Partida Rol por web

Entonces bien.  Sonríe el hombre. Pueden dirigirse a la dirección que les he dado.  Bill Murray se encargara de darles la información pertinente.

Todos salen y  ven como se aleja  el sacerdote. Hay un auto que pueden utilizar para ir al sitio. Los tres se miran en silencio, como pensando sobre esta misión que es muy importante para el Sabbat.

Muestro una mueca como una sonrisa cruel cuando veo que el  sacerdote se aleja y me pongo mi capucha para evitar que se me vea el rostro, si bien eso de la mascarada es pura mierda, siempre es bueno ser sigilosos. Supongo que tendremos que partir.  Me arreglo mi chaqueta de cuero estilo roquero, y  hago un gesto como si masticara.  Afortunadamente tengo mis amigas a mano. Muestra una serie de puñales escondidos. Esta puede ser una buena noche para el Sabbat.... malditos camarillas. Murmuro, esta última frase casi inconexa con el resto de la conversación.

Este hombre es un vampiro toreador,  su nombre como ya le dije es  Martino Falere, es un sujeto que vive a las afueras de Houston en un rancho texano en apariencia pero que tiene muchos recursos y  personal que lo apoya. Te mira.  El tipo vive en una especie de mansión, pero ha hecho su fortuna por engañar a otros.

Te muestra la foto de un hombre pelo castaño, con un vestido impecable.  Este es.

El fulano en sí, ha jodido a más de uno, y por eso estoy buscando que se muera, y “no sólo él” sino todos los malditos que lo secundan.

El lugar es especie de una fortaleza muy peligrosa,  un suicidio si va solo. Te mira. Es por eso que otros al cual este hombre ha jodido irán con usted.

Hay otros que quieren matarle, pero confió que usted con la experiencia que tiene pueda.

El hombre comienza hablarte como hombre de negocios.

Le puedo dar mitad de la vitae antes del viaje y la otra mitad cuando termine el trabajo.

¿qué dice?.

Si acepta, lo invitare a una reunión donde le presentare al equipo que trabajara con usted.

Te diriges a la dirección. Es una casa antigua, con cierto toque gótico a la entrada. Podías ver cómo esta sobresale un poco de las demás casas. Un hombre te recibe a la entrada. ¿viene a la reunión? Simplemente dice.

Cuando nota tu gesto positivo te dice. Siga por favor a la sala, el señor Murray lo atenderá. ¿Gusta vitae?

El líder baja la cabeza con rabia y también  con  algo de pena, te comenta tu pregunta diciendo. El simplemente nos engaño en una fiesta, mando un equipo mientras Togue (su chiquillo) estaba intoxicado y saco los libros. Niega con la cabeza. Sobre tu otra pregunta, no se  que clanes, estarán invitados, pero sé que son varios.

Te da la mano.

Te deseo toda la suerte en esta misión. ¡Recupera lo que se nos ha robado! De repente se le iluminan los ojos. Leticia, es posible que ese hombre haya escondido los objetos en un sitio personal, su recamara, su oficina o su biblioteca, es un tipo que tiende a tener colecciones, tenlo en cuenta.

Cuando entran al salón se dan cuenta que no son los únicos que están ahí.

Un hombre con  rasgos orientales se encuentra sentado en una esquina, mientras de repente una hermosa mujer entra por la puerta.

Ben se levanta con la misma mueca que pretendía una sonrisa de hacía un rato cuando les habían encomendado la misión y mira de reojo a Max.

- Supongo que no te quedará con TODAS las torturas eh Max? Sería muuy egoísta de tu parte no dejarme al menos un poco de diversión jeje -

El Lasombra se acerca a Max y le da un puñetazo amistoso en el brazo mientras caminan hacia el auto, después mira al Nosferatu que se acaba de cubrir la cabeza con la capucha - Rosco, Rosco, hermanito...que tan bien manejas? espero que bien porque en el momento no tengo ganas de ponerme al volante...vamos a por ese cabrón, y necesitaré todas mis energías a punto -

Ahora una sonrisa de auténtica satisfacción se formaba en los labios de Ben, definitivamente una cacería al lado de sus hermanos de manada es para él la mejor forma de comenzar (o terminar) cualquier noche...

- Sabes Max? Acerca de la tortura....por qué no lo dejamos a la suerte? -

El Lasombra lanza una carcajada estridente mientras lanza su moneda al aire

-Por que la suerte es solo una forma de llamar a la causalidad, cuando no podemos cuantificar sus caminos... +respondo, sereno, mientras tomo el asiento del conductor. Sin duda, no dejaria en las garras de Rosco el volante... prefiero mi ritmo. Me coloco el cinturon de seguridad y aguardo a que los demas esten listos y acomodados para arrancar. Solo entonces, añado...+ Y por que cada uno de nosotros tiene una especialidad, asi como las herramientas y tecnicas, para desempeñarse adecuadamente a esta mision...

