Partida Rol por web

Mientras oía, Adam tomó la foto y la examinó por un rato. El rostro de Falere le quedó grabado a fuego en la memoria, y solo ahí dejó a un lado el papel. Miró a Murray con ojos vacíos, pero horriblemente calculadores, mientras analizaba cada dato que le era proporcionado por aquel extravagante vampiro. Si bien comenzó a sentir cierto rechazo al enterarse de que se suponía que estuviese acompañado, no demostró emoción alguna. Ni un movimiento.

Sabía, por la omisión de detalles por parte de su cliente, que no planeaba enviar Assamitas con él. No. Sino que sería acompañado por vástagos de otras tradiciones, y eso era lo que realmente le incomodaba. Poco le interesaban los problemas de aquellos tipos, y por eso no entendía como cabían en un trabajo como ese. Él podía hacerlo perfectamente, no necesitaba principiantes que cargar a sus espaldas.

-Habiendo tantos otros que quieren matarlo, ¿por qué me necesita?- inquirió, con un escepticismo que le había salvado la no-vida más de una vez. -¿Por qué no esperar a que el hombre caiga bajo el peso de sus las desgracias que él mismo cosechó?-

Hace tiempo que Adam había aprendido a vaciar su mente. Los pensamientos triviales no tenían cabida en su mente, consciente de las habilidades del resto de vampiros. Varias preguntas sin respuesta necesaria hubieran surgido en los viejos tiempos, rondando su mente por diversión, pero ya no.

El Hombre sonrie y dice de manera misteriosa. Pueden existir muchos otros, pero necesito alguien como usted que ayude en la misión, y que lógico garantice que el fulano sea destruido.

En el Alamut dijeron que mandarian a uno de sus mejores hombres, entonces, supongo que la tarea no le quedara grande.

 En ese momento se escucha un golpe en la puerta, el hombre la abre y es un criadp que tiene una postura casi humillante frente a Murray. Mi señor. Hace un gesto exagerado. Han llegado todos.

Murray hace un gesto de complacencia. Perfecto. Iré enseguida.

El hombre te mira de repente. Señor Chancelor guste en seguir a mi criado, en el salón de reuniones les dare a todos los presentes las indicaciones necesarias.

Menejas tu carro lujoso por la ciudad hasta que llegas al edificio. Un lugar algo aterrador, pero, no te importa. Tocas la puerta, un criado después de que te ha preguntado si vienes a la reunión, al ver tu respuesta afirmativa te hace entrar a un salón donde  encuentras varias personas reunidas.

Un hombre de señas orientales, una mujer peliroja muy hermosa con vestidos vaporosos, un nosferatu que no oculta su presencia y que tiene las dos  piernas comodamente situadas en otra silla, dos más hombres, uno rubio y otro moreno. Todos te miran al llegar.

Sigues al criado  al mismo tiempo que ves que  casi al mismo tiempo un hombre elegante entra al salón.  Además de este quien viste de manera muy apropiada, te encuentras con una serie de personas en el mismo sitio. Un hombre de señas orientales, una mujer peliroja muy hermosa con vestidos vaporosos, un nosferatu que no oculta su presencia y que tiene las dos  piernas comodamente situadas en otra silla, dos más hombres, uno rubio y otro moreno. Todos te miran al llegar.

De repente la puerta del salón se abre y entra un hombre de piel blanca que esta  elegantemente vestido, justo un segundo después otro hombre le sigue. Todos voltean a ver a los dos que recién llegan.

El salón es amplio y agradable, y cada cual se sienta a su acomodo.

El mismo criado que los recibio a todos, les dice: El señor Murray vendrá en dos minutos.

En ese momento bellas doncellas entran ofreciendo copas con vitae caliente, fresca. Recién sacada del recipiente.

Vestido con jeans negros, zapatillas y una remera roja impecable, un look cercano al modelo de chico atractivo y despreocupado, es la apariencia que da Max el dia de hoy.

