Partida Rol por web

- Contemplad, ¡los monos hacer fuego! - Exclamó, con una media sonrisa, mirando la hoguera con fascinación - Ahora lo suyo es inventar la rueda, montarla en un Camaro e irnos a tomar por culo. - Se levantó de al lado del fuego y estiró las piernas con un quejido. La verdad es que después del frío de fuera y aunque la caverna estuviera a una muy buena temperatura, lo cual no dejaba de parecerle raro, se agradecía poder acercar el culo al calor de la lumbre. 

- Pues se me ocurre que morir de hambre es algo jodido, pero no se vosotros, yo llevo desde anoche sin echar un trago. - Se acercó hasta Ben mientras Kat se ofrecía a ocuparse de Chris, que también estaba jodido. - El programa del tío ese de la tele, el que se come los gusanacos y la mierda de elefante, dice que se puede puede hervir la nieve. Lo único es que nos haría falta algo parecido a un cazo. Nos vendría bien para beber y para lavarle las heridas al macho alfa. Pero no creo que encontremos un cazo en esta montaña de mierda. - Se encogió de hombros - ¿Entonces vais a echarle huevos y volver a salir a buscar comida y cosas para pasar la noche aquí? Bien, me apunto, se me está durmiendo el culo de tenerlo aplastado. 

- Por cierto, llamadme loco, pero estaría de puta madre tener algún plan a parte de acampar aquí. Algo como un sitio mejor al que ir, alguien a quien buscar o algo del pelo. El gato volador - Contuvo una carcajada a duras penas - ese que ha invocado vuestra colega dijo que el castillo estaba visitable. 

De repente, Katarzyna se había vuelto mas confiada y encajaba mucho mejor los comentarios.  Toda la animadversión por Kurt desapareció de golpe tras oír su razonable petición.

- ¡Jaja!, tienes razón  -  dijo mientras se ponía manos a la obra.
- Reconozco que si alguien me da miedo, son las hermanas  -  confesó, divertida.

Mientras se hacía un tremendo lío con aquella manga, vio que Kurt se impacientaba, así que se apresuró a intentarlo otra vez (se trataba de una simple venda), por lo que descartó la sucia manga y cogió su único pañuelo, intentándolo de nuevo.  Por suerte, Rina le había hecho el trabajo sucio, previniendo el mayor riesgo de infección y Sepsis.

- Vaaale, prometo no llamarte más así. -  giró cariñosamente la cabeza, mirando de reojo a Kurt.
- Voy a usar mi único pañuelo, para que no te quejes.  -  sonrío, más para si misma que para otro.

Consiguió un trabajo decente, por lo que se incorporó.  Una cosa hecha, si, pero le preocupa más Chris.  Lo miró, con cierto temor, pues él no había recibido ninguna curación mágica.  Intentó lavar su herida como pudo (algo de nieve derretida) y limpiar como pudo sin estar muy segura de si había había hecho un buen trabajo.

 -Hm. Suspiro bajando los brazos, algo más tranquila. Campamento, poderes, comida y viaje son nuestras prioridades ahora que habían conseguido el fuego. Lo fácil sería arrancar ramas para los camastros, pero no debemos dañar el bosque gratuitamente teniendo a mano otros recursos, y dudando que podamos encontrar hojas por el suelo para más de una docena de personas como para conseguir algo decente en un solo día, y sin saber por otra parte donde se encontraba ese castillo, sólo me quedaba pensar en la comida... O mi poder, tema del que al parecer Roxana y Elizabeth pretendían volver a encargarse.

 Kurt vuelve a entrar con una chica y el chico del móvil que salieron antes, Katarzyna atiende al rubio, y la forma de expresarse de T.J. finalmente consigue arrancarme la primera sonrisa sincera del día, leve, pero es algo. No se por qué tantos parecen tan molestos con él. A pesar de cómo habla, parece que tiene dos dedos de frente. Tal vez sea porque aún no ha dicho que me afecte directamente.

