Partida Rol por web

- están asustadas... no las escuches, tampoco dejaré que te lastimen, soy una kitsune, aun no tengo nombre... Pero soy una kitsune... y estoy para cuidar de ti... creemos saber como arreglar todo esto, evitar tanto sufrimiento, pero..necesito que mejores y quieras ayudarnos... o por lo menos que mejores, te he visto llorar, déjame cuidar de ti..- una lagrima cae de sus ojos.

La Última alcanzó a susurrar levemente que temía hacernos daño. Probablemente no le falte razón, pero llegados a este punto, debemos confiar en que la capacidad de Liz y la presencia de Kath puedan evitar que eso suceda.

De nuevo coge el sombrero que tiene junto a ella, antes de perder la consciencia.

Por qué es tan importante como para aferrarlo como si fuera parte de su cuerpo. Quizá nos de alguna respuesta.

Acerco con cuidado mis manos hacia aquél sombrero, tratando de mover lo menos posible a la chica herida, para examinarlo.

¿Maki?

Miro a Katherine, extrañado, cuando la oigo susurrar ese nombre. Niego con la cabeza, volviendo a mirar el rostro de la mujer.

¿M-Maki? ¿La Maki del pasado tras cuya muerte comenzó todo? P-pero es imposible que sea ella... Incluso obviando el hecho de que hayan pasado trescientos años, sabemos que murió en aquel concierto... ¿No?

Parece una idea sensata y común a todos que hay que llevársela de aquí para tratar esa fiebre, la enfermedad. O bien hasta el castillo, o al menos hasta la aldea para resguardarnos en las ruinas. Sin embargo, Tocaba plantea un temor al que no estoy dispuesto a dar cancha.

Rox... Yo no seguiría por ahí. Ha cuidado de nosotros durante trescientos años y sacrificado su humanidad, exclusivamente para que pudiéramos deshacer todo lo que sucedió en su momento. Además, en ningún momento nos ha pedido que la llevemos al castillo, y hasta nos ha permitido traernos el hechizo... No se, reconozco que tiene una forma de ser inhumana, pero yo esperaría a tener más motivos antes de convertirla en nuestra enemiga.

Trato de no sonar brusco al responder a Roxana. A fin de cuentas, esta chica puede tener más motivos que yo para desconfiar de la vampiresa. Creo que yo la conozco bastante mejor, y eso me hace comprender lo que hay bajo su monstruosa apariencia.

Lo mejor será ir hasta la aldea con ella y buscar refugio de este frío hasta que veamos seguro trasladarla al castillo. Aunque esté en ruinas, tiene que haber algún lugar donde resguardarnos de este frío, hacer fuego y lograr que entre en calor. Podemos usar la canoa para trasladarla, aunque sea a rastras, y nuestros sacos para taparla en condiciones... -Me fijo, torciendo el gesto, en el modo en que se aferra con fuerza al gorro- ¿Qué le pasa con esto...? -Pregunto mientras palpo el gorro, mirando a ver qué hay debajo.

Katherine no escucha a Maki, en lugar de ello escucha los pensamientos de la chica:

- Dejadme, marcharos... no quiero más, dejadme morir aquí con mis seres queridos... quiero que todo termine, no quiero que muera nadie mas

Rina observa el lugar y lo mas refugiado es una de las paredes que forma una pequeña esquina de una de las ruinas de las casas, no tiene techo pero al menos la leve brisa que sopla no les dará si están ahí. Restos de tela y de toda clase de utensilios como cacharros pueden verse por todas partes en la aldea destruida

Makoto y Ben tratan de mover el sombrero de la chica, sin embargo, ninguno de los dos se termina de atrever a cogerlo, es entonces cuando ambos ven que en su interior hay algo, al principio no están muy seguros de ello, pero pronto lo terminan de ver bien, se trata de una esfera, parece una representación de la tierra pero hecha de cristal

Se separa un poco de la chica,  pero sujetado su mano, y se da cuenta de lo que Makoto ha sacado, y que ahora ambos chicos lo están viendo con un gesto que muestra algo distinto, la kitsune se da da cuenta que sus suposiciones estaban en lo correcto, sin embargo, la japonesa se muerde el labio inferior, y pone su mano sobre el sombrero para que dejen de verlo.

