Partida Rol por web

Himiko mira a Mike y asiente mientras dice:

- Exactamente, hoy es 21 de noviembre de 2315 y estamos en invierno como puedes ver.

Himiko mira a Viky cuando esta le hace las preguntas y dice:

- Una persona más, pero... creo que ha despertado y es a la que tenéis que agradecer que os entendéis entre vosotros... en cuanto a lo del bosque... será algo que tendréis que averiguar vosotros, tómalo como que quería airearos un poco antes de despertar

La vampiresa mira fijamente a Erik cuando este se va acercando a TJ y responde a la pregunta de Viky:

- Para volver a casa tenéis que volver al pasado y que yo sepa se necesita una gran cantidad de magia ... y solo una persona posee tal cantidad de magia.

Mientras estamos en la cámara frigorífica, terminando con el tema del ciervo, las ropas y demás, trato de entablar algo parecido a una conversación con T.J. tras lo sucedido. Nada demasiado profundo ni claro, sólo tantear el ambiente. A veces la gente se pelea, discute, es algo normal. Sólo quiero asegurarme de que esto no vaya a mayores, que no termine salpicando al resto.

Como lo mío con Makoto. Se ha roto nuestra amistad, no me fío de él, pero no voy a permitir que eso afecte a nadie más. Seamos amigos o no, confiemos o no, estamos juntos en esto.

Sin embargo, aún estoy esperando su respuesta, cuando veo movimiento a su espalda. T.J. entonces se retuerce, dolido de la espalda, y al girarse e inclinarse veo una mancha de sangre.

¡Mierda, T.J.! -Exclamo, abalanzándome sobre él para cogerle y hacer que se tienda en el suelo- T-túmbate, tío, boca abajo, déjame ver eso... -Veo una herida al retirar la ropa, que sangra abundantemente. Me giro hacia la puerta de la cámara, donde he visto a Erik, que antes estaba detrás de T.J., aunque pensé que venía por algo de comida. ¿Antes, en la cueva, no tenía un cuchillo o algo así? Eso no importa, la herida es más urgente, y sangra abundantemente, no se ni cómo parar la hemorragia- ¡¡RINA!! ¡¡Alguien!! ¡¡Tenemos un herido aquí dentro!! -Grito con urgencia, sin separarme de T.J., tratando de tranquilizarle- Tranquilo, T.J., no va a pasar nada, tú no te muevas...

- ¿Que si todo está bien? - Le pregunta a Ben, airado - Dímelo tu, que después del numerito del bosque... - Le espetó - Métete en tus asuntos, Foster, y yo me meteré en los míos. - Sin añadir nada más siguió ayudando a colocar el cuerpo del animal en una de las estanterías, sujetando al bicho y apartando latas para hacer sitio. La baja temperatura de la cámara le estaba templando el ánimo. Al final había sido una buena idea meterse allí después de todo. Por lo menos ya no le temblaban las manos de rabia, sino de frío. 

No escucha los pasos de Erik. De espaldas como estaba a la puerta de la cámara no lo ve venir. No lo siente.

Lo que siente es el frío, extraño. Se había puesto ropa de abrigo térmica, no debería ser así. No lo entiende. Además es un frío que viene de dentro, no de fuera, lo siente en la carne, no en la piel. Se extraña, frunciendo el ceño. Entonces llega el dolor, un dolor lacerante, punzante. El dolor de un arma de filo abriéndose paso entre las costillas, rasgando piel y músculo. No le era desconocido, pero nunca había llegado así, de esa manera, siempre lo había visto llegar. Emite un sonoro gemido y se inclina, tratando de escapar del dolor, de amortiguarlo apenas. Pero no puede. No hay forma de escapar de ese castigo. Y no lo entiende. 

Se vuelve despacio, incrédulo. En sus ojos hay una mezcla de dolor, rabia y miedo a partes iguales. Pasea la mirada por Ben y Mike, con un grito silencioso de ayuda en los labios entreabiertos. Siente la espalda húmeda y tibia. ¿Pero no hacía frío? 

