Partida Rol por web

El comedor esta en forma igual que recuerdan, sin embargo hay algunas sillas algo maltrechas y una gran cantidad de polvo. La cocina se nota que no se usa más que la cámara frigorífica, cuando se acercan a abrirla pueden ver que está totalmente llena de bolsas de sangre, aquella cantidad era ridícula, todo un refrigerador industrial lleno de bolsas de sangre.

Pero algo llama la atención de cualquier,  al fondo hay algo, un cuerpo, con cuidado se acerca y puede ver que no es uno, realmente son tres cuerpos, cualquiera que se acerque  puede ver como aun llevan puestas las ropas, unos uniformes militares bastante extraños, tras fijarse puede ver como tienen heridas en puntos vitales de forma punzante

-¡OH, JODER!- tan pronto como se le ocurrió la feliz idea de curiosear en la cámara frigorífica soltó la puerta y retrocedió dando traspie hasta golpearse con uno de los muebles de la cocina en los riñones con una mano en la boca para intentar ocultar la mueca de horror.

-Himiko ¿Quiénes...?- no pudo contener la convulsión por las náuseas pero al tener el estómago vacío solo consiguió que éste se contrajese dolorosamente y que el sabor a bilis subiese por la garganta, mirando a la vampiresa con los ojos verdes abiertos de par en par por el horror.

Estaba claro que Himiko necesitaba alimentarse, pero no por ello se le hacía menos duro... y lo que más claro estaba era que dentro de la cámara frigorífica no encontraría comida para ella.

Tal y como temía, no queda ni el apuntador. Genial.

La hostia de los trescientos años ha sido dura para las hermanas. Supongo que yo me la llevé lo peor ayer. Me preparé para lo peor y me despedí como es debido. Fue un acierto, aunque bastante duro.

Entramos en el comedor. Todo está más enguarrado. Se me hace raro entrar y que no haya un desayuno o algo preparado, como acostumbraba. Casi me siento nostálgico al ver la ventana donde ví reflejado por primera vez a ese lobo espectral...lo que me recuerda que voy a pasar por el laboratorio a rapiñar todos los pergaminos de conjuros que queden.

El grito de Nyara me hace ponerme alerta, a mí y al cuervo. Cuando me acerco rápidamente a ella, veo lo que la ha asustado. Joder, fiambres. He diseccionado un montonazo de bichos y visto morir a otros cuantos, grandes, viendo como se retorcían de un balazo, así que no me impresiona tanto como a ella, pero siguen siendo putos seres humanos, por lo que no puedo evitar palidecer un poco y notar una sensación desagradable subir desde mi estómago.-Mierda...-digo, y cierro la cámara frigorífica.

Eran soldados, por lo que significa que seguirán ahí fuera dándonos caza.-Himiko, ¿cuántos de esos suele haber por aquí? Si encuentran a Ben y a los otros pueden darse por jodidos.-pregunto, preocupado. Lo último que quiero es avisarles y que vengan aquí por un camino que esté petado de militares cabrones.

Himiko parece no darle demasiada importancia la asunto y dice:

- Son soldados, pero no os preocupéis no deberían de suponer mucho problema de hecho no les interesamos nosotros, a fin de cuentas no tenemos poderes

La niña se echa hacia atrás y mira a los allí presentes:

- Creo que debería explicaros un poco mas... lo primero, no habéis sido transportados... se os mantuvo en un sueño mágico que ha durado 300 años y yo me tuve que quedar para protegeros ya que soy la única que podría vivir tanto tiempo... a la que buscáis nunca la he llegado a ver porque no he salido muy lejos del castillo porque tenía que cuidaros

Mira a los que están allí y añade:

- Y aun no puedo marcharme, aunque no me interesa demasiado lo que pueda haber fuera... esos soldados... como he dicho no os persiguen a vosotros, solo la quieren a ella

Cuando se había despertado había sentido como si la presencia de Himiko hubiese sido un sueño y ella siguiera en duermevela. Pero era ella...y no lo era. Era como cuando la conoció. Cerrada, seria, sin alteraciones. Mantuvo el silencio, incómoda. ¿No la había reconocido? ¿O ya no importaba lo que habían pasado juntas? La habría abrazado hasta dejarla sin aire, pero allí estaba, ajena a su amistad...

