Partida Rol por web

Lia y Chris entraron a paso tranquilo. Les habían dicho que habría reunión en el comedor, así que bajaron directos desde las habitaciones.

Al entrar caminó en silencio pero no cabizbaja, simplemente con aspecto cansado. Vio a Himiko y tuvo tentaciones de evitarla, pero ahora el castillo era suyo y le debía respeto. Se acercó a ella y se paró a unos metros para no molestarla.

-Siento interrumpirte, pero sin querer he hecho un pequeño estropicio en una de las habitaciones. Subiré en cuanto pueda a arreglar la ventana, que se ha roto, de modo que no tengas que hacer nada, ya que ha sido culpa mía-se excusó he hizo una leve reverencia como había visto a hacer a Makoto otras veces. Quiso irse a sentar, pero esperó brevemente si quería responderla.

Himiko levanta la vista del libro y mira a Lia, asiente y dice:

- Quedan más habitaciones... de todas formas mientras no afecten a las salas que realmente me interesan no es mucho problema, aunque si es de recomendar que si has roto algo lo arregles

La vampiresa mira de rojo a todos los presentes para dar un sorbo a la taza de té que contenía sangre

Entro sujetando a Erik por las muñecas. Las lleva atadas tras la espalda.

El cocinero parecia decaido, pero al verles a todos alli se queda serio mientras mira a Viky y a todos, no puede evitar una leve sonrisilla, parecia divertido aunque realmente no sabian si se estaba diviertiendo o no

Ver el gesto del cocinero al entrar al comedor hace que se me revuelvan las tripas. Debo soltarle porque no me veo capaz de estar tan cerca de él sin usar la violencia ahora mismo, así que le sujeto hasta una de las mesas del centro para luego empujarle contra una silla obligándole a sentare. Me aparto y tomo aire, muevo el cuello de lado a lado y procuro relajarme. Ni siquiera he podido fijarme exactamente en quien está y quien no está en la sala, pero hablo intuyendo que todos tenemos más o menos la misma percepción. - No me andaré con rodeos... tal y como yo lo veo - me doy la vuelta hacia mis compañeros - y dejando claro de antemano que es solo una opinión, veo tres opciones. Entregarlo a Himiko - doy por hecho que eso incluye su ejecución - permitirle la convivencia con nosotros, o el destierro. No necesito ni un segundo para mostrar cuál es mi parecer. - Yo no me veo capaz de convivir con él, ni de sobrellevar su ejecución, así que mi opción es el destierro. Miro durante unos segundos las reacciones de quienes estamos ahí. Espero que ellos tengan sus propias opiniones y valoraciones y que, entre todos, lleguemos a un acuerdo o votemos por una decisión. - ¿Y bien?

Cuando escuchó a Makoto se giró y le vio entrar con Erik. Bueno, el cocinero, aunque hecho un cristo, estaba consciente, que ya era algo. Hizo una leve reverencia hacia Himiko entendiendo por terminada su conversación y se fue a la silla donde quería sentarse inicialmente, cerca de Chris.

Una vez sentada, miró al japonés, ignorando a Erik. Al menos había ido al grano, cosa que era de agradecer. 

-Obviamente, tengo mis razones para no quererlo cerca. Es tan cobarde que podría rajarnos el cuello mientras durmamos, así que si votamos, el mío va contigo, Mako. Aunque no podría negarle a Himiko sangre fresca si la desea-hablaba tranquila aunque seria. No era la situación más cómoda del mundo, pero no le alteraba la presencia del cocinero, logro fruto de la terapia que ella misma se había recetado.

Cruzó las piernas, cediendo el turno de palabra. Al menos habían descubierto pronto que era un psicópata. Y aunque en otra circumstancia habría sentido compasión, simplemente estaba demasiado cansada para apiadarse de nadie, y menos de un asesino.

Angelica observa la situacion y finalmetne dice:

- Yo... bueno no he participado demasiado de las decisiones y no creo que sea quien para decidir, pero, si le dejamos fuera con esta tormenta no seria practicamente lo mismo que matarle?

