Partida Rol por web

Sólo el sonido del carruaje os mantenía despiertos. Días andando sin ver un sólo pueblo, sin poder disfrutar de la compañía de nadie aparte de vosotros mismos.

El viaje desde el Paso había sido tranquilo, sin incidencias. Las continuas bromas del Paladín y del mediano hacia el estirado mago y hacia los "Bárbaros" del grupo, hacían más amena la caminata. Éstos últimos gruñían y se quejaban del trato, pero en el fondo se divertían y de vez en cuando respondían lanzándose sobre algúno de los bromistas y "jugando" mientras se daban cariñosos puñetazos.

El clérigo les regañaba, diciendoles lo infantil de su comportamiento, a lo que éstos respondían con risas. Así transcurrían los días, con el grupo conociéndose más a fondo y las ganas de llegar a algún lugar.

A medida que viajabais, pasabais a trevés de preciosos bosques y profundos valles, hasta que vuestros pasos os condujeron hasta Kingsholm. A pesar del nombre pretencioso, el pueblo es pequeño y tranquilo, Al menos lo era hasta que los problemas comenzaron...

Al llegar al pueblo, que no tenía ni murallas defendidas, los guardias os salieron al paso. Tras reconocer en vosotros a un grupo de mercenarios, os dieron la bienvenida y las señales de la ciudad. Todos coincidisteis en que el mejor lugar para empezar vuestro "turismo" en aquella ciudad era la Taberna de "El Maíz y la Col". Quizás el semi-elfo conseguiría compartir camastro con algúna bella dama. El enano tragaría cerveza hasta caer desplomado y, con un poco de suerte, conseguiría que ésta vez se le uniera la bella Weelksy. El resto de los miembros del grupo entendían la taberna como un lugar dónde poder almorzar algo "decente" y quizás, ¿por qué no?, encontrar algún trabajillo que les permitiera seguir en el camino.

Asi pues, os dirigisteis hacia allí y una vez dentro os sentasteis en una mesa. La posada estaba bastante tranquila y no había más de tres o cuatro personas en ella. Una bella (pero "gran") mujer se acercó a la mesa...

- ¡Oh! - Exclamó como si fuese algo raro - Un grupo de mercenarios - Para ella significaba beneficios asi que os trataba con especial respeto - ¿Me dirán los caballeros, y la señorita, qué van a tomar?

Brrbrrbrrmrmrmrrbbrrbhrhrhrhrmrmrbhrhrh rbrrmrmhhh.. .. .

El enano murmura entredientes una sarta de ininteligibles gruñidos mientras caminan ya casi llegando a aquel nuevo pueblo. Cuando está a las puertas se detiene y lo mira ceñudo, por algunos edificios de piedra parecía que había enanos cerca rondando lo que para él era un disgusto. Resopla bufando y entra a la taberna el primero apartando la puerta con brusquedad y sentando sus posaderas pesadamente en un taburete que no puede hacer más que crujir ante su peso.

Aporrea la mesa hasta que la camarera se acerca, a la cual examina de arriba a abajo con una sonrisa - ¡¡Saludos herrrrmosa!! ¡Eso si son carnes y no lo que le echan en mi casa al caldo! -comenta haciendo referencia a las generosas lorzas- ¡Jojojojojojo!!!!!-rie gangosamente y mira a sus compañeros esperando que alguno le siga la gracia- Bueno , bueno.. ¡¡Yo quiero dos barriles de cerveza y para mi amiga la peliroja uno menos, que aun es una niña! ¡Jajajaja! Ah si... invita el rubito !

Tengo un caballo al que me gustaria que alimentarais y dierais cobijo para esta noche -les respondio Hassem, señalando a su carruaje- y tambien me gustaría guardar el carruaje en un lugar seguro. Tengo muchos libros que no me gustaria que se perdieran.... ya me entiendes. Por mi parte no tomare nada, si acaso un vaso de agua, pero si me gustaria alquilar una habitacion, y supongo que a mis compañeros tambien -sin hacer una pausa añadió rapidamente mientras le tendia la mano a la posadera-. Soy Hassem, Excelentísimo Juez de Tyr, y estos son Aaron, Therion, Thognar, Anur y la señorita Weelksy.

Un placer señorita posadera- dijo el mediano mientras hacia una inclinación algo exagerada- como bien ha comentado nuestro amigo el mago, si nos gustaría una habitación para descansar. Si le queda alguna libre, claro- le guiña un ojo mientras mira a su alrededor- no hay mucha gente al menos por aquí- murmura- ¿pasa por este lugar mucha gente, señorita?- pregunta Therion.

La posadera mira con expresión dura a Thognar, pero de nuevo pensando en su bolsillo, decide guardarse las malas palabras. Es realmente el mago quien le saca del apuro, pues con su intervención cortés, devuelve la sonrisa a la cara de la dama.