- por allá... hay dos paredes que forman una esquina, es lo único  en pie que existe, dejen eso con ella, y movamos la canoa hasta allá, chicos, hay tiestos por todos lados, quizás encontremos suficiente como para atenderla - sus ojos están fijos en Makoto, no era lo más correcto haber sacado el sombrero, si era algo que estaba protegiendo, quizás había sido la razón por la que toda esa gente había muerto. 

La chica les indicó  una pequeña esquina de una de las ruinas de las casas, no tiene techo pero al menos la leve brisa que sopla no les dará si están ahí. Restos de tela y de toda clase de utensilios como cacharros pueden verse por todas partes en la aldea destruida. Era el mejor lugar donde quedarse hasta poder hablar bien con la joven enferma.

- Umm, lo cierto es que yo inicialmente creía que Maki era la última ... - pensé en las palabras de Ben
- ¿quién si no podría ser tan poderosa como para embaucar estadios enteros?  -  dije pensativa.
- Bueno, pues siguiendo los deseos de Rina, voy a asegurarme de que no hay nadie más por ahí.

No creía que hubiera nadie más, pero bueno, no vendría mal echar un vistazo.  Deambulé por los alrededores, sin alejarme tanto como para perder de vista al grupo, pero si a cierta distancia.  La verdad es que con tanta gente encima de la pobre "última", una más no sería más que un agobio.

- Pues yo no me fío tanto de Himiko.  -  pensé

Veo el objeto bajo el gorro con gesto de preocupación. ¿Tan importante es para estar aferrado a él en su estado? Me pregunto qué será... Espero que no un objeto mágico peligroso... Rina se apresura a taparlo de nuevo, y su cara hace que mi preocupación crezca aún más. Pero intento centrarme en aquello que puedo controlar, y dejar los misterios mágicos a otros más avezados en el tema.

Bien, Makoto, tú empuja desde atrás y yo tiro desde delante. -Indico a mi amigo mientras cojo lo que parece un estrobo del interior de la canoa, apenas una cuerda mal trenzada sobre sí misma, y lo paso por la punta de amarre de la canoa, inclinándome para tomar el impulso necesario y tirar de tanto peso.

Rina, Elizabeth, vosotras dos permaneced a su lado en todo momento, será lo mejor. Igual acepta algo de comida y agua, tiene pinta de estar débil. Cuando lleguemos, Makoto y yo podemos hacer una batida por los alrededores para asegurarnos de que no hay peligro. Las demás podéis tratar de encender un fuego. ¿Os parece?

Rina es quien tiene alguna capacidad de curación, y quizás la ayuda de los espíritus. Liz puede calmarla si se despierta. Está mejor con ellas dos al lado. Pero hay más cosas que hacer, y va siendo hora de ponerse en marcha.

¿Listo, Makoto? ¡¡Pues adelante!! -Digo dando el primer impulso.

Me quedé petrificada, mirando a esta pobre mujer a su rostro acalorado y febril. No podía creer lo que he visto, tanto dolor, tanto padecimiento. No podía sino compadecerme de ella, entender los motivos de esa conducta tan a la defensiva. - No es Maki... -Les dije a los demas, tras escuchar las palabras de Katherine y la respuesta de Ben- ¿Cómo te llamas? -Le pregunté acto seguido a la mujer cogiendole la mano, lenta y dulcemente- Yo soy Elizabeth... -Señalándome a si misma con la otra mano. Ben comenzó a tirar de la canoa, y yo caminé al lado de la misma sin soltar a la mujer. Tras una pausa los miré, uno por uno, terminando en mi novio- He visto lo que le pasó... Tenemos que hacerlo por ella tambien.

La chica apenas era consciente de lo que pasaba a su alrededor mientras la trasladaban a aquel lugar algo mas resguardado parecía que se despierta levemente, mira a Liz y apenas con un susurro dice:

- Natuk

Para casi sin fuerzas agarrar de nuevo su gorro y acercarlo a su pecho, la chica estaba realmente débil y los chicos que la cargaban pudieron notar que no pesaba nada, que realmente pesaba mucho menos de lo que debería, Liz que le tocaba la mano pudo comprobar cómo era realmente delgada, posiblemente estaría desnutrida.

