Partida Rol por web

-Hay un buen trecho hasta las cuevas... pero mejor ponerse en camino. Esperadme aquí.

No le aclaró nada a Mike sobre lo que había visto, lo primero era lo primero... y el frío le empezaba a pasar factura al oriental. Dejó atrás el suelo helado, a su hermana y al chino para ir al encuentro de los otros, aminorando el paso según llegaban las voces hasta ella.

El panorama no era mejor que el que había cuando se marchó a hurtadillas pero al menos todos parecían conscientes, otros estaban con cara de póker, un árbol inocente víctima de algún desalmado enemigo de las plantas y las frutas... carraspeó ligeramente y alcanzó a Lia.

-Kyara y yo nos vamos ya, el chino no puede seguir parado con lo que lleva...Manzanito, échamela un ojo-dijo a Kurt refiriéndose a Lia-estás al cuasicargo. Si les pinchas te va a faltar Europa para correr.

Sonrió a medias y se recogió un rizo tras la oreja.

-¿Y Chris?... bueno, como sea, sabéis ya la dirección de las cuevas, no será difícil encontrarnos siguiendo las huellas.

Se dio la vuelta, quizá lo suyo habría sido proponer a alguien más hacer de avanzadilla pero no podía permitirse el lujo de un nuevo bucle de preguntas para los que nadie tenía respuesta... y el horno no estaba para bollos así que empezó a correr hacia donde aguardaban Mike y Kyara.

-Avisados están-les dijo cuando les alcanzó, dando una palmada en el hombro del oriental-vamos rápido, así entras un poco en calor.

Correspondí al gesto de Rina, sonriente, a la vez que sacudía mi cabeza con un gesto afirmativo tras conocer su intención. Miré brevemente a Christopher, parecía seguro de querer intentarlo.

- Hacedlo con cautela - les dije en tono serio, pero con confianza.

Pude ver que Kurt había entendido mi mirada cuando busqué a la pareja; él se ofreció a cargar a Ben, por lo que me dirigí hacia donde Liz se encontraba y me agaché para asegurarme de que estaba bien. Sus mejillas seguían calientes a pesar del frio, pero convenía levantarla.

Y en eso estaba cuando Lia apeló a la calma, lo cuál agradecí enormemente lanzándole un guiño. Además, la italiana también pareció coincidir en cuanto al sentimiento de empatía que aquellos muchachos me producían.

- Gracias Giulia - dije mientras me colocaba detrás de Liz para levantar sus hombros. Era un alivio saber que no me iba a dejar solo con los desconocidos.

Aproveché la ocasión para tratar de que aquellos chicos desviaran su atención del conflicto.

- ¡Erik! ¿verdad? - dije mirando al desorientado cocinero - ¿me echas un cable con Elizabeth, porfavor?

Hice un gesto con la cabeza también al chico que que permanecía callado, observando a su lado.

Los peores presagios se hacían realidad.  Hacía ya rato que había despertado en aquella pesadilla helada y aún no estaba convencida de que aquello no fuera un mal sueño.  Las ruidosas hermanas (o lo que fueran) y el tal Chen habían tardado un plis en irse, lo fue de cierto alivio. Para los restantes, el estruendo y la confusión habían dado paso a la indecisión y a la inacción.  Aprovecho que el japonés parecía empezar a actuar para preguntar.

¿Estáis seguros que las cuevas son el mejor sitio al que ir?.  Quizás en el castillo haya alguien ... - dijo con cautela.

Sabía que irían irremediablemente hacia esas cuevas, pero al menos sacaría algo de información.

Mientras esperó a que Kurt responda a mi pregunta, observo alrededor aclarando mi mente y enfocando la vista. Por aquí hay gente que conozco, y gente que no. De hecho, hay unos cuantos a los que no he visto nunca. ¿Serán de otros castillos, enviados aquí como nosotros? También veo cómo Nyara empieza a impartir instrucciones. ¿Dejar a Kurt al cuasicargo? ¿Es que en ausencia de responsables ya se ha establecido una jerarquía? Una idea aterradora...

Entonces veo a Makoto al fondo, tras unos arbustos, agachándose y alzando por los hombros a alguien...

¡Mierda!

