Partida Rol por web

María recordó sus días de instituto, cuando le obligaban a jugar el partido de rugby en la clase de educación física, le lanzaban la pelota , la sostenía un segundo y al momento era pisoteada, apaleada y una torre de cuerpos aplastaban su cuerpo. La situación era similar a la que vivía en ese instante y actuó como había aprendido a hacer...orientarse a duras penas entre todos los cuerpos y con sigilo, tratar de salir sin ser vista de la torre. Si en el instituto le funcionaba...¿Por qué en aquella situación no? Pateó las sillas y mesas para que cayesen escaleras abajo se mientras se revolvía  y trató de salir por patas de allí...su mente no dejan de pensar...

No abras la boca y sal como puedas de aquí...acabarán pegándose entre ellos, todos los niños lo hacen...frases como... ¡Me has pisado! ¡Yo he saltado primero! ¡Me haces daño en la mano! ¡Tu cabeza está en mi pompis! ¿Quién se ha tirado un pedo? Todas aquellas cosas, vaya...

-Josssse, creo que de esssta no salimossssssssh -dice el bueno de Mariano, anonadado al comprobar que los dos niños continúan vivos, a pesar de que ha estado espachurrándolos contra la pared-. Hay que bussssscar una forma de quitárnosssslossssh de encima.

Asumiendo que la única forma de que aquellos niños dejen de chuparle es maltratándolos a lo bestia, Rajoy ejecuta un salto contra el suelo desde su posición, con intención de aplatar bajo su cuerpo a los niños en la dura caída. "Ssssi a Batissssta el de la WWE le funciona, puede a mí también" se dice, convencido.

Al ver a su compañero realizar la maniobra de lucha libre José se envalentonó e hizo lo propio.

¡Marianooooo! - grito al presidente del Gobierno que ella se encontraba suspendido en el aire. Hagámos la maniobra de los hermanos sacamantecas..., ¡Kiiiiaaaaaa!

Comenzó a doblar las rodillas para coger impulso y cuando el presi estaba cayendo salto a su encuentro con toda la fuerza que le daba su traje, aquellos pequeños cabroncetes no aguantarían el impacto de uno contra otro a esa velocidad y estallarían entre trozos de carne, hueso y dientes.

trato de romper el cristal de la vitrina para acceder a los botes con algún objeto contundente que tenga cerca,o alguna de las sillas que no se hubieran usado en la barricada

madre mia, que barbaridad, tengo que rescatar a Maria!!! vaya grupo de salvajes!!

María ve la salida claramente en teoría, pero la práctica no es tan sencilla. Los niños están enganchados a ella, por lo que tienen que mover más de 100 kilos de peso si quiere desplazarse. Aquí la orientación y el sigilo no le valdrán de nada. Hay que emplear la fuerza bruta... o alguna otra cosa. ¡Pero ya!

Sonia consigue al fin romper el cristal con el taburete que tenía el nini para que no se le lanzaran encima. Todos esos productos están al alcance de su mano, ¿Qué hará con ellos?

Mariano y José intentan saltar. ¡Pero los niños pesan una jartá! A pesar de que llevan el traje, no consiguen levantarse del suelo tanto como les gustaría. De hecho, fue más efectiva la vez en que aplastó a uno de ellos contra la pared. 

Mientras tanto, ¿Dónde está la profesora? y ¿por qué estos cabroncetes no dejan de chupar sangre? Mariano pierde dos puntos de vida, empieza a sentirse cansado. Y José, como si nada, el tío. 

-¡Socorro! -exclamó Mariano Rajoy, con una voz increíblemente aguda-. ¡Essssto essssssh muy dolorossssso! ¡Me essstán chupando demassssiado! -Se fija en su compañero de equipo, que se encuentra en similares condiciones a las suyas-. ¡Hay que acabar con esssstossssssh niñosssssssh de Ssatanássssssh!

Viendo que había tenido más éxito la primera vez, Mariano saltó hacia atrás para hacer impactar al niño contra una de las paredes. Sin embargo, lejos de espachurrarlo contra la pared como había hecho antes, ahora opta por una nueva estrategia, que consiste en golpear la cabeza del pequeño contra la pared, una y otra vez, con intención de reventarla. "Ssi no hay cabeza, no habrá dientessssssh con losssssh que chuparme la ssssangre" se dice el presidente del gobierno, muy convencido.

- ¡Sonia, ayúdame! Estos niños son jodidas garrapatas....¡juraría que hasta tienen ventosas para pegarse!

Maria empezaba a estar desesperada tratando de zafarse de la amenaza y golpeaba, aplastaba, machacaba y lanzaba dentalladas, puñetazos y cabezazos para salir de allí. Entonces pensó...