 -Yo también querría salir a buscar comida, creo que es lo mejor que puedo hacer ahora... -Es decir, no querría, de hecho me gustaría quedarme sentada junto a la hoguera, pero quiero tener algo que poder llevarme a la boca y tampoco es que tenga nada mejor que hacer aquí dentro, ni quiero que me puedan echar en cara más adelante que no colaboro si las cosas se ponen feas. -Si el lobo al que habéis herido ha acabado muy mal, podríamos seguir las huellas o la sangre y ver si ha muerto por el camino... Makoto, Ben. -Reclamo por un momento su atención, tras recordar una de las cuestiones que nos quedan por resolver. -¿Cuánto tiempo tardaríamos en llegar a ese castillo?

Escuchar el crepitar del fuego en aquella cueva me trajo recuerdos recientes... recuerdos de hace 300 años, recientes.

Me froté la cara con ambas manos superado por tal paradoja... 

Esto es una locura.

Me preguntaba si tras la aparentemente buena intervención de la polaca a Christopher, el chico estaría en condiciones de salir de nuevo. Aún no había respondido a mi duda sobre si había podido observar algo de interés en los alrededores cuando ya le hacía otra pregunta más.

- ¿Crees que el sabueso sería capaz de rastrear? Deberíamos salir a por algo de comida - miré a Giulia de soslayo. Aunque ninguno de los dos había dicho nada, se palpaba que algo había... cambiado entre ambos.

Acaricié las manos de Rina, aparentemente dormida, mientras empezaba a erguirme contestando a Benjamin.

- No funciona así realmente - dije con una mueca y negando con la cabeza - es una cuestión de percepción visual en realidad. De invisibilidad. 

Me sacudí el polvo de las rodillas mientras miraba a Victoria para luego voltear la cabeza hacia la izquierda, tratando de hacer memoria.

- Si no recuerdo mal... Tardaríamos cerca de dos horas si las condiciones son buenas.

Antes de acercarme a Ben, Victoria y Makoto había hecho un gesto a Roxana para que esperara; aún tenía que averiguar algunas cosas. El grupo de búsqueda de víveres iba avanzando en su organización, y cuando Makoto pudo explicar a Benjamin lo referido a sus habilidades, me di cuenta de que él no podría ayudarme.

Entonces retomaron el tema del castillo, y realmente eso me ofrecía más posibilidades.

-P-pero según me dijo Ben… - me atreví a intervenir – No fuisteis hacia allí porque creíais que podía ser peligroso, ¿N-no?

No tenía muy claro como habían llegado a aquella conclusión, pero dado que me había pasado más tiempo que ellos “durmiendo”, ni tan siquiera me lo había cuestionado.

-Realmente allí estaríamos mejor resguardados… Aunque solo quedaran las paredes. – murmuré, poniéndome en el peor de los casos. – Con suerte podría tener un espacio cerrado para seguir haciendo pruebas.

Solté aquello como si nada, simplemente pensando en voz alta, a la vez que otra idea resurgía en mi mente.

-Pero antes de ir hasta allí… ¿N-no deberíamos encontrar a “la última de los nuestros"?

Makoto echa por tierra mis esperanzas de que sus habilidades nos sirvan realmente para lo que tenía pensado. Si tan sólo es una cuestión de percepción, no es teletransporte como tal. Es más como una ilusión, entiendo. Levanto el rostro con los ojos cerrados, ahogando un suspiro. Otra opción que se va a pique.