Entonces lo ve. A Erik, apartándose. Alejándose de la escena. Poniendo distancia después de apuñalarlo por la espalda, como un cobarde. ¿Pero cómo? ¿Con qué? 

- ¡El... cuchillo! - Exclama, en apenas un hilo de voz, sin terminar de creerse lo que estaba pasando. - Me ha apuñalado con su cuchillo de piedra... ¡Ese loco hijo de puta me ha apuñalado! - Hizo amago de echar a nadar tras Erik, pero Ben lo detuvo y lo hizo tumbarse en el suelo de la cámara para examinarle la herida. No se resistió, se dejó hacer. Estaba bien jodido y sorprendido - Ben, tío, me ha apuñalado, ese pedazo de mierda... Me ha apuñalado... Lo voy a matar, Ben. Si no me ha matado te juro que lo voy a matar... - Apretó los dientes - Si no me ha matado...

-Oh, ¡Mierda!

En cuanto es consciente de que al parecer  Erik está armado y ha atacado a T.J. Se lanza rápidamente hacia él para tratar de desarmarlo aprovechando sus conocimientos en artes marciales.

Haciendo gala de sus reflejos forjados por años de entrenamiento, Mike se desliza entre la gente ahí reunida, directo hacia donde se encontraba Erik, que en ese momento se estaba alejando T.J.

Clavando su pie derecho con fuerza en el suelo, con un latigazo de cadera envía mano izquierda , abierta en palma, hacia la mano de Erik que supuestamente agarraba el arma, para así alejarl el peligro de él y quizá con suerte hacer que la soltase, mientras que su mano izquierda, acompañando la derecha, se posicionó entre los dos combatientes, preparada para desviar cualquier ataque punzante.

La posición que había adoptado podía parecer fruto de la casualidad, pero nada más lejos de la realidad, en cuanto Erik reaccionase,el brazo preparado para bloquear estaría listo para lanzarse casi como un arma en forma de codazo hacia el cuerpo del rival, recortando la distancia entre ambos con un nuevo  paso y golpe de cadera.

Cuando Ben gritó que habían apuñalado a T.J., Katarzyna se levantó y salió disparada como por acto reflejo.  Corrió hasta la cámara frigorífica, y entonces vio la escena:  Ben sujetaba a T.J., el cual estaba en el suelo con una herida cuya sangre había llegado al suelo.

- ¡T.J.!  -  Su corazón dio un vuelco, su cara se tornó blanca como el mármol.

Al instante siguiente estaba arrodillada intentando tapar la herida agarrando la propia ropa del americano y presionando sobre la herida, con escaso resultado.  Él se retorcía, chillando, a lo que Kat tan solo pudo acariciarle la mejjilla para intentar que no se moviera, con el único resultado de mancharle la cara con aquel color carmesí.

- ¡Tranquilo, tranquilo, arreglaremos esto!  -  dijo totalmente asustada, dejando claro que ni ella misma se lo creía.

Su mente daba vueltas y vueltas, pero no entendía como podía estar pasando esto.  Se sentía desbordada, mareada, por toda aquella situación, y sobre todo por la sangre, que no era la de un simple ciervo, sino la de T.J.

- "¿Revoltosos?"-¿En serio? - No sé cómo puedes estar tan segura de eso. -Admito dudosa antes de volver a centrar mi atención en Himiko.

La chica resolvió a medias mis dudas y provocó otras. ¿Dónde está esa última persona que faltaba por despertar? Estaba a punto de preguntarlo, cuando una alerta de Ben llamó mi atención.

Dejé la comida sobre la mesa y me levanté rápidamente de mi asiento para dirigirme a paso rápido hacia él, asomándome a la cámara antes de entrar. Entonces vi a T.J. tirado en el suelo, con Ben a su lado y Mike tratando de agarrar a Erik.-¡¿T.J.?!- Me dirigí corriendo hacia ellos rodeando al asiático y al alemán, quedando junto al chico herido y arrodillándome a su lado, el contrario en el que estaba Ben. Vi la herida más de cerca entonces y me miré las manos, y luego a los lados, como si fuera a encontrar un botiquín o algo de utilidad, que ni siquiera vería si hubiera en tal estado de tensión. Me pondría perdida de sangre si la presionaba, pero, ¿Qué otra cosa iba a hacer? Tenía que intentar cortar la hemorragia como fuera.