¡Elizabeth! -Exclamo poniéndome en pie de un salto y comenzando a correr. Esquivo un par de arboles y salto un arbusto, trastabillando con una raíz sin llegar a caerme, hasta llegar a ellos y clavar una rodilla al lado de mi novia... ¿Inconsciente?- ¿Qué ha pasado? ¿Qué le pasa a Liz? -Digo, pasando una mano por su nuca y rodeando con otra su cintura, mientras apoyo su espalda en mi pierna dejándola sentada, solicitando a Mako con mirada preocupada que la deje en mis manos- Yo la cojo, Mako, gracias ¿Qué está pasando?

bajo del arbon de rama en rama, cuando estoy a una distancia segura salto. y aterrizo de pie con una enorme sonrisa. fue divertido y grato sentirme util. miro la nieve con curiosidad, en Israel casi nunca nieva, es la primera vez en 5 años que veo esta curiosa materia blanca y helada. miro al grupo y saludo al hombre de aspecto oriental que me saludo hace rato. a pesar de la situacion que era bastante estremesedora para una menor de edad, el ser una de las unicas que logro trepar hasta lo alto me hizo sentir una miembro valiosa del equipo, claro, quizas esto era solo una tonta ilusion.

-chicos... realmente muero de frio... podemos decidirnos? cuevas, asi se dicen verdad? cuevas o castillo, sur o norte. pero rapido, todo esta a varias horas, hay que llegar antes que el sol em... irse? bajar? como se dice?. - me molestaba ser la unica que al parecer no poseia un buen nivel de ingles como para hacerme enternder fluidamente. 

Ben comenzó a despertarse.

-Oh, bienvenido al mundo...creo. Pues estar, estar...con seguridad no lo sabemos, creemos que debe ser el bosque cerca del castillo que lleva a las cuevas. La cosa es que supuestamente, deberemos estar en el futuro. Hemos apa...-Entonces salió escopetado al vez a Liz, me encogí de hombros, era normal, y lo seguí a paso lento.-No te preocupes, está bien, tan solo está como nosotros, nos despertamos aquí, al igual que tu.

Con el comentario de Nyara asentí pero algo me confundió-¿Pinchar?-Pero ya se fue a lo suyo.

-Bueno Lia, ya sabes, no quiero servir de cubitos pal ron, no te apartes de mi vista ni te metas en líos con osos o lobos.-Sonreí-Que ilu esto de ser el macho alfa, que me asigne ese cargo lanita da un poco de miedo pero bueno...Ben, ¿La llevas tu? ¿Puedes solo? Y venga, vamonos de una vez a las cuevas...porque creeme, que haya alguien en el castillo puede no ser tan bueno, sobretodo si ese alguien es Janet...jaja.

Intento analizar todo lo que se dice a mi alrededor. Si lo que dice Kurt es cierto, Elizabeth está simplemente dormida, a la espera de despertar como hemos ido haciendo los demás. Yo mismo seguía dormido mientras ellos hacían... lo que sea que hayan estado haciendo.

Parece que la cuestión estaba entre el castillo y las cuevas, y se han decantado por lo segundo. Teniendo en cuenta el motivo que nos ha traído aquí, tiene su lógica. Ir al castillo a ciegas sería una temeridad. Las cuevas eran el hogar de Beni, puede que allí obtengamos alguna respuesta.

Yo me encargo de Elizabeth. -Respondo decidido a la pregunta de Kurt. Es mi novia, mi responsabilidad- ¿Qué hay de toda esa gente? ¿Son como nosotros, venidos de otros castillos?

Observo el rostro de Liz, tan tranquila, tan serena. Acaricio ese rostro del que estoy enamorado y le aparto unos mechones de pelo hacia un costado. Entonces la inclino hacia delante, situándome delante de ella para echar sus brazos sobre mis hombros, y me la cargo a la espalda mientras sujeto sus piernas a mis costados por las rodillas. Llevarla así me va a suponer caminar inclinado hacia delante, pero es mucho mejor que cargar todo su peso con los brazos siendo una larga marcha.

¿Y qué es eso de los "cargos"? -Pregunto con aparente indiferencia. No es un tema que me preovupe demasiado de momento, pero tarde o temprano seguro que me afecta- ¿Qué me he perdido mientras dormía?

