Partida Rol por web

Asentí cuando dijo que ella y algunos mas tenían la intención de evitar que eso pasase.

-Si éramos amigas. Nos conocimos de una forma bastante extraña la verdad. Era un concurso de talentos en Tokyo se llamaba xxx. Madre que de preguntas... Su novio se llamaba Takeshi.

Tranquila mientras sea para evitar que mueran y podamos volver a nuestro tiempo puedes preguntar todo lo que quieras.

¿quien te a dicho eso? No he contactado con ella. Simplemente la vi en una especie de sueño. Pero creo que si la encontramos tal vez pueda hacer que no se vaya. Pero tenemos que encontrarla. Y si iré con vosotros.

Entonces pensé en algo , que me preocupo bastante.

Dices que hay grupos. ¿no? ¿Y esos grupos que planes tienen para Maki? ¿Es decir quieren matarla sin mas o quieren optar por el camino mas largo y difícil?

Esto era algo que me interesaba mucho por que no estaba dispuesta a dejar que la mataran sin mas. O de otra forma a como la mataron.

La chica continuó contándome lo que sabía, aceptando venir con nosotros, y terminando por reparar en algo que no había caído.

¿Qué planes tienen para Maki?

-La verdad es que no lo se… - dije confusa, justo cuando vimos como uno de los grupos salía por la puerta, y sin decir nada , ni antes ni ahora, abandonaban el castillo. – Ahí tienes uno…

Nyara, Kyara, Kurt, Christopher, Giulia y Mike parecían ir en busca de la última, sin tan siquiera haber informado a nadie, o al menos a nadie con que ya hubiera hablado yo, pues nadie me había dicho nada al respecto. Sentí la tentación de preguntarles la cuestión que había lanzado Katherine, pero después de que pasaran de nosotros de esa forma y sobretodo después de lo que Nyara me había hecho, dudaba que fueran a informarme de nada.

-P-puedes preguntarles si quieres, antes de que se alejen demasiado… Igual a ti te hacen caso. Voy dentro, trataré de ver si hay algo de la época en la biblioteca, pásate por allí si quieres. ¡Am! Fue Rina la que me dijo que tú podías contactar con ella, habrá sido una confusión, lo siento. - dije sonrojándome - Gracias, muchas gracias, de verdad. – sonreí a la chica, antes de volverme hacia las puertas del castillo.

A pesar de todos los desplantes, de no gustarme la forma en que hacían las cosas, deseé que aquel grupo tuviera éxito. No se trataba de ganar, como bien le había dicho a Rina, se trataba de salvar a Maki para salvarnos a nosotros. A todos.

-Suerte… - murmuré justo antes de entrar en el castillo.

Pues era cierto no sabia que es lo que planeaban los demás. Pero teníamos que averiguarlo. Me gire y vi al grupo pasar.

-Te veré en la biblioteca dentro de un rato. ¿rina? Pregunte curiosa. No hay de que.

Vi como se marchaba a la biblioteca. Me senté en una silla durante un rato me dolía la cabeza.

Me dolía la cabeza. Todo esto sin duda era lo que me había despertado ese dolor. Quien iba a decir a Maki que seria tan sumamente importante. Que trescientos años después estábamos volviéndonos locos para evitar que desarrollara sus poderes y la mataran. O que al menos lo hiciera de una manera mas gradual y controlada.

Sin duda ella diría que no era posible. Que seria por otra persona. Pero era por ella. Toda esta información hace trescientos años me hubiera venido de perlas. Pero claro para poder volver a esa época teníamos que encontrar el hechizo de Clata verakta nickta. O como se llamara.

Me quede unos minutos descansando y masajeándome la cabeza. Hasta que me decidí a ir a la biblioteca a ayudar a Elizabeth. No me encontraba con animo de ir a hablar con grupos. Además no pensaba que fueran a tener éxito.

Toque el collar para recordarme que seguía bien guardado. Era importante. Y no había comentado nada a nadie. Al fin y al cabo no sabia en quien podía confiar. Aun no al menos.

Había quedado en ir al laboratorio, se lo dije a Elizabeth. Pero no puedo, no puedo ir ahora, así. Tras gritar desesperado comienzo a llorar, a respirar con dificultad, a sentirme perdido. Salgo al exterior, al patio, luchando por tranquilizarme, echándome a llorar al ver que no hay luz al final de este puto túnel.

Al salir del laboratorio, ya no encontré a nadie en el pasillo, pero pude escuchar a lo lejos una puerta; la que llevaba al exterior.

Aceleré el paso, aún asustada, y es que no podía imaginar qué podría causar un grito como aquel. Ben me había dicho que iría a hablar con Natuk, y cierto era que la chica no estaba muy colaborativa, pero no estaba segura de que se tratara sólo de eso.

Finalmente alcancé la puerta y salí al exterior, encontrándome con Ben en el patio interior. No podía verle la cara, pues se encontraba de espaldas a mí, pero podía notar lo agitado que estaba.

No parecía haberme oído salir, y me acerqué hasta él por detrás, rodeando su cuerpo con mis brazos y dejando reposar mi cara en su espalda.

-¿E-estás bien? – pregunté preocupada por él, pero también intranquila, y es que si algo habíamos aprendido en los últimos días, es que todo podía ponerse peor sin tan siquiera verlo venir.

Oigo la puerta a mi espalda. No se de quién se trata, ni me giro a comprobarlo. Todo lo contrario, me mantengo de espaldas a esta.

No quiero que nadie me vea así.