No necesito hacer un repaso. Las dagas del Nosferatu combinadas con sus poderes, y las conocidas habilidades de Ben, hablan por si solas. Simplemente, esbozo una de mis rarisimas y casi imperceptibles sonrrisas, mientras las calles pasan.... Es el momento en que el monstruo parece salir a flote...

-La mia, es hacer que la muerte final del traidor, sea memorable...

Luego de unos segundos relajo mis emociones, sometiendolas al control habitual, concentrandome en la tarea de conducir. En tono suave, prosigo.

-Prometo dejarte la lengua, Ben, y tu la entregaras, como dijiste al sacerdote. El resto... es mio.

Vuelvo a la villa y preparo mi estudio para recibir al fantasma del sirviente Carlo. Todo esta listo para poder realizar la invocación. Cojo la fotografía de su familia que atesoraba en su cuarto para poder llamarle de forma más segura. El espíritu del difunto se presenta sin problemas. Como de costumbre intento ser amable con ellos. No suelen ser muy participativos si andas con malas maneras.

Me alegra verte de nuevo Carlo, aunque sea en estas condiciones. Tengo que hacerte unas preguntas sobre el vampiro que te dio muerte. Solo queremos hacerle pagar por lo que te hizo. Cuéntame como sucedió todo el día del asesinato.

Me tomo todo el tiempo necesario para escuchar su relato, sin interrumpirle en ningún momento.

El espíritu lo escuchas claramente:

Mi señor, estaba en el local para el encargo que usted me había pedido. En realidad le habías solicitado hablar con “González” un intermediario con el cual haces negocios. Y de repente aparecen dos camiones y un auto.

De los camiones salieron varios hombres armados  y nos dispararon , yo trate de huir,  y mientras lo hacía  vi como un hombre muy elegante se bajaba del carro, no se señor quien es, pero escuche decir que estaban buscando a Luciano . Tu sire. para matarlo.

El sujeto pateo los rostros  de todos sus servidores que están al servicio de su familia.

El espíritu sólo sabe eso.

Notas que estas justo a tiempo para ir a la cita.

Más bien partamos. Digo acariciando mis dagas. Quiero  patear traseros de traidores.

Aquí está pintado el ego de Max y Ben, si se quieren pelear el liderazgo allá ellos. Yo simplemente me divertiré rompiendo uno que otro hueso.

Max maneja en silencio por la ciudad, cómo es usual  han aprendido a ver quien los sigue en el camino, pero parece que esta noche no tendrán problemas. Cuando llegan a la casa,  sienten claramente que es la casa de uno de los representantes de la secta.

Entran, e inmediatamente un criado, baja la cabeza y les dice que la reunión comenzara en unos minutos. El amo Murray los atenderá.

Y les pide que esperen en una sala, en la cual al entrar hay dos personas más, un hombre y una mujer muy hermosa, que nunca habían visto.

Luego de unos minutos tres hombres, uno de ellos con la cara tapada entran al salón. En ella encuentran a una mujer pelirroja muy hermosa, y un hombre con señas orientales.

Ben Roberts, un jóven delgado y algo bajo en estatura entra en el recinto con una sonrisa de emoción que le era dificil ocultar. Viste unos pantalones de color marrón claro y una camisa blanca impecable, que pesar de ser un conjunto bastante informal se le ven bastante elegante. Además de su perturbante sonrisa de satisfacción el único elemento en su imagen que llama la atención es una pequeña moneda plateada con la que juguetea en su mano.

Cuando ve que la sala no está sola se detiene un momento y hace una leve reverencia.

- Señorita, Caballero...buena noche -

Luego del corto saludo busca una silla y se queda ensimismado, mirando la moneda con la misma imperturbable sonrisa en el rostro.

Sigo con total naturalidad y solo haciendo un gesto con la cabeza a especie de saludo me siento. En ese momento sin ningún decoro, o delicadeza para los presentes me quito la capota que ocultaba mi cabeza, y en ese momento pueden ver mi horrible rostro gris. Mis orejas puntiagudas y la piel desgastada con evidentes dermatitis, resaltan entre mi nariz afilada en forma de gancho (que aún conservo) y  mi boca deformada por grandes colmillos, hacen que cualquiera de mis gestos sea horroroso. Mis ojos parecen dos puntos brillantes que resaltan entre toda esa masa de carne calva que es mi cabeza.

Visto de manera moderna, chaqueta de cuero ajusta estilo motociclista y jeans. Sin prestar mucha atención a mi alrededor, pongo mis pies encima de   otra silla cuando me siento.