Mientras caminaban a paso ligero Nyara miró  un instante a su hermana.

-He visto el castillo, pero no quiero llevar a los...- miró al chino- no te sientas insultado eh, a los nuevos allí. Dios sabe qué hay y qué no. Quizá la cueva le venga bien- enarcó una ceja. Las cuevas quizás ayudasen al chino a refugiarse, encontrar calor y quizá una nueva faceta de sí mismo que no conocía- A todo esto... Chinorri, puedes llamarme Nyara- inspiró hondo- puedes hacer preguntas que no sean "qué hago yo aquí" o "qué hacéis vosotras aquí"... y si podemos te contestaremos después de hacer consenso privado.

Hablar en grupos reducidos era mucho más fácil que tener que socializar con un montón de idiotas balbuceantes y desorientados que se lanzaban miradas de pazguata, como la rubia con El Machos, o se dedicaban a hacerse los duros... Dios sabía qué habían hecho con ese árbol.

Antes de irme con la japo, asiento a Lia, la sonrío y la susurro-Tú también.-y tras una última mirada me doy la vuelta y me alejo junto con Rina. No me molesta en absoluto que ahora se muestre tímida, es normal. A mí estas cosas siempre me han dado un poco igual, pero sé que lo normal es que pase un tiempo antes de, digamos, actuar más abiertamente. O por lo menos así fue con las otras dos. Aunque una de ellas estaba medio loca, claro.

Ya un poco alejados del grupo, y mientras estos se ponen en marcha, me encuentro junto con Rina, esperando a que haga uso de sus poderes fantasmagóricos.

-¿Esperándonos?-contesto a su pregunta.-Sí, o quizás está entre los árboles riéndose de nosotros. O ha muerto por el camino.-en cuyo caso estamos verdaderamente jodidos.-Es lo que tenemos que averiguar ahora.-entonces me callo y dejo que haga su magia, o lo que sea, observando con más curiosidad que miedo, preguntándome como funcionará eso en realidad, extraido todo el misticismo sectario que tanto nos quieren imponer.

Mike seguía a paso ligero a las dos hermanas, hundiendo sus zapatillas de entrenamiento en la nieve a cada paso.

El frío empezaba a calarle por dentro, sus dientes castañeteaban y apenas se sentía las manos.

-Me llamo Chen Fangzhuo, pero podéis llamarme Mike, o Bruce Lee o como queráis,  pero avisadme antes para que me de por aludido, ¿eh?

Se sopló en las manos, mientras las frotaba con fuerza.

Durante un rato se mantuvo en silencio, meditando sobre su situación, sobre aquellas personas y sobre todo lo que estaba viviendo

-Tengo una preguna.... Adoptó una pose seria, casi compungida.-¿Por que Bruce Lee?  Quiero decir, creía que a estas alturas Chan Kong Sung, quiero decir, Jackie Chan sería mucho más famoso en Occidente que Bruce Lee...

Parecía realmente afectado por ese hecho, pese a ser obviamente algo sin ningún tipo de importancia.

-Si bien es cierto que Jackie Chan empezó siendo un chino más intentando llenar el vacío dejado por Lee, yo creo que a día de hoy a parte de haberse diferenciado por completo, a nivel interpretativo y técnico hace años que lo ha superado con creces, ¿no creeis?

Había decidido sacar un tema trivial-a ojos de ellas, puesto que para él era de suma importancia- con tal de relajar los ánimos y bajar un poco el lógico nivel de alerta de las dos hermanas con respecto a él, como completo desconocido que era.

-¿Y por qué no? Te iremos cambiando el mote, no te lo tomes a mal pero... nosotras no solemos decir cosas llevadas por la motivación o con algún sentido... ¡Es como lo de poner a Manzanito al cargo! En realidad no tengo ningún derecho a hacerlo pero lo he dicho y punto-explicó encogiéndose de hombros con cierto deleite perverso al pensar en el caos que aquello podría haber llevado al grupo.- si alguien se come la cabeza con eso tiene un problema muy serio... y me da cierto poder sobre esa persona ¿hm?