Cuando los abro de nuevo, lucho por concentrarme en lo bueno. Liz está a mi lado, aferrada a mi brazo. Siento su calor, el que me proporciona simplemente su presencia, el aroma de sus cabellos cuando me inclino hacia ella y le doy un beso en la frente. T.J. se acerca y se ofrece a acompañarnos en la búsqueda de provisiones. No se si Erik seguirá dispuesto a hacerlo, tras el espectáculo que presenció la última vez, pero ellos dos, Makoto y yo podríamos ser un grupo suficiente para ello. Aunque Makoto hace una pregunta interesante. Si el chucho ese de Chris puede rastrear, todo sería mucho más sencillo... Victoria, para mi sorpresa, se presenta también voluntaria. Lo cierto es que no me lo esperaba. Además, expone en voz alta una idea que yo barajaba hace rato. Buscar al lobo al que herí. También pregunta por el castillo, y es Makoto quien dicta una cifra aproximada, un par de horas, a lo que Elizabeth añade su inclinación a acudir allí en busca de refugio.

Bueno, yo pillé todo ese asunto a medias, pero creo que la teoría es que, si los castillos fueron destruidos de alguna forma, el peligro que se cernió sobre ellos podría seguir presente. -Aclaro, sin mucho convencimiento- Yo creo que debemos ir, pero mejor si lo hacemos con tiempo suficiente para explorar y asegurar el lugar. Podemos aguantar aquí hasta mañana, y partir con las primeras luces. Tendríamos casi el día completo para recorrer el lugar y asegurarnos de que estamos a salvo entre sus muros. Puede que incluso encontrar pistas sobre lo que sucedió. -Elizabeth hace una apreciación, que estamos aquí para encontrar a alguien, a alguien en concreto. "La última de los nuestros", ella debería ser nuestra prioridad en todo momento. Pero no en exclusiva. No servirá de nada encontrarla si nos morimos de hambre, sed, frío... Debemos encontrar un equilibrio entre el objetivo de la misión y las necesidades que debemos cubrir para cumplirla- La encontraremos, pero tendremos que ir por partes. De momento sabemos lo que necesitamos, y donde está ese castillo. De ella no sabemos... -Me detengo un instante, girándome hacia Liz. ¿Cómo no se me ha ocurrido antes?- T-tú. Tú puedes encontrarla, Elizabeth. Como hacíamos en el castillo, como viste a Rina la primera vez, ¿te acuerdas? -Sonrío, orgulloso. Ella es la clave, siempre lo es. Es la chica más maravillosa del mundo- Eso puedes hacer mientras conseguimos víveres: relajarte, concentrarte, y tratar de buscarla. Si sabemos donde está, podremos decidir si nos conviene más ir al castillo o a donde ella se encuentre, ¿no crees?

La doy un abrazo, consciente de que cuanto más avanzado está el plan, más cerca está el momento de tener que dejarla aquí y alejarme. Justo lo que no quiero hacer, lo contrario a lo que me prometí que haría cuando acepté venir a esta locura. Le susurro una cosa al oído, algo que prefiero que quede entre nosotros, y espero su respuesta antes de separarme y, mirándole a los ojos, hablarle unas palabras en voz baja.

Juntos. Siempre juntos, ¿vale?

Al separarme de mi novia, me dirijo a T.J. y Victoria. Va siendo hora de ultimar el tema, si no queremos que se nos eche el tiempo encima.

A ver, chicos, aparte de valor no estaría de más que tuvierais algo con qué defenderos si pasa algo. -Digo, aunque es algo evidente- Cuando salgamos, podemos cortar unas ramas y afilarlas para hacer algo parecido a lanzas, ¿os parece? Ningún árbol sufre daño por perder alguna rama, ni es nuestra intención causarlo, de modo que no debería haber problema. -Tal como hemos llegado al acuerdo que es la clave para el espíritu del bosque- Chris, ¿qué hay de tu perro? ¿Puede venir con nosotros y rastrear, o cómo lo ves? -El perro sólo o con su amo, claro. Reconozco que nunca he tenido una especial afinidad con Chris, pero tampoco me ha mostrado una especial animadversión como hacen otras- Y, por cierto, hiciste lo del móvil? ¿Llegaste a ver si hay algún río o lago cerca, una fuente de agua?