-¡Mierda!- Apreté los dientes y los puños frente a mí, enfadada y tensa. ¿Y Kat había defendido a Erik de T.J? Al final se iba a merecer la paliza y todo. -¡Nhg!- Gruñí rabiosa, destensando los puños y mirando como Kat se había puesto a mi lado en el momento que yo dudaba, reaccionando más rápido que yo, y comenzaba a presionar ya la herida, pasando a acariciarle la cara por los nervios, dejando de ocuparse apropiadamente de la herida y haciéndome reaccionar. ¿Pero qué...? -¡¿Pero qué coño os pasa?! - Exclamé a la chica refiriéndome también a Erik, quitándole la ropa manchada de sangre de las manos y apartándola para presionarle yo la herida, y que lloraran T.J., Erik y ella lo que quisieran. -¡¿Qué vienes, a rematarlo?!- Acusé a la muchacha tras recordar cómo se interpuso momentos atrás entre los chicos para defender al alemán.

Los gritos alteraron el grupo. Se giró rápidamente y clavó los ojos en TJ, viendo como Ben y Kat se abalanzaban sobre él y Mike sobre Erik. No tardó en ver la sangre y procesar lo que había pasado. Se levantó de la silla y se apresuró a ir sobre los cadáveres de los soldados, donde TJ había dejado su camisa de cuadros al cambiarse. Corrió al lado de Kat y Vicky y les tendió la camisa para que pudieran tapar mejor la herida que sangraba abundantemente-Con ésto iréis mejor-habló precipitadamente. Miró como el americano se retorcía, sintiéndose asustada por la gravedad de la herida, pero se obligó a mantener la cabeza fría.

Tragó saliva mientras apoyaba una mano en el hombro del herido para evitar que se movieta más y miró a Kat, que aunque estaba más agobiada que ella, mantenía bien la situación. Vicky parecía más nerviosa, incluso pareció reprocharle a Kat algo. Levantó la mirada y buscó a Erik-¡¿Qué coño crees que estás haciendo?!-le gritó, alterada, viendo como intentaba alejarse y Mike interfería. Debería haberlo hecho saltar por los aires, pero lo importante ahora era atender al otro. Las represalias vendrían luego. Volvió a mirar la herida-La enfermería...-miró a Himiko, que seguía impasible- Himiko, ¿está abierta la enfermería?-ignoraba si Rina estaba en condiciones de curarle, y ella era más que rápida para poder ir y volver corriendo en apenas unos minutos.

Al llegar al comedor nos encontramos todo bastante similar a como lo recordábamos, salvo las inevitables señas del paso del tiempo, como maltrechas sillas y montones de polvo. Sin duda, lo más llamativo, no resultó ser el aspecto del lugar.

¿Otra pelea? ¿Qué nos está pasando?

Di un paso al frente, pero en seguida me detuve. Más de uno ya había intentado mediar, incluída Katarzyna, de forma a mi parecer bastante torpe. Ben fue uno de ellos, que pidiendo ayuda consiguió alejar a T.J. del comedor. Posteriormente a estos se unieron Mike y Erik.

Dejé que los chicos se adentraran en la cocina, mientras me mantuve cerca de la puerta de esta, observando la escena. Makoto y Rina se unieron a nosotros, sentándose junto a Giulia, y saludé a los tres, a la vez que me percataba de que algunos obtenían ropa de la cocina. No me preocupé por ello, ya que contaba con mi abrigo y había gente mucho menos abrigada que yo.

Saludé también a Christopher al entrar, y aunque algunos ya comían, decidí esperar a que Benjamin saliera de la cocina para ello. A pesar del aviso de Giulia sobre que faltaba gente, la pequeña Himiko comenzó a darnos algunas explicaciones, asi que la escuché atentamente desde donde me encontraba.

