la espalda a la mujer rubia, la única humana de los reunidos - yo no tengo fuego, pero detrás hay una chica que echa humo - y mira significativamente al chico y a los demás presentes salvo a la rubia.

Siente ganas de zarandear y echar a esa mujer por la complicación que está añadiendo a algo tan delicado como la formación de una nueva manada, pero es una sangre lupina que podría estar cerca del Primer Cambio y en caso de que no fuese así, siempre podría ser una buena pareja de uno de ellos para tener hijos que pudiesen ser hombres lobo, Mary le había explicado las ventajas de aparearse con alguien con sangre lupina.

Aún así controla sus instintos y se coloca al lado del joven, mientras piensa en que hacer con ella, buscando una solución.

Estrecha la mano de Andrew con energía. Se quita el cigarrillo de los labios y lo guarda en una oreja, antes de añadir en general: 

-Mis disculpas señoritas, no quería ofenderlas. A veces se me olvida que no estoy en (nombre del barrio bajo de la ciudad)

Todo parecía calmado pero estaba claro que unas personas a estas horas en un parque y así reunidos alrededor de unos bancos no es que fuera normal. Seguía observando calmadamente a todos de repente llega otros dos chicos, el penúltimo parece que quiere romper el fuego, diciendo una frase tonta. Sin motivo la rubia se levanta igual quería irse "A lo mejor estaba equivocada igual no debía estar tampoco yo aquí" Pienso, pero aun así en mi interior algo me hacía seguir aquí.

Tranquilo hace falta más para ofenderme. Contesto al chico que pidió disculpas, tras lo que observo a la rubia viendo que hacía.

Claire se cruza de brazos y en pie observa al grupo, a los chicos algo más mayores que ella y a la chica que le parecia mona pero eran detalles en los que siempre se fijaba como una simple impresión sin más importancia, hasta que, sus pupilas se clavan en el chico, se fija en el modo en que se levanta el lector, con una agilidad y unos movimientos que la dejan interesada y con una mirada picara - el chico lector no esta mal - piensa pero es un pensamiento relampagueante, tiene una misión, descruza los brazos y da un paso hacia adelante de su banco, - deben ser amigos, no sé qué hago yo aquí... me voy... - piensa ella menos tensa. 

Justo cuando estaba a punto de echar a andar y alejarse del parque, oye la voz refiriendose a ellas dos, entonces, responde la chica morena - siento mi corazón latir a mil por hora... no sé qué me pasa... - acto seguido, se mete las manos en los bolsillos, da un paso tras otro moviéndose con una elegancia casi felina y se pone al lado del lector y el fumador, mira al suelo timidamente, luego a ambos y de pronto, saca una mano de uno des bolsillos y chispa el encendedor que es de color rojo, y lo acerca al pitillo del fumador mientras dice - me ha hecho gracia lo de loba, no te preocupes - sin atreverse a mirar al lector, termina diciendo - no fumo, fumaba pero ya lo estoy dejando, por eso llevo un mechero.

Una vez le ha prendido fuego a su cigarrillo, se apaga, aparta la mano y se guarda el mechero de nuevo en el bolsillo, se queda inmovil y esperando a ver cuando puede preguntarles sin forzar la conversación algo sobre lo que quiere averiguar. Al ver que no dicen nada, toma aire para hablar y se organiza la pregunta para obtener información.

Muchas gracias, dará unas caladas mirando la cámara de fotos. No es el parque más bonito de la ciudad precisamente.

Observa a la mujer atentamente de arriba a abajo mientras piensa que hacer con esta mujer y si los otros hombres lobo se unirán a ellos o se quedarán detrás mirando.

Mi paciencia no era grande y ya llegaba a su limite "¿Estoy perdiendo el tiempo?" Esa pregunta volvia a mi mente, lo cierto que no veia que podia unirme al resto del grupo salvo lo que eramos. Bueno todos menos la chica rubia, era guapa, pero no notaba que fuera una de los nuestros. Pero podia igual equivocarme pero no era habitual.

Bueno ¿Que tal si decidimos porque estamos aqui? Comienzo a aburrirme. Comento en un tono que no era ni agresivo ni imperativo, salvo que estaba algo impaciente y aburrida. Por que si alguno piensa que va a mojar su churrito lo lleva claro. Mirando a todos mientras sigo comodamente sentada en el banco.

Se da la vuelta y espeta con varios gruñidos y chasquidos en la primera lengua intentando vocalizar lo mejor posible aunque resulta casi imposible en forma Hishu - si ayudarnos entonces callar o hablar sabia. Mujer-sangredelobo cerca de gran Cambio -
Con un gesto agrio vuelve a mirar a Claire y dice mientras tose con fuerza tras los varios gruñidos y chasquidos que ha tenido que pronunciar - lo siento señorita, ¿parece que busca preguntarnos algo? quizá podamos ayudarla -

- De nada - dice sonriente, cuando el fumador le mira la camara, ella le contesta sujetandose la correa con la que le cuelga la camara del hombro - no... soy de aqui... jajaja - se rie, su carcajada suena dulce y personal - si, es un parque normalito... - continua mientras nota que el lector la mira de arriba a abajo.

Se pone colorada, y entonces, dice - no, llevo la camara porque solo queria saber... - entonces, la morena interviene y Claire se queda flipada y enarcando las cejas, boquiabierta y repite - mojar el churrito? - que...? - cortada, se calla, esta aún mas roja que un tomate, ignora todo lo dicho antes, cuando el lector se pone a toser, ella da un paso hacia atras y a su pregunta, contesta - nada... nada.

