Partida Rol por web

En el mío, si pasa Himiko por ahí dila que si me podría sacar ella un libro que necesito. Que te lo de a ti, ¿vale?

Aquellos que entren en las habitaciones pueden ver habitaciones realmente recargadas, unos ordenadores último modelo para ellos y que seguramente sean bastante antiguos están cubiertos de polvo al igual que el resto de la habitación, todas las habitaciones están sucias y con una gruesa capa de polvo.

Las camas no parecen estar en mal estado en general, sin duda hace 300 años eran habitaciones realmente cómodas y con la ultima tecnología, ahora, simplemente Himiko no se había molestado en cuidarlas ni limpiarlas. En los armarios había restos de telas de lo que parecían ser mudas de ropa y cambios para las camas pero ahora quedaba poco más que algunos restos de tela 

-Mis ropas -dijo al ver los jirones de lo que fue en su día la ropa de la chica- bfffffffff, que pereza -decía a nadie mientras dejaba a un lado las latas de comida que había cogido y el envase de agua.

Comenzó a enredar y optó por empezar a quitar el polvo de la cama, donde se tiraría un rato.

Si te dice que sí, me lo dices y te explico donde está y como acceder a él, ¿vale?

Buscan su antigua habitación, pero al entrar, se dan cuenta que el paso del tiempo ha sido implacable. El olor a humedad cala hondo, hasta lo más profundo de sus fosas nasales, obligándolos a pegar un respingón, la kitsune lleva su mano a sus labios, y mira a Makoto, realmente había esperado otra cosa, pero ahora que lo pensaba, este escenario era el más obvio. 

Cerraron la puerta, y luego de una rápida revisión se dieron cuenta que no habrían mantas ni ropa de cama, que tendían que ver como conseguirla, y de seguro la comida debía ser escasa, los vampiros no comen frutas, después de todo. La kitsune va a la ventana e intenta abrirla, el polvo que se levanta la hace comenzar a dar pequeños estornudos, como si fuera un gato, y algo sonrojada se gira hacia Makoto.

- bienvenido al hogar, amor mío - pudo decirlo de una manera más feliz, pero no lo hizo, sus ojos, nuevamente sin expresión, habían vuelto, y ahora se enfocaban en él, buscando alguna respuesta,  quizás, o solución, o un atisbo de optimismo, que Makoto siempre tenia, ve tú a saber, porque esa mirada inexpugnable, era tan blanca como la de un cuadro. La kitsune bajó la mirada y se devolvió sobre sus pasos hasta donde el Oni, al que le robó, sin mas, un beso. La chica hacia el esfuerzo de salir de su estado taciturno para no preocupar a Makoto.

- deberíamos ir al comedor, algo me dice que no debe haber demasiada comida, y quizás debamos decidir algunas cosas, no quiero que señorito líder siga sintiendo que su ego crece- se refería a Benjamín, no ocultó para nada su molestia respecto a él.

- Puede que se buena idea - aún siento el sabor de sus labios en los míos mientras respondo.

Me encanta.

Una gigante sonrisa me invade a pesar del lamentable estado en el que se encuentran las habitaciones. Volver a ese lugar del que guardo tan buenas sensaciones tras el último incómodo trayecto es genial. Pensando en eso cojo la mano de Rina y la levanto acercándola a mis labios para besar su piel suave.

Ella estaba de nuevo con aquella fría expresión. Quizá el esmero de Benjamin por volver incómoda una situación que empezaba a mejorar haya tenido algo que ver, quién sabe.

- No se lo tengas en cuenta Kitsu-chan. Te dije que necesitaría nuestra ayuda para dominar al Dragón, ahora viste que no exageraba - le planto un beso en la mejilla antes de tirar de su mano y empezar a caminar - vayamos entonces.

Me parece bien todo lo que planeas, nos vemos aquí en el cuarto. Si la tormenta se alarga, esperamos a que amanezca, ¿vale?

Tras un rato recorriendo los pasillos del castillo, acabó llegando (con su traqueteo del chocar las latas entre sí bajo la ropa), dio un par de toques en la puerta antes de abrirla.

Soy yo, avisó antes de que su hermana intentase liar alguna especie de contraataque defensivo terrible y mortal al ver invadido su territorio.

-Vaya...-vio el estado del cuarto- está lleno de mierda, si no fuese por la mugre parecería que has estado aquí hace nada...

Se abrió la chaqueta sobre la cama de Kyara y dejó rodar las cinco latas de comida sobre la cama.

-Eso es lo que he cogido... lo que me cogía con esto puesto, vaya- explicó abanicándose con la chaqueta-no veas tú si da calor, la virrgen... ¿Has cogido agua?- se sentó en la cama y empezó a amontonar las latitas con aire distraído-me ha faltado tiempo para venir, estaba yo canturreando tan contenta frente a la biblioteca y he empezado a oírles y ... pffffffffffffffffffffffffffff, tendría que haberle cortado las manitas a Chris o haberle estampado el móvil contra la pared. Menudo estorbo de gente-enarcó las cejas-¿Lia no está contigo?

-Lia estaba en el comedor -contestó simplemente mientras sacaba lo que tenía- tengo un par de latas y una botella de agua, pero no tengo nada más. No te acerques, con suerte la selección natural ha vuelto a existir y se criban entre ellos, ¿sabes? -esbozó una sonrisa y miró la hora que era- podemos descansar o salir a ver si vemos a la última, si podemos contactar con ella o algo, ¿qué dices? Siempre podemos volver cuando empiece a atardecer o nos vamos mañana.