A las explicaciones siguieron algunas preguntas, que esclarecieron aún más nuestra situación actual. Aún quedaban muchos cabos sueltos, pero las palabras de Himiko continuaban dando lugar a la esperanza. Me disponía a hacer una pregunta cuando la voz de Ben llamó mi atención, este gritaba, pidiendo auxilio.

¿Y ahora qué? ¿Rina? Eso es que…

Corrí cocina adentro, hasta la cámara, quedándome petrificada al ver el cuerpo de T.J. boca abajo, sangrando; y a un impotente Ben tratando de asistirlo.

-¿Q-qué ha pasado? – pregunté a Ben, asustada y preocupada, mientras Mike salía de la cámara.

No tardaron en llegar Katarzyna y Victoria, desplazando la segunda a la primera, al ver que esta no ejercía la suficiente presión. La latina parecía realmente enfadada, y no era para menos. Giulia también se acercaba y trataba de ayudar.

Me volteé al escuchar a esta gritar cuando salió, viendo como Mike trataba de retener a Erik, o quién sabe si algo peor. Hasta ahora no había pensado que nadie fuera capaz de atacar así a otro del grupo.

Salí de la cámara torpemente, algo aturdida por la situación, situándome inmediatamente cerca de Mike, aunque un paso por detrás de este. No dudaba de que el asiático fuera capaz de retenerlo por sí mismo, pero no podía obviar que Erik tenía aquel cuchillo.

Miré a Erik a los ojos, esos ojos que ahora se me antojaban perturbadores, y traté de evocar un sentimiento que nos ayudara a mantenerle bajo control. ¿Miedo? ¿Tristeza quizás?

Lo que quiero es que no nos dañe…

- Voy a tratar de calmarlo. - informé antes a Mike.

Me concentré, pero no en una emoción negativa, sino en una positiva. Amor, cariño, eso era lo que quería que sintiera el cocinero.

Asintió a Makoto y a Lia, pero sin ahondar en detalles, no era el momento, y se quedó pensativa, mirando aquel lugar, había vuelto el gesto ausente que antes había perdido, cuando se había sentido más cómoda, pero ahora volvía a esa frialdad que había adoptado desde que descubrió lo que era. 

Los gritos la hicieron volver, muchos gritos y todos reuniéndose en un punto, más lejano de donde se encontraba, se había quedado meditando en las palabras de Himiko, era como había supuesto,  la ineludible esencia, pero entre los gritos, llega a escuchar su nombre en boca de Ben, lo buscó con esos ojos negros inexpresivos, y se fue caminando, hasta llegar al punto donde todos se reunían. 

T.J., estaba en medio de un charco de sangre, la kitsune se agachó y al hacerlo, apartó a todos los que quería socorrer la herida,  miró al chico que comenzaba a ponerse muy pálido, "¿Himiko sentirá hambre al sentir el aroma de esta sangre?"; se preguntó, pero puso su mano sobre la herida, sientiéndo en su palma la palpitación del pulso, en cada latido de su corazón, más sangre perdía. 

La kitsune cerró sus ojos, y nuevamente lo que pasó cuando sanó a Kurt, un sello apareció en torno a su mano, sobre la herida, la chica extendió su mano, haciendo que las lucesitas blancas brillaran y fueran a la herida, buscando cerrándola. Podría morir, así que no escatimó en usar su poder, buscando cerrar la herida. 

Al escuchar la voz de Himiko me giro apoyando el codo sobre el respaldo de la silla, escuchándola con suma atención. Las palabras de la vampiro no hacen sino corroborar la teoría que habíamos ido labrando. Sin embargo... si me sorprende el hecho de saber que ella ha sido quién nos ha mantenido custodiados todo este tiempo, más allá de cómo diablos han logrado hacer que no nos afectara el paso del tiempo, me pregunto si quizá alguno de los antiguos profesores puede seguir con vida.

Quizá la persona que ha permanecido dormida hasta ahora...

- Himiko-chan... - empecé a hablar cuando el grito de alerta de Ben me interrumpió y me hizo levantar de la silla.

¿Qué ocurre?

