Partida Rol por web

- por favor, dejen la histeria, ya es un hecho que lo que ven es real... si no tienen nada que aportar mejor no hablen - exclama para llamar la atención de todos los demás, ya estaba cansada de que sigan sin creer, ya no haría nada para que creyeran, y realmente no estaban con el tiempo para detenerse demasiado en aquellos que no tomaban una actitud proactiva, como si lo hacía la judía. Debía reconocer que agradecía su actitud. 

 La frialdad en los ojos de la Kitsune se entibia cuando la mujer parece recuperarse, ladeo su rostro, y miró al suelo, Ben ya estaba con Lizz, y ella soltó un largo suspiro. Aún la llamaban Rina, y que extraño era sentir que ese no era su nombre, y que debía esforzarse para identificarse con un nombre de una persona que ya había dejado de existir. 

- creo que aún no se cobran de la palabra que di, pensé que con los lobos pasaría, y no fue así, y ahora esto... y aún conservo mis recuerdos, así que creo... que todo está bien - se gira hacia Lizz.

- Elizabeth-chan, procura no despertar lo que no sabemos que pueda ser, no te expongas tanto - "no quiero que pase lo que pasó conmigo, no quiero que te lastimen",  quiso decirle con la mirada, se dada cuanta que cada vezle era más difícil hablar de sí misma, y sus sentimientos. De hecho, siempre había sido así.   Reprende como una madre a su hija a Lizz y los deja, ya Ben hablaría con ella, y caminó hacia Kurt que entraba, estaba muy lastimado, la sangre corría por su brazo que intentaba sujetar.  La Kitsune respingó su nariz,  e hizo un pequeño puchero, frunciendo sus labios. [como quedaste con tan pocos PV asumo que es una herida grave]

-apuesto que los subestimaste - suspiró, y puso sus manos en su pecho, y lo llevó un poco más adentro - imagino que si lo vuelves a hacer, no creo que salgas tan bien parado, espero poder estar ahí para poder curarte... ahora veamos...- se muerde el labio inferior, y pone su mano en su herida, nunca antes había curado. Cerró de nuevo sus ojos, y se comenzó a concentrar, su mano quedó a un palmo de distancia de la herida, y un sello shinto se dibujó, brillando en un color dorado.  Ella reconoció que era el símbolo de su familia. Sorprendiéndose también. 

Pequeños destellos de luz comenzaron a ir hacia la herida, la que comenzó a brillar también, mientras  iba curándola. Sentía sus dedos helados, ¿cuanta magia más le quedaría?.

Todos pueden ver como Rina trataba de curar a Kurt, la herida de este era realmente fea pese a las vendas improvisadas las cuales no estaba muy bien puestas, pero algo hacían. Tras unos segundos Rina cae hacia atrás medio desmayada, lo cierto es que la chica estaba agotada, como cuando corres dos maratones mas de las que tu cuerpo podría correr, se sentía incluso mareada y un poco indispuesta además de empezar a sentir bastante hambre.

Por su parte Kurt aun tenia la herida, pero esta ya no sangraba, la herida había dejado de sangrar y se había empezado a cerrar pero aun seguía abierta y le dolía, necesitaría algo más de atención

al ver a Rina caerse, noto  su agotamiento, me relajo, -esta agotada, deberiamos dejarla descansar- me limpio las lagrimas, miro a Liz y a Kat agradecida por su preocupacion. -perdon por esa reaccion, pense que lo controlaria mejor- digo mientras respiro profundo y me incorporo, sacudiendome el polvo. -liz se me  ocurrio una idea, y si esto es como una forma de escucho? una manera de protegerme? y si con otro sentimiento tendria un aura de otro color que hace otra cosa?- la idea me emocionaba "me niego a creer que mi poder sea el de la peste negra, eso seria antisemita, mi propio poder anti judio? no me lo creo" miro a liz -quiero intentar con otras emociones. que te parece?-

Parece que, finalmente, Roxana logra controlarse. No dudo de que las magníficas capacidades de Elizabeth han sido cruciales en ello, lo cual me alegra. En efecto, tal como me dijeron en la cueva, ella llegará a ser alguien tremendamente poderoso. Al menos, tiene el potencial para ello.