Empiezo a recoger todas mis cosas para marcharme a la reunión que iba a darse a las 9. Cojo el revolver que hay en mi escritorio, un magnum del 44. Descuelgo la chaquetón del perchero y me dispongo a despedirme de Carlo...

La información que me has dado puede serme de utilidad. Pero dime, ¿González también fue abatido ese día?

Mis sospechas recaen sobre el contacto. Nadie tenía por que saber nada acerca de esa cita entre Carlo y González. Si González no llego nunca a la cita sería una pista a seguir. Y si fue a la cita con Carlo y fue asesinado lo invocaría para hablar con él para obtener más información.

Espero a que el fantasma de Carlo responda antes de despedirme de él. Más tarde me despediría de Carolina que se encontraba en la sala de estar.

Exactamente Gonzalez no murio. Curiosa coincidencia. Y lo peor, también van por tu sire, esto necesita soluciones radicales, ¿qué tiene ese toreador en contra de los de tu clan?. Sea lo que sea, se ha equivocado, has aprendido a querer tu clan cómo tu familia, y lo pagará.

En la sala esta Carolina.  Algoi ajena a los problemas del clan. En estos años ha podido dedicarse algo a las actividades artisticas que le gustan, y por primera vez esta estudiando en la universidad, gracias al dinero.

Ella te sonrie inicialmente y toma una expresión preocupada cuando nota que estas preocupado. Amor, ¿qué ocurre?. Sé que las cosas estan mal en casa, pero, no quiero que te afectes.

Leticia hizo un leve gesto de agradecimiento al mayordomo que le guió hacia el salón, donde encontró un hombre de rasgos orientales. En otros tiempos, habría bastado ver su cara para hacerse una idea acertada sobre su procedencia, pero en la actualidad, la mezcla de culturas de la sociedad hacía cada vez más difícil poder descubrir nada de nadie antes de entablar una conversación.

Leticia entró en la habitación, y tomó posición frente a la puerta de entrada. Sus ropas, vaporosas y algo llamativas, no dejaban prácticamente nada de su cuerpo al descubierto, pero su ceñido aspecto permitía que la imaginación pudiera volar con facilidad imaginándose sus intimidades. Su altura y el color rojizo de su pelo, tampoco hacía posible que esta mujer pasara desapercibida.

No obstante, y dada la situación y las circunstancias por las que había acabado allí, supuso que aquel no era el señor Murray, y aguardó a que éste llegara antes de decir nada, dejando salir un simple saludo de sus labios - Buenas noches - susurró sensualmente.

Antes de que su acompañante le respondiera, tres hombres más entraron por la puerta, lo que hizo que cambiara de objetivo su mirada. Con una sonrisa inocente y unos leves parpadeos, Leticia respondió al saludo del vástago que les había saludado al entrar. Su aspecto era curioso y agradable, no así como desveló uno de sus acompañantes, un Nosferatu que no tuvo la delicadeza de mantener su duro aspecto oculto para la sensibilidad de los allí presentes.

Una dura mirada de reprovación acompaña un movimiento de su mirada hacia el tercero de los recien llegados, también apuesto y de buen ver.

Y allí estaba ella, cómodamente sentada en su sofá de 4000 dolares. A su lado una lujosa chimenea que la calentaba en las frías noches. Se había acostumbrado a vivir durante el día como el resto de los humanos. Solo nos veíamos después del atardecer, al igual que hacían muchas otras parejas. Con la diferencia de que yo podía prestarle toda mi atención. 

Al fin y al cabo su vida no había cambiado tanto como la mía. Ella todavía podía sentirse como el resto de la gente. Carolina no quería saber nada acerca de los negocios, prefería vivir ajena a todo aquello. Los incidentes de hace 5 años la habían enseñado a apartarse del peligro y a seguir una vida de mortal.

Ya se que te preocupas por mi cariño. digo sentándome a su lado. Pero no pasa nada. Solucionaremos este problema lo más pronto posible. Tu solo preocúpate de tus estudios, pronto serán los exámenes y no querrás que me enfade verdad. le digo en broma para suavizar la situación.   

Bueno, mi amor, me marcho ya. Me levanto y le doy un beso. Pórtate bien, ¿vale?

Espero a que Carolina se despida de mi y posteriormente salgo por la puerta principal de la villa. Me subo en mi coche, un Lamborghini Murciélago de color negro. Una preciosidad de origen italiano y con el nombre más apropiado para un vampiro. Realmente lo conducía para quedarme con los otros vampiros. Era mi coche ideal. Arranco y pongo rumbo a la cita. En ocasiones como esta me encantaba conducir y pasar del chófer. Además no le hubiese dejado nunca poner sus manazas en este deportivo.  

De camino llamo a Víctor por el móvil. Y le informo de lo que me ha contado Carlo. Información sobre el asalto, sobre la posible traición de González y sobre la intención de Falere por dar caza a Luciano.