¿Cómo coño retiras una garrapata? La impregnas con alcohol, amoníaco o similar y presionas hasta que logras sacarla...

- Espárceles por encima el alcohol, amoníaco y lo que encuentres. ¡De alguna forma deben soltarse! 

Al ver que su táctica no había funcionado José estaba cada vez más nervioso pues ya se le iban acabando las ideas. Además estaba el problema de Mariano que cada vez parecía más afectado por el mordisco del mocoso.

¡Mariano!, ¡A los ojos!, ¡Apuntale a los malditos ojos! – Gritaba a su compañero de faenas mientras puso los dedos corazón e índice lo más rígidos que pudo.

Entonces descargo sus dedos contra los ojos del pequeño vampiro que estaba devorándolo.

Era cuestión de vida o muerte que se quitara a ese parasito de encima pues ni tan siquiera el traje GANTZ era a prueba de aquellos colmillitos afilados como agujas.

Entre los frascos rebusco algun producto corrosivo o en su defecto la mezcla anteriormente mencionada para rociar a los chiquillos con ella.

¡¡El CONOCIMIENTO NOS HARA LIBRES!!

Mariano Rajoy y José Valencia siguen "enredados" con los niños de boca hambrienta. El primero no consigue nada, aunque no por falta de ganas, más bien por pura mala suerte. Deben de ser los nervios o algo. En cuanto al segundo, más de lo mismo. Bueno, consigue hundirle los ojos para dentro, que no paran de sangrar. ¡Pero el mamón no se suelta!

Y qué hay de los chupasangres? Pues Mariano está ya MUY cansado. Está a puntico de caramelo. Y José, que más le vale soltarse pronto o acabará como el presi.

María, a pesar de cargar con 120 kilos de dientes, consigue imponerse un poco. A un niño se lo carga, aunque el cabrón sigue enganchado. Y a todos los demás, les da una buena tunda, pero los angelitos siguen mamando como si fuera su madre. No literalmente, claro. 

Y Sonia, que rebusca algo corrosivo, y ahí está: una mezcla peligrosa. Sin esperar mucho, se la echa a los niños por encima ¡y sin rociar a María! El resultado es que esos valientes hijos de puta dejan de chupar en el acto. Mano de santo. 

-Essstoy muy cansssado... -dice Mariano Rajoy, con sus fuerzas al límite-. Pensssemossssssh que haría Pedro Ssssánchez en nuessstro lugar. Él sssiempre sssobrevive a lossssh hechosssssh mássssh inesssperadosssssh...

Con esas palabras y con los ojos cerrados de puro agotamiento, el presidente del gobierno se desploma desfallecido contra el suelo, haciendo un último intento por aplastar a aquel endemoniado niño bajo el peso de su cuerpo.

¡Mariaaaanooo!, ¡No te rindas!,¡Sigue luchando contra esa cosa! , Acuérdate de las tácticas que utilizaban los curas en el colegio..., Tirale de la patilla o retuercele la cabeza - gritó mientras forcejeaba con aquella criatura.

Mecagón to..., Bicho del demonio..., Ahora sí que te vas a enterar

En ese momento introdujo más aún los dedos en los ojos del infante y agarrando fuerte empezó a retorcerle la cabeza como si fuese una botella de champagne.

¡Que te descorcho el melón!

María pudo tener un respiro para retomar  la compostura ante el ataque indiscriminado de aquellos chupopteros. Había logrado acabar con uno, malherir a varios y solo cuando Sonia llegó como un ángel exterminador caído del cielo a rociadores con los productos, se le soltaron del cuerpo. No estaba dispuesta a recibir otro ataque similar, por lo que empujando sillas, mesas y al Nini escaleras abajo como sacrificio para que los niños sanguijuela se mantuviesen ocupados, María decidió subir a la terraza donde probablemente estaría el tanque gigante de nitrógeno líquido. Quizá rociarles y dejarles congelados para posteriormente destrozarlos como a un cristal era la mejor opción. Fuese como fuese, el Nini pareció leerle las intenciones porque se agarró desesperado a los barrotes de la escalera para no caer. Ernesto seguía con síntomas de estar con una sobredosis de caballo y Puigdemont se mantenía allí sin moverse ¿Que hacían? ¿Por qué nadie la había ayudado salvo Sonia?

- ¡Nini! O nos ayudas o te aseguro que te lanzo escaleras abajo, que estamos todos juntosjen esto.¿Te queda claro? Muévete y obstaculiza el avance de esos engendros ¡Ya! - le gritó al Nini sin ningún atisbo de compasión y después miró a Puigdemont. Lo mismo va por ti, indepe, ¡Haz algo! 

