Partida Rol por web

Cuando llegáis a la propiedad de Tessa Vientopropicio, los sirvientes os conducen a un exquisito comedor con grandes ventanales que dan a la iluminada bahía de Puerto Riesgo. 

La misma Señora de Quent, una esbelta semielfa de cabello pelirrojo vestida a la moda con una llamativo tricornio, se presenta al cabo de unos minutos y enseguida os felicita por el título recién conseguido:

-¡Sed bienvenidos! Es un verdadero placer conoceros en persona.

Durante la fastuosa cena, Tessa insinua en más de una ocasión que el control de Kerdak Puñohueso sobre los displicentes piratas puede no ser tan férreo como se presupone.

-¿Qué sabéis de la situación política actual de Los Grilletes?--inquiere mientras abre la segunda botella de vino de la noche.

Feijud queda positivamente sorprendido cuando ve que los recibe tan bella anfitriona. Tras intentar agasajarla con algún piropo no muy acertado, el capitán pasa a algo que sabe hacer mejor: comer y hablar del mar. Cuando Tessa formula su pregunta, Feijud no sabe muy qué responder.

Pues... Que los piratas son más de actuar que de hablar. ¿Por qué?

Raymond se lleva una grata sorpresa ante la visión de la capitana, es entonces cuando recuerda que es una semielfa. De ahí que a pesar de su edad siga siendo tan hermosa.
A pesar de eso se sabe comportar y no hace comentario al respecto como el que haría en otras ocasiones. Eso sí, no deja de mirarla, a veces incluso a su rostro.

La pregunta no le soprende demasiado. Dada la reputación que tiene, y la cantidad de capitanes que la avalan. Suponía que una de las razones de la cena era ver si el Grindylow iba a apoyarla.

Imagino que seguirá más o menos como siempre. Todos a la espera de que Puño de Hueso se "retire" finalmente, y viendo quién y cómo le sucederá. Buscando y matando por apoyos.
Lo normal vamos.
Aunque eso sí. Lo que no ha cambiado es la persona por la que se decantan todas las apuesta. Una hermosa capitana pelirroja. Muy buena en lo suyo.

Sonrie con su encantadora sonrisa ante el último comentario mientras alza su copa en dirección a Tessa.

Tessa iba a replicar a Feijud cuando intervino Raymond. Sonriendo abiertamente al Veracruz, la Señora de Quent negó con la cabeza antes de convenir con una educación exquisita:

-¡Oh, no! No, no, no. Gracias, de verdad. Pero todavía no ha llegado el momento adecuado. Quizás nunca lo haga...

-Eso sí, estoy completamente de acuerdo. Los mejores días de Puñohueso ya han pasado. Y ahora hemos de ir buscando alianzas que puedan dar frutos en el futuro.

-Y sobre los planes de Cheliax* en Los Grilletes, ¿habéis oído algo?--concluye Tessa volviendo a probar bocado.

Abordo del Nublar, su antiguo navío, Mamá Tom llegó a escuchar historias sobre el odio que Cheliax profesa sobre las islas piratas. Los últimos rumores apuntaban a que pronto habrá una nueva invasión chelaxiana para anexionar Los Grilletes al diabólico imperio. 

-Yo sí he oído que Cheliax se propone dominar las islas. Supone una afrenta para sus diabólicas intenciones que una alianza de capitanes suponga un obstáculo para sus intereses de expansión.

Comenta Mamá Tom con preocupación.

-Semejante amenaza constituiría un problema para los intereses de cualquiera que desease alcanzar el estatus de Puñohueso.

No tenía ni idea de lo que estaban hablando, pues nada sabia de política ni de historia. Siempre habíamos tenido al bueno de Malic que nos lo contaba todo, pero ahora, bueno, habrá que esperar

Al menos parecía que Mamá Tom había oído hablar de esos chelixianos, algo era algo.

Mientras tanto, me mantuve viendo a Tessa, observando lo espectacular que se veía. Sin dura era atractiva, y también tenía ese pelo rojizo como el mío que atraía a los hombres. Si a eso le unías la importancia y buena reputación, no dudaba que si quiera, la seguirían muchos, pero muchos de los capitanes libres.

Pues no hemos escuchado nada de esos adoradores de demonios. ¿Acaso quieren conquistar estas islas?

Escuchando con atención, Tessa Vientopropicio asiente preocupada a los comentarios de Mamá Tom:

-Sí, estoy absolutamente convencida de la veracidad de tales rumores. Sin embargo, no lograremos forzar al Rey Huracán ni al Consejo de Piratas a tomar acciones si no les aportamos pruebas sólidas al respecto.