Miró al resto, confusa. Todo había cambiado en trescientos años, y sin embargo el castillo casi parecía el mismo... Trescientos años... quizás ya no sólo no existía su familia, quizás la ciudad entera de Venecia se encontraba bajo las aguas de la laguna. Se obligó a reprimirse emocionalmente, o quizás explotaría... tomó la mano de Chris buscando firmeza, la suya estaba temblando.

No se acercó al frigorífico, no quiso echarse más mierda emocional encima. Se giró hacia Himiko y caminó unos pasos hacia ella, sentía una punzada en el pecho por todo aquello de golpe.

-Himiko...-murmuró, llamándola. Quizás le sonreiría, o la abrazaría. Pero en lugar de eso les habló del tiempo y los soldados. Deslizó su mirada hacia el cuerpo interte y la volvió a mirar. ¿Se habría provisto de ellos para alimentarse?-Himiko, ¿has estado sola todos éstos años...?-sintió el nudo en la garganta y la voz temblorosa-Ahora estamos aquí. Makoto está en el bosque, se alegrará de verte...-necesitaba ver la Himiko de hacía 300 años para sentir que no habían pasado 300 años.

Himiko mira a Lia a los ojos, esta podía sentir que la mirada de la niña era fría pero al mismo tiempo intensa:

- En esencia no porque estabais todos vosotros aquí dormidos, como he dicho alguien tenía que asegurarse que llegabais a este año

Se pone en pie y se acerca a Lia para decirle:

- No es necesario que sientas lastima por mí, hace tiempo que deje de ser la niña asustadiza y tímida que conocías... de hecho hace ya demasiado tiempo

Sigue caminando y coge uno de los cuerpos con facilidad, como si no pesaran nada y lo coloca encima de una mesa con facilidad, acerca su nariz y parece confirmar algo, los colmillos de la niña se alargan y le muerde en el cuello en la herida que ya tenía el hombre, tras un par de minutos se aparta y dice:

- Si necesitáis ropa de abrigo podéis usar la de este, hay varias chaquetas mas como esta y aíslan muy bien del frio

Le quita la chaqueta al hombre y se lo carga al hombro mientras dice:

- Os dejare solos un rato mientras incinero el cuerpo...

Y comienza a caminar hacia el exterior del castillo

¿Que no les interesamos nosotros? Claro, seguro. Fijo que si nos encuentran por el bosque no nos meten una bala entre los huevos.

La revelación de que no hemos viajado, sino de que hemos estado hibernando no me cambia la cara por fuera. Por dentro me revuelve. Estaba preparado para venir aquí, pero llevaba guardando una pequeña esperanza de volver en lo profundo de mi ser. Pero el saber que no hemos viajado como tal en el tiempo me hace suponer que, si no se puede viajar hacia el futuro con magia, tampoco hacia el pasado. Sólo son sospechas, pero viendo como está afectando esto a Lia, prefiero mantenerlas para mí.

Sigo con la mirada a la niña que antaño bebía tímidamente con una pajita y que ahora tiene colgados cadáveres del refrigerador. Mientras, paso una mano por el hombro a Lia y la acerco a mí, intentando que se sienta algo...mejor, no sé. Últimamente sólo nos dan malas noticias.

Cuando la suelto, me giro a las hermanas y digo.-Bueno...no va a servir de mucho quedarnos desencajados. Si podéis reprimir las ganas de vomitar deberíamos comer algo, beber, coger el libro, avisar a los otros...-y demás cosas que no tengo ninguna gana de hacer. Pero aletargarnos más sólo será peor. Cuanto antes nos movamos antes iremos aceptando toda esta mierda.

Todo había sido demasiado... directo. En parte la sorprendía, pero lo de los cuerpos no la molestaba mucho puesto que durante el Katrina vio muchísimos más cadáveres, y lo peor, que eran de conocidos aunque fuera de vista.