El resto que estaba buscando en los alrededores de la aldea encontraron algunos cacharros y útiles de la vida diaria de cualquier pequeña aldea muchos de ellos rotos, otros en perfecto estado y toda clase de trozos de tela y de mantas, pero todos estaba rotos, tal vez poniendo varios sobre la chica podrían taparla

 Ignoro el tema de Maki por ahora. Lo que dice Ben tiene todo el sentido, y no es nada sorprendente que los asiáticos se parezcan mucho entre sí, pero sí me siento molesta cuando Rox habla sobre Himiko. Me parece ridículo, si quisiera matarnos, ya lo habría hecho.

 Pero ahora debíamos centrarnos en la chica que gracias a Liz se presentaba como Natuk, y que afortunadamente Rina había conseguido mejorar un poco. - No vamos a dejarte aquí, Natuk, queremos ayudarte. - Y que nos ayudes - Soy Victoria - Me presenté con voz seria, pero cálida a la vez a la chica, antes de dirigirme a Ben - Está bien - Contesté a su propuesta mientras me quitaba la chaqueta militar y cubría con ella también a la Natuk. - Deberíamos ofrecerle algo de comer, sí - Concuerdo con el dragón al volver a echar una mirada a la chica.

 Buscaba madera y cosas que pudieran prender en el camino a de vuelta la aldea, además de algunas ramas o piedras útiles para encender una llama, adelantada a los que cargaban con la canoa. Pero aún no entendía muy bien qué cobertura pensaban aprovechar entre dos míseras paredes.

 - ¿Es que hay algo más que podamos hacer aquí? - Pregunto a los chicos. Tarde o temprano tendríamos que volver al castillo, y no creía que en mitad de la nada pudiera mejorarse mucho más de lo que ya la ha sanado Rina. Cuanto antes reposara en una cama, mejor.

Como es comprensible, la confusión aparece tras el inesperado encuentro. Sin embargo, poco a poco La Última empieza a estabilizarse.

Tras empujar la canoa hacia una de las paredes de las casas derruidas que aún se tienen en pie, la chica vuelve a reaccionar.

- ¿Natuk? - Busco su mirada, tratando de que vea que no tenemos para ella más que rostros amistosos - Soy Makoto, llegamos a vernos en una ocasión ¿recuerdas? - sonrío tímidamente mientras saco de mi bolsa una de las latas de comida. Fría e insípida, pero parece necesitar alimento con urgencia - vas a recuperarte - le nuestro la lata, esperando que me haga un gesto que me indique que quiere que se la abra.

Puesto que me había alejado del grupo un poco para comprobar si había peligro en los alrededores, podía observar en la fría distancia que todos se apiñaban en torno a la última, afanándose por atenderla y cuidarla.

- Os recuerdo que hemos traído sacos de dormir, para taparla si os place, vaya.  -  les grité con ironía.
- Para hacer fuego usad las cerillas o el mechero.  Eso estaría bien.  -  el retintín me salía sin yo buscarlo.
- Y coged uno de los trapos que traemos para envolver nieve y ponérselo en la frente.  -  los miré fugazmente.
- O se nos muere de fiebre antes de llegar a la aldea.  -  Dije con mis modestos conocimientos en 1os auxilios.

- Aparte, podríais darle ya algo del agua de nuestros contenedores⁽¹⁾  -  recordé que los llené antes de salir.
- Aunque si preferís verla morirse de sed, vosotros veréis  -  la ironía se había convertido en vulgar sarcasmo.

Me sorprendí a mi misma por el tono de mis palabras.  Verlos derrochar tanta amabilidad entre ellos y con la última contrastaba abruptamente con mi recientemente adquirida incapacidad para sentir empatía con ellos o con la recién encontrada Maki ... o Natuk, o quien fuese.  La necesitaba ... los necesitaba a todos para volver al pasado, era lo único que me importaba.

Arrastrar la canoa por la nieve termina siendo bastante trabajoso. Mis botas no calan por la humedad de la nieve, pero tampoco se aferran al suelo nevado lo suficiente para no resbalar cada poco en la incómoda posición en que debo tirar. Y el esfuerzo hace que entre en calor, aunque por fortuna no tanto como para hacerme sudar y que eso luego pase factura con este frío.

