Partida Rol por web

Todos ustedes son convocados la noche siguiente a una reunión con Hardestadt quien les espera en una habitación llena de mapas militares marcados con rutas comerciales y fronteras vampiras. En estos tiempos llenos de confusión, era muy importante saber en que territorio estaban parados y la presencia de tantas señales hace pensar que existen muchos terrenos, y vampiros que les gobiernan. En este momento desde la visión de neonatos se dan cuenta que el mundo como ustedes lo conocían siendo humanos es solo una mera ilusión, y que posiblemente el poder se da en otras áreas. Muy cerca de él esta Rafael de Corazón quien observa mudo la escena.

El ventrue de  Hardestadt expone  claramente lo que desea de ustedes.

Sois débiles, ingenuos e inmaduros pero poco podemos nosotros hacer para corregir estas características tan poco recomendables, de todos modos os ayudaré inconmensurablemente en vuestra persecución  de los conspiradores. Escuchad atentamente, pues me pongo furioso si me veo obligado a repetirme.

Su voz era un poco distinta y con más confianza que antes, y ciertamente “hacer preguntas” en este momento no era buena idea, era claro que él no respondería más.

Claudius y sus aliados de la conspiración de Isaac se reúnen en distintos lugares apiñándose para tramar sus planes , creen estar seguros en sus pequeños refugios, pues están acostumbrados a huir como ratas una vez llegamos.

El hombre bebe sangre de una copa y continúa

Por tanto os presentareis ante los malditos en la posada del León, donde mis informantes  me han dicho que suelen esconderse tras ser expulsados de un nido más confiable.

Los mira a todos, con seriedad.

Escuchad atentamente, No  intentéis un asalto frontal contra los anatema (refiriéndose a los conspiradores) pues no tenéis esperanza de derrotarles, en su lugar buscad la paz. Presentados ante ellos y rogad que os acepten. Decid a los traidores que escapaste de mis garras derrotando a Roderigo. Llevadle con vosotros como prueba y decid que esta dominado, pero no dejéis que le maten por haberles traicionado.  Explicad  a los conspiradores  que le habéis ordenado a Roderigo que le os llevase a todos los lugares donde los hubiese visto.

Observad y descubrid cuanto podáis, en especial cuando planean atacar a Japheth y decídmelo y si podéis  destruir a sus sires uno a uno, así se liberaran de la carga que pusieron encima de ustedes.

Perdone mi señor. Dice la hermosa dama. Si sabéis donde se encuentran, ¿porqué no les han atacado aún siendo ustedes tan poderosos?

Esta pregunta hecha por la mujer tenia mucho de cierto, pues si realmente sabían donde estaban ¿porqué no les habían atacado?

Necios!- dice el hombre generalizando en cada uno a pesar que la mujer fue la que preguntó- Todos ellos tienen rutas de escape que yo puedo bloquear, pero… necesito pruebas para imponer un justo castigo. Debo probar su culpa y necesidad de agruparse en contra de esos vástagos renegados. Pero he dicho demasiado, todo lo que necesitan saber es que necesito atraparles con las manos ensangrentadas. No tengo que darles más explicaciones a ustedes.

Y en ese momento pega un grito a Roderigo

“Devuelve a estas crías de serpiente con los anatema al seno de su familia”

Peor justo cuando el hombre espera que se vayan Rafael de Corazón le dice algo al oído y el líder ventrue hace una mueca de “aburrimiento”

Entonces el hombre comienza hablarles con una voz suave.

En estos momentos de cambio señores, hemos tenido problemas con los humanos quienes pueden, si lo quisieran  eliminarnos, y si bien un humano no es problema muchos humanos si lo son, por tanto, quiero decirles que existe una regla que yo personalmente estoy promoviendo, es tratar de guardar nuestra existencia en secreto frente a los humanos, eso es lo que llamamos mascarada, y  deseo que comprendan la importancia de que ustedes la cumplan.

Los humanos temen a todo lo que no conocen y ahora les temerán, hasta los mismos sacerdotes que son la encarnación del amor y caridad cristiana escupirán sobre vosotros. Os condenaran ante los fuegos del infierno, incluso aunque ustedes fueran almas nobles os destruirán como los romanos destruyeron culturas completas, así que tened cuidado con mostrar vuestra naturaleza, si fuera solo ustedes los implicados a Hardestadt no le importaría que mostraran su naturaleza, pero es una regla para todos, y por el bien de todos.

Hardestadt hace un irónico bufido y el hombre continua:

Toda la estirpe depende de nuestras propias acciones. Todos debemos respetar la mascarada o caeremos en las llamas de la inquisición. Ningún vástago, ni siquiera los Anatema agradecerá que lleven la inquisición ante ellos.