Nunca hemos probado si eso de evocar sentimientos se puede hacer a distancia -Susurro al oído de Elizabeth- Deberías probarlo conmigo, cuando me vaya. Búscame en tu mente y en tu corazón, y hazme sentir que todo va bien, que estás a salvo y que no debo preocuparme. O hazme temer, y volveré corriendo a tu lado...

No se si funcionará, pero siempre es mejor intentarlo.

Mientras Victoria y Makoto hablaban sobre cómo conseguir comida, Katarzyna se encontraba terminando de componer como fuera las heridas de Chris.  Con lo poco que tenía a mano, poco podía hacer.  Entonces Elisabeth sacó de nuevo el tema místico o la misión de Beni o lo que fuera.  Por fortuna, su novio volvió a encauzar el tema.  Aún así, decidió intervenir.

- Bejamin tiene razón, Eli  -  empezó a hablar aprovechando la pausa tras las propuestas de Ben.
- No dudo que todo eso de ¿Beni?, o como se llame, sea super-importante  -  la frase le quedó quedó un poco de "retintin".
- Pero T.J. ha dado en el clavo: no tenemos ni un cazo para calentar agua  -  extendió la mano apuntando hacia el americano.
- Estamos hambrientos, cansados, sin comida, sin herramientas.  -  bajó la mano que quedó cerca de su estómago.
- Rina está rendida.  Yo no tengo ni hilo para coser heridas, ni antibióticos, ni un cuchillo y hay varios heridos -  miró a Kurt.

A diferencia de antes, la joven Kat era ahora capaz de hablar como una más, no como alguien asustadizo e incapaz.  Degustó ese sentimiento un instante, pero viendo la importancia que aquella "misión" tenía para la pelirroja, se apresuró a seguir.

- No.  Tenemos que aprovisionarnos como sea, y luego podremos afrontar la razón por la que estamos aquí.  -  añadió.
- Por estúpida que ésta sea ...  -  concluyó, diciéndolo más bajo y sin esperar respuesta.

Volvió a mirar al "hombre dragón".  Le resultaba muy fácil hablar con él y con Eli.

- El agua no es problema, Ben, solo tenemos que coger nieve no pisada y derretirla. -  recordó su infancia en Polonia.
- Hay que conseguir madera medianamente seca y comida  -  ay, le volvió a picar el hambre.
- Y un cráneo de lobo para hacer de cazo como hacían los neandertales.  -  bromeó, recordando sus estudios en humanidades.

Katarzyna se acerca e interviene con grandes dosis de sentido común pero también de ironía. Parece que algo en todo esto esté empezando a disgustarla, aunque se esfuerce en disimularlo de mala manera.

No creo que Elizabeth hable de olvidar nuestras necesidades actuales, Katar... ¿Puedo llamarte Kat? Soy un poco torpe y me cuesta decir tu nombre completo... -Sonrío nervioso, y algo avergonzado- Sólo hablamos de si merece más la pena ir directamente al castillo o ir antes en busca de esa mujer. Y sí, es muy importante, el motivo de que estemos aquí, y probablemente el modo de que podamos regresar, ¿entiendes?

Hace un par de apreciaciones bastante coherentes acerca de nuestros recursos. Puede que no haga falta buscar un río, habiendo nieve, pero...

Seguimos teniendo el problema de no tener un cazo ni nada parecido para derretir esa nieve, aunque me apunto lo del cráneo. -Digo, pensativo- Y ¿no se hacen contenedores de líquido con tripas de animal? Igual se puede aprovechar ese lobo mucho más que simplemente por su carne...

La italiana había ayudado a bajar a Chris y lo había dejado en manos de Katarzyna para que le atendiera la herida. Se quedó de pie observando la conversación y simplemente pareció anotar algo mentalmente. Caminó tranquila hasta Erik y le palmeó la espalda, sonriendo a TJ, como gesto reconocimiento-Bien conseguido chicos, muchas gracias- tener fuego no era físicamente bueno, si no psicológicamente. Luego se incorporó y quedó de pie, girándose hacia Kurt con una sonrisa.