Sin embargo, debo reconocer que esto ha sido arriesgado. No ha salido mal del todo, pero podría haber sido un desastre. Quizás no haya sido muy buena idea, aunque, bien mirado, esto podría haber pasado de todos modos. A Roxana podría haberle pasado esto sin estar nosotros, sin estar Liz...

Bien hecho, cariño. -Le susurro a Elizabeth, dándole un cariñoso beso en la mejilla. Roxana pide disculpas a Rina, muy afectada, y esta se aleja para atender a Kurt de sus heridas tras decir algunas cosas. Entiendo que, si ese espíritu no ha tomado represalias contra ella y su mente, es que el daño a los lobos no era suficiente. ¡Bien! El precio hubiera sido distinto con un par de arboles talados a explosiones...

Al menos, ahora se que en eso llevaba razón...

Tranquila, Roxana, todo está bien. -Le digo a la chica, acercándome a ella, ya que parece seguir un poco alterada por lo sucedido- Que no lo comprendas no significa que sea algo malo. Ya aprenderás más sobre ello y sobre cómo controlarlo. No ha habido consecuencias, de modo que no pasa nada, ¿vale?

Le dedicó una sonrisa comprensiva, ya que yo mismo pasé por algo parecido hace bien poco, y regreso junto a Liz. Pero en ese momento veo a Rina dejarse caer al suelo, tras tratar la herida de Kurt. El esfuerzo ha sido demasiado. Roxana propone una idea a Elizabeth, y me parece bastante interesante, la verdad, pero debe ser Elizabeth quien decida. Es su habilidad, y su idea inicialmente. Yo sólo puedo darle mi apoyo- Tú decides, Liz.

 La entrada de Ben seguida de la de Makoto me indicaban por lógica que habían acabado con el problema de los lobos, así que imité a T.J. cuando se dirigió hacia la salida, acercándome a esta siempre próxima a la pared, tratando de no llamar mucho la atención y no resultar un objetivo fácil en caso de que la criatura interior de Roxana se descontrolara. 

 Kurt llegó en un momento delicado, pero por fortuna Elizabeth consiguió atender a las súplicas de Roxana, que también velaban por la seguridad de los demás, y el extraño humo empezó a desaparecer.

 Miraba confusa a la rubia, que solo me alteraba más al verla ansiosa por dirigirse junto a Roxana, preocupadísima por ella, como si se trataran de hermanas. Sin embargo las chicas no parecían haber tenido nada en común hasta hace poco, así que me veía incapaz de entender cómo era posible que se hubieran conocido tanto en este breve tiempo como para que se preocuparan de tal manera entre desconocidas que entrañaban tal peligro. Yo desde luego no pensaba acercarme.

 Todo pasó, y Rina habló para poner orden en la sala y advertir a Elizabeth por lo que acababa de hacer, atendiendo por último al malherido Kurt. ¿Había algo que esa chica no supiera hacer? El chico aún necesitaba atención cuando terminó, pero se le veía mucho mejor. La kitsune sin embargo, a la que miré estupefacta durante todo el proceso de curación, quedó visiblemente agotada en el suelo.

 La japonesa aún me daba miedo, así que a pesar de que me suscita preocupación no sería yo la que la recogería del suelo, Roxana entonces vuelve en sí.

 -Deberías haber pensado mejor algo así.- Pienso cuando se disculpa, para luego quedar atónita ante sus siguientes palabras acompañadas del consiguiente permiso de Ben como guindilla. Asustada y precavida, no pude evitar apartarme de la pared para acercarme un poco y replicar, con tono acusador. 

 -¿Es que no habéis oído a Rina? - ¿No ha sido suficiente? -Parece que le diga con la mirada. Moderando mi voz después de preguntar eso para explicar mi opinión con tono claro. - No creo que debamos estar jugando a los poderes, puede, ES - Rectifico- peligroso, además de que parece obvio que el hecho de abusar de esos poderes tiene consecuencias. -Señalo a Rina.- Si decís la verdad, y hasta ahora no ha parecido lo contrario, lo que quiera que seamos se manifestará tarde o temprano... Deberíamos dejar los experimentos a un lado y empezar a buscar provisiones, y ya buscaremos otro refugio o veremos qué pasa con esa puerta cuando nos organicemos.- Solté en un impulso de seguido, pensando en sobrevivir. Sin accidentes.