-Siendo quien soy, estoy de manos atadas. Me veo incapaz de llevar a cabo una investigación así de sutil. Además, necesito permanecer en Puerto Riesgo para seguir influyendo sobre determinadas facciones del consejo--confiesa la Señora de Quent antes de desvelar el verdadero motivo de vuestra visita--Como recién llegados, independientes de cualquier otro señor, sois nuestra mejor baza para destapar el complot chelaxiano. Si atendéis esta importante misión, os ofrezco la oportunidad de aliaros conmigo e uniros a mi propia flota. Por supuesto, sin mayores ataduras. Prometo que jamás me interpondré en vuestros asuntos. Eso sí, por razones obvias, nadie debe conocer que investigáis sobre la conspiración de Cheliax a petición mía. ¿Qué decís? ¿Aceptáis la oferta?

-Pero habrá de aclarar, hermosa dama -pues en verdad lo era, pensaba Mamá Tom-, la naturaleza de nuestra investigación respecto a esa presunta conspiración y, al menos, aportarnos una mínima información al respecto, pues si sugerís esta posibilidad, a buen seguro real a tenor de los intereses demoníacos de aquel grupo, será porque conocéis hechos y personas involucradas en tal confabulación -comentó la Wendifa ante la urgencia con que la capitana los invocaba para tan enigmática tarea.

-Sí, sí. Claro--confirma la capitana del Cuestión de Suerte--En caso de que aceptéis el importante trabajo que os ofrezco, os daré los detalles necesarios para comenzar la investigación. Faltaría más.

Raymond siguió bebiendo mientras "La Dama" explicaba el "trabajo". No era tan grave como había pensado. Cheliax llevaba tiempo tocando los cojones por la zona, echarlos mientras ganaban favores  y sacaban beneficios era todo ventajas. Aún así aunque él tenía muy claro aceptar, no dependía de su decisión, Feijud debía pronunciarse. 

Espero que sepa ver la oportunidad que tenemos aquí y la aprovechemos. Siempre viene bien estar a buenas con alguien tan influyente.

¿Y cuánto oro ganaríamos por arriesgar el pescuezo por vos? No negaréis que esta misión entraña un grave peligro y, cuando la hayamos concluido, os reportará importantes beneficios.
 

-A mí y a vosotros también--conviene Tessa mostrando una vez más las tablas que tiene para la diplomacia--En realidad, evitar la invasión de Cheliax es algo que nos beneficiará a todos los Capitanes Libres de Los Grilletes.

-No obstante, entiendo que la asunción de cualquier riesgo debe venir motivada por un incentivo equiparable. Si navegar bajo mi estandarte no es suficiente, quizás ayude una recompensa de 5.000 doblones de oro en caso de que regreséis con pruebas sólidas que pueda defender luego en el consejo.

-Incluso...--concluye la Señora de Quent clavando ahora una seductora mirada en Raymond--hay favores más mundanos que muchos otros ansían y que un temporal enlace de conveniencia también podría proporcionaros.

Parecía que por fin había salido a la luz las verdaderas intenciones. Al contrario que mis compañeros, desconocía las movidas que tuvieran esos chelaxianos y los motivos por lo que corríamos peligro, pero si lo decían sería por algo. 

La maniobra de Feijud, a pesar de haber salido bien, me pareció un tanto arriesgada, pues podía interpretarse que esa supuesta alianza no la valorara en su justa medida. Gracias a Besmara, Tessa tuvo a bien recompensarnos con unos doblones de oro que vendrían estupendamente. Si lo conseguíamos saldríamos realmente reforzados de este encuentro.

Cuando ya parecía que estaba todo dicho, fue cuando lanzó esa extraña proposición, mirando a Raymond. En ese momento, no sabía por qué, una punzada de celos me atenazó el corazón, haciendo que entrecerrara los ojos ¿como cuáles? pregunto ladeando un poco la cabeza. No tenia claro si estaban hablando de un revolvón, o de una unión más...."permanente"

Raymond no sabía qué le había gustado más. Si escuchar la proposición "inocente" de La señora de Quent, o la nota de celos en la voz de Sandara. Desde luego no era algo que fuese a dejar estar así como así. Ninguna de las dos cosas.
A su entender Feijud casi había metido la pata, pero Tessa lo había llevado bien. Seguramente era parte de algún tipo de prueba.

Me honrais en demasía, mi señora. No obstante, estoy a vuestro servicio para lo que necesitéis. Siempre y cuando mis obligaciones para con el Grindylow Embrujado me lo permitan.
Pero vamos. Apostaría mi mano izquierda a que no tenéis nada de mundano.

Y levantó la copa mientras le guiñaba un ojo a la, por otra parte peligrosa, capitana haciendo poco caso a la pregunta de la clérigo.