Me acerqué tras los pasos de Katarzyna y Victoria. A pesar de que las chicas me impedían verle, reconocí las piernas de T.J. en el suelo, Ben permanecía junto a él mientras Mike se enfrentaba a Erik. 

No habrá sido capaz...

Rina se acerca sin pensárselo dos veces y se agacha haciéndose sitio entre las chicas que tratan de frenar su hemorragia. 

Por su parte, Liz dijo que iba a tratar de calmarlo, y reconocí esa mirada. Es la misma mirada que puso cuando me contaba que podía llegar a encontrarnos de ser necesario, así que comprendo enseguida que trata de lograr algo frente a quién parece ser el agresor.

Aprovecho que Mike acapara la atención de Erik para tratar de asegurarme que no haga daño a nadie, especialmente a Elizabeth, que ahora trata de calmarlo, así que me acerco para tratar de sujetarle los brazos des de la espalda acercándome sin que me vea venir.

- ¡Tranquilízate Erik! - le sujeto mientras miro a Elizabeth esperando que su idea funcione. 

Estaba herido de muerte, ahora lo sabía. No porque la herida fuera mortal de necesidad, que no lo sentía así, sino porque no tenía la esperanza de que hubiera alguna clase de equipo de primeros auxilios o urgencias médicas en el castillo. Sentía la espalda empapada de sangre y la veía escurrirse por el helado suelo de la cámara por el rabillo del ojo. Estaba cálida, humeaba en pequeñas nubecillas de vapor. Y él estaba cada vez mas frío y más pálido, más débil. Tirado en un congelador como un saco de carne, en un castillo abandonado en mitad de un bosque, trescientos años en el futuro, rodeado de desconocidos, asesinado por un mierdas. Vaya forma de morir. Se hubiera reído, pero estaba ya sin fuerzas. Aún así, emitió un seco gruñido.

Habían acudido casi todos a ayudarle, a socorrerle, a intentar hacer algo por mantenerlo con vida. 'Hasta la pequeña Kat, que parecía al borde de las lágrimas! Ahora se preocupaban por él cuando antes lo habían juzgado, lo habían empujado y mirado con desprecio, como si fuera un animal peligroso, un perro rabioso que fuera a acabar mordiendo las manos que le daban de comer. Valientes hijos de puta. Hipócritas de mierda. Les hubiera querido gritar, empujarlos para que le dejaran desangrarse tranquilo, pero apenas si pudo mover la mano arriba y abajo en un gesto carente de energía.

Escuchó a Vic primero y luego a Lía. ¿Había angustia y cabreo genuinos en sus voces? La latina había dicho en voz alta algo que le dejó pensando. ¿Kat iba a rematarlo? Hostia puta, tenía sentido, si lo pensaba tenía sentido. El cocinero y ella habían hecho buenas migas... Habrían podido planear todo aquello cuando estaban en la cueva, mientras ellos cazaban. Una puñalada trapera para dejarlo seco y salía mal... allí estaría la pequeña guía turística para arreglar el error. Nadie sospecharía de ellos. Un cocinero y una chavalina... Joder, debería haberlo visto venir.

Lía decía algo de una enfermería. ¡Una enfermería! Hizo un amago de sonrisa, respirando con dificultad. Lo mismo si taponaban bien la hemorragia y alguien con un poco de pulso lo cosía podía salir de esa con una cicatriz, una historia que contar y la promesa de quitarse del medio a Erik. Oh, joder, ojalá que esa enfermería estuviera funcional. 

- Llevarme... a esa... enfermería... - Murmuró haciendo un esfuerzo sobrehumano para que la voz le saliera del cuerpo - O... levantarme... del suelo... No quiero morir en el suelo como... como un perro... por lo menos... que sea en... en una mesa... o algo... - Otro gruñido que pretendía ser una risotada. Se sentía en la línea entre el peligro mortal y la salvación. Si era la segunda, había que alegrarse, joder. Si era la primera opción... Bueno, siempre pensó que iba a aparecer flotando en la bahía o que sería su padre el que lo acabaría matando de una paliza. 

Y entonces llegó Rina. Y todo se llenó de luz. 