-Mira que te dije que cogieses agua, que comida ya tenía yo...- resopló pasándose una mano por los rizos y desvió la mirada hacia la ventana mientras su hermana seguía parloteando. Que Lia estuviese ahí con todos esos panolis no la emocionaba demasiado, hasta el momento había sido la única normal (Chris también tenía su trago así que normal del todo no podía considerarse) de los que ahí estaban y ya podía imaginarles a todos, panda de comodones aglutinados, quejándose de lo mal que lo habían pasado en las cuevas, calentitos mientras ellos estaban en un castillo sin calefacción (que a Nyara no le afectaba pero al resto sí) durmiendo en un corredor intentando no morir helados mientras hacían guardias sin comida ni bebida.

Pfffffffsfsfs ya me hierve la puñetera sangre.

Apretó la mandíbula e inspiró hondo.

-Vamos a hacer tiempo, mira esos nubarrones

Se estiró y miró el estado de abandono del cuarto una vez más.

-No voy a sacarte a la intemperie si va a haber un temporal ahí fuera- dijo con decisión y, tras un último contacto visual con su hermana sonrió- pero tampoco tengo intención de ir a buscar a esa panda de memos ruidosos, Lia y Chris son mayorcitos y seguro que saben huir de ellos sin nuestra ayuda.-inspiró hondo y tosió- joder abre un poco la ventana, esto está podrido de polvo y me voy a dejar los pulmones- se incorporó y abrió ligeramente la ventana, que crujió al girar para abrirse.

Caminamos por los pasillos, con sumo cuidado, tratando de que T.J. sufriera lo menos posible en el traslado. Yo caminaba por delante, para que Victoria supiera hacia dónde dirigirse y poder así llegar antes a la habitación.

Me dirigí directamente a la que fuera la habitación de Ben, ya que sabía que esa se encontraría en buenas condiciones, al margen de los efectos del paso del tiempo.

-Aquí es. – dije abriendo la puerta, y apartándome para que pudieran meter a T.J.

Cerró la ventana de nuevo en cuanto estalló la tormenta. Quitó las latas de comida y el agua y dio un par de golpes suaves sobre la cama, quitándose la chaqueta para usarla de medio manta con su hermana.

-Échate un rato a que pase lo peor, Kya- le indicó dejándola sitio para incorporarse poco después a mirar por la ventana- te aviso si te duermes para ir a por tu libro de una puñetera vez.. aunque antes tendrás que pedírselo a Himiko para que te lo traiga- frunció el ceño- si no te lo da se rompe el candado y solucionado, está bastante hecho mierda.

 Asentí a la ayuda ofrecida por Ben para llevar a T.J., me colgué la camisa manchada de sangre al hombro y nos dirigimos al cuarto guiados por Elizabeth una vez la pareja y Makoto pusieron algo de orden. 

 Kat, a la que Liz había mandado a buscar a Rina, rompía a llorar. Qué gran momento eligieron ambas chicas para ponerse a dar pena, con T.J. herido y la tormenta a punto de estallar... Aunque lo cierto es que me daba igual, que hicieran lo que quisieran, que no era momento para tonterías. Ahora me concentraba en cargar a T.J. con sumo cuidado de no causarle más daño del necesario, y que la herida se mantuviera cerrada, aunque también le daba algunas vueltas a lo que Himiko acababa de decir sobre Erik, ¿Cómo se supone que deberíamos ocuparnos del agresor? Parecía indiferente ante lo que hiciéramos entre nosotros momentos atrás, y ahora nos imponía un tiempo límite para encargarnos de éste, genial. 

 Continuamos hasta la habitación a la que nos guió Liz y entré primero con Ben hasta quedarnos junto a la cama, sobre la que tras levantar las sábanas torpemente con una mano mientras aún cargaba a T.J., dejamos al chico boca abajo.

 Levanté un par de veces los hombros, cogí la almohada y sacudí el polvo de ésta hacia fuera de la habitación antes de volver a ponerla bajo la cabeza del muchacho. 

 -¿Qué vais a hacer con Erik?- Pregunté como si el asunto del cocinero no fuera conmigo. Ya había oído a Liz pedir que lo ataran, ¿Pero y luego qué?. -¿Y dónde vais a estar?- Me apresuré en saber. No iba a dejar irse tan anchos a las dos únicas personas además de Makoto, que habían mostrado un mínimo de templanza, disposición y sentido común mientras yo me encontraba perdida en el castillo.

 Cogí las sábanas de arriba mientras formulaba la segunda pregunta para hacer lo mismo que con la almohada, con desgana, pero antes de volver a ponerlas sobre el chico me fijé de nuevo en su herida, así que la dejé sobre sus piernas. Habría que improvisar algún vendaje sobre la herida con algo limpio, o todo lo que pudiera estarlo, antes de ponerla en contacto con cualquier porquería que pudiera infectarla. 

 Me senté sobre la silla y apoyé los codos sobre las rodillas, y la frente sobre las palma de las manos, encorvada hacia delante.

 -No entiendo nada...- Admití, ahora en un lugar algo más relajado y privado. -Cómo vamos a buscar a esa chica con esta tormenta...- Levanté la cabeza para mirar hacia la ventana desde donde estaba. Y para colmo sin ser tan siquiera capaces de convivir entre nosotros, como había dicho Himiko.