Partida Rol por web

Ernesto, ahora uno con la madre tortuga ninja, cerró los caparazones de los ojos y meditó. Y no tardó mucho en darse cuenta de que los niños eran malos como el demonio. Pero había algo que eran por encima de su maldad: eran niños. Tramposos, rastreros, carismáticos... sin duda un enemigo digno de mención. ¿Qué haría Ernesto ahora?

El olor del cigarrito le recordó a cuando estaba en el Ayun..., Que recuerdos..., Aquéllos si eran buenos tiempos..., Cuando en las maniobras a uno lo dejaban en el desierto bocadillo de mortadela en mano.
Así que decidió que era buena idea bajar a hablar con la profesora y de paso pedirle una caladitas de eso...

Muy señores mios... -dijo haciendo una reverencia a sus compañeros. El para José va a bajar a hablar con la seño...,¿Si alguno de ustedes quiere acompañarme?.

[B]Mirad niños, os demostraré que somos magos...
Entonces volvió asomarse por la ventana para calcular la distancia de caída, al fin y al cabo su traje amortiguaría y a el golpe.

Entonces ni corto ni perezoso saltó al vacío hasta el pátio.

Mariano vio que José se adelantaba para bajar a hablar con la seño. Observó la pasividad de Puigdemont y supo que él era la única persona capaz de acompañar al veterano legionario.

-¡Essspera, Josssé! -exclamó el político gallego, lanzándose al vacío detrás del aguerrido anciano, y esperando a que el traje sirviese para amortiguar la caída. Mientras descendía, dejó escapar un grito que sonó bastante femenino-. ¡Yiaaaaah!

María intuía como podia acabar aquello por lo que regresó con calma al laboratorio, como quién la cosa no va consigo, a tratar de seguir confeccionando explosivos. No había tenido anteriormente suerte pero esperaba lograr los reactivos suficientes para preparar algún explosivo.

- Sonia, ¿me echas un cable mientras el resto va a divertirse con la "seño"? Algo lograremos sacar de todo esto, cielo.

Rebuscando los estantes, abriendo armarios, comprobando las vitrinas...algo útil seguro que lograba encontrar. No sabía que harían el resto pero esperaba que fuesen conscientes de que había una misión que cumplir. Podían parecer niñitos muy monos pero estaba segura que tarde o temprano aquello acabaría siendo una campo de batalla, y lo peor de todo, es que estaban desarmados completamente...

El presi y el rambo de Extremadura se tiran por la ventana para ver a esa supuesta "seño". Esta se aparta un poco para que no le caigan encima, y cuando está abajo, el olor del peta os inunda.

Qué pasa? Queréis un poco?

Os ofrece hierba. No sabéis si la situación es normal dentro de lo surrealista o surrealista dentro de la normalidad. 

María encuentra los componentes, están en una vitrina bajo llave. Por otra parte, esta es de vidrio. 

Mientras tanto, del perro no se sabe nada. El nini está taburete en mano, temblando de miedo y en pijama. Puigdemont y Sonia están por ahí, y Ernesto medita tranquilamente en silencio.

Qué buscáis? Os preguntan los niños-objetivo.

si, si, claro te echo una mano por supuesto digo dubitativamente mientras me debato ante la opción de dialogar con los crios, no parecen tan malos...

sabeis? segun los productos que se usan, se puede hacer magia, líquidos trasparentes que cambian de color, o que salen pompitas, son cosas muy divertidas, ya vereis, sabeis donde está la llave para abrir el armarito?

digo mientras oteo la clase buscando algo con lo que hacer palanca o la posibilidad de quegrar el cristal sin dañar los botes

El presidente del gobierno observó a la "seño". Después de tres misiones completadas, estaba convencido de que aquella mujer era de todo menos una "seño". Probablemente fuera otro alienígena más al que hubiera que cargarse, de eso estaba prácticamente casi seguro. "¡A ssaber lo que lleva esse cigarro, Mariano!" pensó para sus adentros, con horror.

-¿Quién sse ha creído usssté que essssh para ofrecerme tabaco? -exclamó, molesto-. ¡Esssh usté ruiz, ruin y misserable!

Ni corto ni perezoso, Rajoy se lanzó contra la seño y, en un intento de emular a la mítica estanquera Rainmunda, descargó un mamporro con todas sus fuerzas contra el rostro de la supuesta maestra con intención de volarle el cigarrillo de la risa y que se le cayera de la boca.

-¿Esssh que no le han dicho eso de que fumar puede matar? -le preguntó, de mala gana.

La situación había empezado descontrolarse pues José había bajado hasta allí con la intención de que la profesora le dejase unas caladitas, pero Mariano haciendo pleno uso de su fuerza aplicó la ley antitabaco y decidido darle un sopapo en mitad de los morros a la profesora.

Nooooooooooooooooooo -grito José en cámara lenta mientras acercaba una mano para quitarle el "cigarro" a la profesora antes de que recibiese el guantazo. - Que está muy carooooooooooo

Como buen fumador no podría ver esa injusticia sin hacer algo pues allí donde una colilla fuese pisoteada estaría él para defender sus derechos.

Primero era salvar el cigarro después sería sacarle a tortas a la profesora cualquier tipo de información ese era el plan.

Cómo Sonia había decidido dialogar con los pequeños y acaparaba su atención en aquellos instantes, María vió la oportunidad de seguir con su objetivo, lograr armas para cuando la cosa se torciera, de lo cual estaba segura. Viendo que las vitrinas estaban cerradas, se puso a buscar por la estancia con tal de encontrar las llaves que las abrieran pero justo entonces valoró otra opción... Bajaría hasta consergería y trataría de hacerse con un juego de llaves y algo que le sirviese para defenderse...por lo que bajó con tranquilidad para no alterar aquellos demonios con cara de ángeles.