- Te debo... Te debo una Rina. - Susurró, con la voz ahogada - Cuando necesites cualquier cosa, lo que sea, solo pídemelo. Solo... Pídemelo... - Cerró los ojos y se dejó llevar. Ya no había frío, ni dolor, ni preocupaciones. Las voces de los demás le llegaban amortiguadas, lejanas, como si estuvieran todos sumergidos en el mar. El mar. Le gustaba mucho el mar. Hacerse el muerto y dejarse mecer por las olas. Haría eso, si. Se haría el muerto y se dejaría mecer por el poder sanador de Rina.

Al entrar en el comedor, todo resultó bastante nostálgico en parte, miré a mi alrededor, observando todo con calma, entonces vi a Chris y Lia, eso me tranquilizó bastante, iba a acercarme a ellos cuando Himiko comenzó a hablar. Así que simplemente me senté y escuché.

Según parecía, a nuestra causa, nos faltaba la "última" claramente, y esta sería nuestra fuente de maná 24h a tu servicio, pero según la historia de Makoto, por el momento no estaba dispuesta a quedarse con nosotros, así que debíamos de convencerla de ello, intentando que no nos mate en el intento. "Vaya, parece que hoy las buenas noticias solo traen una peor detrás, que asco..."

No pude evitar reírme con el comentario de Himiko sobre que el que despertásemos en la nieve era por airearnos.

-Muy buena...-"Solo por eso lo dejaré estar..."

"Así que podemos volver al pasado...bien, si es así yo elijo volver a cuando tenía 5 o 6 años. Hay muchas cosas que quiero cambiar, ¿tan simple es? ¿Solo hay que encontrar a la "chica-barrita energética"?

Entonces todo volvió a ponerse patas arriba con los gritos reaccionando a la herida de T.J. Había entrado de los últimos y por ello estaba más cerca de la salida y cuando vi a Mike perseguir a Erik, me levanté colocándome justo en medio de la trayectoria que el otro alemán estaba siguiendo impidiéndole el paso.

-Quieto parao fiera.-Dije con las manos en el bolsillo, mirandolo con la cara de mal humor que aun llevaba encima. Y antes de poder seguir, Elizabeth declaró sus intenciones de calmarlo, así que no moví un dedo más esperando ver que pasaba.

Cuando sintió ella misma la calidad maternal que producía su magia, reaccionó, y hubo una sonrisa en sus labios,  su mano s fue lentamente a su cabello, y lo peinó hacia atrás, sus ropas habían quedado manchados por sangre derramada, así como la mano derecha que había usado para sanarlo, había salvado su vida, y T.J., tendría un poco más de tiempo para seguir profiriendo sendos rosarios. Suspiró, " el vaso con magia"; ahora sentía aquello,  como se iba agotando, como el día anterior. 

- intenta no meterte en más lios.. a menos que yo esté cerca - le susurró y se puso de pie, todos los demás aún estaban alterados, podía verlo en sus caras, la expresión que tenían, nadie de los presentes estaba acostumbrado a escenas así de crueldad. La kitsune, aún guardando esa tranquilidad fría, se quedó mirando al aún pálido joven.

- deberían llevarlo a descansar en algún lado, creo que no se morirá, por lo menos hoy - se giró, alguien lo había herido, ¿quién?, ¿por qué?.

- El hombre es el lobo del hombre - habla, su voz suena más fuerte de pronto - y esto es lo que sucede cuando ya no hay respeto por el otro, cuando nos miramos como enemigos, ¿y lo somos?, hasta donde sé, ninguno de los presentes ha hecho cosas tan terribles  como para calificarlos como malvados, además, una golondrina no hace verano... sin embargo, me pregunto, ¿esto es lo que pasará con nosotros?... creo que ninguno de los que están aquí viene de una pandilla, o de un país en guerra...  - pensó en Roxana, ella quizás la comprendería. 