Creo que eso es todo- dice el hombre- ya pueden retirarse…. Aunque, hay algo último que debo recomendarles, dentro de los conspiradores,  asegúrense que de los primeros en morir sea Lady Jadviga Almanov, es una mujer muy peligrosa y es posible que fracasen la misión si no acaban con ella.

Al decir esto, el hombre se marcha haciendo una venia. No es posible hacerle más preguntas, como dijo inicialmente no le gustaba repetir.

Roderigo les espera a la salida del salón

Señores el carruaje ya esta listo para el viaje,  podemos irnos ya, en el almacen pueden escoger una o dos armas que quieran llevar.

Al parecer, verdaderamente no teníamos alternativa. Suspiré hondo mientras seguía a los demás para comenzar la caza de los anatemas. Si habíamos de hacer esto, lo mejor sería apurarnos. Cuanto antes terminásemos con el trabajo, antes podría volver a casa con mi señor.

Me dirigí al almacén que mencionaba Roderigo. No estaba seguro de si podría encontrar ahí mi cimitarra o algún otra arma del mismo estilo, probablemente sean todos sables europeos, pero valía la pena intentar. Y sino, bueno, el arma de los blancos tendría que servir. Además de eso agarraría un arco y varias flechas en un carcaj, y si podía una armadura de cuero o algo por el estilo, que nunca venía mal el protegerse a uno mismo.

Muchas habían sido las cosas que, en el transcurso de las últimas noches, había aprendido acerca de mi nueva naturaleza. Grandes sorpresas en las que apenas dispongo del tiempo necesario para interiorizar mi condición, el hecho de ser inmortal, de tener la oportunidad de permanecer inalterable por los siglos de los siglos; una inicial toma de contacto con las asombrosas virtudes que la Sangre, la vitae como parecen llamarle, es capaz de conferirme; también una inicial aproximación a insólitas habilidades que ahora parezco ser capaz de ejecutar.

Asisto a las enseñanzas perplejo, absolutamente asombrado ante cuanto me explican o relatan, convencido de estar viviendo... qué??? Un sueño??? Acaso una pesadilla??? Algo inimaginable, en cualquier caso, y menos para alguien tan vulgar como lo pueda ser yo que trato, en todo momento, de amoldar mi nueva condición a mi renovado afán por crear el Perfume absoluto, perfecto: Qué no sería capaz de concebir en mi estado sobrenatural???

Desafortunadamente, pero, mi existencia parece condicionada a los suicidas designios de Handestadt que nos convoca a un último soliloquio en el que nos indica que va a llevarnos a la "Posada del Leon", lugar en el que, según sus informantes, es punto de encuentro de Giovanni y los suyos.
Nuestra misión, indica, es tratar de integrarnos entre los traidores, intentar eliminarlos uno a uno y empezando por Lady Jadviga Almanov y delatarlos cuando planeen atacar a un tal Japheth.

También nos informan acerca de la conveniencia de mantener en secreto nuestra condición a los... humanos... qué raro me parece referirme a la gente en esos términos, ser consciente que soy un monstruo entre los que antes eran mis congéneres...

Finalmente nos ponen nuevamente a disposición de Roderigo y nos facilitan las ramas que creamos necesarias: Nada más que una daga, y el frasco del perfume que Baldini me entregó para obsequiar a Giovanni, nada más que eso será mi equipaje para la que tal vez sea mi última partida.

        " Por favor señor Rafáel de Corazón, me agradaría de sobremanera poder llevar a cabo sus inteligentes recomendaciones acerca de la mascarada, ¿Pero que sucede en el caso de que algunos humanos descubran nuestra natuarleza en esta complicada misión que nos han encomendado?  en tal caso, aun si logramos encontrar y eliminar o atrapar a algunos, o todos nuestros 'padres y madres' seremos considerados anatemas como ellos? "    

        Le dijo la duquesa María Borgia al vampiro Toreador antes de que este se retirase del lugar, tratando de no contravenir las indicaciones del señor Hardestat, haciéndole la pregunta a su camarada y no a él precisamente y al mismo tiempo tratando de adular la importancia de su persona y las reglas propuestas por él mismo hacia los demás vampiros como ahora eran ellos, ya sea si el caballero le responde o no, la noble mujer despide a ambos con una sutil reverencia y solo hasta que se hayan retirado le sonríe a Mariana antes de decir le mientras que busca dentro de las armas y armaduras ofrecidas algunas que pueda llevar ocultas entre sus propias ropas (un camisón con argollas metálicas, dagas pequeñas o artículos decorativos o suntuosos que las incluyan, por ejemplo pinzas largas para el cabello que se puedan improvisar como estacas, abanicos o sombrillas con cuchillas, cigarreras o flautas metálicas con dardos ocultos):

        " Muy buena pregunta señorita Mariana! ¿Habrá algo que recuerde acerca de lo que el señor Giovanni le haya contado que pueda servirnos ahora para poder ubicar le a él o a los suyos? ¿O para convencer le de nuestra lealtad a su causa cuando les encontremos mientras pudiste conversar con él a solas en su castillo?  ¿Será usted capaz de comunicarse de alguna manera con él como su ... padre?   ¿Podemos hacerlo cada uno de nosotros con los respectivos señor Roderigo?"    