Vale...algo debería encontrar...¿Qué hay aquí que pueda ser útil? 

Como algunos de los niños la miraban atentamente solo se le ocurrió comentar.

- Venga niños, todos a sus pupitres ¡la clase pronto va a comenzar! La señorita Sonia será vuestra profesora en el día de hoy ¡Vamos, vamos, vamos! - les apremió la joven actriz interpretando su papel. Para Sonia aquello sería un día más...o eso esperaba...

Rajoy llega a darle un puñetazo a la seño, y antes de que esta caiga al suelo, dos niños se le lanzan. Estos pegan unos saltos altísimos para su corta estatura, y se enganchan con sus puntiagudos dientes de leche en el presidente del gobierno. Uno en la pierna derecha y otro en el torso, así que si quiere andar, saldrá cojeando. Al menos no le hacen gran cosa... de momento. Pero el presidente tiene un mal pensamiento, porque los niños no sólo muerden, sino que hacen una ventosa con la boca. ¡le están chupando la sangre!

Otro niño se lanza contra José, que no estaba más preparado. Este se le engancha en el brazo izquierdo, y ocurre exactamente lo mismo. Lo curioso de las 3 criaturitas, es que si bien se enganchan, no parecen pelear. Por lo visto sólo quieren vuestra sangre. A José si le hacen un punto de daño -le pillarían algún nervio o algo-

Sonia no encuentra nada apropiado, así que deduce que lo mejor es cargarse el cristal. 

Por su parte María, que habló con los niños, obtuvo la siguiente respuesta:

Y cómo entramos? si alguien ha puesto los pupitres en la escalera...

-¡Quitadme de encima a esssstosssssh malditosssssh niñossssssh comunistassssssh! -bramó el presidente del gobierno, tratando de llamar a sus compañeros y sintiendo cómo aquellos "vampiri-niñoss" comenzaban a extraerle la sangre a través de la ventosa que llevaban en la boca.

Sin darle muchas vueltas y sin preocuparle en ningún momento que el Defensor del Menor pudiera encontrarse escondido en cualquier rincón de aquella maldita escuela, Mariano Rajoy echa a correr contra una de las paredes y, presionándola con su vientre, trata de espachurrar al niño que lleva enganchado en el torso con intención de que la presión entre su traje y la pared termine por reventar a tan maligna criatura.

-¡Essstossssssh ssson peoresssssh que lossssssh catalufosssssssssssh, te lo digo yo, Jossssé! -exclama el político gallego, hablando mientras realiza un gran esfuerzo por destrozar al niño.

Aquellos pequeños cabroncetes le estaban chupando la sangre y José notaba como la vida le iba siendo drenada poco a poco a cada dentellada.

Aaaaaghhh..., ¡Malditos mocosos! - dijo mientras agarraba al chiquillo con las dos manos y tiraba hacia atrás para que soltase su presa.

Entónces recordó..., Recordó lo que había desayunado como cada mañana desde hacía 60 años..., Un diente de ajo crudo..., hacer aquello le había venido perfecto para el tránsito intestinal además de que nunca había cogido un resfriado.

¡¡Toma pestazo bixo!! - y abrió la boca y exhaló su pestilente aliento hacia el pequeño infante asesino.

María se quedó pensativo ante la lógica respuesta de los pequeños, igual no eran tan estúpidos como pensaba. Rápidamente trató de tomar las riendas de la situación.

- ¡Tenéis toda la razón! Con todas las sillas y pupitres en la escalera no podremos hacer clase... Mmmm... Veamos... ¿Quién puede haber sacado todo eso ahí fuera? Está claro que quería hacer novillos y librarse de la clase... Aguarda unos segundos haciéndose la interesante y levantando el dedo como si hubiese tenido una idea brillante comentó. ¡El que encuentre al culpable y le dé una paliza, le daré un positivo! Sé que es uno de todos vosotros y la única forma de averiguarlo es... Entonces empujó a dos de los pequeños dándoles un cabezazo y gritó. ¡Pelea, pelea, pelea!

Rápidamente se alejó disimuladamente hacia atrás mientras aplaudía y sonreía como si todo estuviese genial. Ningün niño en su sano juicio dejaría escapar una oportunidad de pelear sensible les daban permiso, ley de vida.

El que encuentre al culpable y le dé una paliza se llevará un positivo...

Los chiquillos reaccionan ante el ataque directo de María, ¡y si le dan una paliza recibirán un positivo! Blanco y en botella: 6 de esos demonios se lanzan contra su víctima. Las mesas de la escalera no parecen pararles, pues estos no son conscientes de su ínfimo peso (20 kilos). ¿Pero qué pasa cuando juntas a 6 niños de 20 kilos? 120 kilos sobre el cuerpo de la actriz, que no podrá moverse a no ser que pase la tirada correspondiente. Por si fuera poco, los niños tienen una ventosa en la boca para chupar sangre, por lo que quitan vida poco a poco. 

José utiliza aliento pestilente... y no es muy efectivo. El niño, sin soltarse, comienza a berrear. Parece que por un momento deja de chupar sangre, pero luego sigue.

Mariano Rajoy por su parte se muestra más dispuesto por maltratar menores, una reacción muy lógica dada la situación. Achuchándolo contra la pared no consigue que se suelte, y eso que los niñitos están sangrando hasta por las orejas. Menos mal que tiene su preciado traje...

los niños siguen chupando sangre: a Mariano le quedan 5 puntos de vida, y a José, 4.