Victoria nos muestra su disconformidad con el plan, algo comprensible. Sin embargo, me giro hacia ella con carácter paciente.

Sí, se manifestarán sólos a su debido tiempo. Pero ¿que pasará si lo hacen cuando no tengáis a nadie cerca que pueda ayudaros? ¿Qué pasará si os encontráis con ello sólos, y confundidos? De este modo, al menos será algo más controlado...

Yo no se qué hubiera sido de mí si Elizabeth no hubiera estado ahí para apoyarme cuando aparecieron las escamas, la verdad.

miro a Vicky, -entiendo tu preocupacion, pero prefiero explorar mis poderes de esta manera, confio en ellos, a pesar de todo, hasta ahora solo mostraron preocupacion hacia mi, Mako, Ben, Liz... si, son veteranos y nos llevan ventaja, pero nos tienden una mano para alcanzarlos. ademas, ellos pueden conener mis poderes y evitar que lastime a alquien.- miro nuevamente a liz. -cuando estes lista. si es que quieres, el sentimiento que quieras. solo dimelo para que este lista.- "ojala sea mas positivo"

 -¡¿Y qué pasará si Elizabeth se queda así cuando estemos volando la cueva en pedazos con nosotros dentro?! - Replico más nerviosa y acelerada tras haber hablado mientras señalo de nuevo a Rina. Con ira y profundidad, busco una explicación en los ojos de Ben, pero solo me traen de vuelta el temeroso recuerdo de que es un dragón y no me conviene hacerlo enfadar, y no el único que sabe hacer cosas. Intimidada, retrocedo un paso y agacho la cabeza hacia un lado.

 -Si... Si ella no abusa de esto, podrá controlarnos uno por uno conforme vaya surgiendo. -Opino ahora con voz más baja, en modo de disculpa. 

 -Algunos ni siquiera pueden contener los suyos, Roxana. - Comento disconforme, sintiéndome sola en mi posición, sin explicarme como podían llevar esto de forma tan normal después de lo que acababa de pasar. 

Cayó al suelo, aunque logró sostenerse con sus manos, estaba agotada, y sobre todo hambrienta, y noto tuvieron mejor momento de rugir cuando todos se quedaron callados, llamando la atención de todos,  La Kitsune se puso muy roja, y llevó sus manos a su estomago, quedando sentada en el suelo. Si le había dado vergüenza,  demasiada, antes de empezar ese camino, comía mucho, casi tanto como Makoto, y no subía ni un gramo,  ahora que lo pensaba, lleva días sin comer de esa manera, "quizás por eso siempre me siento tan débil". 

Puede sentir el miedo, de la chica que había llegado, y la determinación de Roxanna, la Kitsune entrecerra los ojos. Victoria había detectado ya que la Kitsune era peligrosa,y no hacía ningún esfuerzo para ocultarlo. Los demás debían sentir el mismo miedo, además, tampoco nadie se le acercó para ayudarla. La kitsune pensaba para sí misma si no era conveniente tomar un camino en solitario. "Sí, debería"

- deja de chillar, mujer - aprieta los dientes en aquel ladrido -  tarde... tarde o temprano lo sabrán, se descubrirá, no se puede eludir algo que está marcado en nuestro destino... es como intentar evitar que las olas revienten en la playa - exclama la chica,echando la cabeza para atrás, sentía que u sudor helado la recorría, y quería dormir, comer, y seguir durmiendo, se daba cuenta que nunca había usado tanta magia, y su cuerpo no se acostumbraba.

