No pretendía seguir agobiando a Natuk con más preguntas o alegatos absurdos sobre el poder y cómo conseguirlo. Así que me pareció buena idea cambiar de aires. Tal vez la chica quisiese asearse un poco y después salir de aquel lugar, dar un paseo, caminar, tomar aire fresco... y frío.
─Bueno, tal vez os apetezca ir a desayunar... podemos hablar más tranquilamente mientras tomamos un café con leche y unas tostadas con mermelada... si queda de eso en este castillo, claro...
Concluí mientras observaba con pereza las más que vistas paredes de aquella habitación.
- Uf, creo que sí, un café me vendría bien - dijo Angelica.
Aquella noche de medios sueños y poco descanso no habían sentado demasiado bien a la británica, que necesitaba urgentemente un chute de cafeína. Miró a Natuk con cierta pena cuando escuchó sus historias, y a Roxana con la culpabilidad de no haber aguantado despierta.
- Lo siento - logró susurrar, casi intentando que la chica no le oyese.
Se levantó de su sillón, y decidió afrontar el nuevo día con ganas. <<Tenemos muchas cosas que hacer, vamos allá>> pensó. Cambió por completo la cara, sonrió a ambas chicas, y dijo con un tono animado:
- ¿Alguien me acompaña a desayunar?
Natuk asiente y dice:
- Si... me vendría bien caminar un poco y desayunar y caminar un poco si es posible...
Se comienza a incorporar con tranquilidad y mira a las dos chicas, dice entonces:
- Gracias por ayudarme... no quiero ser una molestia mas, pero... no quiero ser descortés pero... no debes pensar así Roxana...
Para salir de la habitación destino al comedor con las dos chicas
Como habeis dicho que salis, os arrastro al comedor con ella
Entro (toco la puerta de la habitación de Natuk)
La puerta esta abierta, de hecho Ben se da cuenta que la puerta no puede cerrarse con llave ya que tiene el marco en la parte donde iria esto reventado, al entrar puede ver como Natuk esta sentada en la cama mirando por la ventana con expresion seria y un poco ausente
Me fijo alarmado en el marco reventado de la puerta de la habitación de Natuk. No termino de comprender lo que ha sucedido, pero me tranquiliza ver que Natuk está dentro y está bien.
Sentada sobre la cama, mirando en dirección a la ventana, no parece siquiera haberse percatado de mí presencia. Golpeo el marco de la puerta, un par de toques, esperando a que se gire y me mire.
Hola. ¿Se puede?
Entro en la habitación, un calco de los otros cuartos del castillo, varios de los cuales han sido refugio del cariño que comparto con Elizabeth. Si no fuera por ella, no estaría en este cuarto ahora mismo. Si no fuera por ella, no me atrevería a hacer esto.
Hay... Hay algo que quiero decirte. No quiero, pero tengo que hacerlo, y luego vivir con ello. -Me acerco a la butaca que hay junto a la cama, y tomo asiento en ella. Junto mis manos delante de mi rostro, con la nariz apoyada en ellas, y pienso las palabras un instante- No tengo todas las respuestas. ¿Qué pasaría si se cambiará el pasado? ¿Llegaria a conocer a Elizabeth, a enamorarnos, moriría en un accidente de coche? No lo se. Vi una vez una película, "el efecto mariposa", basada en la teoría de que cualquier cambio, por pequeño que sea, tiene tantas repercusiones que es impredecible. ¿Qué pasaría contigo, si se produjera ese cambio? ¿Desaparecerías, cambiarías, te convertirías en una descendiente natural de Maki? No lo se, no creo que ninguno de nosotros pueda saberlo a ciencia cierta. Sólo se una cosa. Ha muerto muchísima gente, y mucha más ha padecido una tortura inimaginable, incluida tú. Todo eso se podría evitar, pero el precio a pagar es muy alto. -Lanzo un suspiro- Sólo tú puedes decidirlo. Quiero pensar que un sacrificio así no sería en vano, que el universo te lo agradecería de algún modo, pero no lo se, sólo es una forma optimista de ver las cosas. La decisión es tuya.
La estoy presionando. Me maldigo por ello, pero hablarle así es una forma disimulada y cercana de presionar. Le hice una promesa a Elizabeth. No sólo a ella, pero es la más importante. Me odiaría a mí mismo si no lo intentara al menos. Ahora me odio también por intentarlo.
Hagas lo que hagas, respetaré tu decisión. Voy a esforzarme en mantener a salvo este castillo y a sus ocupantes, y eso te incluye a ti. Me gustaría que te quedaras, aunque no ejecutes ese hechizo, que seas una más. No volveré a hablarte de estos asuntos. No te diré nada acerca del pasado, del hechizo ni de nada de eso. Por eso he venido, para decirte en privado lo que te tengo que decir, y cerrar ese capítulo. A partir de ahora, sólo voy a concentrarme en ser el guardián de mi gente. Decidas lo que decidas.
Me pongo en pie, dispuesto a marcharme en cuanto Natuk tenga ocasión de responder algo, si es que tiene algo que decir.
Natuk se gira y mira a Ben, suspira profundamente y dice:
- Parece que no lo entendéis... vuestro temor es que cambien cosas de vuestro pasado... pero qué pasa si te dicen que dejaras de existir, que ni siquiera habrás nacido?