-No te lo tomes en serio, también podía haberte llamado Jet li, que me mola más, pero ella ha escogido antes así que Bruce Lee- miró a su hermana por si tenía algo que añadir

Los chicos recién llegados parecen mantener cierto recelo con toda esta situación, pues cuando les pido ayuda para cargar a Elizabeth parece que no terminan de decidirse.

Pero de alguna manera todo aquello pareció desembocar en una buena noticia al fin, ya que mientras estoy sujetando a Liz, Benjamin ha aparecido corriendo, aunque visiblemente alarmado, al darse cuenta que Liz aún no reacciona.

Mis ojos se achicaron y mi sonrisa se hizo enorme al verle llegar.

- ¡Ben! ¡Tranquilo! sus constantes son buenas y su temperatura también. ¡Me alegra verte! - Benjamin mantiene su vista fija en Liz y la acaricia mientras le hablo.

- Es cuestión de tiempo que vuelva en sí. Al parecer la somnolencia es un efecto secundario del... viaje... y ya sabes que ella tiene una capacidad mental mucho más profunda que la del resto, así que es lógico que su letargo también sea más intenso, ¿verdad? - en realidad no tengo ni idea de cuánto hay de cierto en lo que le estoy diciendo, lo único que tengo claro es que no quiero que mi amigo sufra por esta situación.

Mientras estamos hablando llega Kurt.

- Ayudémosle a cargarla - me dirijo a Kurt haciendo un gesto con la mano, mientras echo un cable a Ben para afianzar a Liz sobre su espalda.

Tras la pregunta de Benjamin sobre los desconocidos negué con la cabeza, mordiendo mi labio inferior, pensativo.

- No... en realidad no sabían ni siquiera que los Castillos existían. Pero sabes Ben... quizá te parezca una locura pero no creo que estén aquí fruto del azar. En los últimos días todo lo que ha ocurrido siempre ha tenido un motivo de ser...

Empezamos a caminar hacia dónde el resto se dirigen, en sentido a las cuevas. Parece que los momentos de máxima tensión ya han quedado atrás así que más vale centrarnos en abandonar el páramo, tal y cómo dice la joven morena que acaba de bajar del árbol de forma bastante grácil.

- ¿cargos? - digo entre risas y sacudiendo la cabeza - Bah... vayámonos de aquí - apoyo una mano en el hombro de Kurt y la otra sobre el brazo de Liz, cargada por Ben, contento de dejar ese lugar atrás.

Andamos siguiendo las huellas de las hermanas y el chico chino. Ese es el camino que según señaló la joven de tez morena nos llevaría a las cuevas.

No me ha pasado inadvertida la duda que planteó la polaca y no he dejado de darle vueltas a la forma menos traumática de darle una explicación que no le lleve a pensar que estamos todos locos. Pero si la situación es compleja y caótica para nosotros, sin duda lo es muchísimos más para ellos. Así que bien merecen saber que está ocurriendo y a qué se exponen.

- Katarzyna, ¿verdad? - digo más a modo de llamar su atención que por el hecho de no recordar su nombre. No puedo evitar pasar una mano por mi pelo y resoplar. Esa situación es de lo más injusta. Ninguno de los recién aparecidos parece haber escogido estar ahí y, sin embargo, se han visto abocados a ello sin ni siquiera saber porqué.

Ojalá pudiéramos devolverles a sus hogares... ojalá hubiera una maldita manera...

- Katarzyna - repetí, pues mis propios pensamientos me han absorbido durante unos segundos - verás... ese castillo, no es seguro - carraspeé y miré de soslayo a mis conocidos, tratando de adivinar sus pensamientos.

- Ese castillo no es un lugar cualquiera - sin girar la cabeza, miré de reojo a la muchacha para ir midiendo sus reacciones - se trata de un lugar donde, des de hace tiempo, se ha reunido gente con distintos... dones y al parecer hay quienes estarían dispuestos a atentar contra la gente que ahí habita. Eso podría haber sucedido ya, podría estar sucediendo ahora o... podría estar por suceder. En cualquiera de los tres casos, no es un lugar seguro, ¿comprendes?

Sé que mi respuesta quizá calmará las dudas de la muchacha y del resto de recién llegados durante un tiempo, pero soy consciente de que pronto esa misma respuesta generará muchas otras preguntas. Llegados a este punto, deberán ser lo bastante fuertes para ir asimilando la realidad que acaban de verse obligados a vivir, y eso no va a ser una tarea fácil.