Tengo los ojos enramados en lágrimas, y mi respiración agitada y nerviosa. Desconsolado y sin esperanza, he estallado al final, tras demasiado tiempo tratando de ser fuerte, de soportar todo esto. Tarde o temprano tenía que pasar. Sólo espero que, sea quien sea quien ha salido, se vaya cuanto antes y me deje sólo.

Pero unas manos amorosas me rodean, y un cuerpo se apoya en mi espalda. Mi amor ha venido a buscarme. Quería esco derme de todos, especialmente de ella, pero aquí está. Y su abrazo ne da consuelo, pero también me recuerda todo por lo que sufro en realidad. Y es que todo esto me duele especialmente por ella.

N-no... N-no lo e-estoy... -Respondo a su pregunta, sin girarme, sintiendo nuevas lágrimas resbalar por mi rostro- N-no p-podré mantener m-mi promesa. N-no volveremos, no arreglaremos n-nada. -Siento la tentación de agarrar sus manos, aferrarme a ellas cariñosamente para que sean mi tabla de salvación, pero no puedo- L-lo he in-tentado, d-darle algo en q-qué pensar, influir en s-su decisión, pero no va a ayudarnos. P-prefiere honrar el recuerdo d-de quienes murieron con gran sufrimiento q-que evitar sus m-muertes y pad-decimiento. D-dice que se va a e-entregar a los soldados... -Agacho la cabeza, completamente abatido, derrotado- T-te he fallado...

Tras escuchar el grito Himiko entra en silencio y seria en la zona y se dirige a donde están Ben y Elisabeth, se acerca caminando y seria dice:

• Que ha pasado? Que ha sido ese grito?

Mira a los dos de reojo y se queda esperando una posible respuesta

Con mi cuerpo pegado al suyo, su inquietud se hacía mucho más evidente. Podía sentir su agitaba respiración, y el que no se girara hacia mí me había dado pista de ello, pero aun así, no comprendí la magnitud de su estado hasta que comenzó a hablarme.

Su dolor y desesperación me quebraron el alma. No. Una y otra vez, escuchaba como negaba que sucedería todo aquello en lo que habíamos creído. Sentí el impulso de ponerme frente a él, y decirle que todo se arreglaría, pero creí que era mejor dejar que se desahogara, además, el mismo parecía preferirlo así.

Me apreté contra él, estrechando mi abrazo, mientras mis ojos se aguaban al sentir que los de mi novio también lo hacían. Escuché como nervioso relataba lo sucedido con Natuk, pero por increíble que me pareciera la actitud de la chica, no me sentía en el derecho de obligarla a hacer lo que no quería, sin embargo, al oír que quería entregarse, las cosas cambiaron.

Benjamin terminó por derrumbarse, concluyendo que me había fallado, y aquello hizo que le soltara de inmediato y me pusiera frente a él. Me froté los ojos rápidamente y sujeté su rostro, haciendo que me mirara.

-No me has fallado ¿Me oyes? – le dije firme, acercando mi rostro al suyo, sacando toda mínima fuerza que hubiera en mi interior para él. – Además esto no ha terminado… Si quiere entregarse, no me queda más remedio… - añadí dirigiendo mi mirada hacia un lado, pensando en qué debería intentar lo que acababa de negarme en el comedor a hacer. – No podemos dejar que se entregue. – fije mi mirada en la suya nuevamente. – Estás aquí, conmigo, y mientras eso sea así, sigues cumpliendo tu promesa. La que de verdad me importa…

Siempre juntos…

Dejé reposar mi frente en la suya, aún sin soltar su rostro, cuando escuché una voz a mi espalda. Sin embargo, aquello no produjo que me separara de Ben, y es que en ese preciso instante, él era lo único y más importante.

Elizabeth me rodea, reaccionando a mi confesión. Se sitúa ante mí y sujeta mi rostro con decisión, pero al alzar mi mirada veo que también está al borde del llanto.

Niega mi fallo, aunque no podrá convencerme de ello. Es una verdad incuestionable. Le di esperanzas de un futuro que no puedo ofrecerle, y ahora estamos atrapados aquí, en este erial perdido, encerrados en un castillo del que no podemos salir sin arriesgar la vida, donde tampoco ésta está asegurada. Es cierto que una promesa si que estoy cumpliendo.

Juntos, siempre juntos.

Pero ¿que hay de tu familia, cariño, qué hay de tus padres y de tu amiga, del resto de seres queridos a los que no volverás a ver?

Himiko aparece, preguntando por lo que sucede. Me ha oído gritar. Joder, todo el castillo debe haberme oído. He estallado de mala manera, pero es que creí que iba a explotar, necesitaba sacarlo. ¿Y ahora qué? ¿Le cuento a la vampiresa lo que pasa? Si se entera de que Natuk no va a ayudarnos, de que no se cumplirá la misión por la que ha padecido tanto durante estos trescientos años, quién sabe cómo reaccionará.

"Cuando" se entere...

He... H-he sido yo, Himiko... -Me paso la manga por los ojos, secando mis lágrimas- P-perdona, es que he discutido con alguien... -No digas Natuk, no tiene por qué saberlo- ...y he explotado. L-los nervios, todos estamos un poco tensos. P-pero no te preocupes... -Me giro hacia Elizabeth- V-vamos, hablemos dentro...

La vampiresa mira de reojo a los dos y dice:

- Cuando estéis preparados para hacer el conjuro me avisáis, volveré un poco a mi habitación, tengo que preparar algunas cosas

Tras lo cual comienza a caminar con tranquilidad hacia su habitación