-La situación allí fuera está así: Kyara está explorando como avanzadilla y Nyara está vigilando. También hemos podido ver los alrededores gracias al cuervo de Chris y el panorama es nieve y bosque por doquier a remarcar dos cosas, una son unas cascadas de agua limpia no muy lejos de aquí. Ni rastro de la manada de lobos y todo está tranquilo. Pero hay una segunda cosa, y es que hemos visto algo bípedo pero no estamos seguros de qué es, porque estaba borroso. Puede ser una persona o un animal, pero ni idea. Afuera habíamos pensado ir los cuatro a adelantarnos al Castillo con Kyara como guía, ahora mismo Nyara le ha pedido que vuelva para que nos enseñe el camino. No sería mala idea una avanzadilla, y si el castillo es seguro podríamos enviaros al cuervo-relató calmadamente, mirando alternativamente a los que la escuchaban.

Luego miró a T.J, Katarzyna y el resto hablando de provisiones.
-¿Quizás dos expediciones? Nosotros de avanzadilla y vosotros buscando comida aquí cerca -Luego miró a la chica nueva, ¿se había presentado como Victoria, no? Recordó las palabras que había tenido con el espíritu del bosque. Se limitó a sonreírle puesto que ya le habían contestado y se volvió a Chris.

-Tú deberías vigilar con tus convocaciones, o de lo contrario queradás como Rina- le recordó mientras veía como la polaca le atendía el brazo, aún sucio por la sangre. Sonrió y se acercó a ella-Katarzyna, a ver si juntas le podemos limpiar éso... un segundo-le propuso con su perenne sonrisa. Se dirigió a la entrada de la cueva y salió apenas un segundo, volviendo con nieve virgen en las manos. Luego se quedó cerca de ambos y respiró pronfudamente. Entonces la nieve se despegó de las manos de Lia y flotó suavemente hasta ponerse encima de la herida de Chris. Luego dirigió la mano al fuego e hizo flotar suavemente una brasa aún flameante hasta acercarla a la nieve suspendida. A los pocos segundos la nieve empezó a derretirse encima de la herida.

Sonrió satisfecha y miró a Katarzyna.
-Así al menos podrás limpiarla-se limitó a decir. Estaba visiblemente más calmada que cuando llegaron a la cueva por primera vez.

Es una pena que Rina esté medio muerta, odio ser tratado como un enfermito. Aún así, le doy las gracias a Kata de forma escueta, mientras voy pensando en lo que me han preguntado...realmente no tengo una respuesta.-El perro se comporta como un perro a todas luces. No sé si puede rastrear, pero por intentarlo no va a pasar nada. No hay nada que indique que no pueda hacerlo...-mientras, tras explicar algo, Lia usa sus poderes telequinéticos para fabricar agua de forma muy ingeniosa. Me meneo un poco cuando la nieve me toca la herida, pero cierro el puño y consigo controlarme y quedarme quieto.

-Como ya os ha dicho Lia, pensábamos adelantarnos ya. Si queréis usar al perrete, os lo presto sin problema, le digo que siga vuestras órdenes, que os proteja y que os busque comida. Nosotros podemos ir delante, con el cuervo y el móvil iré oteando el camino si vemos que hay problemas. Y con suerte podremos ver que cojones es la cosa bípeda...-que sigo sospechando que será un puto oso, pero bueno. Al salir me fijaré en los árboles por si están marcados con garras, eso me dará una pista.-Si hay problemas, os mando al pájaro con un mensaje en el móvil, y si no, también.-

Ben me respondió en lo referente al castillo, sugiriendo tras ello que lo mejor sería dejarlo para cuando contáramos con más tiempo. En cuanto a mi pregunta sobre “la última”, cayó en la cuenta de que ya le había comentado que podía localizarla con mi habilidad, así que me sugirió que podía encargarme de ello mientras íban en busca de comida.