- pero... ahora no era el momento... teníamos a unos lobos atacando..¿ya no están cierto? - les pregunta a los chicos, a Kurt, él sigue herido y se lamenta no poder haber curado toda la herida  -  y.. si algo se desataba... no estaríamos todos para detenerlo... o ayudar a escapar - los que la conocían comprendían su reticencia -pero.. tarde... o temprano... lo sabrán, sino... si no no estarían aquí- su garganta estaba seca, la sensación era desagradable - creo... que... como dije antes... nuestras naturalezas... están relacionadas con... con... mitologías de donde nacimos... por eso.. no sé qué puede surgir entre nosotros... por un momento pensé que la señorita Roxanna podría ser un dybbuk, y realmente me dio miedo... porque... yo menos que nadie sabe... que una cosa es lo que somos, como personas, y otra es lo que está en nosotros, y que es parte de lo que somos... pero lo desconocemos... la sensación que... tú misma puedes ser tú peor enemigo..-   se muerde el labio,  mientras sus ojos se entrecierran, no había hablado de lo que le pasaba con tantas personas, tampoco era una sensación agradable.

- pero... sólo... asumiendo lo que somos.. podremos pasar por esa puerta... - su cabeza le daba vueltas, sentía que  iba a caer desmayada, por lo menos casi estaba a nivel de suelo. La Kitsune se fue recostando en el suelo, sus ojos se le cerraban solos.

Rina se puso a mi lado, y no tardé en escuchar la voz de Ben al otro; ambos se encontraban conmigo cuando trataba de controlar la situación de Roxana. Cuando el humo desprendido por esta se detuvo paré mi influencia sobre ella. Roxana se alteró, disculpándose ante Rina, que pronto aclaró que sus recuerdos estaban bien, así que no habíamos dañado el bosque.

Rina me advirtió de que no me expusiera tanto, ya que despertar lo desconocido podía traer graves consecuencias. Ella más que nadie sabía de eso, asi que me limité a mirarla mientras ella también clavaba sus ojos en los míos, para después irse a atender a Kurt.

Ben me felicitó con un suave beso en la mejilla, el cual me sacó una pequeña sonrisa. No es que fuera un motivo de celebración, pero la verdad es que haber conseguido que aquella habilidad funcionara dos veces seguidas era todo un hito. Mi novio trató de tranquilizar a Roxana, mientras observé como Rina se caía hacia atrás, claramente agotada; aunque al menos pudo sostenerse con las manos.

Roxana comentó lo que pensaba de lo sucedido y pidió que continuáramos haciendo pruebas, pero no todos estaban de acuerdo. Victoria, Benjamin y Roxana comenzaron a discutir sobre lo conveniente o no de la idea, como si yo no estuviera delante. Iba pasando mi mirada de unos a otros, entendiendo sus posturas, pero sin comprender por qué discutían por eso; a fin de cuentas, no dependía de ellos. Rina se impuso finalmente, volviendo a exponer lo que pensaba y dejando claro que aunque lo que llevábamos dentro podía ser peligroso, no nos quedaba otro remedio que asumirlo; eso era precisamente lo que anunciaba aquel arco.

Entonces observé que esta no se encontraba bien, e iba tendiéndose en el suelo poco a poco. Rápidamente me acerqué hasta ella, y me coloqué detrás, dejando que reposara sobre mí.

-Rina, ¿E-estás bien? – comencé a hablarle, temerosa de que aquello fuera más que cansancio. La acomodé sobre mí y aparté suavemente el pelo de su cara. – Tendré cuidado, te lo prometo… - le susurré a la japonesa

TJ liberó a la pitufina para que fuera dónde quisiera. Le había evitado meterse en mitad de aquella vorágine de peligroso y desconcertante caos sentimentaloide que había amenazado con llevarse a alguien por delante. Seguro que no se lo agradecía pero, meh, tampoco es que le importara demasiado. Nunca hacía las cosas que hacía por el reconocimiento de los demás, sino porque le salía de las pelotas. 

- Ale, ya puedes ir a jugar con tus amiguitos - Murmuró entre dientes sin apartar la mirada del duelo dialéctico entre Rina y Victoria. La latina solo había expuesto algo que era totalmente lógico y se le estaban echando encima como lobos. Pues mira, mejor que la pagaran con ella, así podría tener distancia para cogerle el pulso a aquellos brujos de segunda. Sobretodo a la japonesa, que como poco, estaba desquiciada. Parecía una tarada que se hubiera inflado a comer setas.