Miro a Erik cuando entra, asqueada ante su simple visión y esa despreciable sonrisa, y no por sus merecidas heridas.

Escucho a Makoto y sus opciones. Yo misma había barajado otras antes, pero en vistas a que las puestas sobre la mesa me satisfacen en gran medida, al contrario de la adicional que tenía en mente y no pienso exponer, me dedico a escuchar las opiniones de los demás, concordando con Giulia y Angelica.

-¿Y te libras del peso de su ejecución mandándole a morir herido y congelado en la tormenta? Que no lo veas morir no quiere decir que no vaya a ocurrir.- Mi tono es duro y claro, aunque me cueste hablar fríamente tan de seguido y mi voz sea baja. -Tu decisión no le perdona la vida aunque creer eso te haga sentir mejor, si no que eliges de que manera morirá, y para hacer eso, mejor se lo entregamos a Himiko directamente, que por lo menos a ella le servirá de algo... Y espero que no os planteéis en serio la opción de convivir- Cabizbaja, mirando mis manos, que froto con nervios en círculos una contra otra apoyadas sobre la mesa, aclaro mi decisión con rencor, tratando de convencer a los demás y defender mi postura, sabiendo que tal vez mis palabras solo consigan que el japonés se eche atrás, aunque no la italiana, pero ya que Angelica había hablado...

Alcé un poco la cabeza al mismo tiempo que me echaba el pelo hacia atrás y adelanté un poco mis manos, que seguía mirando y moviendo para tratar de mantener la calma mientras hablaba. -Si preferís que muera en la nieve no me opondré, pero no quiero volver a verlo. - Agaché más la mirada, a la altura de los codos, y luego volví a mirar a Erik, tensa y molesta por su presencia. - Nunca.

Elizabeth y yo entramos en el comedor lentamente. Nada más entrar, busco a Victoria entre los presentes, y la veo sentada a una de las mesas del comedor, apartada del resto. Señalo su posición a Liz, y nos encaminamos hacia allí, viendo cómo Giulia discute algo con Himiko. No le presto atención, como tampoco a los demás, tan solo vamos hasta esa mesa y pongo una mano sobre el hombro de Victoria, apretándolo ligeramente. No digo nada, no se me ocurre tampoco. Comprendo que se sienta mal, y me siento en parte culpable por ello. No debimos dejarla sola, deberíamos habernos quedado con ella y ayudar con T.J., nos confiamos. Puede que no hubiéramos podido salvarlo igualmente, pero ella no tendría que cargar ese peso sobre sus hombros en solitario. De modo que, cuando se gira a mirar quien pone esa mano en su hombro, no digo nada, simplemente la miro y le hago un gesto para ver si le importa que nos sentemos con ella. Y así lo hacemos.

Veo a Makoto entrar con Erik. El japonés ya ha dejado claro hace un rato hasta donde se ha roto toda relación entre nosotros. La hemos roto los dos, pero al menos cabía esperar cordialidad. En cambio, cuando le hablé ahí arriba, en la habitación, me ignoró descaradamente, dejándome con la palabra en la boca. Atendió a Liz, pero no a mí. Está claro el asunto.

Pero lo que realmente me sorprende es ver a Erik... ¿Sonreír? No, esto no puede estar pasando. Nadie puede estar en su situación y sonreír, encontrarle un mínimo de gracia a todo esto.

A no ser que sea un puto psicópata.

El propio Makoto empieza a hablar, aunque no me apetece ni mirarle a la cara, así que me cruzo de brazos, con la espalda en el respaldo de la silla, y escucho mientras fijo la mirada en Erik.

Y lo que dice Makoto no esta carente de verdad. Aunque no contenga toda la verdad. Para empezar, si tenemos los santos huevos de decretar la ejecución de Erik, no veo por qué debería ser Himiko la encargada. Ella nos ha dicho que nos encarguemos nosotros, echar la pelota en su tejado me parece una cobardía y una falta de respeto hacia nuestra anfitriona. Pero claro, es mejor eso que dejar claro delante de Erik que ninguno de los presentes tiene lo necesario para ejecutarle a sangre fría.