Su mirada azulada y fria no pasea mas de unos segundos por encima de cada cuerpo nuevo que aprecia en la sala, desde la mujer y el oriental que estaban antes, como el nuevo par de "invitados". Ninguno es el hombre con quien han venido a tratar, asi que probablemente deben ser otras herramientas para esta tarea...

El artista no puede evitar salir en una educada reverencia a la dama, asi como un gesto de reconocimiento a los hombres, pero no abre la boca de momento. Simplemente se sienta en una butaca libre y separada de los demas, acomodandose y aguardando al dueño de casa. Ni tan siquiera toma una copa de vitae, haciendo un gesto cortante y negativo cuando se la ofrecen. Sin embargo si examina a las sirvientas, estudiando sus figuras seriamente...

Entra en la sala un hombre que aparenta tener unos 30 años, o al menos eso dirías si fuese mortal. Se ve algo pálido pero es bastante normal para llevar años muerto. Su faz es de rasgos duros y muy masculinos. Su expresión, inmutable. Viste un traje caro de corte moderno. Para el que entienda de ropa es un traje italiano, a juego con los lustrosos zapatos.

Parece que ha legado justo a la hora. No es de los que les gusta llegar demasiado temprano, ni demasiado tarde. Mira su reloj que no es menos lujoso que el resto de sus pertenencias, para ver que son las 9 en punto.

Toma una copa de una de las sirvientas sin prestarle demasiada atención a la muchacha. Se sienta cómodamente en uno de los lugares que quedan libres y bebe un trago. Hace un repaso general a los invitados, solo una vez ha bebido.

Buenas noches. dice sin esperar respuesta.

Su cliente parecía estar apurado, por lo que fue rápidamente dirigido hacia la sala donde le esperaban sus colaboradores. El criado le abrió las puertas, y el ingresó sin más. Se hubiera esperado que un Assamita resultase ser alto y atlético a la vista, pero Adam no parecía cumplir con las expectativas.

Él era un hombre de poca estatura, tal vez un metro sesenta. Su rostro pálido era impasible, sin siquiera una arruga o gesto que demostrara una emoción, por lo que desalentaba a la mayoría a reírse de él, al menos en su cara. A su cabeza la coronaba una mota de pelo rizado, color castaño oscuro, que le daba un aspecto aún más infantil a su rostro. No había permitido que tocasen sus ropas, por lo que aún llevaba el sobretodo de color claro puesto, escondiendo las manos en sus bolsillos, haciendo su cabeza lo único visible de su cuerpo.

Aprovechó una percha cercana para colgar el abrigo, dejando ver tan solo unos vulgares pantalones y una camisa blanca. Apenas se molestó por observar a los presentes por unos segundos, con una mirada fugaz y calculadora. Se sentó a la mesa en silencio, sin mirar al resto, como si estuviera tratando de ignorar el hecho de que se encontraban allí.

Su nariz se ensanchó apenas al sentir las copas de vitae ingresar a la sala, y unos flashes involuntarios pasaron por su mente, desencadenados por la frescura alarmante de la sangre. Probablemente, el ganado estuviera cerca. Adam prefería el elixir directo del contenedor, y ya podía imaginar el festín que debía estar desatándose en alguna habitación cercana.

De repente el hombre que todos están esperando entra al salón, con un corte de pelo algo moderno se para frente a ustedes.

Buenas noches, mi nombre ya algunos lo conocen, es  Bill Murray, y todos estamos acá porque nos interesa que alguien muera. Dice con convicción. Este hombre del clan de la rosa nos ha defraudado, nos ha traicionado. Todos los que están aquí presentes tienen de una u otra forma la intención de hacerlo.

Repara en cada uno de los rostros.

Ustedes se preguntaran ¿Por qué somos tantos? Y la respuesta es simple, el enemigo también lo es.

El estafador de Falere, como buen toreador, vive en la elegancia, pero ha conformado un ejército de hermosas mujeres que le custodian. Y sí han oído bien, mujeres. Mira a la única presente. Sabemos que ustedes también patean traseros.

