Partida Rol por web

Despido a Vicky con un gesto con la cabeza cuando sale. Estoy esperando a quedarme a solas con Himiko, lo cuál se hace patente al no acompañarla en su partida.

Apenas unos instantes antes también Katarzyna ha llegado, supongo que a tiempo de descubrir también que no habría nada útil en la enfermería.

- Se te da bien cuidar de la gente Kat - la polaca ha demostrado en más de una ocasión que tiene conocimientos bastante avanzados en lo que a primeros auxilios se refiere - seguro que Natuk agradecerá tu ayuda - añado con una sonrisa antes de girarme de nuevo hacia Himiko con gesto serio, sin moverme de lugar en el que me encuentro.

Vicky salió, dejándome en el pasillo con la visión de Makoto y Himiko tras la puerta.  La presencia de Himiko me daba bastante miedo, por lo que ante las palabras de ambos me asomé levemente y dije:

- Bueno, voy a ver qué puedo hacer. -  me dirigí a Makoto por miedo a Himiko.
- Ehh, supongo entonces que en la enfermería podría haber agujas para suero - dije sin mucha confianza.
- Si te es posible entrar en ella, Mako ... - la situación me incitó a usar el diminutivo para ganar decisión.
- Coge algunas o, si quieres, avísame y las buscaré yo misma.  -  continué.
- Estaré en la biblioteca a ver si puedo encontrar algún libro que me enseñe sobre ello.  -  dije rápidamente.

Di un paso hacia adelante e hice un gesto de despedida formal, al estilo japonés, para proceder a retirarme sin más dilación, pues no veía la hora de irme de allí.

- Hasta luego  -  dije mientras hacía la reverencia.
- ¿Sería Himiko también japonesa?  -  pensé.

Puede que Makoto estuviera más acostumbrado pero, para mi, una niña vampiresa de 300 años que mataba soldados y cocineros sin despeinarse y sin remordimientos me inspiraba el mayor de los "respetos".

Himiko mira a Makoto y dice:

- No ha sido nada, un pequeño incidente, no es ni el primero ni el ultimo.

Entonces se toca le mentón y dice:

- Y como es ella? es cierto que tiene un gran poder y que realmente solo al acercarte notas vibrar tu cuerpo?

Se notaba que quería verla, tenía cierta ansiedad por ver a Natuk, a fin de cuentas había vivido 300 años solo para que ellos pudieran ver a esa chica

- Ella es... - muerdo mi labio inferior pensativo - asustadiza, pero extremadamente valiente - acompaño mis palabras con un movimiento seguro de cabeza.- En sus delirios, de forma inconsciente, me dio la impresión que estaba dispuesta a sacrificar su vida por gente que la acogió. Estoy casi seguro que habría dado su vida por ellos - digo mirando al suelo.

- Es extremadamente poderosa - sentencio. - Todavía recuerdo mi primer encuentro con ella. Sin un solo movimiento creó una onda expansiva que arrancó varios árboles a la redonda. La aldea dónde la encontramos estaba completamente destruida y, sin embargo, ella sigue viva. Hay un gran número de tumbas de soldados a los que probablemente ella lograría vencer y... - me rasco la mejilla, compungido - también hay otras tumbas - no concreto más. Himiko sabría que ahí cerca había una aldea, sin lugar a dudas.

- No solo notas vibrar su cuerpo, - gestualizo con las manos al explicarle ese dato a la vampiresa - además, de forma casi inconsciente parece que es capaz de defenderse, de protegerse. Es alguien increíble - asiento convencido, - ojalá podamos ayudar... y ella a nosotros.

De forma nada premeditada, me acerco a ella y la sujeto por los hombros, rompiendo una barrera de frialdad que ella se había mantenido a forzar hasta entonces. El sentimiento de estar frente una niña por la que hubiera dado la vida y que sin embargo se vio en la obligación de protegernos, me invade.

- ¿Seguro que estás bien Himiko-chan? - soy consciente de que, de no ser así, es difícil que ella lo comparta, y niego con la cabeza mientras miro su brazo vendado y sigo hablando a la vampiresa - me da igual lo que pienses. Sé quien eres y no debe hacerte sentir débil recordarlo. La fuerza de la niña que un día fuiste te permitió haber logrado que hoy estemos en este punto - acaricio con sumo cariño el cabello de la niña, un gesto que anhelaba des del primer día que la vi y algo que no haría jamás frente a los demás, pues sé que la incomodaría demasiado.

Tras dar un paso atrás, hago un gesto con la cabeza hacia el pasillo mientras.

- ¿Quieres que vayamos a verla? - añado sonriente.

Himiko escucha las palabras de Makoto y dice:

- Ha tenido que ser duro para ella si siempre han estado siguiéndola para obtener su poder y por lo que he leído y escuchado si es realmente poderosa...

Pero entonces Makoto le muestra su cariño, ella se queda callada, realmente parecía que estaba más sorprendida que otra cosa, decide no decir nada, Makoto podía notar como realmente se detiene de dejarse abrazar, una parte de Himiko pareció querer ese contacto físico mientras que la otra no quería, finalmente cuando este se separa dice:

- Si... me gustaría poder conocerla en persona

- Vayamos a las habitaciones, por lo que dijo Kat es ahí dónde debe estar.

Empiezo a salir al pasillo.

Me apresuré hasta la habitación de Himiko, y llegué a esta con algo de fatiga. Si no se encontraba ahí, supuse que estaría haciendo guardia diurna en la muralla. 

