Partida Rol por web

Tras andar un poco por las calles, os encontráis con el castillo misterioso, donde se llevaron la trompeta del valor. Hay un guardian tras la puerta, fornido, armado con una lanza, que de vez en cuando os mira con recelo.

¿Qué deberíais hacer ahora?

Ante el castillo que se alza ante sus ojos Predilecto se detiene un momento observándolo, apreciando los detalles arquitectónicos con ojo crítico por si algo en su aspecto exterior pudiera delatar alguna vulnerabilidad aparente que pudiera haberse explotado para robar la Trompeta. A continuación baja la vista hasta el hombre armado que parece estar montando guardia de centinela en la puerta.

Entonces tomando el salvoconducto que el enviado les había proporcionado se adelanta e interpela al guardia con aplomo y voz imperiosa presto a presentar las credenciales:

- ¡Ah del castillo!...pregunto quien es el castellano de esta fortaleza y a que señor sirve, porque ante su puerta hay hombres de ánimo generoso que vienen en son de paz dispuestos a ofrecer sus espadas en servicio de la Justicia.

- Ha llegado a nuestros oídos que en esta hora de tribulación el Rey se halla necesitado de aliados y estos que esperan a su puerta vienen a prestar el auxilio preciso.

- Este que habla responde al nombre de Príncipe Predilecto, aunque hablo por mi solo ya que estoy lejos de mi principado. No veréis tras de mi el claro pendón que sirve de enseña a los soberanos de mi casa, no tengo en mi séquito esforzados caballeros ni escuderos que me asistan ni el docto heraldo precede mis pasos anunciando mi presencia...no, vengo humildemente como particular y no estoy en condiciones de ofrecer el auxilio de las gentes de mi reino en calidad de aliado sino que solo respondo por mi propio brazo que, sin embargo, no ha de flaquear en la noble encomienda de defender a las gentes de esta nación de la amenaza de las fuerzas del mal.

- Aunque no me acompaña el séquito que por mi estado de esperar fuera, tengo la compañía de estos hombres valerosos con quien tengo el honor de compartir el empeño de auxiliar a este reino contra sus enemigos.

Finaliza haciendo un gesto inclusivo hacia sus compañeros dando a entender que vienen todos juntos.

Steligad se ve impresionado por las palabras de Predilecto. No estaba acostumbrado a tratar con aristócratas, y el estilo pomposo y cuasi teatral propio de cantar de gesta es impactante para el.

Lo habitual es llegar a un castillo con humildad y tratando de abordar al guardia para que tenga buena disposición. Yendo con un príncipe, las cosas son bien distintas.

Espera la reacción del guardián de la puerta sin intervenir.

Recorrieron las callejuelas de la ciudad con la determinación de quién sabe qué debe hacer y como. Los miembros del grupo no hablaron entre ellos en aquellos minutos de trayecto, cosa que a Orgon le importó bien poco dada su escasa habilidad social para hacer amigos. Puede que aún existiera cierta desconfianza o puede que estuvieran centrados en lo que les deparaba el futuro dentro de aquel castillo y la recuperación de la reliquia.

Al llegar a la fortaleza, el enano simplemente verbalizó un "Y a esto lo llaman castillo?" haciendo referencia a la simplicidad de la estructura según su cultura enana para con el trabajo con la piedra y la roca. Aquello eran, a de Orgon, 4 piedras bien colocadas que parecían ofrecer cierta sensación de protección. Pero no estaba dispuesto a crear un debate sobre aquel aspecto, no era el momento.

Fue Predilecto quién tomó la iniciativa y vomitó aquella palabrería que, según creyó Orgon, dejó sin sentido al guardia de custodiaba la puerta del castillo. El enano pensó que debería resumir con palabras más "terrenales" el discurso de su nuevo compañero.

-O sea, que venimos a ver al rey.

Seguidamente, miró a Predilecto con rostro que difícilmente podrías averiguar si mostraba una sonrisa disimulada o una cara impasible que nada quería comunicar.