" Muy buena pregunta señorita Mariana! ¿Habrá algo que recuerde acerca de lo que el señor Giovanni le haya contado que pueda servirnos ahora para poder ubicar le a él o a los suyos? ¿O para convencer le de nuestra lealtad a su causa cuando les encontremos mientras pudiste conversar con él a solas en su castillo?  ¿Será usted capaz de comunicarse de alguna manera con él como su ... padre?   ¿Podemos hacerlo cada uno de nosotros con los respectivos señor Roderigo?"

Estoy igual que tu querida Duquesa, no sé nada, el hombre se dedicó toda la noche a asustarme  y acerme escuchar  voces de muertos, me tenía completamente dominada, y para mi pesar no dijo nada que fuera útil... le odio con todo mi corazón y trataré de matarle, haya o no haya Anatema.

Mi señora, la extrategia que  usen será vuestra, solo espero que tomen buenas decisiones. Dice el hombre hacia todos. Hacerlo publicamente no es recomendable,  son muy poderosos y ustedes aún no son tan poderosos... utilizar vuestra inteligencia, yo estaré apoyandolos, y espero que si ocurre alguna calamidad pueda sacarles de ahí a tiempo.

Pietro permaneció silencioso como era costumbre en él, pero escuchó atento todo lo que decían los que allí hablaban. Al fin decían que les necesitaban y para qué. Lamentó profundamente no poder dejar matar a Roderigo, sin embargo acataría las órdenes dadas, no parecía tener otra opción. El tener que preparar una acción que pudiera tener consecuencias militares, le agradaba. Era de lo poco que conocía y sabía hacer, así que poder volver a entrar en terreno conocido tras tanto tiempo en aquellas sombres y tinieblas que le confundía, era de agradecer.

Al escuchar la opción de ir a la armería, el italiano no dudó. Con paso firme, fue a tomar algunas armas que le fueran útiles como herramientas durante el viaje. Debido a su oficio conocía bien el funcionamiento de diversas armas, pero no iba a la guerra en aquella ocasión. Al parecer su trabajo tenía que ser sutil y eso impedía que fuera tan pertrechado como le hubiera gustado. Decidió no llevar armadura ni casco, pero sí tomó una espada ancha y una daga, además de una ballesta con virotes. No necesitaba nada más. No tardó mucho en elegir, tenía buen ojo con las armas, muchos años de usarlas le valían para reconocer las que se encontraban en buen estado o estaban bien forjadas. No era algo que le costara mucho trabajo.

Después de la charla con Roderigo parecía que no quedaba mas opción.

Una huida hacia adelante. Eso era. Gruñí con desprecio pero, ¿qué mas podría hacer? Y al parecer los demás pensaban lo mismo. La diferencia era la ira. Algunos la mostraban, otros la tenían a flor de piel. Y yo solo quería saber cuando acabaría esta dichosa empresa.

Pero me estremecía igualmente la idea de volver a ver a aquellas personas. Mas aún cuando Mariana habló de fantasmas o muertos. No la envidiaba por nada en el mundo. Escalofríos...

Roderigo nos llevo a la armería pues nuestro viaje estaba apunto de partir. Allí tenían de todo pero lo primero que vieron mis ojos era mi espada. Allí estaba, tirada como si fuera un botín de guerra. Había perdido la esperanza de volver a encontrarla. Recogí su funda y la até con las correas de cuero a mi espalda. Los caballeros la llevan a la cintura. Bien, bravo por los caballeros. Yo no era ninguno.

Recogí un par de dagas cortas y las escondí en mis mangas. Nunca sabe uno cuando puede necesitarlas. Las aseguré con un par de cintas de cuero a mis antebrazos y sonreí satisfecho.

Seguía llevando mi armadura ligera de cuero duro. No necesitaba mas. Mayor protección, menor movimiento, y yo no destacaba por ser fuerte, precisamente. Incluso después de repasar mentalmente mis nuevas habilidades, recién enseñadas, dudé mucho de que mi fuerte fuera la fuerza. No precisamente

-Nos vamos?- Pregunte al resto mientras me ataba las botas con firmeza.