Al menos, eso espero...

Tampoco plantea la opción que debiera ser más natural para todos nosotros. Mantenerle preso. Debería ser nuestra primera idea, siendo gente que vive en sociedad. A los delincuentes se los mete en prisión. Pensamos antes en ejecutar o desterrar que en meterle en una celda y que no salga. Eso tiene que significar algo. Pero no lo pienso proponer, porque tampoco me fío de esa opción. Cargaría sobre nuestras espaldas la responsabilidad de entregarle una parte de los recursos de que disponemos, algo que no se merece.

No, Makoto aboga por el destierro, y Giulia casi inmediatamente le da su apoyo. Angélica pregunta si desterrarle en medio de la tormenta no sería lo mismo que ejecutarle, y ahí ya siento que debo intervenir.

Pero Victoria se adelanta, hablando con aparente desprecio, aunque lo que yo veo es principalmente dolor. Sus palabras sin agrias, pero no puedo negar nada de lo que dice. Al contrario, asiento a lo que dice y, cuando termina, pongo una mano nuevamente en su hombro, tan sólo un instante.

La convivencia no es una opción. -Digo de forma tajante, en alto, para que todos me oigan. Especialmente Erik- Y esto lo digo totalmente en serio. Independientemente de la decisión que se tome aquí, si Erik queda libre y se acerca a mí... -Miro a Elizabeth de reojo- A nosotros... -Vuelvo a mirar directamente a Erik, completamente serio- Le mataré yo mismo.

Me sorprendo a mí mismo al decirlo con tal convicción. Incluso me quedo un instante en silencio, sosteniendo la mirada de Erik con dureza, antes de volverme a Angélica.

El destierro no tiene por qué hacerse durante la tormenta. Podemos dejarlo encerrado hasta que pase, y que se largue después, con lo puesto. Que viva o muera dejaría de ser asunto nuestro, que se busque la vida. Pero que tenga bien claro que bajo ningún concepto le conviene acercarse a nosotros de nuevo. Para mí nunca dejará de ser el cobarde que mató a T.J. por la espalda. -Finalmente dejo la vista clavada en el suelo, anotando la ya sabida conclusión- Sobra decir que apoyo la opción del destierro. Y, por cierto... -Me froto los ojos, molesto- Además de esto, también está el asunto de qué hacer con el cuerpo de T.J. Cuando pase la tormenta quisiera ofrecerle un entierro digno. Si nadie tiene algo en contra.

Katarzyna escogió la primera mesa que vio, se sentó, de forma pesada en la silla,y dijo:

- Si alguien tiene algo que decir, por favor, que se siente y lo diga  -  dijo, todo lo alto que pudo sin gritar.
- Sin golpes, hechizos, ni tirones de pelo, a ser posible  -  añadió, más bajo y sin esperar darle mucha importancia.

Rox observa a Katz y dice:

- No hace falta todo eso, estamos aquí discutiendo el tema, resumidamente Makoto ha propuesto que o se lo demos a Himiko, o lo matemos o simplemente actuemos como si no hubiera pasado nada...

Mira a todos y a continuación añade:

- Angélica ha votado que le desterremos, Makoto, Ben y Victoria también, aunque la primera ha comentado que sacarle ahora sería como matarle... yo por lo que se que ha hecho no estaría segura con él en el castillo, pero si esta fuera nada le impide volver a hacerlo... yo pienso que ya que se ha hecho en su castillo, debería ser decisión de Himiko lo que hagamos con el

Katarzyna se levantó y se dirigió hacia donde estaban los demás.  Agradeció el resumen de Roxana y dejó que el resto se pronunciaran.

Entré junto a Ben en el comedor, que rápidamente me indicó donde se ncontraba Victoria y nos dirigimos hacia allí. Este volvió a ofrecerle consuelo, sin duda eran mucho más cercanos que ella y yo.