Se pone de pie y se acerca Ben con la esfera de cristal en la mano, la coloca frente a él y dice:
- Si tu propia existencia se olvidara, que harías? y no solo la tuya, sino la de otras que fueron olvidadas y que solo tu recuerdas... si quieres saber a lo que me refiero sostén esto conmigo
La chica estaba seria mirando a Ben
La entiendo. Cree que no, insiste en que no, pero sí lo entiendo. Aunque también entiendo, y eso ella no lo ve, que ese muchacho que no conociera a Elizabeth tampoco sería yo. Yo, el Benjamin que está aquí sentado frente a ella, desaparecería.
Como lágrimas en la lluvia, citando una buena película.
Pero no digo nada. ¿Para qué? Sería como volver a compararse con ella. Supongo que tendré que resignarme, contemplar que las cosas sin como son y que estamos atrapados aquí.
Me pongo en pie y pongo mis manos en la esfera con ella. Al menos le debo eso, el respeto a lo que desea mostrarme.
Al colocar las manos sobre la esfera Ben puede ver la imagen de un laboratorio en el cual hay una gran cámara frigorífica, un par de hombres con batas blancas caminan con unos documentos mientras hablan:
Los dos hombres abren la cámara frigorífica y pueden verse casi 50 cadáveres de niñas pequeñas de 2 años, todas con un increíble parecido físico con Natuk, según caminan pueda ver que estas han sido examinadas ya que a alguna le faltan miembros, otras tienen medio cráneo abierto, algunas partes cosidas, los hombres hablan:
Ya de nuevo en la habitación la chica estaba seria y dice:
Le entrega la esfera a Ben:
Asisto a la escena con consternación, aunque tenía más o menos asumido lo que iba a ver. Pero una cosa es imaginarlo, y otra muy distinta estar ahí, ser testigo en primera persona. Es algo repugnante, despreciable. ¿Cómo pudieron hacer esto? ¿Cómo es que siguen queriendo hacerlo?
Suelto la esfera y doy un paso atrás, molesto. Pero entonces Natuk me dice algo que me sorprende y, por un momento, me llena de esperanza. Lo que le pase a ella le da igual. ¿Significa eso que...? Pero no, la esperanza se esfuma en cuanto me entrega la esfera, tras exponer que no desea que esas niñas se olviden. En el instante en que declara su intención de entregarse.
No...
Me...
Lo...
Puedo...
Creer...
Entregarse. Dejar que esos soldados se salgan con la suya, que la encierren y la usen como una puta batería el resto de su vida. Que experimenten de nuevo con ella para poder reproducir el experimento. Todo lo que hemos hecho, todo por lo que hemos pasado, para nada. El director, Manuel, Beni, todos aquellos que velaron por nosotros en el castillo, muertos. El resto de seres sobrenaturales del mundo, muertos. Himiko, sufriendo durante siglos la agonía de una batalla sin cuartel que se refleja en cada una de las cicatrices de su cuerpo. Sacrificando su humanidad por nosotros. Nosotros dejando casi todo lo que amamos atrás, sin poder siquiera despedirnos, con la esperanza de poder cambiar las cosas. ¿Para qué? ¿Para esto? ¿Para que se entregue a esos soldados?
Vete a la mierda, Natuk. -Le digo de pronto, con rabia en la mirada, una rabia a punto de explotar en lágrimas de impotencia- Haz lo que te de la gana, entrégate si quieres o quítate la vida directamente, ya qué más da. No hay diferencia. Pero no me vengas con ese altruismo de palo. Dices que no te importa lo que te pase, pero en cambio el recuerdo de esas niñas es lo más importante del mundo. Mejor recordarlas a que nunca hubieran padecido tal crueldad, ¿verdad? ¿Y qué hay de todos esos muertos? Puede que cientos, puede que miles de personas asesinadas y torturadas. Podría entender que no quisieras sacrificarte tú, pero ¿por preservarlas a ellas? ¿El qué? ¿La crueldad que padecieron? ¿ESO es lo que quieres preservar? -Miro la esfera en mis manos, desesperándome- Búscate a otro para esa tarea, tengo cosas más importantes que hacer.
Lanzo la esfera sobre la cama con desprecio y salgo de la habitación dando un fuerte portazo que no cierra la puerta del todo, ya que el marco esta reventado. Una vez en el pasillo, me alejo a grandes zancadas con los puños apretados y la respiración acelerada, sintiendo mi corazón a cien, hasta que me detengo y lanzó un fuerte grito de pura rabia y desesperación.
Salgo (se oye un fuerte grito en los pasillos)
Mientras Ben le habla la chica no dice nada, este puede ver como cuando se marcha recoge la esfera de la cama pero no dice nada, se queda en la cama sentada sin decir nada
Entra a la habitación de Natuk, o por lo menos toca.
Cuando Alma entra en la habitacion se encuentra a Natuk sentada cabizbaja con la esfera entre sus manos
Respira aliviada, estaba bien, triste, pero bien, pero se sonroja por irrumpir así, así que carraspea, y toca a la puerta, intentando disimular su abrupta entrada.
- dis..disculpa, ¿interrumpo?- le pregunta, aún avergonzada.
Natuk se sorprende y mira a Rina, se queda unos segundos callada y dice entonces:
- No, pasa... no interrumpes nada, puedes sentarte si quieres
Se dirigió hacia el lugar del que provenía el grito, si no había nada especial simplemente entró en la habitación de Natuk. (¿Situación?)