Habían sido días oscuros y a la vez luminosos. La sombra se había cernido sobre la nueva existencia del que un día fuera Giuliano Piccolomini, un fraile arrancado a la fuerza del Camino de la Luz y arrojado a una no vida diabólica y antinatural. Pero una nueva claridad de esperanza, de superviviencia, había alumbrado las tinieblas: el saberse hijo de Caín, el Hermano Caído, el Condenado, y obtener un conocimiento arcano que le alejaba de la humanidad y le colocaba en un lugar superior. Sin alma, pero poderoso. Sin la opción de alcanzar la paz del Cielo, pero con las puertas abiertas a un futuro sin límites. El Libre Albedrío en su máximo exponente. El Todo o Nada.

La bestia que había renacido de la carne del sienés absorbió todo el saber que sus tutores tuvieron a bien poner a su alcance. No fue difícil. Giuliano siempre había sido alguien que prefería las sombras y el anonimato, buscando pasar desapercibido en un rincón. Esa afinidad con la penumbra pareció florecer como una rosa negra a la luz de un sol frío y moribundo. Las tinieblas de las estancias parecían acercarse al nuevo vástago como los perros a sus amos, ansiosamente, serviles y preñadas de amor. A medida que la confianza crecía en el corazón muerto del amorfo engendro, una fuerza sobrenatural hervía en sus músculos y ardía en sus ojos.

El Bien y el Mal ya no se distinguen, Padre. Tú los creaste para encasillar a tus hijos mortales. Reservaste el primero para tus fieles y el segundo, para los seguidores de Satanás. Pero quién es Lucifer sino otro de tus hijos que osó desafiarte. Pero yo no formo parte ya de ese mundo, omnisciente bastardo... Soy un Hijo de Caín, un repudiado. Expulsado de tus altos planes y tus caprichosos juegos. Soy Relicta, el Abandonado.

Relicta nació ese día del cadáver de un fraile franciscano. Y fue Relicta y no ese paupérrimo sienés el que se presentó ante los ojos de Handestadt y aceptó con ferviente alegría el encargo que, de llegar a buen puerto, le abriría las puertas de esa nueva familia y esa nueva sociedad en la que todo era posible.

Con paso firme, oculto siempre el rostro bajo el grueso capuchón de su hábito de franciscano, el nosferatu siguió a sus compañeros hasta el almacén al que los guió Roderigo. El inexperto cainita observó al resto de neonatos escoger su armamento, indeciso o quizás indolente. Sus manos tomaron un báculo de madera recia y oscura, despreciando el acero de espadas, hachas y dagas.

El camino será largo... 

La verdad era que no esperaba mucho de lo que sucedería de aquí en adelante,suspire y luego de guardar la daga y la espada escogidas para dicha misión.

Me prepare mentalmente para cumplir el objetivo de mi venganza poder acabar con todos aquellos que nos engañaron y al parecer nos mataron alejandonos del mundo de la luz y de la humanidad.

Esperaba poder realmente lograr dominar mis nuevas habilidades y poderes recién adquiridos pero debía de mostrarme dócil sabía que no iba a ser fácil pero para lograr la misión debería dejar atrás mi orgullo para cumplir la meta.

        Tras de tomar las armas y armadura específicas que buscaba o no tomar nada, la duquesa mira a Mariana y al resto de caballeros a su alrededor una vez, asintiendo a aquellos que le devolvieron la mirada en silencio antes de decir le a Roderigo y al resto con seguridad y liderazgo:

        " Entonces vayamos a la posada del León cu su venia señores y que dios se apiade de nuestras almas si aún es posible eso! "   

Entonces comencemos nuestro camino señores y señora Duquesa- dice el hombre  quien comienza a llevarles.

Mientras andaban por  los estrechos caminos entran a una zona boscosa y la lluvia comienza a caer. La oscuridad y la lluvia no hacian fácil el papel de Roderigo de manejar, los caballos se ponian nerviosos y debia andar hablandoles para que se tranquilizaran.

A lo lejos notan un asunto problemático.

Mala cosa,  se ha caido un árbol por la tormenta... - dice el hombre bastante fastidiado por el asunto- deberemos moverlo si queremos continuar o cortarle...vaya mala suerte.

Bajo del carruaje y miro al árbol caído por lo que se veía un solo hombre no podría levantarlo solo así que luego de inspeccionarlo detenidamente dije:

-Vamos a necesitar a todos los hombres del grupo para mover el árbol y seguir nuestro camino el talarlo si bien no es mala idea señor Rodriego,estamos en la oscuridad de la noche y la misma oculta cosas tan o peores que nosotros según los cuentos que escuche de mi tata hace ya muchos años,no que crea en superstición pero hasta hace poco tampoco creía que los vampiros son reales y ahora resulta que yo soy uno de ellos,¿que tanto de ese mundo que se supone de misterios y supersticiones son reales?,es mejor no arriesgarse.

Esperaba que los demás hombres también tuviesen dos dedos de frente y sentido común de no usar las armas para talar el árbol por los peligros si bien podrían no estar allí ahora era muchísimo mejor no tentar a la diosa fortuna para que hiciera alguna de las suyas.