Se ilumina su rostro.

Pero... nosotros tenemos un aspecto que él, no tiene, el factor sorpresa. Sonríe. Lo atacaremos en un momento vulnerable....

Y en ese momento los mira.

Tenemos información  maravillosa del evento que celebrara mañana.

Se ríe.

El idiota ha desarrollado una gran fiesta, en un rancho a las afueras de Houston. Y como buen toreador ha invitado muchos recipientes de sangre que nos pueden servir para alimentarnos.

Nunca se esperaría que le arruináramos la fiesta. 

¿qué piensan?

Ben lanza la moneda plateada una última vez a una altura un poco mayor que las ocasiones anteriores antes de atraparla en su puño fuertemente, la sonrisa había desaparecido de su rostro y en su lugar una mueca de odio adornaba sus facciones.

- ¿Que pienso?...que no veo la razón por la que no estamos ya en camino, creo que ese asqueroso desecho de cadáver merece nuestras atenciones de manera inmediata -

Me levanto de la silla para captar un poco la atención de los presentes

- Hermanos...creo que todos aquí sabemos lo que significa la traición en nuestra secta, no conozco a todos los que estan aquí, pero sé! que si estan presentes hoy es por una razón fuerte! hoy la lealtad nos une! y la furia nos mueve! -

El vástago hace una breve pausa con la intención de calmar el acceso de rabia que se acababa de apoderar de su cuerpo y mente

- Los invito hermanos a sellar nuestra causa con sangre, a celebrar nuestros ritos como corresponde para luego cumplir a cabalidad con nuestra misión... - Hago una pausa mientras observo a algunos de los presentes con una sombra sutil de duda - ...aunque no se si he de celebrar con todos y cada uno de ustedes como hermanos, bienvenidos sean, pues lucharemos codo a codo -

Hago una leve reverencia en dirección a Bill Murray

- Cuente conmigo -

Je hermano. Sonrió  a Ben con mi cara deformada haciendo un gesto como si oliera,  el olor es algo que he desarrollado, aquí algunos no son sabbats. No creo que todos tengamos las mismas creencias,  miro  de reojo a cada uno, solo espero que no sean camarillas, porque si lo son. Un gesto de odio se dibuja en mi rostro mientras mi mano se cierra de manera amenazante.

Aunque ahora que lo pienso, ningún camarilla entraría aquí en este un refugio especial, así que supongo que son de otras procedencias...   Hago una mueca con mis colmillos. Sólo me importa que matemos a ese desgraciado, y a las damitas que lo acompañan... para orgias sangrientas tenemos tiempo.

-Siempre tan impetuosos...+murmuro+.

Miro a nuestro anfitrion, sin variar en lo demas un apice mi postura, con las manos cruzadas sobre el pecho.

-Puede estar seguro de que cuenta con nuestra mas activa y ferviente participacion en el castigo. Pero para trazar un curso de accion apropiado que nos lleve a concretar con exito y sin error nuestra mision, deberiamos disponer mas informacion sobre el objetivo y sus secuaces, asi como de la finca que debemos infiltrar... La circunstancia que menciona, la fiesta, es mas que propicia para nuestro arribo, asi que un poco más de informacion sobre la misma tambien seria apropiado...

Los frios ojos del joven relucen azules, ya que tiene idea de que ambiente rodea a los toreador... esto puede ser mucho mas "divertido" de lo que pensaba en un principio.

Leticia sonrió ante los ataques iracundos de alguno de los presentes y sus intenciones de vincularse a sangre como buenos sabbats - Estoy con el modernito. Creo que no sería conveniente entrar con tanta ira acumulada - sonríe al nosferatu y al rubito - y con tan poca información de dónde nos metemos, sólo valdrá para no salir de allí con vida... ninguno - apuntilló.