Tampoco le quitaba ojo al otro japonés ni al rubito, que aún con un brazo hecho polvo seguía siendo un peligro potencial. ¡Qué cojones! Visto lo que había pasado con la judía parecían dispuestos convertir a todo el mundo el peligros potenciales. Lo peor era que tarde o temprano le tocaría a él, porque, en el fondo, sentía cierta necesidad de ser especial.

- Avisad antes de volver a activar la bomba química, gracias. Los hay en esta cueva que aún apreciamos el seguir respirando y tal. No sea que ahora le de por, no se, sudar ácido o eructar radiación. 

miro con desagrado a T.J, no me gustaba que hablara asi de mi, como un arma quimica sin embargo le digo -gracias por detener a Kat- luego miro hacia Rina, miro a Mako, y luego a Rina, por ultimo miro nuevamente a Mako y le digo -quisiera acercarme a ella para ayudarla, me precupa, aunque no se si es lo mejor. no quiero incomodarla.- mirando nuevamente a Rina y Liz -quizas si soy demasiado impulsiva y ansiosa, para que disimularlo tratando de actuar como adulta, solo tengo 16. pero si creen que es lo mejor puedo esperar a que Liz descanse, asi no termina como Rina. ademas deberiamos buscarle algo de comida, buscar comida para todos nosotros. por mas que yo prefiera quedarme experimentando y conociendo este lado de mi. ver solo mi punto de vista seria egoista.- digo la ultima frase mirando a Vicky

El esfuerzo acumulado pasó factura a Rina. Sabíamos que eso podía ocurrir pero tenía claro que de ningún modo ella iba a dejar a Kurt en aquella situación pues, sin estar en un entorno controlado, una herida tan grave se habría infectado de forma irremediable y con nefastas consecuencias. 

En cuánto empezó a desfallecer, Elizabeth la sujetó dejando que se apoyara en ella. Inmediatamente me acerqué. 

Miré a Rina, tenía los ojos a medio cerrar, miré a Liz y de nuevo a Rina a la vez que sujeté sus manos. Estaba fría, acerqué sus manos a mis labios y las besé mientras le susurraba unas palabras. Al poco tiempo Roxana dió explicaciones.

Quedé quieto unos segundos en esa posición asimilando las palabras de la joven y me di la vuelta buscando a la israelí con la vista para terminar soltando una de las manos de Rina y hacerle un gesto a Roxana para que se acercara. La miré orgulloso de la muestra de madurez que acaba de demostrar y dándole a entender que no tenía nada que temer.

- Acércate - dije en tono suave y conciliador.

- Tranquila pequeña, estoy aquí - levanté la mirada hacia Liz - estamos aquí y Kurt también seguirá aquí de una pieza gracias a ti - sonreí orgulloso del acto que Rina había llevado a cabo incluso sabiendo que eso la iba a dejar agotada.

Miré sus preciosas manos, femeninas, suaves, sensuales y, sin embargo, ahora tan frías. Como su carácter por culpa de su propia lucha interior. Las besé.

Des de dónde estaba, sin soltar a Rina, busqué a la polaca con la mirada. La encontré cerca del acceso de la cueva, con rostro mezcla de preocupación y pánico. T.J. la flanqueaba y parecía mirar todo a su alrededor con desconfianza, no podía culparles y, además, había que lograr que reaccionaran y perdieran el miedo para recuperar el ánimo del grupo y lograr avanzar.

- Katarzyna - dije tratando de llamar su atención sin alterarla. Luego miré la leña que había soltado - hiciste un buen trabajo. El fuego nos vendrá bien.

Luego miré al americano, quién a pesar de lo que pudiera parecer, había sabido reaccionar de la mejor forma posible al impedir que se acercaran a Roxana cuando estaba descontrolada. 

- T.J., hace un rato escuché a Erik decir que sabía cómo encender un fuego, ¿crees que podrías ayudarle? - decía eso señalando la zona donde 300 años atrás Manuel había encendido una hoguera.

Por su parte, la latina parecía compungida por la situación en general y dejar expuestos sus temores y, para que engañarnos... a la muchacha no le faltaba parte de razón. Acaricié a Rina subiendo mi mano por su brazo mientras susurraba mirando a Elizabeth.