-Así, creo que ha quedado más claro.- dijo el enano.

Coge el salvoconducto y dice:

- ¿Así que venís a ver al rey? Al rey no se le visita por cualquier motivo, aunque tenéis el salvoconducto. ¿Se puede saber por qué motivo queréis molestar a su majestad?

¿Vais a decirle la verdad, que venís para recuperar y devolver la trompeta del valor? ¿O vais a inventaros una mentida para poder pasar? No sabéis hasta qué punto podéis confiar en él. ¿Habéis hecho bien en entregarle el salvoconducto a un simple guardián?

Está en vuestras manos, héroes.

Predilecto, ¿me puedes señalar cual es tu arma y el daño que hace si hiere?

Hola Streit. He visto que no tienes ficha. DEBES hacerte una. En esta partida tienes las instrucciones necesarias para hacerla. Si dentro de un cierto tiempo no te la has hecho deberé borrarte de la partida. Te lo quiero avisar amablemente. Un saludo.

.-Disculpe vuestra merced. Lo más probable es que no importe, pero no sabemos hasta que punto al rey no le agrade que sea tratado el asunto que tenemos entre manos, con otras personas. La discreción puede ser la voluntad del rey, y no somos los aquí presentes quienes para contrariarla-.

Lo más probable, pensaba, que no importase que se lo contase, pues muy posiblemente de hecho ya estuviera al corriente, así como casi cualquiera de aquel castillo que supiera hilar fino. El robo de la Trompeta de Valor por su significado, y la aparición de extraños en aquel castillo, traídos con salvoconducto, debían estar relacionados necesariamente.

El guardián se rasca la barbilla y dice:

- ¿No vendréis acaso por el asunto de la trompeta del valor que tanto preocupa al rey? El rey había contratado a un grupo, pero murieron casi todos por el ataque de unos lobos.

Se nota que no está muy bien informado...

-Lobos? -dijo en enano escupiendo al suelo de forma desagradable -Solo son chuchos que necesitan mano dura para amaestrarlos.

Por un momento, Orgon había pensado tomar la iniciativa y responder abiertamente al guardián con un "sí, somos los de la trompeta!". Pero un atisbo de control, le frenó en su acción y decidió dejar paso a otros compañeros más habilidosos en el discurso. Ahora bien, su paciencia era limitada en aquel tipo de situaciones.

Orgon comenzó a imaginarse empujando al soldado, dando una sonora patada a la puerta y entrar en la fortaleza gritando "Donde está el rey?". Cosa que, seguro, le pondría en un serio aprieto.

El guardia se rasca la nariz con un gesto claramente impaciente...

Predilecto mira alternativamente al guardia y a sus compañeros mientras comentan el destino de los últimos que acometieron la empresa. Steligad se muestra abierto y sincero con el guardia, actitud que sin duda le honra pero que quizá sea demasiado para un simple criado.

- ¡Señor soldado! - exclama imperioso con modales comedidos pero clara firmeza - creo que hemos establecido claramente cuales son los motivos de nuestra visita. De estos nobles guerreros habéis recibido palabras más generosas de las que alguien de vuestra posición esperaría recibir, por lo cual deberíais estar agradecido. Yo por mi parte he hablado abiertamente sin ocultarme mostrándome y declarando paladinamente mis intenciones sin ocultar nada, antes bien, me he mostrado como fiel aliado y amigo de la causa del Reino que defendéis en vuestro noble oficio de soldado. Mas...¿Cómo habrá de encontrar nadie justo que se nos mantenga a la puerta sin permitirnos pasar ni avisar a persona de rango que pueda ocuparse de nosotros y darnos parte en lo que precisamos saber para prestar un mejor servicio?...¿no tenéis un superior?...¿un alguacil, un sargento o capitán a quién debáis obediencia que porte la consigna precisa sobre lo que se ha de hacer?...¿tendréis a hombres amigos que vienen en son de paz prestos a poner sus espadas al servicio de vuestro rey incomodándoles con preguntas vacuas?.

