Partida Rol por web

Yo soy hielo... yo soy muerte.

No quiero verte aquí, lárgate y avisa a la mocosa chupasangre.

Rezagada en el grupo, voy pateando piedritas a medida que camino.

Nadie me tiene en cuenta... es como si fuese invisible. No me responden, no me dejan participar.... esto de tener 16 es una cagada. Todos haciéndose los importantes y tomando decisiones...

Pero mis pensamientos se ven interrumpidos al notar el frío. Con lo cual me abrazo a mi misma levantando y bajando mis manos frenéticamente para transmitirme calor a mi misma.

- ¿Qué está pasando?

 Empujar la canoa es un trabajo pesado, y aunque no quiero enfriarme, necesitamos descansar. Me apoyo un poco sobre la canoa mientras tanto, pero entonces Natuk llama mi atención. Alargo mi brazo hacia ella para frotar algo de la escarcha que desprende, además de para intentar confortarla o tranquilizarla un poco, y por un momento miro a Rox, confundida por las palabras de Natuk, el zumbido, el brillo, el frío.

 - No lo se... - Vuelvo a mirar a Natuk. Ni siquiera estaba segura de si se estaba dirigiendo a nosotros. - Natuk, ¿Qué pasa? - Miro un segundo a algunos de los chicos - No vamos a dejarte sola. Vas a ponerte bien - Digo con todo el convencimiento que soy capaz de transmitir, que con la intranquilidad que me causa la situación, es más bien poco. Sólo espero que la ayuda de Liz y Rina hayan sido suficientes, y su poder no se descontrole ni cause problemas.

A pesar de que la canoa se desliza con cierta facilidad sobre la nieve, el trayecto empieza a hacerse pesado. Llevo un buen rato en silencio, con la mente en blanco, concentrado en no fallar mis pasos cuando las palabras de Natuk me sacan de mi ensimismamiento.

Antes de llegar a comprender nada, las palabras de Roxana me hacen reaccionar.

- ¿Qué ocurre Rox? - la joven mantiene la vista fija en La Última. Casi al instante veo como parece desprender energía en forma de escarcha - qué demonios... ¡Rina baja!

Suelto la canoa y me incorporo mientras Victoria trata de tranquilizarla.

- Diría... - ladeo la cabeza tratando de dar sentido a sus palabras - creo que está recordando lo que sucedió en aquella aldea. Probablemente la gente que la habitaba la acogió y los soldados... - miré a Elizabeth - ¿puede que recordando aquello trate de defenderse incluso en sueños? Id con cuidado.

escucha el grito de Mako-kun, había pensado lo mismo cuando comenzó a ver la reacción de la chica, también quiso separarlos a todos, pero recordó cómo se sintió cuando se alteró y Ben apartó a todos, haciendo cundir el miedo entre ellos hacia ella. Así que se armó de valor, y aunque miró a su amado, no le hizo caso, aunque tuviera toda la razón del mundo. Esos ojos negros fueron como "si pasa algo, escapen" pero no lo pronuncio, sino que tomó la otra mano de la chica, Vicky había actuado con rapidez para reconfortarla.

- Black- san, solo esta asustada... Debe ser la fiebre - responde a Roxana de una forma muy conciliadora, y frotó las mano de Natuk, besando sus dedos, nota la escarcha, claro que le da miedo que explote su poder de pronto y terminen como los de la aldea. El frío se hizo mas fuerte, ¿y si era como ella que reaccionó cuando se vio amenazada?, comprendía muchas cosas ahora - esta segura, nada la amenazará, -miro a Liz, ella de seguro intentaba de nuevo calmarla, esperaba que aun tuviera esa energía, si solo pudiera tener acceso a ese poder, apretó los dientes e intentó enfocarse en la idea de calmarla, - nada pasará... ¿podría asegurarlo?, no, quizás el retroceder haría que ella misma no existiera, ¿y si no las quería ayudar? Era negarse a si misma, pero también sería impedir el sufrimiento que ha padecido. Eran demasiadas preguntas, que solo la chica a la que le sostenía la mano podría resolver. La kitsune estaba asustada.

Al parecer Nyara no había logrado su propósito y los soldados se mantuvieron conscientes. Es más, parecieron alertarse. Chris logró despistarlos, y mientras Kyara proponía retirada su gemela parecía convencida de seguir. Kurt y Mike parecían demasiado tensos para reaccionar.

Aun estaba intentando decidirse cuando Nyara saltó al ruedo y fue al encuentro con ellos. No podían dejarla sola, así que donde estaba levantó rápidamente las manos, manipulando el viento que los rodeaban para que formaran una especie de tornado alrededor de Nyara y la protegiera. El viento giraba con intensidad, pero no lo suficiente como para interferrir en el canto de la morena.

Con la otra mano hizo un gesto hacia los soldados, lanzándoles un viento lo más huracanado que pudo para desestabilizarles y lanzarlos contra los troncos de los árboles.

