Partida Rol por web

Escucho la historia de la posadera y me entristece. 

- Muchas gracias por su curación. En cuanto a Leddon, le dire a mis amigos de dar una vuelta por ese bosque de Trolls y ver si le encontramos. Si sabe algo que nos pueda ayudar mejor. Haremos lo posible por traérselo de vuelta.

Tras esto, si no me dice nada más me dispondría a volver al salón a reencontrarme con mis compañeros.

Veis salir a Thorin de la cocina algo más recuperado. La ayuda de la posadera le vino bien y al menos los dolores le han bajado un poco. 

Observa si sus compañeros aún siguen en la posada.

Sonrío ante el enano que se une a mi mesa, con una cerveza en la mano. Brindo con él. Mi ropa es blanca y limpia, y mi barba, bien recortada y con algunas zonas blancas, dando un aire de sabio y conocedor de todo lo que me venga en gana. Mi expresión es jovial y la tela que anuda mi garganta y cuelga, es al más puro estilo de la moda de las ciudades del norte. 

- Agradezco tu amabilidad, querido... ¿cuál es su nombre? El mío es Goldang. Viajo mucho hacia Cameth Brin, y he de decirte que todas las historias que has oído sobre el Castillo encantado son ciertas. Y bueno, - sonrío, - como buen comerciante que soy, o al menos, esa es mi pretensión, si necesitas más información, podría dártela por unas monedas de cobre.

Entristecido por la marcha tan repentina de mi interlocutor, sigo comiendo las galletas que me había dejado.

- ¿No quieres oír alguna de mis historias?

Pero la pregunta llegaba demasiado tarde. Me había pillado con la boca llena y su  marcha fue fulminante. Me encojo de hombros y disfruto del aperitivo acompañado esta vez, sólo de mi cerveza.

Al entrar de nuevo en la taberna, ves a todos los clientes en su sitio, algunos haciendo tiempo para salir, otros pasando el rato bebiendo. De entre los enanos Kramghrat está sentado en la mesa con uno de esos clientes. Bebiendo y charlando amigablemente, con unas jarras de cerveza. Mientras que Kraner y Rothrim están aún en la mesa que habéis ocupado para desayunar, con los platos llenos de restos de comida y las jarras de cerveza vacías. 

Me acerco a la mesa que habiamos ocupado con dos de mis compañeros. 

 -¿Alguna novedad compañeros? - les pregunto para saber si paso algo mientras yo estaba en la cocina.

- Yo traigo una, y es una misión que deberemos cumplir por esta gente, se portaron bien con nosotros. Su hijo ha desaparecido en el Bosque de los Trolls, podríamos ir a dar una vuelta y ver que descubrimos. Nos darían una recompensa si traemos a su hijo de vuelta, aunque yo creo que eso es lo de menos, deberíamos hacerlo aunque solo sea para ayudar a esta pobre gente.

- Te veo con mejor cara Thorin, me alegro - dijo dando una sonora palmada en su espalda. Escucha el relato de Thorin y añade: 

- Sí, Turlin también me ha contado esto y aunque el riesgo no revierta en grandes tesoros y fortunas, deberíamos intentar ayudar a esta gente. Hacer limpieza de trolls ya es bueno de por si.

- Nos quedaría hablar con el mercader. Mientras Kramghrat acaba de hablar con ese hombre voy a preguntarle si sabe algo de interés.

Rothrim va hacia la mesa del mercader.

De pie delante de la mesa de Falen.

- Muy buenas, buen hombre. Mi nombre es Rothrim hijo de Druin. Comenta el posadero Rubb que nadie más conoce tanto como usted lo que se acontece en el Bosque de los Trolls y sus alrededores. ¿Es eso cierto? ¿Qué sabría contarme?

-Soy Kramghrat "Barba de Plata", es grato ver que por fin alguien habla mi idioma.-dijo el enano ofreciéndole la cerveza y tocando su bolsa de monedas.- No se si estarás interesado o no, pero el mayor de los Ameman quiere empezar a recorrer la senda del mercader y busca patrón, tal ves tú estés interesado. ¿Con qué comercias si puede saberse? Soy un maestro artesano entre los míos, si sabes de alguien que busque un trabajo diligente envíamelo y no quedará descontento. ¿Qué nuevas se escuchan por Cameth Brin?He oído que la Dama Vulfredda no tiene en mucha estima a mi gente, tal vez tú puedas explicarme el por qué de dicha situación. Soy todo oídos a aquello que quieras compartir conmigo, no temo desprenderme de algo de cobre si me complace lo que escucho.-el enano se sentó ha hablar tranquilamente con el mercader.

Me acerco a la mesa que habíamos ocupado con dos de mis compañeros. 

Rothrim Volvió a la mesa con Kraner y Thorin, para contar lo que había descubierto charlando con Turlin.

Rothrim va hacia la mesa del mercader.