Y entonces me abrazó, así, de repente, y le apreté contra mí como si aquel fuera a ser nuestro último abrazo; y es que en realidad podría llegar a serlo. Me susurró algo al oído y le respondí escuetamente, llena de dudas. Al separarnos volvió a recordarme la promesa: Siempre Juntos.

Durante la intervención de Katarzyna no vi el momento de intervenir. La chica resultaba a veces muy impetuosa, aunque llena de buena intención, y no acerté a explicarme.

-Y-yo, no… - comencé sonrojada, quedándome callada cuando Ben retomó la palabra.

Este le explicó que yo no pretendía atrasar la búsqueda de víveres, sino que me preocupaba el encontrar a “la última”. ¿Cómo iba a negarme a ir a por comida? Sobretodo con Rina así… Suspiré algo apesadumbrada, y es que coordinarnos entre tantas personas podía resultar algo complicado, y veía que traspasar aquel arco iba para largo.

-E-eso era lo que quería decir. – dije a Katarzyna, algo sonrojada. – Buena idea lo del cazo y la nieve, Katarzyna. – dije a la chica, mostrándole una sonrisa.

Ben trataba de movilizar a quienes irían a buscar comida cuando Giulia nos informó de la situación ahí fuera. Al parecer habían pensado en adelantarse hacia el castillo y avisarnos con uno de los animales de Chris si estaba todo en orden. La verdad es que era buena idea.

-P-puedo ver como os va de vez en cuando, por si necesitarais ayuda. – dije a Giulia - ¿Cuáles son tus habilidades y las del resto? La verdad es que aún no lo tengo del todo claro… - pregunté un tanto avergonzada.

Tras ello Giulia sugirió que diferenciáramos aquellos dos grupos de expedición y se dirigió a ayudar a Katarzyna con la herida de Chris. Este respondió a la pregunta de Ben sobre el perro, ofreciéndose a dejarlo con nosotros por si resultaba ser útil y comentándonos que podría valerse del cuervo y el móvil para mantenernos al tanto. La verdad es que parecía tener unas habilidades más que interesantes.

-A mí me parece bien. – dije nada más terminó de exponer su idea. - ¿Necesitáis alguna cosa? ¿Algo de ropa? No se… - le dije a Chris y Giulia, siendo estos quienes se adelantarían, y  recordando la ropa con la que Kurt traía envuelto el brazo. – Vosotros también deberíais ir preparándoos… - dije a los que conformarían el grupo de búsqueda.

Respondí al susurro de Ben de forma breve.

-Podría intentarlo, pero no sé si sería seguro hacerlo a ciegas. - le dije preocupada.

Cuando Giulia y Christopher nos contaron lo que habían podido observar no pude evitar dibujar un pequeño gesto de preocupación en mi rostro.

De todas formas, no iba a tratar de apartarles de su idea, pues conociendoles, tenía claro que por más que nos lo plantearan como una propuesta ya tenían la decisión tomada.

- Id con cuidado y, por favor, no toméis más riesgos de los necesarios - dije con gesto serio, compungido.

Me agaché de nuevo hacia Rina y besé con ternura su fino cabello, mientras acariciaba su sonrojada mejilla. Siempre se le coloreaban los mofletes al dormir, estaba preciosa.

Ya despidiéndome apreté cariñosamente la nuca de Elizabeth, mientras con una mirada de confianza le decía, "volveremos pronto".

Me acerqué a Erik y a T.J. - Lo habéis logrado - sonreí orgulloso, mirando la hoguera - yo no habría sido capaz. Gracias.

Antes de salir hablé aparte con Victoria y Katarzyna.

¡¡Milagro!!