- Sonia, voy a la terraza. Allí debe de estar el tanque de nitrógeno líquido a casi -200°C... Voy a intentar congelar y destruir a esos repelentes seres ¿Me ayudas? Olvídate del Nini y Puigdemont...el Nini nunca ayudó en nada en ninguna misión y Puigdemont parece querer seguir el mismo destino. Esto depende de nosotras y de los otros dos que estarán a base de mamporros con "la seño" ¿Estás conmigo, cielo? ¡Debemos sobrevivir a esto! Sígueme con sigilo...

Solo Sonia parecía estar dándolo todo, o se ayudaban entre ellos o serían historia. Y María no pensaba morir allí, vaya que no.

tras un momento de vacilación asiento ante las palabras de maria y cogiendo el taburete la sigo en dirección de la azotea

¿Un tanque de nitrógeno liquido en la azotea? con suerte puede que haya uno de gas o un depósito de agua que podamos usar

paro en seco y vuelvo hacia el armario.

Maria, ayudame a buscar elementos metalicos alcalinos, litio, sodio, potasio, rubidio... hacen una reaccion muy violenta con el agua, podemos liarla un poco parda si hay bidón cisterna en la azotea

Mariano se rinde escuchando los ánimos de su amigo, el legionario extremeño. Intenta aplastar al niñato bajo su cuerpo, pero es en vano. Ahora mismo está a disposición de los chupasangres. En ese momento...

PLOP!

José descorcha a uno... más o menos. En lugar de descorchar la cabeza, descorcha el cuerpo. El niño está obviamente muerto, pero la cabeza no se suelta. Al menos ha dejado de chupar sangre, ¡y no tiene que cargar con el peso del cuerpo!

Ahora que José Valencia está más libre, el problema es Mariano Rajoy. Aún tiene a dos niños enganchados. Uno chupa, y el otro se desconcentra con lo que le pasa a su amigo, lo que le deja con... ¡su último punto de vida!

María se pone guerrera y obliga al nini emo a reaccionar. Este, que tiene un taburete en la mano cual domador de leones, le responde:

Y un carajo, a ver si ahora me van a comer a mí, que no tengo traje ni ná!

Así que habrá que darle un buen pescozón. 

Mientras tanto, ella sabe que habrá un tanque de nitrógeno líquido para uso del personal autorizado (que ahora mismo son ellas dos las más autorizadas), así que se escabulle hacia la azotea. Pero no del todo sin ser vistas...

Sonia, que no se le ocurre otra idea mejor, sigue buscando líquidos entre las estanterías. 

Cuando llegan al tejado, se dan cuenta que allí está la profesora. Está acojonada, con un ojo morado. También está el perro, tomando la fresca y jadeando un poco. Os mira sin mucho interés. Pero lo más obvio es el gran tanque de nitrógeno líquido.

Chicas, ahí abajo está el de la ley antitabaco, que no me deja fumarme el petilla en el recinto escolar. No bajéis que os cruje.

El bueno de Mariano ve cómo el Rambo Extremeño aniquila a uno de los niños, arrancándole la cabeza al descorcharla, como si se tratase de una gamba, y decide intentar hacer lo mismo con el niño que le está chupando la sangre.

Agarrándolo con fuerza por la sien, el presidente del gobierno intenta desenroscarle la cabeza al niño, mientras en el rostro de Rajoy aparece una expresión de furia furibunda.

-Eressssssssh ruiz, ruin y missserable -le espeta el presidente del gobierno al pequeño mientras trata de arrancarle la cabeza.

María no era muy docta en química y solo tenía las bases más elementales. Aún así, trató de hacer memoria de cuando iba a bachillerato y se tenía que aprender las reglas nemotécnicas...

- A ver Sonia, corrigeme si me equivoco que aquí hay muchos botes con distintas fórmulas. Los gases nobles eran... (He)l (NE)gro (Ar)diente (Kr)quiere (Xn)Sexo (Rn)rápido . Los Alcalinos... (Li)(Na) (K)que (Rb)robaba (CS)costo y (Fr)farlopa... Listo cielo.

Con los botes de reactivos en la mano subieron hasta la azotea y allí estaban los tanques. El de nitrógeno líquido solo necesitaba acoplar la manguera para rociar a los cabroncetes que tarde o temprano subirían. El tanque de agua lo dejaría a manos de Sonia para que lo empujara y le cayese en la cabeza al tipo de la ley antitabaco que la profesora advirtió.

- Pues no se hable más, profesora. Ayude a Sonia y lanzad el tanque con los reactivos, procurad apuntar bien que también están allí nuestros colegas. Yo me encargo de los peques que ya se oyen por las escaleras que llegan aquí... Parece que Puigdemont, el Nini y el vagabundo no los están conteniendo mucho que digamos... ¡Es cosa nuestra, chicas!