Si alguien tiene que hablar con ella, debería ser él…

El debate sobre lo que hacer con Erik no tardó en comenzar. Sin demasiado rodeo Makoto expuso las opciones que contemplaba, y el resto también fue dando su opinión, incluído Ben, que de forma muy dura declaraba que mataría al chico si se acercaba a nosotros.

Me mantuve quieta, en silencio, mientras escuchaba las distintas opiniones. En más de una ocasión sentí un escalofrío, no sólo cuando escuché a Benjamin hablar de aquella forma; aunque obviamente esto me preocupó mucho más.

¿De verdad vamos a matarle?

Miré a Erik un instante, sin saber dilucidar lo que expresaba su rostro o lo que podía pasársele por la cabeza; aunque en realidad, hacía rato que no reconocía a los presentes. ¿Es la situación? ¿O es cosa del… castillo?

Hacía ya unos minutos que una idea rondaba mi mente. No me quitaba de la cabeza la sensación de inquietud al ver el castillo en mi visión. Puede que algo estuviera influenciándonos… La verdad es que no tenía más en lo que basarme que lo que había sentido, puede que solo tratara de engañarme frente a las extrañas actitudes de algunos.

Finalmente me atreví a hablar, para lo cual me puse lentamente en pie, para así captar la atención.

-Y-yo… N-no estoy de acuerdo con ninguna de las opciones. – fui adquiriendo seguridad en mi discurso. – En una s-situación normal le entregaría a las autoridades… Pero aquí no las hay. R-retenerle hasta volver sería lo correcto… En mi opinión. – maticé rápidamente. – Aunque entiendo que no abundan los recursos, así que me someteré a lo que quiera la mayoría. – dije cabizbaja. - ¿Pero matarle no nos convertiría en lo mismo que es el? – añadí, aún mirando al suelo. – S-sólo quiero pedir una cosa… - volví a hablar tras alzar nuevamente la mirada, otra vez temerosa. – D-dejémosle hablar, a-asegurémonos de que hacemos lo más adecuado, q-que nada externo le esté… I-influyendo…

Puede que mis palabras sonaran a locura, pero desde hace algunos días todo podía ser. Volví a sentarme, esperando que aceptaran mi petición, o que al menos zanjáramos ya este asunto, y poder darle a T.J un entierro digno.

En cuanto entra la polaca le ofrezco una silla para que tome asiento, en silencio, y así evitar interrumpir a Benjamín.

Enseguida Roxana le hace un resumen aproximado de lo que acabamos de empezar a tratar.

Luego escuché con atención la opinión de Elisabeth, entrelazando mis dedos y entendiendo sus comentarios. Aunque no la comparto, obviamente la respeto.

Sin embargo, si asentí a ante las palabras del dragón a medida que las pronunciaba. no podría estar más de acuerdo con él. Cuando menciona la opción del encierro temporal, describo las condiciones de los calabozos, para que las conozcan.

- Cuando lo bajamos a las celdas pudimos comprobar que son un auténtico congelador. El agua y la nieve se cuela por la mayoría de las ventanas que dan al exterior. De hecho, ese fue el motivo por el que le encerramos luego en la habitación - antes de conocer la tragedia... - de lo contrario, no sé si me habría llegado a importar.

Levanté las palmas de las manos mientras me explicaba, dando a entender que era puramente informativo. Aún en caliente... poco me importaba lo mal que fuera a pasar la noche el cocinero.

- A la espera de lo que diga el resto, - miro a quienes aún no han hablado, luego hacia la puerta, esperando que entre alguien más - ya conocéis mi opinión, y me sumo además a lo que dice Benjamín - asiento apretando los labios, con los ojos puestos en Ben.

El chico comienza a reir mientras escucha lo que dicen los demas y finalmente añade:

- Pero que os creeis que sois? la corte marcial o algo asi? no sois mas que unos niñatos con superpoderes que se creen con capacidad de juzgar a los demas....