- Os recuerdo que, si han sido capaces de infiltrarse en los 'Sancta Santorum' de cada uno de sus clanes, no creo que vayan a tener mayor problema de despachar a una 'panda' de vástagos unidos sólo por un pacto de sangre y muchas ganas de venganza - si algo le había permitido llegar 'viva' hasta aquellos tiempos no había sido el lanzarse al peligro sin pensar en lo que hacía, y por lo que a ella respectaba, pretendía seguir con vida mucho más tiempo - ¿podría proporcionarnos algo más de información de la zona? ¿Algún mapa del lugar y los alrededores? ¿Algo de información de la fiesta, cómo si se va a realizar algún tipo de acto 'chovinista' que nos permita tener algún tiempo para llevar a cabo nuestra venganza?

Dicho esto, tomó una copa de vitae y se sentó a saborearla lentamente, relamiendo el sabor de ésta en sus labios de una manera exageradamente sensual.

Aquel vampiros de rasgos orientales, se había mantenido en silencio desde que empezó a llegar la gente. Al contrario que los otros invitados su vestir era sencillo y su apariencia demasiado humana. Solo una leve palidez y su mirada acechante lo separarían del ganado. Vestía un mameluco verde, gastado, al parecer el aseo no era una de sus prioridades.

Ambrus fue uno de los primeros en llegar, cuando atino a saludar a la mujer que se presento, mas gente fue llegando y su presencia paso desapercibida, sin que esto le molestara se mantuvo distante y en silencio, apenas saludando con un gesto de su cabeza cuando los demás se presentaban.

Sus ansias de venganza se apaciguaron mientras caminaba hacia la reunión, volviendo a situarse en su estado inmutable, pocos gestos acompañaban a su rostro haciendo imposible descubrir sus pensamientos.

El organizador se presento rápido y directo lanzo sus pretensiones, hablaron de Clanes y su nariz muesqueo, olía cuestiones políticas en el asunto, no había cosa que le importara menos.

Al fin luego de que la mujer hablara decidió inmiscuirse.

-No he venido a inmiscuirme en todos sus problemas de clanes, aunque me gustaría ver quemado al sol a esa porquería-. Sin modales con un acento despojado muy al estilo tejano sureño, termina su frase escupiendo al suelo, pasando de toda formalidad y al parecer sin notar su carencia de tacto. –Toda presa debe ser acechada, estudiada, así el cazador lograra llegar a ella sin problemas-.

Tanto sus palabras, como su aspecto lo habían marcado como lo que era, un Gangrel, aun así su apariencia no era la normal en ellos. Sus brazos eran flacos, su pecho poco inflado, solo el pelo salvaje y despeinado podría coincidir con el aspecto general de ellos.

-Que otros nombres importantes estarán presentes en la fiesta? Cuantos vampiros habrá en total?

Agrega estas preguntas a las de la mujer y esperando a que sean contestadas se reclina en la silla, tomado toscamente su copa de Vital, dando un buen trago que deja escaparse un hilo de sangre por la comisura derecha de su labio llegando hasta la punta de su pera.

Adam hizo su copa de vitae a un lado, parte de un viejo reflejo. Ni siquiera en vida hubiera tomado algo de una copa potencialmente peligrosa. La paranoia. Gajes del oficio...

Requería más que un simple escrutinio a su expresión impasible para adivinar lo que sentía, hasta el momento en el que el resto de vástagos comenzaron a hablar. Entre el acceso de rabia del primero, y el aspecto del Nosferatu, el sicario ya podía vaticinar lo difícil que sería mantener discreción. Obviamente, Rosco podía bañarse en sombras, pero allí no terminaba el problema. Cualquier cosa podía fallar.

Para deleite del Assamita, los demás parecían ser más fríos y calculadores. Su mirada se paseó por ellos, pero no pudo evitar detenerse en Leticia. El jugueteo intencional de sus labios le atrapó, impidiéndole despegar la mirada por varios segundos. Una oleada de razón le permitió desprenderse del trance, aunque estaba consciente de que había hecho el ridículo. Para bien o para mal, hasta en la no-muerte le era imposible alcanzar la perfección. Tengo tiempo, y también lo tiene Caín.