- no llegaremos muy lejos, o nos matamos ahora, o nos matamos cuando despierten los poderes de todos, y nos podemos culpar de abandonar, de ser altaneros, de odiarnos... ¿podemos hacer eso en tan sólo unos días de conocernos?, no.. sólo actúan los prejuicios, como los que ustedes tienen conmigo, porque les dijeron que puedo perder el control y matarlos a todos, y de hecho, sí, así es, por eso Makoto-kun sabe que algo así vuelve a suceder, debe matarme, y lo mismo les digo a todos... porque yo escojo no perder lo que me define, pero si la lucha que hay en mí la gana mi otro yo, ya no habrá más de mí, sino otra persona distinta...

- perder el control...puede pasar, como puede pasarles a todos - sus ojos ahora se fijan en Ben, era una mirada inquisitiva - y creo en que algún momento, algo así nos pasará, y deberemos escoger entre lo que somos o lo que seremos, el innegable destino, y ser como Himiko-san, pero... ¿que tanto podemos cambiar antes de dejar de ser nosotros mismos?... ¿qué nos define?... - suspira y mira su mano manchada de sangre, la mira con detención  -  esta sangre no es la sangre de un desconocido, para mí, sino, de un aliado, y podemos a veces no estar de acuerdo entre nosotros... ¿y eso nos da derecho a agredir a otro?... ¿acaso la agresión define a la humanidad?  quiero creer que no, quiero creer que la agresión define al miedo, pero no soy quien para decir algo más.. sólo quiero que mediten lo que aquí a pasado,  si seremos nuestros propios lobos,  o dejaremos a los lobos fuera de este castillo, no importa donde este, igual el instinto nos hará defendernos de sus dientes.. - camina hacia la salida. Pensaba en su abuelo, al sacerdote shinto.

- Makoto-kun, buscaré la forma de cumplir lo que le he prometido al espíritu del Gato... - se gira hacia el novio, - con su permiso, Himiko-san, pido perdón por mi compañeros por haber hecho esta escena en sus dominios... agradezco el tiempo que nos ha cuidado, y ahora comprendo.. la decepción que hemos despertado en usted, espero poder mejorar la impresión que hemos dejado - hace una reverencia ante la vampiresa.

Cuando T.J. comienza a hablar de su muerte inminente, sujeto una de sus manos con fuerza, acercándome a su cara para hablarle con decisión. No me importan sus últimas palabras antes de caer, ni el tono de las mismas. Me merecía una respuesta como esa, no es la misma situación probablemente, pero no soy el más indicado para pedir explicaciones a nadie. Al contrario, creo que debería darlas en realidad. Pero eso no importa ahora, al contrario de lo que pueda pensar nadie, sigo teniendo muy claras las prioridades. He venido a esta misión por Elizabeth, por acompañarla y cuidarla, y una vez aquí para cuidar también de mis compañeros, con o sin su colaboración. He discutido con Makoto precisamente por el gran aprecio que he llegado a cogerle, y por lo que me duele ver que no puedo transformar ese aprecio en confianza, pero eso no le convierte en mi enemigo ni le deseo ningún mal. Muy al contrario, le protegería hasta la ultima gota de mi sangre y escama de mi piel. Y eso me gustaría que lo entendieran todos, aunque este no es el momento.

No te vas a morir, T.J., no digas más gilipolleces. -Digo mientras veo llegar a Rina. Ella le salvará, estoy seguro. Tiene que hacerlo. Es capaz de cosas maravillosas, no solo de aquello que tanto tenemos- Te vas a poner bien, confía un poco. Eres demasiado duro, cabronazo, ¿me oyes? No nos has llevado de excursión por el bosque a lo Indiana Jones para rendirte ahora, ¿vale?

Rina ejecuta su magia, o como se llame eso que hace, y el tiempo que precisa para ello se me hace una eternidad, mientras sujeto la mano del herido con fuerza y nervios. Parece que la cosa va bien, y así lo confirma la propia Rina al levantarse y empezar a hablar sin parar.

Sí que tenía ganas de decir cosas, la tía...

En medio de todo lo que dice, habla de la perdida de control, y veo cómo me mira de forma fría y dura. Mi gesto de extrañeza pasa de ella a su novio, y nuevamente a ella, mosqueado.

Están convencidos de ello, por lo que se ve...