Estuvo callada, intentando pensar si eran los mismos que habían asaltado el castillo de Kyoto, pero no fue así. Cuando Himiko se movió como si de verdad supiera hacer todo y afirmó no ser una chica asustadiza, Kyara no pudo más que darla la razón y apartar la mirada un poco cuando se alimentaba.

Eso si la superaba.

-Creo que es una buena ropa -dijo mientras hacía un gesto- yo me quedaré la de este y cogeremos la de los demás, ¿os parece? -y mientras Himiko salía de la habitación, Kyara se dirigía a esa comida enlatada- Bueno, creo que podemos comer un poco y luego tenemos que ir a la biblioteca, que escondí allí una cosa importante -comentó a los demás mientras se ponía la chaqueta del difunto soldado.

Controlando las arcadas (y convenciéndose de que se lo tenían relativamente merecido), Nyara optó por ignorar a los cadáveres para proveerse de una de esas raciones y beber agua hasta que casi acabó por vomitarla por la cocina. No dijo nada, demasiado ocupada en tener la boca llena de comida pero desde luego llevar a otros al castillo no le parecía una opción viable, que se jodiesen por sedentarios... el único que tenía una especie de salvaconducto era Mike y porque no tenía ropa para hacer frente al frío exterior.

-Luego me llevo uno de esos trajes- avisó en general, no le hacía falta a ella, pero el chino lo agradecería si es que acababan en las cuevas para hacer de niñeras de esa panda de lloricas de las narices.

Quizá Himiko no esté muy por la labor de soportarles. 300 años, 250 de soledad y ahora, de golpe y porrazo, pretendían llenar eso con una panda ruidosa y egocéntrica que no habían pasado la noche fuera como ellos y, seguramente, habían sufrido mucho menos que Chris, Kyara, Lia y Nyara.

-Si dormíamos... ¿qué hacíamos en el bosque?- miró a Himiko, echando una mirada hacia la polvorienta ventana para ver como la luz parecía ir menguando-Kyara, ponte ya el traje- la indicó en un tono que no admitía réplica (aunque eso no quitara que su hermana replicase e hiciese lo que le salía de las narices)-después podéis ir a curiosear en la biblioteca- ladeó la cabeza para continuar con la conversación de Himiko- Ella creemos que está cerca de las cascadas, Kyara la escucha a veces... ¿quién es?

Himiko mira a todos y dice:

- No podéis entrar en la biblioteca aun... es cierto que sois vosotros, pero no me fio aun lo suficiente como para dejaros entrar ahí

Se gira en el umbral de la puerta con el cuerpo sobre el hombro y dice:

- Este castillo esta bajo mi cuidado y es como si fuera mío, mejor que olvidéis como era el castillo antes o como era yo...

Fue entonces cuando le hablan de la ultima, Himiko deja caer el cuerpo y se acerca mientras habla:

- Solo la he visto una vez y de lejos... todos vosotros poseéis magia o poderes sobrenaturales, y en este tiempo eso no existe... y antes de que lo digáis, no, yo no soy como vosotros, yo soy un vampiro, eso es otra cosa cuando nos conocimos mi sangre estaba despertando al igual que la de vosotros, pero... por explicarlo de cierta forma mis habilidades no tienen nada que ver con la magia ni con la esencia sobrenatural, lo explicare de forma sencilla.

Vosotros cuando usáis vuestras habilidades os cansáis y con descansar os recuperáis cierto? yo soy diferente...yo necesito la sangre de otros para vivir y con esa sangre puedo desarrollar mis habilidades... bien la ultima como la llamáis es como vosotros, pero como multiplicado por mil y encima ella produce magia...