Alcanzamos las ruinas, acomodando la canoa en la esquina entre dos muros. Eso resguarda algo del viento, y con una buena hoguera hasta podría conservar suficiente calor. Kat comienza a hablar de un modo sarcástico de más, para mi gusto. Y estoy algo cansado para pasar del tema, algo que probablemente haría en otras circunstancias. La polaca me cae bien, pero en ocasiones se pasa un poco con lo que sale de su boquita.

Kat, te recuerdo que lo de los sacos ya lo dije antes, y lo del agua también... Ese tono de reproche está de más, ¿no crees? Sobre todo teniendo en cuenta que tú estás de brazos cruzados... -Le Digo con calma, antes de volverme a los demás- No os molestéis en hablar con ella de momento, no se si os habéis dado cuenta pero está inconsciente. -Digo mirando a Makoto. Ahora lo principal es hidratarla y mantenerla caliente. El resto vendrá después- Makoto, ¿comenzamos a inspeccionar los alrededores? ¿O prefieres quedarte?

Yo iré igualmente. Ya hay mucha gente ocupándose de esto, y prefiero encargarme de aquello que se me da mejor.

No comprendía nada. Ben y Liz hablando de una tal Maki, que no tengo idea de quien es, una muchacha más muerta que viva aferrándose a un sombrero con una esfera dentro que, aparentemente, no es la última, pero que tampoco es Maki según Elizabeth.

Lo que busco entre los escombros no sirve para nada, todo roto, todo destrozado y muy pocas cosas útiles. Esperaba encontrar al menos algo que no sea comida en lata, pero tampoco había nada de eso.

Al escuchar a Ben que invita a Makoto a recorrer el lugar me sumo sin pensarlo, ya que me sentía completamente desubicada en aquel lugar.

- Yo los acompaño, al fin, no se en que más puedo ayudar aquí.

- Vaaale, vale, mister sensible  -  buféé por lo bajo, sin darle importancia para que Ben no me regañase de nuevo.
- A ver esto ...  -  envolví un poco de nieve con un trapo.  Me acerqué a la última se lo puse en la frente.

No tenía que reprocharle nada a Ben: se esforzaba.  Pero su noble y siempre amigable carácter difícílmente podría imaginar el despego y la escasa fe que ahora mismo sentía por todo (y todos).  -  Mejor para él -  pensé.

Los pensamientos de la chica eran un tanto caóticos.

-¿Como que no muera nadie mas? Pues eso te incluye a ti a si que a seguir luchando. Dije seria. Muchas cosas dependían de esta chica sobreviviera.

Escuche el comentario de Kata.

-Maki esta muerta. Pero no puede ser una coincidencia que sean iguales.

Volvía a mirar a la chica cuando empece a escucharla reprochar varias cosas.

-Eso no ayuda. Tenemos que colaborar entre todos. Y la guiñe un ojo.

La chica estaba casi inconsciente y no logra decir nada, simplemente termina de perder la consciencia mientras los chicos comprueban como alrededor de la aldea parece que no hay nadie y que no hay nada mas de utilidad al menos por el momento. El día seguía siendo agradable y la chica seguía estando fría y con fiebre

Regreso de la batida por los alrededores algo cansado, pero no tanto como para que necesite más que unos minutos de descanso. Makoto y yo nos hemos repartido el perímetro de la aldea, de forma que cada uno ha recorrido e inspeccionado la mitad. Hemos quedado en un punto concreto al terminar, y parece que, al igual que yo, él tampoco ha visto nada que indique que hay peligro alguno.

Ahí fuera todo en orden. ¿Cómo está? -Pregunto en cuanto regresamos a su lado. Tras ponerme al día de su estado, o de su falta de cambio, Elizabeth me da un abrazo y me pide que nos apartemos un momento para contarme algo. Así lo hacemos, y lo que me cuenta me deja espantado. Miro de reojo hacia Natuk, con lástima, y mi rostro se ensombrece. Pero Elizabeth ne toma el rostro entre sus manos, alzándolo para que la mire, y me anima con unas pocas palabras y un tierno beso en los labios, tras lo que mi sonrisa vuelve a florecer tímidamente.

Recuerdo haber visto una foto de Maki en uno de los recortes de la biblioteca, Katherine... -Digo al regresar con los demás- ...y esta mujer no se le parece más que en ser oriental, creo yo. Bueno, ¿como lo veis? ¿Partimos hacia el castillo? No parece que aquí podamos hacer mucho más, y si nos pilla la noche la cosa puede empeorar...