- Estupendo, esta se nos muere o nos mata de un reventón de frío  -  Evité decir para no llevarme otra tanda de regañinas.

El grupo se había parado, en respuesta a los delirios de la última.  Al parecer, el temor a que la última generase un poder mágico de peligro tal que nos mandase al otro barrio a todos de un golpe era general, y no solo mío.  Tan solo deseaba alejarme, pero pensé que mi única posibilidad de salida de este mundo de pesadilla era la tal Natuk, así que le recoloqué los sacos a modo de manta, arropándola bien y, empujando lo poco que mis paupérrimos brazos podían, dije:

- Vamos, debemos apresurarnos:  la pobre está al límite.  -  fingí preocuparme por ella.

Cuando paramos un momento para descansar, Natuk volvió a hablar, pero de un modo algo incomprensible. Aun así, en seguida entendí lo que quería decir. Estaba confusa o delirando por la fiebre, y aquello seguramente estuviera haciendo que continuara pidiendo clemencia para los suyos, aquellos que la habían recogido cuando se vio sola.

A modo de protección empezó a emitir un frío que se volvía escarcha, escarcha que Victoria trató de eliminar, mientras Rina hacía caso omiso de Makoto para continuar junto a la chica, sosteniendo la mano de esta. La reacción de Natuk me había asustado, pero lejos de apartarme me agaché junto a ella. No le cogí la mano por no agobiarla, ya que Rina se mantenía aún dándole calor, pero procuré mirarla a los ojos, tratando de transmitirle con mi mirada toda la confianza que pudiera; sin hacer uso de mis habilidades.

-No somos ellos..., no somos esos soldados. Somos como tú, también tenemos habilidades, puedes confiar en nosotros. – traté de mostrar a la chica una sonrisa. – Queremos arreglar lo que ha pasado. Ir atrás en el tiempo. Así nadie habrá muerto, y nadie te llevará para hacerte nada malo… - añadí, posando mi mano en el hombro de la chica, aprovechando que Victoria había eliminado parte de la escarcha. - P-pero para eso necesitamos tu ayuda.

Bueno, veo que deciden atacar. Sin un plan, ni nada. Mal puto asunto.

Nyara se tira la primera, cantándoles la nana que probablemente le cantaban los padres de Tim Burton al pobre niño. Y después va Lia con dos cojones también a lanzarles huracanes y cosas.

Lamentablemente mis poderes no son del tipo que invite a lanzarse a pecho descubierto, así que, mientras las chicas bajan, me arrodillo, cierro los ojos y pienso: Perro, no sé si puedes oírme, pero si puedes, ve a desarmar como puedas a los soldados que tengas más cerca. Mis bichos invocados suelen reaccionar a lo que hago y digo, creo que están conectados conmigo de algún modo, y que no requieren oírme para obedecerme. No quiero gritar por si se lian a dispara todos a esta zona, donde aún estamos cubiertos y dan a Kurt, Mike o a Kya.

Después, aún arodillado, respiro profundamente e intento evadirme de toda la mierda que hay a mi alrededor. Es complicado con esa canción espeluznante de fondo, así que me tapo los oídos de nuevo. Y empiezo a recitar-Nubes et ventos navegáis uidetur esse entia per meum vocavi, et invocabo contra me, et auferas me ad caelestem gloriam efferet sese.-mientras visualizo al cuervo dando vueltas a mi alrededor. El hechizo es automático, este es el que mñas veces he realizado y ya me sale con la punta de los cojones. Cuando abro los ojos, el brillante cuervo está ante mí, esperando.-Desarma a esos cabrones. A los que estén en menos apuros.-digo símplemente, señalando a los soldados.

La pausa en el camino y las enigmáticas palabras de la última habían dejado al grupo bastante inerte, por lo que desistí en mis intentos de empujar la canoa.  Rina y Eli se afanaban en calmar a Natuk, aunque yo tan solo pensaba en llegar al seguro y resguardado castillo.

- Bueno, gracias a Dios no estamos demasiado lejos del castillo  -  dije intentando animarlos.
- Allí podremos consultar con el espíritu de Rina  -  dije de pasada.
- Y con suerte algo en la enfermería nos ayudará.  -  finalicé.

Me contuve de insistir en que deberíamos ir al castillo cuanto antes.  El corazón se me quedó en un puño cuando me di cuenta de que, la última vez que hice eso mismo, T.J. le pegó una patada a Erik para despertarlo, con los nefastos resultados ya conocidos.

La respiración de la chica seguía agitada, pero parecía que tras las palabras de los allí presentes el frio empezaba a ser menor. La joven seguía hablando en sueños ya que pudieron ver que seguía dormida. Cuando Elisabeth y Rina la tocan ambas notan un fuerte escalofrió.