Aprieto una última vez la mano de T.J., dándole una palmada en la misma con la otra mano. Rina recomienda que descanse, y me fijo en el gesto de preocupación de Victoria, que está cerca mío.

Victoria, ¿le acompañas tú hasta una habitación para que descanse? Están al fondo del pasillo por el que se llega hasta aquí, torciendo a la derecha... -Le pregunto, convencido de que si ella no desea hacerlo probablemente Kat se ofrecerá- Puedo llevaros algo para comer luego.

Me pongo en pie, acercándome a Rina, quien esta presentando sus respetos a nuestra anfitriona.

Oye, Rina... -Le digo tratando de mantener las formas, a pesar de que su gesto me ha sentado bastante mal en el fondo- Eso que has dicho antes, sobre perder el control. Mira, no se lo que crees que sabes sobre mí, pero quiero dejarte claro, dejároslo a todos... -Desvío la mirada también hacia donde se encuentra Makoto, ayudando a contener a Erik- ...que mi control no ha estado en riesgo en ningún momento. Es cierto que despertó algo dentro de mí, y me asustó. -Me aterró la idea de ser como tú- Tanto, que también yo he tomado medidas muy dolorosas, por si acaso. -De lo contrario, jamás habría hecho pasar a quien más amo en el mundo por una promesa como esa- Pero, antes de que nadie se dedique a especular más sobre ello, prefiero aclarar que no, mi situación es muy distinta. Ahora lo tengo más claro que entonces, cuando me sorprendió. Estoy perfectamente bajo control, gracias por tu "preocupación"... -Hago hincapié en la última palabra, pues está cargada de ironía. No ha sido preocupación lo que he visto en sus ojos, ha sido algo totalmente distinto.

Y ella precisamente es la menos indicada para juzgarme.

Me doy la vuelta y me dirijo al grupo que controla a Erik, situándome junto a Elizabeth, medio paso por delante de ella, encarando a Erik con gesto serio. Ni siquiera tengo claro que debemos hacer con él...

Chasqueo la lengua,  Ben se sintió eludido por completo, si se hubiera quedado callado, nadie lo hubiera sabido, dejó de mirar a Hikimo.

- precisamente lo contrario has entendido, Foster-san, - aclara, - te has sentido eludido, seguramente en tí, aún queda el germen de la duda, en realidad, no lo dije por ti, en específico - aunque es el otro que lo había experimentado, y pensó precisamente que comprendería sus palabras - sino por todos los demás, Makoto-kun es un oni, ¿te has puesto a pesar que pasaría si pierde el control?, y tú mismo, eres un dragón... es algo que todos estamos enfrentados, algunos directamente, otro no - ahora miro a Elizabeth,  su naturaleza parecía ser una de las más benignas, aunque no conocía a los demás.

- pensar que siempre hay un ataque en todo lo que se te dice o mira, es precisamente lo que te ha llevado a enojarte en el bosque, por eso, dije, que si comprendías tu equivocación, todo seguiría siendo lo mismo, pero existe - llevó su mano a sus ojos - una venda en tus ojos, ¿cómo puedes vernos si no puedes ver más que una manera sesgada de lo que hacemos y decimos?.. asumes, todos en cierto punto siempre asumimos... el prejuicio es el que importa, claro, recién nos estamos conociendo, ¿y si estás equivocado? ¿y si hay un verdadero deseo de ayudarte?... no sé que sucedió, pero deberías saber que soy la primera en comprenderte, pero he visto una expresión de rechazo hacia mí, en todos en realidad... imagino que soy la única asesina y que fue capaz de dañar al hombre que ama - su mirada baja - sí, yo soy la verdadera amenaza, eso vi en tus ojos, o como reaccionaste cuando pensaste que el zorro saldría... imagino que sí, yo haría lo mismo... - su mirada bajó, sus ojos se humedecieron. 

- soy un monstruo... creo que hasta este punto, lo he reconocido... - no fue capaz de mirar a Makoto, esa sensación en el pecho, esa idea de ya no existir, de no existir - ...buscaré un lugar donde quedarme...- inclina su cabeza ante todos, y se retira del comedor.