Queridos jugadores,

En esta partida hay al menos dos condiciones (hay que cumplir ambas):

1) Cada jugador DEBE tener una ficha hecha en condiciones.

2) Cada jugador DEBE participar al menos una vez cada cuanto tiempo.

De entre todos los jugadores, sólo Orgon, Predilecto y Steligad cumplen la segunda condición.

De entre todos los jugadores, sólo los tres antes mencionados y Solon cumplen la primera condición (observación: Solon no cumple la segunda).

Los demás (Robin y Streit) no cumplen ninguna de las dos condiciones, puesto que no han puesto ningun mensaje al menos desde hace 21 dias y no tienen una ficha en condiciones ni de lejos, dicho sea sin querer insultar.

A todos los jugadores que incumplan una o ambas condiciones y no lo reparen en màximo una semana (o sea, el dia 2 de diciembre próximo será su último dia para reparar su falta ante las normas) seran expulsados el dia 3 de diciembre próximo o en los siguientes dias. Si os interesa mi partida, os recomiendo que os déis un poco de prisa, a los aquí referidos.

Los jugadores que cumplen todas las dos condiciones (Orgon, Predilecto y Steligad) pueden seguir sin problemas; sin olvidarse que las normas siguen en pie mientras cumplan, dicho sin tono de amenaza.

Creo que no hace falta decir más.

Un saludo.

Escuchando a Predilecto, el guardian da varias palmadas y aparece un hombre vestido con armadura y montando un caballo, seguido por seis soldados nada menos. El hombre de la armadura dice:

- ¿Qué pasa, guardian? ¿Quienes son estos hombres?

El guardian murmura al oido del hombre unas palabras durante dos minutos. Luego el hombre se presenta:

- Bienvenidos si venís de buena fe. Yo soy el coronel y ellos son mis soldados. El guardián me ha informado que queréis ver al rey. No se puede ver al rey sin ninguna razón específica, a su majestad no le sobra tanto el tiempo. ¿Puedo saber por qué motivo queréis ver al rey? No me gustaría liarme en una lucha innecesaria, no soy tan cruel...

El enano comenzaba a estar un poco harto de tanta palabrería y tanta sospecha. Ellos habían llegado al castillo para prestar su ayuda y solo habían encontrado trabas y obstáculos para, simplemente, entrar en la fortaleza y hablar con el rey. Así de simple. Pero no, aquellos humanos necesitaban pavonearse y enfrentarse por medio de palabrería haber quién era más gallito.

Con la llegada de aquel tal "coronel", la cosa no mejoró. Es más, el comentario sobre una lucha innecesaria encendió el mal carácter de Orgon.

-Vamos a dejarnos de tonterias, de acuerdo? Venimos a investigar la desaparición de la trompeta y queremos hablar con el rey. Tenemos un salvoconducto... -mirando desafiante al tal "coronel", continuó- ...y pocas ganas de perder el tiempo con soldaditos de poca monta. 

Muy posiblemente, Orgon no hubiera ayudado lo más mínimo en conseguir que abrieran las puertas al grupo. Pero su poca paciencia había llegado a su límite. Tenían que entrar, a las buenas o a las malas. Y siendo sinceros, al enano no le importaba lo más mínimo entrar a las malas y rompiendo alguna crisma por el camino.

- Así que venís a recuperar la Trompeta del Valor... También podríais haberlo dicho antes... Bueno, esta es una buena razón para ver al rey. Necesitaréis un guia... Tu!! - ordena a quien hacía de guardián de la puerta, - Hazles de guia. Uno de mis soldados guardará la puerta. Y, por favor, no me hagáis invertir en esto más tiempo del necesario, que con el asunto de la trompeta ya hay bastante alboroto. ¿O tenéis quizá alguna objección a mis órdenes? - El coronel mira a Predilecto, Orgon y Steligad.

¿Vais a dejaros guiar por el guardián por el castillo los seis o vais a poner alguna objección (o sea, réplica) al coronel? Vosotros decidís... Si os calláis, el coronel entenderá que quien calla otorga...