Parece que la situación volvía a la normalidad y podrían reanudar la marcha, ya casi habían llegado al castillo.

Las dos mujeres sintieron el escalofrió y apenas un segundo después estaban en medio de la nieve, Natuk estaba de pie delante de ellas y las miraba, pero no era en la forma que la conocían, era una niña pequeña que vestía las mismas ropas, las observaba con curiosidad, cuando de repente aparecen un grupo de personas, la niña se acerca a ellos contenta, todos llevan ropas parecidas, la pequeña parece bastante contenta, justo unos segundos después pueden ver como todos menos la pequeña están muertos, la niña llora desconsoladamente cuando aparece un hombre con ropas de doctor y le ofrece la mano.

La niña se marcha más animada. Es entonces cuando las dos sienten un fuerte dolor en el brazo, se miran y no es su brazo, sorprendidas miran a todas partes, se encuentran en una sala de operaciones y tienen a varias personas a su alrededor que no conocen, y entonces estos se disponían a examinarla, es cuando se ven en un reflejo, no son ellas, sino es Natuk, lo siguiente que sienten es un dolor como nunca antes habían sentido, notan como le cortan la piel, como le clavan agujas por el cuerpo, en ese momento sienten como pierden la consciencia pero por suerte han vuelto al bosque, están con los demás y lo más importante está perfectamente y en sus cuerpos.

-Pues a mi me parecen iguales. Y he estuve bastante con Maki. Pero bueno no es lo importante ahora. Comente mientras nos afanábamos en sacarla de aquí.

Me fui fijando en los arboles. De la otra vez. No me acostumbraba a ver un paraje tan desolador.

Entramos en el edificio que estaba mas en pie , si es que podía decirse así.

Entonces escuche a Nanuk. Mire al resto.

-¿entendéis algo? Y de pronto empezó a escucharse un zumbido y hacia bastante frio de pronto. Makoto tenia la idea de que podía estar recordando. Le mire. Es bastante posible o que tenga alucinaciones tiene mucha fiebre.

Parecía que el grupo había decidido enfrentarse a los soldados, Nyara comienza a cantar para tratar de infundir miedo, os soldados durante un par de segundos se detuvieron, sin embargo, parecía que la voz de la chica en ese sentido no era demasiado influyente además los soldados parecía que estaban habituados a tratar con el miedo por lo que no se vieron muy afectados, solo el chico de las gafas parecía que se había quedado un poco paralizado.

La afroamericana aparece ante los sorprendidos soldados que comienzan a coger sus armas mientras un fuerte viento rodea a la chica hecho por Gia, la situación realmente era tensa, los hombres miraban a la afroamericana cuando un cuervo se lanza a por el tipo de las escopetas que se preparaba para disparar, el hombre se entretiene con este animal mientras el chico de las gafas busca a tientas una pistola.

Sin embargo el tipo de las espadas saca estas y se empieza a acercarse a la afroamericana cuando aparece justo delante de él Mike, el chico tiene los puños rodeados de llamas y dice:

- No... no le vas a hacer daño

El tipo de las espadas sonríe y añade.

- Vaya, así que quieres pelear conmigo, parece que hay más gente con habilidades por aquí de las que esperábamos

Cris nota como el perro comienza a volver rápidamente para unirse a la lucha, el que parecía el líder de los soldados tiene una pistola en la mano y dice con su arma preparada:

- Atrapadla, tiene que tener más ayuda porque esa magia de viento no la usa ella...

Con la mano libre se toca el oído y dice:

- Andrew, atacan el campamento, autorizado del uso de fuerza letal

Cada vez estábamos más cerca y Natuk parecía haberse tranquilizado algo, aunque continuaba hablando en sueños. Reanudamos la marcha, pero al tocarla sentí un fuerte escalofrío, uno que me transportó a otro mundo.

Entonces la vi, otra vez. Era una niña feliz, no estaba sola, e irradiaba alegría por cada uno se sus poros. Sin embargo, de forma inesperada todo se volvió muerte a su alrededor y el tipo con bata blanca se la llevó.

De pronto sentí un fuerte dolor en el brazo. Ya no la veía a ella, solo había médicos a mi alrededor, parecía estar en un quirófano, y entonces… Entonces la ví, me ví. Yo era ella, mi reflejo mostraba a Natuk. A aquello siguió otro dolor muy fuerte, esta vez en la nuca,y al notar como cortaban mi piel, acabé desvaneciéndome…

-¿Q-qué ha pasado? – pregunté, aún confusa por lo sucedido, tocando mis brazos y mirando ami alrededor. Estaba nuevamente en el bosque por los demás, y el tiempo parecía no haber transcurrido. – Y-yo… - dije nerviosa, viendo la cara de estupefacción del resto, pero preferí callar para no detener la marcha. – Sigamos.

En poco tiempo terminamos llegando al castillo, ya podíamos ver la puerta, y algunos se adelantaron.