- Ahora vengo - estuve hablando con Victoria unos minutos antes de regresar.

Acercándome a Victoria, llevé la palma de mi mano a su espalda para invitarla amablemente a que me acompañara unos pasos más allá mientras le dedicaba una sonrisa.

- Sabes Vicky... - la miré a los ojos mientras caminábamos ¿puedo llamarte Vicky?

Paré de caminar.

- No te falta razón, es una realidad - moví arriba y abajo la cabeza mostrando mi reconocimiento - el problema en el que nos vemos envueltos es que llegados a este punto todo se vuelve peligrosamente imprevisible. Nunca existirá el entorno adecuado.

Al decir estas últimas palabras ladeé la cabeza y fijé la mirada al suelo mientras, instintivamente, me sujetaba el brazo izquierdo con la mano que cubría ahora una casi invisible cicatriz a la altura del bíceps. Volví a mirar a la latina.

- Hace un tiempo un grupo paramilitar intentó acabar con nosotros. Muchos murieron, niños, mujeres, hombres inocentes - apoyé mi mano en el brazo de la chica.

- En aquél entonces nosotros no habíamos logrado aún controlar nuestras capacidades y... estuvimos a punto de morir. No sólo eso.

Nunca había hablado de eso con nadie, era evidente que me estaba costando mencionarlo.

- Al sentirse acorralada y en peligro la naturaleza de Rina tuvo una reacción de pura supervivencia, totalmente fuera de control - se dibujó una triste sonrisa en mis labios.

- Casi muero a manos de la mujer que me amaba - dije mirando a Rina. Estaba de más concretar que arrancó el brazo.

Apoyé mi mano en la mejilla de la hermosa chica y la obligué a mirarme a los ojos.

- Si dudas de tu poder, le das poder a tus dudas - bajé la mano y volví a dedicarle una sonrisa - Volvamos.

Su intento de meditación había fracasado, tanto por el sueño que impedía concentrarse en recuerdos o sensaciones y por el griterío. Para su sorpresa todo aquello había sido por lo que sus ojos contemplaban con maravilla; los poderes de Roxana habían despertado y aquella niebla que brotaba por su cuerpo no parecía del todo agradable.

- Mierda - pensó frente aquel poder que se acercaba al grupo. Sin dudas en cuanto dieron la señal de aviso, dio los pasos hacía atrás para alejarse de la proyección. La voz quebrada de Kat llamo su atención y se acerco junto a ella, no sabía que hacer para calmarla o consolarla; quería abrazarla pero quizás aquel acto sería de un seguridad entre ambos. Por apoyo una mano en el hombro de la joven para mirarla a los ojos - Tranquila, ellos son los que saben - La realidad es que no tenía idea sobre eso, pero lo suponía. Deseaba transmitirla la confianza y serenidad que había obtenido de su pequeña meditación; o más bien siesta. Las palabras de Ben a Vicky era cierto, ellos había aceptado sus poderes y tenían un mayor conocimiento; por lo que era el momento justo para probar y descubrir.

- Quiero que sea mi turno - pensaba con nervios, ansiedad y miedo. - Sera útil para cocinar - pensaba divagando un poco sobre su verdadera naturaleza; amaba cocinar y esperaba que todo tenga una correlación. La voz de Makoto saco del pensamiento al joven, era verdad había que armar el fuego. - Veamos como podemos encenderlo - comento a Kat brindando un sonrisa.

Sin dudas estarían de suerte si alguno de los presentes tendría un encendedor o mejor aun poderes de fuego. Dos opciones podían ser, buscar piedras con distinta dureza, que al rozar generen chispa; o la más lenta y aburrida frotar maderas hasta que el rozamiento genere una pequeña brasa. De ambas formas debían luego debían alimentar la brasa con hojas secas para avivar el fuego; para luego arder la madera. Por lo que buscar unas piedras sería un buen comienzo además de poder guardalas para más adelante.