Ahora si levanté la cabeza y miré a cada uno de los aparecidos.

- Sé que pensáis que no deberíais estar aquí, yo mismo no comprendo cómo eso puede haber sucedido - mi mirada refleja total sinceridad y comprensión hacia su coyuntura.

- Pero en la situación actual de nada servirá lamentarse. Por ahora con nosotros estáis seguros y, en cuánto podamos, encontraremos la forma de que podáis regresar a vuestros hogares, os lo prometo. - Forcé una sonrisa intentando insuflarles confianza. No quisiera estar en su piel en ese momento.

Katarzyna se esforzó en mirar a Makoto mientras le hablaba (era difícil hacerlo mientras andaban).  Esperó a que terminara y, dejando un instante de resignación, dijo:

- Makoto-san.  -  Era incapaz de perder la formalidad incluso en esta situación.
- Le creo.  -  relajó los hombre en signo de aceptación.  Un suspiro le sirvió de pausa.
- Es evidente que saben mucho más que nosotros sobre esto.  -  añadió, cabizbaja.
- Y no parecen ustedes malas personas.  Es solo que ...

Miró directamente a Makoto y se aseguró que le prestara atención. Decidió utilizar una metáfora turística para suavizar lo que quería decir, usando el idioma japonés para ser más discreta.  Necesitó unos segundos para formar las frases con un idioma que no era su especialidad.

[JP]⁽¹⁾  - ... vas con un grupo, les enseñas la ciudad, el hotel ...  -  alzó la mano, señalando a una imaginaria ciudad.
[JP]⁽¹⁾  - ... les ayudas en todo, das horas de más.  Quedáis al día siguiente ...  -  observó de nuevo al japonés.
[JP]⁽¹⁾  - ... y te dejan tirada, esperando, sin avisar, a Kms de casa. -   hizo un gesto de resignación con el hombro.
[JP]⁽¹⁾  - Es normal, ellos son amigos, van a su interés, y tu una extraña desechable.

Dejó de mirar al japonés: le daba uno podo de vergüenza ser tan directa.  Para escapar de la situación, miró hacia alrededor.  Tras una incómoda fracción de segundo, vio a Ben, cargando a Elizabeth y exclamó:

- Perdone, Makoto-san.  Perdone, señor - señaló a Benjamin.
- Debería usted quitarse un poco de ropa y ponérsela a ella⁽²⁾. - dió unos pasos para acercarse.
- Eso si no quiere que a ella le de una hipotermia por estar inmóvil - miró a Elizabeth.
- Y le dé a usted otra por enfriarse tras un el esfuerzo cuando paremos.

Katarzyna agradeció las continuas y normalmente poco necesitadas prácticas de primeros que tuvo que realizar para cualificarse como guía turístico de cierto nivel en varios países.  Al menos podría ser de ayuda en algo.
 

Parece que los nuevos están tan perdidos como nosotros cuando comenzó todo esto, quizás más. Al menos nosotros acudimos al castillo por propia voluntad, aceptando promesas y mensajes crípticos que no comprendíamos pero despertaban nuestra curiosidad. Aceptar lo que hemos tenido que aceptar no es sencillo. Sólo esperó que podamos serles de ayuda en ese viaje de auto descubrimiento.

Makoto le explica la situación a una de las chicas. Aunque le da bastante información, no le explica todo de golpe. Es lógico, tienen demasiado que asimilar.

No se si sería prudente comentarles la posibilidad de que también ellos sufran cambios, como los sufrimos nosotros...

De repente, la chica me advierte que Elizabeth, al estar inmóvil, puede sufrir hipotermia por el frío. Me detengo de golpe, asustado por la idea, y me agacho para depositar a Liz en el suelo y sentarla.

