Partida Rol por web

visiDe pronto la idea de perder todos sus recuerdos no se hizo tan mal, de hecho, muy atractiva, así se iría para siempre, quizás sería una kitsune por completo o una humana por completo, seguía acariciando al gato a pesar del frío. No quería entrar y volver hacia aquellos que le temía.

- señor gato... Beni-sensei me dijo que éramos tan pocos como para escoger morir... porque le pedí que acabara conmigo... odio tanto lo que soy... Intento luchar contra esto, contra el rechazo y el miedo de los demás, pero ya no puedo mas..señor gato... siento que solo hago sufrir Makoto-kun con mi estado... de tristeza... imagino que.. miró hacia la salida, las rejas del castillo que se diluían entre los copos de nieve que se hacían mas densos - que esperaré a que pase la tormenta para irme... son débiles y están asustados, pero no escuchan razones, al contrario... por eso Makoto debe ser quedarse, a él aprecia mucho mas y respetan, por lo menos la mayoría... y me alegra saber que la señorita Himiko conserva algo de lo que era, eso le ayudará mucho a todos.. - estaba siendo rabiosamente que egoista, y una parte de ella lo sabia, pero todo el resto estaba agotada de ser lo que era, de tener ese peso sobre sí y ver a los demás que venían en ell aun peligro. No podía sacar de su cabeza a Ben apartando a todos de ella, lo había echo sin mala intension, pero marcaba lo que ella era. Un monstruo, él le dijo que si se quería sentir así que lo hiciera, él dijo tantas cosas.

- vamos señor Gato... buscaré donde quedarme hasta que pase la tormenta -en eso se da cuenta que la miran, y se voltea hacia las puertas, era Kat, la queda mirando unos instantes, de una manera blanca, sin sentimientos, como solo la melancolía podía dejar a una persona. La Kitsune bajó la mirada, el fuego fue pasando, y se fue alejando de la escuela, pero sin salir de esta, no la parte detrás debía haber algún establo o caballerizas, pensó,hacia mucho frío, metió sus  manos hasta el fondo de su abrigo, y deseo que fuera aun mas hondos. La Kitsune se alejó de la puerta, la joven pudo escucharla,pero la zorro ni se lo cuestinó.

Un intenso pero breve dolor de cabeza apenas unos segundos pero lo suficiente para molestarles horrorosamente y una voz ya familiar que les habla

Marchaos no me engañaréis no se como lo hacéis pero no puedo seguir con vosotros no quedan mas

Es entonces cuando sienten un escalofrío y ven a la chica de la canoa en medio de una aldea arrodillada llorando impotente a su alrededor todo esta destruido, hay cadáveres por todas partes, de personas que visten como ella y militares, de nuevo un intenso dolor y la imagen se desvanece

El gato se rió, y le dijo que tendría que entrar para poder refugiarse, la Kitsune resignanda debe hacer el esfuerzo para girarse, esperando que Kat aun no estuviese ahí, pero de todas formas entró,las puertas se abrieron, y ella, llena de nieve, ya sufría los embates de esta. Se estremeció e intentó sacarse algo de la nieve que tenía en el pelo. Apesumbrada, levantó de nuevo la mirada hacia Kat, era ella ahora la que evidenciaba miedo en su mirada, se mordió el labio inferior, esperaba que le dijera algo, o peor aun, que no hiciera nada.

- etto... - llevo sus dedos delante de ella, y se hizo chocar las puntas, nerviosa -no... No voy a pelear mas... Lo siento - otra vez disculpándose, como si se disculpara por existir. Miró, buscando el pasillo, ya no tenía sentido a donde ir, estaba dentro, solo quería un lugar solo, lo mas solo posible, hizo memoria, quizás el Jardín interior, o encerrarse en alguna habitación serviría.

pero el dolor en la cabeza la golpea, ve todo aquello, esa destrucción, y luego, las imágenes de la vez que despertó el zorro sin control, esa misma destrucción, esa misma masacre, era como si ella fuera la chica de la canoa, como si ella fuera la causa te de tanto dolor y muerde. El olor a muerte hiede por todas partes. La Kitsune retrocedió, no sabe si Kat vio lo mismo, puede que no, retrocede mas y extiende su mano para que no se acerque, la vuelve a mirar, estaba aterrada y se echa a correr lejos de ella, perdiéndose en los pasillos.

Katarzyna tan solo podía pensar en el frío, y lo que  le gustaría que Rina se volviera por fin dentro, cuando la imagen de "la última" les golpeo la mente.  Quedó clavada, sin saber como reaccionar, cuando Rina ya se le había cruzado hacia el interior del castillo, obviamente con deseos de estar sola.

- Bueno, al menos no está sola fuera del castillo -  suspiró.