Rie con fuerza para despues decir:

- Acaso no es esto pura supervivencia? si yo no lo hubiese hecho el me habria matado antes, y quienes me van a juzgar un tipo que tiene garras y que dice le da igual matarme? ja, no te lo crees ni tu, o este chino que tiene garras y desaparece? o la delicada chica que da palizas a distancia? o el que destroza arboles por puro aburrimiento? decis que yo soy un asesino? jajaja, solo soy el que primero ha empezado este juego que todos sabeis como va a terminar

Entramos en el comedor junto con el perro. Sé que tengo un aspecto horrible, ojeras, cortes por todo el cuerpo, la ropa medio rasgada, despeinada, muy pálido...Cansado, me dejo caer en una silla, despatarrado.

No puedo evitar ver como el imbécil de Erik sonríe. ¿Sonríe? Apuñala a una persona por la espalda, de la forma más cobarde posible, sin motivo aparente y ¿sonríe? Estoy reventado, pero sólo eso me hace hervir la sangre lo suficiente como para que me den ganas de levantarme y partirle todos los dientes. Odio a este tipo de gente. No es más que la evolución de un matón de colegio que daba collejas a los más débiles. Solo que aquí ha suplido músculo con un cuchillo.

Tras eso, el juicio comienza, todos van dando sus opiniones. La única no razonable es convivir. No digo nada aún, pero estoy de acuerdo con todos. Especialmente con Ben. Si se acerca a menos de un metro de nosotros le sacaré los ojos yo mismo. Sin cuervos ni perros ni magia, cogeré una puta piedra o lo que tenga a mano y le reventaré la cabeza, como he hecho siempre con los gilipollas cobardes que abusan de su propia cobardía.

Cuando el asqueroso rompe a reír, mi cabreo sube hasta mi cabeza y sale por mi boca.-¡¿Pero de que coño vas?!-digo dando una hostia con el puño en la mesa.-No eres más que un puto maricón de mierda. Matas por la espalda a una persona y lo único que se te ocurre es echarte a reír.-me giro a los demás y digo-Destierro. Y por mí podemos hacerlo ya y atado. Que se pudra en la nieve.-el perro, reflejo de mi estado de ánimo mira enesñando los dientes y gruñendo hacia donde está el cocinero. Concretamente hacia su entrepierna.

Katarzyna aprovechó la pequeña confusión para levantarse y alzar, calmadamente, la voz sobre la de los demás, pidiéndoles la palabra.  Esperó el momento de que se calmaran y le dejaran hablar:  iba a soltar un buen monólogo y necesitaría que la escucharan hasta el final.

- Todos sabéis que echar a alguien del castillo es como la muerte.  ¿Encerrarlo aquí mientras buscamos a la última?.  Lo mismo: moriría de frio, hambre, o Himiko lo mataría en cuanto nos fuéramos.  ¿Qué queda entonces? Soportarlo o matarlo.

Hizo una pausa muy, muy corta para asegurarse de que seguían escuchando, pero sin dejarles reaccionar.

-  ¿Pero es justo matarlo?.  Más de uno vimos que Himiko se dio cuenta antes de que todo sucediera, pero decidió no hacer nada.  ¿La matamos también?.  O Vick ... Victoria, prefirió tratar a T.J. sin tener ni idea en vez de acudir a mi o a Rina ¿le cortamos las manos para que no lo vuelva a hacer?.  También me golpeó y amenazó con matarme hace un rato, todos lo oísteis.  ¿Tengo que matarla, según vosotros, porque es una amenaza?.  Y lo mismo con quien quiera que pegara a Erik estando atado e indefenso ¿no es una amenaza también?.

Intentó abreviar, antes de que impacientaran.

- No, lo que debemos hacer es ir a encontrar a la última, volver a casa y no volvernos a ver más.  Dejad que Erik vaya a 10 metros del grupo si os place, atadlo para dormir si queréis, pero esperad unos días antes de administrar justicia de muerte.

Comenzó a sentarse, cuando añadió:

- O seréis mucho peores, porque él hizo algo despreciable por protegerm...nos.  Vosotros lo harías solo para quitaros una molestia.