¿Me echáis una mano, por favor? -Les pido a Makoto y a esa chica, para que la sujeten mientras me quito la cazadora y se la pongo sobre su ropa, quedándome solamente con un jersey fino bajo el que tengo una camiseta de manga larga- Muchas gracias, ¿Katarzyna? Yo no se mucho de estas cosas, te lo agradezco. Me llamo Benjamin, y ella es mi novia, Elizabeth. -Al hacer las presentaciones, me quedo un instante mirando el rostro dormido de Liz, pero no me lo permito mucho tiempo antes de volver a echármela a hombros- Por cierto, entiendo perfectamente tu desconfianza, pero espero que podamos hacerla desaparecer con el tiempo. Estamos todos en esto, y... espero que podamos ayudaros en lo que os espera. -Afianzo a Liz a mi espalda y vuelvo a ponerme en pie, mirando a la chica- Cuando mi compañero ha hablado de gente con "dones", se refería a nosotros, pero es muy posible que también a vosotros. Yo mismo no sabía nada de mi naturaleza hasta hace menos de una semana, y estoy por apostar que vosotros la iréis descubriendo poco a poco. Me extrañaría que estuviérais aquí de lo contrario. Mi consejo es que no os asustéis, como hice yo. -Recuerdo mi consternación al ver mutar mi brazo, el horror que me produjo, la desesperación de creerme un monstruo- Veáis lo que veáis, sintáis lo que sintáis, asumidlo como algo normal. Y hablad con nosotros, por si podemos ayudaros. -Digo con gesto sincero, esperando que me crea.

La italiana suspiró poniendo los ojos en blanco y se pasó la mano por el pelo. No es que no le pareciera mal decirles la verdad, pero contarlo todo de una tacada quizás era excesivo.

"Hola, hay gente hostil que nos persigue" "Lo hacen porque tenemos habilidades sobrehumanas" "Seguramente os pase a vosotros y por ende, que os persigan" "Si os salen cuernos y hacéis explotar cosas, no os asustéis, pensad que es normal" "Pero no os preocupéis, aunque no sabemos ni el lugar ni el tiempo en el que estamos, no pasa nada" "Todo está controlado"

Y un cuerno. Suspiró pesadamente y prefirió callar. Sí, era excesivo. Se quedó en la retaguardia, vigilando al grupo de nuevos que nadie se quedase rezagado. Las hermanas se fueron con el chino directas. Chris y Rina se habían apartado para intentar lograr algo que pudiera aportar información. Kurt partía árboles y Makoto y Ben soltaban bombas a diestro y siniestro sobre el mundo sobrenatural.

-Podría ser peor- comentó en voz alta para sí, comprobando los alrededores buscando con la mirada huellas de lobos. Aun así se quedó vigilando a los nuevos por si alguno entraba en alguna histeria y era necesario controlarlo. Aun así lo hacía con aspecto relajado, con las manos en sus caderas y cambiando el peso del cuerpo de un pie al otro.

-Eres Bruce Lee porque apareces sin mangas y con el pelo a tazón -sentenció Kyara mientras seguía caminando- Jackie Chan es muy divertido, no digo que no, pero Bruce Lee es el que abrió el Kung Fu a los no chinos, ¿no es cierto? Puede que no fuera mejor que Jet Lee o que Jackie Chan si se hubieran enfrentado, pero es el pionero. Es colo las Sit-Coms. Friends es la pionera, el clásico, el primero en destacar, pero Como Conocí a Vuestra Madre es más divertida, capitulos más cortos y mucho más "al día".

-Eso lo dice porque le mola Ted.- aclaró por lo bajito.

Erik había quedado helado frente al acto de Kurt. - Sin dudas podía matarme - pensaba mientras el miedo se apoderaba de su cuerpo que se quedaba inmóvil. ¿Acaso eran capaz de quitarles las vidas? su mente no podía dejar de alimentar su mierdo. De tal forma que nunca había respondido al Makoto frente al pedido de ayuda.

- No, no, no - susurraba dejando escapar sus pensamientos. - Yo no quiero ser especial; simplemente quiero cocinar.....Debe ser un error, seguro - intentaba autoconvencerse de que todo lo que era su vida hasta aquel día no se esfumaría frente aquel extraño evento por el cual pasaba. 

El comentario del frío hacía volver un poco en si la mente del joven; ya que la sensación fresca en su cara hacía olvidar un poco el miedo que lo paralizaba. Noto a la joven hebrea que debido a su lugar de origen estaba con unas ropas de verano. Se acercó a ella, - Ten! - haciendo entrega de su sweaters, ya que aun con los jeans y la camisa sumado al movimiento corporal podía aguantar el frío del momento.