Golpeé la puerta de madera maciza oscura con los nudillos, una vez, y luego dos veces de forma más rápida. Tan solo me quedó esperar apoyada en el marco de la puerta.

─¡Himiko! ¡Han vuelto, los que fueron al bosque! ─alcé la voz, con intención de que me escuchase aunque no saliese a recibirme─.

─Juraría que los rostros cuando se habló de ellos no eran buenos, casi hasta los daba por perdidos... ─pensé, negando ligeramente con la cabeza─ sea como sea, espero que su regreso ayude a Natuk a tomar una decisión.

Himiko abre la puerta y dice:

• Los que se marcharon?... muy bien y han traído alguna noticia o algo?

La vampiresa parecía seria, en realidad parecía estar como siempre de seria, mira a Rox y añade:

• Diles que a la hora de la cena nos vemos todos en el comedor, creo que ya va siendo hora de ponerse en movimiento ya que Natuk está aquí

Tras este comentario se vuelve a girar y entra en la habitación, se notaba que quería que se empezara a actuar lo antes posible

Asintió ante las palabras de Himiko.

─Bien, así se lo haré saber, Himiko.

Sin más me puse de regreso a la habitación de Natuk.

La vampiresa abre la puerta parecía levemente de buen humor y al ver a Ben hace un gesto de que pase al interior de la sala la cual estaba como siempre

Fuerzo una triste sonrisa al ver a Himiko de tan buen humor. Para una vez que la veo aparentemente algo feliz, y voy a ser quien le joda el día. Voy a pasar de dragón a pájaro de mal agüero, que bien.

Entro en el cuarto, no sin algo de temor. También vergüenza, y tristeza, pero especialmente temor. De la reacción de la vampiresa ante lo que vengo a decirle depende nuestro futuro, el más inmediato y el más lejano. Me acerco al sofá, pero espero a que ella se siente antes de hacerlo yo. Trago saliva con dificultad, pues tengo un nudo en la garganta.

Himiko, yo... -Me inclino hacia delante, juntando mis manos con los codos en mis rodillas, obligándome a mirarla a la cara- No tengo buenas noticias. Natuk no piensa ejecutar el hechizo. -Sentencio, con temor a su reacción, y me apresuro a explicarlo- Según ella, si se cambia la historia ella nunca hubiera existido. Dice que eso no le importa, pero que no está dispuesta a permitir que no hayan existido las otras niñas que crearon con ella, que murieron con gran crueldad. -Niego con la cabeza, mirando al suelo- No... yo... No la entiendo, me parece una gilipollez, una locura. Pero parece que, excepto Elizabeth y yo, el resto lo encuentran muy lógico. Darle más importancia al recuerdo de un acto malvado que evitarlo. Ese y todos los demás de los últimos trescientos años...

Callo y lanzo un suspiro, comprendiendo que acabo de romper todos los sueños y esperanzas de Himiko. Vuelvo a mirarla, esperanzado en que se lo tome de la mejor manera posible. Hemos hecho lo que hemos podido, en verdad. Nuestro único obstáculo es algo que, en realidad, no depende de nosotros. Algo que nadie podía esperarse.

Están hablando de contactar con su creador, con la esperanza de que nos ofrezca ayuda contra esos soldados. Pero yo... He venido porque me doy perfecta cuenta de que este es tu hogar y tu refugio, y nosotros meros invitados. Estábamos aquí porque íbamos a arreglar las cosas, pero ahora... Vengo a informarte de todo y saber cual va a ser tu postura con todo esto. Si nos permitirás quedarnos aquí, vivir en tu casa...

Himiko sentada mira a Ben, cuando este le dice que no piensa ejecutar el conjuro se queda mirándole fijamente, en su mirada podía leerse perfectamente " no es una opción" pero decide seguir escuchando a Ben, la vampiresa se pone de pie aireada y dice en un tono serio:

- No, el conjuro lo va a hacer quiera o no. realmente solo necesitamos su energía mágica, no necesitamos nada mas de ella... para ese conjuro se necesita mucha magia, ella es una pila de magia, la crearon así y para eso va a servir

La vampiresa mira de reojo a la pared donde tenía las espadas y después a la puerta, suspira y añade:

- Ese conjuro se va a hacer, no me importa cómo pero se va a hacer, diles a todos que quiero verles inmediatamente en el comedor...

Himiko se gira para entrar en el pequeño baño cerrando la puerta detrás suya

No hagas ninguna tontería...

Abro los ojos desmesuradamente ante la respuesta tan tajante de Himiko. Ni siquiera me había planteado una opción así, pensaba que era ella quien debía ejecutar el hechizo, no que podría ejecutarlo otro empleando su energía. Pero eso es... ¿inmoral?

No hagas ninguna tontería...

Las palabras de Elizabeth resuenan en mi mente. ¿Qué... qué he hecho?

P-pero, Him... -No llego a terminar mi réplica, sobre la cuál tampoco podría depositar apenas esperanzas. La vampiresa desaparece en el baño cerrando la puerta, y me quedo sólo en el cuarto. Desvío la mirada a donde lo hizo ella, y veo esas espadas, temiendo lo peor.

¿O no tanto?

Hace no tanto estábamos dispuestos a emplear los poderes de Elizabeth para obligar a Natuk a hacerlo. La íbamos a engañar y a dominar mentalmente para que hiciera lo que, para nosotros, es necesario. ¿Qué es lo que ha cambiado?

No tengo respuesta. Pero sigue habiendo algo dentro de mí que me dice que esto está mal. Y que es culpa mía.

Con ese pensamiento abandono el despacho, para avisar a los otros.