El grupo de "los que van por libre" al fin se digna compartir con los pobres mortales lo que hacen y lo que saben. Que bien, si al final acabaremos todos siendo una pandilla unida que colabore y todo...

Nah...

Sólo si puedes recuperarlo en caso de que tú lo necesites, Chris. -Le respondo acerca del perro- Ya se ha visto que te resulta útil como protección, y no quiero privarte de ello si vais a ir al castillo. Nos vendría bien para rastrear, pero la seguridad, visto lo visto, me parece prioritario.

Supongo que, si esos animales que usa, son invocaciones, podrá desconvocarlos estén donde estén, y volver a convocarlos donde él se encuentre.

¡Bueno, chicos! ¿Nos ponemos en marcha? -Digo a Makoto, T.J y Vicky, alzando la voz.

Al acercarme a ellas baje la vista al suelo, meditando mis palabras por un segundo, para luego alternar mi mirada de una a otra.

- Estamos solos, en un páramo nevado a kilómetros de casa y, probablemente, nadie con quién hayamos vivido hasta ahora continua con vida... pues según parece habrán pasado unos 300 años - mi tono era triste, pero decidido.

- Es un panorama desolador... pero de nada sirve lamentarse - hablaba mirando a la polaca - habéis demostrado que tenéis la fuerza y la voluntad para hacer lo que hay que hacer.

Miré a Victoria.

- Algunos hemos atravesado el infierno para llegar hasta aquí y parece que aún queda un difícil trago por delante... tú lo sabes bien.

Cogí las manos de las chicas con firmeza.

- Solo unidos saldremos de esta. Sé que la situación nos ha cargado de dudas y puede que incluso de cierto prejuicio contra algunos - estaba apretando la mano de Kataryna - no os puedo culpar por ello. Solo puedo decir que vivir lo que hemos vivido nos ha cambiado a todos. Trabajo, amistad, estudios, familia fueron sustituidos por sangre, muerte y dolor. - estaba apretando la mano de la latina.

Apreté las manos de ambas chicas - os pido porfavor que cuidéis de quienes están aquí. Tened en cuenta que quién más temor os puede causar es quién más miedo está sufriendo.

Solté a las chicas.

- Si vosotras estáis bien, quienes os acompañan también lo estarán.

Cambié el gesto por una gran sonrisa antes de despedirme con un gesto con la mano.

- Estoy listo - dije acercándome a la salida y viendo quienes se sumaban y se quedaban finalmente

- ¡I'm on fire, chavales! - Bromeó como toda respuesta a los gestos de agradecimiento de los demás. Todo el mérito era de Erik, claro, pero no estaban de más las palmaditas en la espalda por lo poco que había ayudado. Aunque le gustaría recibir otro tipo de recompensas de la italiana. O de la latina. O incluso de la pitufina, que tampoco estaba nada mal a su manera. A la judía ya la tenía descartada por el rollo ese de sudar herbicida. Como a la japonesa, que le ponía los putos pelos de punta. La chavala pelirroja estaba fuera de su radar. No le caía mal del todo. Y tenía un novio-dragón, que no era poca cosa.

- Nos ponemos en marcha. - Asintió - Ya está todo dicho. Dos grupos, unos al castillo, otros a garantizar que mañana estemos en condiciones de ir a ese castillo... Todo claro. ¡Ah! - Recordó de repente - Y palos afilados para los pobres pringaos que no pueden reventar árboles ni tirarse pedos tóxicos. ¿Puedes afilar palos con esas zarpas tuyas? Porque sin cuchillos ni nada del estilo es eso o afilarlas con el nardo. - Se encogió de hombros, sonriendo soez.

- Tu mandas, ¿Ben? Pero tío, no nos metas en mas mierda ¿Eh? Si nos encontramos con rollos chungos, antes de hacernos los chulos chicos dragón, ponemos nuestros prietos culos a salvo. Que aviso, yo no voy de héroe por la vida.