Himiko coge un vaso de agua y lo llena hasta el borde mientras dice:

- Imaginaos que el vaso es vuestro cuerpo y el agua vuestra digamos energía sobrenatural, esencia, ki, magia o como queráis llamarlo, si lo usáis cada vez hay menos

La vampiresa empieza a mover el vaso que va derramándose hasta que apenas queda la mitad, entonces lo gira y el agua cae

- Si la usáis toda se agota, pero por suerte vosotros descansáis y podéis hacer esto

Coge una jarra llena de agua y llena de nuevo el vaso

- Ahora imaginaos que esta jarra es inagotable, eso quiere decir que siempre habrá energía sobrenatural cierto?, pues esa jarra es la ultima...

Kyara escuchó todo mientras se iba poniendo ropa de abrigo y comía algo de esa comida enlatada empujándola con agua, esa de la que tenía tanta necesidad- Entiendo que no te fíes de nosotros, han pasado tres siglos, pero necesito entrar allí, si quieres ven conmigo y no me quites ojo -explicaba a la chica- pero es necesario.

-Si eres la Reina, entonces tendrían que pedirte permiso para entrar aquí, ¿no? -miró a los demás- te aviso que son una panda de escandalosos e histéricos los demás -puntualizó- hay un par que parecen normales, pero otros eran los más chulos y los más guays -explicaba desde su punto de vista el ganado que estaba en las cuevas.

-Respecto a la otra, bueno, a veces parece que conecto con ella, pero aquí hay algo que lo bloquea, como si algo lo impidiera, ¿eres tú capaz de eso o hay algo que bloquea esos poderes en este lugar?

Himiko escucha a Kyara y con una leve sonrisa dice mientras mira de reojo el cuerpo que estaba tirado a su lado:

• Si molestan demasiado no olvides que pueden tener utilidad para mí… en cuanto a la biblioteca…he dicho que por el momento no se puede entrar y no se puede entrar y espero no tener que enfadarme y que los que den problemas ya estén aquí…

La vampiresa se disponía a coger de nuevo el cadáver cuando se acuerda de algo y dice:

• Cierto, no es algo lo que te impide conectarte con la ultima… es alguien y ese alguien es el motivo por el que no podéis entrar en la biblioteca aun….

Comienza a echarse a los hombros el cuerpo y dice:

• Es alguien que apareció poco después de que os durmierais, no la conocéis pero es de vuestro tiempo, porque crees que os podéis entender aun aunque habléis en diferentes idiomas? Cuando ella despierte ese bloqueo del que dices podrá eliminarse… si ella es capaz, pero mientras tanto no podéis entrar en la biblioteca ni podréis contactar con la última. Podéis usar las que eran vuestras habitaciones, todo esta igual salvo los ordenadores ya que no tenemos acceso al exterior por esa vía

Himiko ya en la puerta y a punto de salir dice sin mirarles:

• Descansad pues os hará falta

Tras eso cierra la puerta del comedor dejándoles

Arqueó una ceja con curiosidad. ¿Ella? ¿Ella quién? Tenía que ser una especie de broma... aunque sospechaba que la nueva Himiko no era muy de bromear abiertamente (aunque usar a los repelentes de "pienso" no le era especialmente desagradable). Se acercó a la ventana donde en su día dibujó un castillo con los dedos y frotó el cristal, guardando silencio para ella.

¿Dónde dormía esa persona? ¿Qué pintaba en todo eso?

Escucho todas las movidas que nos cuenta Himiko mientras cojo algunas latas y agua para mí y para Lia. El estar escuchando ayuda a no comer como un troglodita, al menos no más de lo habitual. Mi cuerpo se va llenando y mi garganta recupera su funcionamiento normal.

¿De quién hablará Himiko? Un alguien de nuestro tiempo...supongo que estará en la biblioteca encerrado, por eso no podemos entrar ahí. Aunque algo me dice que Kyara querrá colarse y coger el libracro.

-Bueno...-digo una vez se ha largado Himiko y he acabado con las latas, sacando el móvil de Rina y dejándolo sobre la mesa.-Id escribiendo un mensaje a los otros ahí y se lo mandáis con el cuervo.-digo, levantándome y dirigiéndome a la puerta.-Creo que es mejor no perder el tiempo. Voy al laboratorio, a ver si puedo encontrar algún hechizo que nos sirva.-