En su mente, la relevancia de este suceso luchaba con los pensamientos de culpa ante lo sucedido con Erik y T.J.  Aunque hubiera preferido irse a alguna habitación a olvidarse de todo, decidió ir al comedor.

Entra Lia con el cuerpo de TJ flotante, la ayuda a portarlo Vicky (y creo que Angelica y Rina, pero no sé seguro si vienen).

Entró casi arrastrando los pies. Vio la puerta estreabierta y supuso que Erik ya no estaba ni en cuerpo ni alma en el castillo. Se alegró no tener que lidiar con ello más. Depositó con suavidad el cuerpo de TJ al lado de la puerta y la cerró. 

-Esperemos que mañana el tiempo amaine y podamos hacer una ceremonia decente...-deseó, en voz queda y rompiendo el silencio. Se quedó allí de pie, esperando a si alguien quería contestarla, aunque no era alfo que esperase realmente.

 Camino cargando con el cuerpo de T.J. hasta la puerta del castillo. Lo hago pisando con firmeza a cada paso que doy con el pie que tengo dañado para asegurarme de que la herida no me juegue por sorpresa una mala pasada que desemboque en una fastidiosa caída.

 Dejo el cuerpo que entre nosotras cargamos de una forma u otra junto a la puerta, desengarrotando las manos para soltarlo por completo, retroceder un par de pasos y mirarlo.

 -No podemos hacer mucho más... - Supero el nudo en mi garganta para contestar con voz débil, refiriéndome al problema de la tormenta, mientras paso suavemente mi dedo índice, doblado, por los párpados inferiores, en una pobre simulación de que me esté rascando la cara. -Si yo hubiera hecho más, ahora no estaríamos aquí - Me vuelvo a culpar, teniendo el cadáver a la vista. Solo me queda esperar que el fuego que mañana se llevará a T.J. a mi me traiga algo de paz.

 Suspiré, recomponiéndome así un poco para hablar antes de marcharme.

 -Yo... Me iré a la cama si no hay nada más que hacer hoy. - O que pudiera esperar, claro está. Ya me ocuparía mañana de participar en lo que pueda en las reparaciones, entre otras cosas. Por lo menos tendré algo con lo que ocupar la cabeza después de la ceremonia.

Lia asintió a las palabras de Vicky.
-Tienes razón, buenas noches...-deseó en voz queda antes de irse, dedicando una última mirada al bulto de TJ.

Ayuda en silencio a las chica, dejarían el cuerpo fuera, y no las cuestionó, no le respondieron mucho lo que preguntó sobre el resto, aunque si quizás hubiera sido más clara con lo que quería saber, le hubieran respondido. Las ayudó a acomodar el cuerpo, y se quedó un poco más contemplándolo. " se llenará de Nieve", pensó, pero sería mejor, así no estaría merced de carroñeros, por lo menos, mientras duraba la tormenta. Se despidió del chico y entró con el resto de las chicas, hacía mucho frío.

Caminaban sin prisas pero a paso tranquilo. No había querido forzar la conversación puesto que Victoria tenía aspecto de cansancio, pero le preocupaba. Si se encontraba mal, o si estaba demasiado agobiada por todo. Si ya lo era para ella, que estaba más acostumbrada al Castillo y a lo sobrenatural, no sabía si podía siquiera imaginarse como estaría la chica que caminaba a su lado.

Llegaron a la puerta, donde les esperaba el cuerpo frío e inmóvil del suelo. Suspiró, sabiendo que la punzada de su pecho se iría con las primeras llamas. Se adelantó para abrir el portón y ver que afuera hacía un día frío pero soleado. Era mejor así. Se colocó a un lado de TJ y miró a Vicky.

-¿Lo arrastramos? Yo un lado y tu del otro. Solo para sacarlo fuera, unos metros-le comentó mirando hacia fuera y luego a a la chica.

 Desconocía la información de la que hablaban y estaba empezando a perder el hilo de la conversación, así que seguí a Lia cuando incitó al grupo a moverse hasta las puertas del castillo. 

 Mi ánimo escaso bajó más cuando mi mirada lo hizo para ver al chico. De nuevo era yo la que me encargaba de él, y a pesar ahora no estaba sola, como la noche anterior, ya de poco le valía a él el resto de apoyo, que yo sí estaba pudiendo apreciar. De haber estado sola contra Kat y la reprimenda de Himiko anoche, ahora estaría mucho peor. No resultaba un gran consuelo teniendo el cuerpo delante, que parecía que rompiera algo dentro de mi, pero era mejor que nada.

 Eché un poco de aire antes de contestar, mientras me acercaba al cuerpo y me frotaba la frente, seria. - Vamos, los demás no deberían tardar en llegar. - Asentí lo más tranquila que pude antes de que nos dispusiéramos a arrastrarlo hasta el patio interior.