A pesar de su lapsus, Adam no se había perdido las preguntas de quienes serían sus compañeros, por lo que, sumado a que Murray pretendía continuar informándoles, se mantuvo en silencio. Miró a su anfitrión y le dedicó un simple asentimiento de cabeza, para su libre interpretación.

Escucho a los demás vástagos mientras lentamente degusto mi copa de vitae. Por lo visto alguno de ellos tiene poco aprecio a su cuello. Yo por mi parte no pronuncio una sola palabra. Solo asiento a las ideas que a mi forma de ver son acertadas, principalmente a la necesidad de obtener más información sobre nuestro objetivo. Pero finalmente me veo obligado a intervenir.

Atacar en una fiesta llena de vampiros, magnífica idea. digo en un claro tono sarcástico. Al oír mis palabras apreciáis un leve acento de origen europeo.

Le doy un par de vueltas a la copa balanceándola en mis manos. Le doy un ultimo trago antes de dejarla sobre la mesa. Me incorporo hacia delante para dar más énfasis a lo que estoy a punto de decir.

Falere se ha creado muchos enemigos en demasiado poco tiempo... les digo mirándoles a todos en general. El elenco de vástagos parece haber sido elegido meticulosamente. Son demasiados clanes implicados en esto. Hay algo que me huele muy mal y no se trata del Nosferatu.

¿Acaso sois tan estúpidos en creer que no estará preparado para un ataque en medio de su bonita fiesta? Vamos, no me hagáis reír. Incluso hasta el mas corto de miras se daría cuenta que aquí hay algo que no encaja.

¿qué parte de "no todos son vampiro" no se ha entendido?. Murray mira al italiano serio. Sí usted cree que lo estoy engañando no dude en retirarse. Sonrie.  No estoy mintiendo al decir que es una misión dificil, todos ustedes estan buscando matar a este hombre, y se les a dado la oportunidad perfecta... en realidad, he buscado esta ocación durante meses... además nadie dijo que seria fácil.

Lanza un periodico  de ayer donde  se anuncia en eventos sociales una diesta artistica y de caridad  donde  varios artistas estan invitados. Como es común en los toreador, hacen fiestas muy exclusivas.

Aquellos que no pertenecen a nuestra secta, han sido enviados por cada uno de sus clanes, o por motivaciones particulares para acabar con este sujeto, y eso es lo que vamos hacer.  La forma como entremos a la fiesta la determinaremos en grupo.

Podemos ser delicados, o directos.... las dos me da igual.

En ese momento el hombre saca unos pergaminos,  especie de mapas.

Es una mansión de dos pisos, la fiesta se celebrara en el salon de eventos, que es el enorme lateral al pasillo principal.  Si jugamos bien nuestras cartas, podremos causar caos, confundir y matar.

A su pregunta. mira al Ambrus. Estoy seguro que la mayoria de la fiesta son humanos,  hay criados, que lógicamente defenderan la residencia, y hay algunos vampiros, y especificamente vampiras a su lado... ellas deben morir igual.

Sí se preocupan por armas, y equipo... no se preocupen, tendran todo lo que necesiten.

Mira a todos, se escuchan propuestas.

Estudio la disposicion de la casa. Luce bien, como esperaba de un toreador, pero sobre todo parece facilmente atacable. Demasiado. En tono frio e impersonal, cuestiono a Bill sobre los detalles tecnicos de la operacion.

-Bien, es logico que podemos combinar las dos maneras de atacar. +comento.+ Varios de nosotros podemos pasar desapercibidos en ese ambiente. Lo mas recomendable seria iniciar un ataque desde dentro, con el mayor ..., escandalo posible. Cuando los invitados aterrados traten de huir los que esten fuera podran acabar con ellos facilmente, y una vez el estorbo sea anulado, ocuparnos de la presa en si.. Pero antes de hablar mas, como es el parque que rodea la casa? Hay otras edificaciones cercanas, o circunstancias del terreno que debamos conocer?