- Va, olvidalo, nada importante, me piro - mira seria al lector extraño y luego, al fumador - tengo que irme - mira su reloj - he de irme, encantada, adios.

Cruza el parque, y se dirige a cruzar la calle que separa el parque de la ciudad, con destino su coche, un ford viejo rojo.

- Señorita! Por favor espere, si tiene unos minutos le contaré una historia que le aseguro, va a interesarle – se dirige desde luego a la rubia Claire, poniendo especial énfasis en la palabra esperar.

El nuevo “extraño” parece a ver salido de la nada. Trae una chaqueta negra y un sombrero que descarga una sobra sobra sobre su rostro que parece cubrirle siempre la mitad de este. Luce una sonrisa blanca socarrona como la de Jack Nicolson, pero no es intimidante, si no todo lo contrario.

- Acompáñanos, puede tomarme del brazo – agrega. Luego mira a todo el grupo y les saluda tocando su sombrero.

La chica se para cuando oye la voz, justo lo suficientemente lejos para poder oirle antes de cruzar la calle, se gira y se acerca agilmente, dando pasos rápidos - no voy a ir a ningún sitio con nadie y menos con un desconocido... y quien es usted? - les mira a los otros y luego, al hombre del sombrero con ceño fruncido - a los otros al menos los conocia algo más pero al hombre del sombrero nada - se cruza de brazos mirandole seria y quieta de pie bien plantada - bueno quizá me diga lo que quiera saber... voy a tener suerte?-

La rubia parece que quiere irse cuando toma el camino hacia la calle, aparece un tipo con gorro, no lo habia visto ni notado, cosa que me escamaba "¿Como se me habia escapado?". Pero al parecer no traia problemas, por alguna razon estaba tranquila. El hombre le dice a la chica que nos acompañe, aunque por la actitud de ella diria que esta reticente.

Asi que me pongo en pie y luego ando hacia ella despacio. Querida mi nombre es July, ahora no soy una extraña. La digo con una ligera sonrisa. Puedes estar tranquila no dejare que te pase nada, tienes mi palabra, asi que por favor escucha al hombre y ven con nosotros. Le digo usando un tono suave mostrando mi buena voluntad.

...tres, cuatro, cinco cazadores reunidos. Creo que es momento de acercarse a supervisar que ocurre. Guardo mis prismáticos en la bolsa, la echo al hombro me acerco donde la banca y los cazadores.

Visto una chaqueta de cuero negro, si bien cerrada, quien se molesto en examinarme sabrá que llevo el dorso desnudo por debajo.

Me acerco tranquilamente a ellos, pero no me esfuerzo en ocultarme, les arrojo una que otra mirada no demasiado intensa ni prolongada para no crear tensión. Dentro de uno de los bolsillos de la chaqueta llevo alimento para las palomas.

Mira a la chica morena, July, así dice llamarse que al final parece no ser tan brusca pero sigue siendo igual de directa que la primera vez, y Claire insiste - No¡¡ no voy a ir a ningún sitio... - mira al chico que leia en el banco respirando nerviosa, espera unos segundos - si el me lo hubiera dicho quizá habria accedido... es el que más confianza me da. A usted no le conozco - termina diciendole al recién llegado y echa a correr asustada como un ciervo perseguido por lobos hacia la calle, haciendo el mismo recorrido que la primera vez.

Andrew mira al joven con la gorra, el único que le ha dado una buena impresión y dice -tu por este mundo, yo por el otro. Creo que está cerca del Primer Cambio y hay que cuidar de ella.- después al ver que ningún humano se encuentra en este parque deja el libro (lo único que no ha dedicado con un ritual) en el banco donde estaba sentado mientras su forma empieza a cambiar a la forma Urhan para no provocar la Vesania a un humano desafortunado, pronto un lobo está olfateando el banco donde la mujer estaba sentada y una vez hecho eso empieza a desvanecerse.

Cuando está en la mitad del proceso de atravesar la Celosía dice en la Primera Lengua vocalizando perfectamente y demostrando una gran fluidez en ella -espero que la próxima vez sepáis comportaros como unos humanos corrientes durante el tiempo necesario a asustar a un Uratha cercano al Primer Cambio- desprende un gran olor a furia, aunque duda que ninguno de ellos pueda olerlo en forma Hishu, después de hacer eso ya casi desvanecido divide sus sentidos, algo que como le han explicado solo los Ithaeur pueden hacer y observa, huele y escucha como si se encontrase tanto en el mundo real como en el mundo espiritual a la vez.

Una vez "visualizado" el recorrido del olor que ha dejado la mujer suelta un aullido que en el mundo real se escucha como un eco muy lejano y sale en su persecución recortando camino rápidamente.

Mientras recorre el mundo espiritual para alcanzar a la mujer piensa en su aspecto desastrado y desaliñado y considera que es irónico que la mujer haya decidido "confiar" en él, aunque tampoco le sorprende dada la actuación de los demás, salvando al joven que intentó actuar con un poco de picardia.

Claire cruza la calle hasta su coche aparcado a un par de manzanas del parque, comprueba de reojo que ya no la siguen y cuando llega a su viejo ford, rebusca en su bolso la llave, abre y se mete dentro, se sienta y se acomoda, da un par de suspiros, y tras sentirse más tranquila, arranca el motor, maniobra, y se aleja hacia la oficina. Mira el reloj, su estómago ruge, cuando llega aparca donde puede y sube al despacho donde esta su jefe Robert.