Rina comienza a hablar, aunque parece realmente cansada. Elizabeth se acerca a ella, y también Makoto, y yo quedo algo más atrás, pensando en todo esto. El campamento es un caos, tenemos a un herido, a nuestra "curandera" extenuada por el esfuerzo, hay gente que aún se resiste a creer en lo que aquí sucede y no han empezado a echar un cable con nada, y un grupo que ni se molesta en estar aquí para ayudar porque les gusta más ir a su aire.

Suspiro.

Esto es un puto desastre.

Elizabeth parece muy capaz de manejar la situación, por aquí. Su control sobre las emociones, tanto a nivel de poderes como personal, es increíble. Nunca terminaré de sorprenderme ni de admirarla por ello. Rina, a pesar de sus bruscas formas, es una fuente de sabiduría. Y Makoto cuenta con una templanza inaudita, el afable carácter que le falta a su chica.

¿Y yo? Yo estoy perdiendo el tiempo aquí. No aporto nada.

Me acerco al grupo formado por Rina, Makoto y Elizabeth, poniendo una mano sobre el hombro del japonés. Me fijo en Rina, agachándome un instante a su lado. No quiero molestarla, necesita descansar, pero también necesitamos otras cosas con urgencia, y no quiero meter la pata y que ella pague las consecuencias. Me quito la chaqueta y la enrollo, creando un bulto lo bastante compacto y acolchado para hacer una almohada para ella, y se la pongo cuidadosamente bajo la cabeza.

Rina, se que estás cansada, y lo mejor es que descanses y duermas, si es posible, pero... -Dudo un instante, armándome de valor para hablar de asuntos que son delicados- ...tengo que marcharme de nuevo, y necesito que antes me aclares algo, si puedes. -Sí, tengo que irme, hay cosas que hacer, y cada vez tengo más claro que debo ser yo quien se encargue. Levanto la vista hacia Elizabeth, sabiendo que se preocupará, pero todos debemos correr riesgos. Ella lo hace a cada instante, y yo debo cumplir mi parte- No se nada de los espíritus. Soy un ignorante, no como tú. Antes, ahí fuera, los lobos nos atacaron. Algunos querían destrozar árboles, con ese poder de Kurt, para tapar nuestra huida hacia aquí, pero yo me negué. Entendía que eso era dañar al bosque, eso por lo que te harían pagar un precio tan elevado. Sin embargo, sí que dañé a un lobo. Tenía el brazo de Kurt cogido entre sus fauces, y tuve que hacerlo. -La decisión fue rápida, no hubo tiempo para miramientos, y tampoco había otra salida- Parece que eso no ha tenido represalias, por fortuna. Puede que sea porque el lobo no ha muerto, aunque su herida era bastante fea. O puede que sea porque "dañar al bosque" se refiere a no dañar los árboles y el ecosistema, causar daños innecesarios. -Me muerdo el labio inferior, indeciso ante las pesquisas que desarrollé hace un rato- ¿Es posible que defenderse del ataque de un depredador, o incluso cazar animales para alimentarse de ellos... no sea considerado por el espíritu del bosque sino algo natural?

Necesitamos comida. Y agua. Y habrá que ir a buscar ambas cosas. No creo que vayamos a encontrarnos un frutal lleno para alimentarnos a todos, pero una pieza de caza bien podría dar para todo el campamento. El propio lobo al que herí podría morir por esas heridas en cuestión de tiempo. Pero si no es él, podría ser otro. Y, una vez salga de las cuevas, la posibilidad de sufrir otro encuentro con los lobos siempre estará ahí. Necesito saber que, haga lo que haga para defenderme, a mí y a quien quiera acompañarme, ella no sufrirá consecuencias.

Cuando T.J. Evergreen le soltó el hombro escupiéndole aquel desprecio de frase. Katarzyna no pudo más que quedarse mirándolo, tristemente sorprendida por aquellas palabras. Pero quedó estupefacta ante las palabras de Roxana.

- ¿Intentarlo de nuevo?  -  pensó con preocupación.
- Más nos valdría hacerle caso a Victoria.  -  bajó la cabeza con resignación

Tras las palabras de Makoto, se dispuso a recoger de nuevo los escasos palos que había reunido y los llevó junto a Erik, que parecía ser decente en esto de encender un fuego.