Sonrío ante la interrupción de Rothrim y con un gesto de mi mano, le indico que tome asiento. Mi cuerpo, pesado y no tan joven como me gustaría, demuestra que la buena vida y el comercio  no me ha ido tan mal. No me gusta hablar a las personas de lejos, y mientras más cerca y más contacto tenga con ellos, mejor para el negocio. Le toco el hombro cuando comienzo a hablar, para entablar lo que se suele decir una amistad comercial. Un lazo de unión.

- Efectivamente, he escuchado testimonios frecuentes de extraños y aterradores sucesos que ocurren en un castillo del Bosque de los Trolls, abandona hace mucho tiempo, que se encuentra a medio camino entre esta posada y la vieja ciudad montañesa de Cameth Brin. Yo mismo cuando paso por delante del castillo, aprieto el paso y no miro hacia atrás por miedo. El castillo se encuentra a dos o tres días de marcha en dirección norte y justo al este del río. Se rumorea que el Castillo está deshabitado pero lleno de tesoros. - Levanto la vista y señalo al borracho que está en la barra. - El bueno de Greep, puede contar más acerca del Castillo.

Miro receloso la bolsa de cuero, presuntamente llena de monedas. Luego, miro hacia los demás clientes de la posada y el movimiento continuo de los Enanos. Era muy sospechoso todo. Pero por ganar unas monedas estaba dispuesto a cualquier cosa. 

- Aquí no me siento cómodo hablando. Hay oídos y ojos por todos lados, incluso aquí, en la Última Posada. Me acompañas a uno de esos reservados?

Y señalo a una de las dos habitaciones pequeñas, que hay en la pared este de la taberna, con cortinas negras que llegan al suelo, descorridas, mostrando el interior, donde se puede ver una mesa y cuatro sillas. Sin ningún adorno más. 

El enano correspondió la mirada de recelo y guardo su bolsa dentro de su pecho bajo la pesada armadura.-Adelante, te sigo, pero espero que no intentes nada raro o ten por seguro que te arrepentirás.-dijo remugando y algo malhumorado por tanta tontería. Si aquel hombre era un ladrón, era seguro que se iba a ganar una buena tunda.

- Muchas gracias por la infotmación, voy a hablar con Greep - le ofrece la mano al mercader que tan dado es al contacto físico y va directo al hombre apoyado en la barra.

- Buenos días. Mi nombre es Rothrim, hijo de Druin - se presenta mientras se sienta al lado de Greep. - Hace un día espléndido para retomar mi camino y he escuchado que el castillo del Bosque de los Trolls es un buen sitio para conseguir riquezas porqué la gente le tiene miedo por las historias que se cuentan y nadie se atreve a ir a buscarlos. ¿Usted que cree, tiene tantas riquezas como se habla, o también eso son cuentos para niños?

Después de una corta charla, Rothrim se levanta de la mesa de Falen, el mercader, y decidido va hacia a la barra a sentarse al lado del hombre borracho y empieza a conversar con él.

Me levanto de mi asiento, con mi cerveza en la mano, y me dirijo, seguido de mi interlocutor, Kramghrat hacia uno de los dos reservados. Ambos estaban vacíos por lo que me daba igual cuál fuese. Miro a mi invitado para deducir cuál le gustaba, pero tas un instante, pienso que le va a dar igual, así que entro en uno de ellos. Me quedo en la puerta y cuando él pasa, cierro la cortina negra que llega hasta el suelo de la mejor forma posible. Para que nadie pueda vernos.

Cuando veo que Kramghrat se sienta, me siento yo en el otro extremo de la mesa.

- No es que con esto, dejen de oír lo que hablamos. Pero sería muy descarado que alguien se parece detrás de la tela a escuchar. Los oídos del Rey Brujo son necios, pero no tanto como para delatarse de una manera tan tonta. - Hago una pausa y bebo de mi cerveza. - Y bien, querido Kramghrat, ¿de que querías hablar y en qué puedo ayudarte?

El enano entrecerro los ojos en tono sombrio ante una mención del Rey Brujo tan a la ligera, escupió al suelo claramente molesto y cuando se calmó sacó una moneda de cobre y la puso en la mesa bajo su mano esperando aflojar la codiciosa lengua del humano.-Bueno, empecemos por lo ordinario ¿qué nuevas correr por estos lares y por Cameth Brin?Me gustaría saber como está el comercio en la zona, quienes son los nobles más importantes, ya sabes, si alguien tendrá dinero para pagar mis servicios serán o los nobles o los ricos mercaderes. Además quiero saber que leyes, impuestos y derechos de paso se usan por aquí. Luego me gustaría que me hablases de Dama Vulfredda y de sus problemas con los enanos, al parecer debe ser algo que viene de largo.

Por último ya hablaremos del castillo, los paramos de los trolls y por qué esta tan apesadumbrado el posadero y su familia. Si se te seca la lengua ya la regaremos con otra cerveza a cuenta mía.-Kramghrat, como buen enano, demostaba ser metodico y meticuloso en todos los aspectos, aunque también desconfiado por naturaleza.