- Claro, señor, hay unos establos detrás de la casa, donde puede guardar ambas cosas, el carruaje podría entrar en una de las cuadras y dejarlo bajo techo, si le parece bien. En cuanto a las habitaciones, claro que hay libres. El negocio va por épocas como se podrán imaginar, a veces hay mucha gente, y otras...

En ese momento un fuerte golpe interrumpe a la posadera.

Una puerta se abre de golpe y una mujer grande, vestida con armadura, sale de la misma. Lleva una espada al cinto y parece muy enojada. Detrás de ella salen un hombre y un enano. El hombre parece asustado, el enano en cambio sonríe divertido.

- ¡No lo entiendo, Ian! ¡De verdad, no lo entiendo! - la mujer demuestra que su enfado es real, gritando sobremanera mientras da cuatro pasos hacia la salida. Justo después se detiene y se da la vuelta acercándose al hombre. Le toca con un dedo en el pecho, empujandole un poco, y después se da la vuelta hacia la puerta de nuevo - ¡No sabemos lo que está pasando!

El hombre tiene los brazos externdidos delante de él, como diciendo que no puede hacer nada. Entonces, se fija en vosotros y se acerca hacia vuestra mesa.

El hombre se acerca a vuestra mesa. Su gesto es triste y preocupado. Inmediatamente comienza a hablaros.

- ¿Sois mercenarios, verdad? - Parece casi más una súplica y realmente es una pregunta estúpida, debido a vuestras pesadas armaduras y vuestras enormes armas. Os mira en parte suplicante en parte desafiante, como si os retara a negar lo que erais - ¿Sois aventureros, verdad? Necesitamos a tipos valientes y capaces, y los necesitamos ya,... ¡Pagaremos con mucho gusto!

Casi dando por sentado que os había contratado, quizás por las prisas y los nervios, continúa hablando.

- Mia me ha dicho que hay algún tipo de problema en el viejo cementerio. - La mujer del uniforme, se ha cruzado de brazos y os mira con gesto serio. El hombre le señala con la cabeza, dándo a entender que ella era la tal "Mia". Se le nota el enfado tremendo que tiene, lo cual mantiene en tensión al resto de los asistentes, al menos, a los que la conocen. -  Necesitamos vuestra ayuda, y la necesitamos ahora - No se atrevía ni a decir la palabra "Por favor" por si os negabais,...

 Weelksy estaba a unto de pedir que le trajeran algo, tras dejar su mochila en el suelo, junto a sus armas cuando en ese momento entra ese trío. Una mujer vistiendo armadura, espada en el cinto y esos dos detrás. Parece cabreada, parece ser que suele ser el caso de las pelirrojas, somos de genio pronto. Una sonrisa se asentó en sus carnosos labios.

 Parecía dispuesta a pedir algo a la posadera cunado el tipo del pelo oscuro les asalta, con cierta desesperación contenida en su voz, suplicando ayuda. Weelksy se cruza de brazos esperando que termine de explicarse...

Thognar mira aún más ceñudo a aquel mascachapas que se les acerca a aguarles el descanso. Gruñe entredientes hasta que al final vuelve a terminar resoplando.

¡Por los huevos verrugosos de un troll de las cienagas! ¡¡¡Perrrrrro si no me he bebido ni una jarrra todavía! -reprocha molesto y se cruza de brazos, no parecía tener ninguna intención de moverse de allí hasta que le trajeran lo que había pedido. A no ser que.. - ¿Nos pagarrrreis , eh!? ¿Ah si!? Y de cuánto estamos hablando, HrmrrmMh? ¡No soy ninguna herrrrmanita de la caridad! 

Ian... ¿este es tu nombre, verdad? -sin esperar respuesta prosigue- ¿Por que no te sientas y nos cuentas todo? Invita a sentarse a tus compañeros, que no se queden mirando de pie. Contadnos todo, con detalles, y cuando termineis, no quiero parecer irrespetuoso, pero tambien hablanos del pago ya que no somos una cofradia de Ilmáter -Hassam rie entre dientes con su "chiste" tonto, e intenta que le imite Ian para que se relaje un poco.

El joven paladin ni siquiera acababa de acomodarse, cuando les abordan con problemas... Tan solo habian puesto pie en el pueblo, el ni tiempo habia tenido de "echar ojo" a la clientela del local, quitarse la armadura o... por Sune!, siquiera acomodarse en un asiento y disfrutar de una comida caliente!... cuando un hombre que ni siquiera se presenta como es debido les habla de problemas en el cementerio local. Suspirando levemente, pasea la vista por el trio local. La mujer es atractiva, sin exagerar, otra de armas tomar...

*La bendicion de cabellos de fuego no cae sobre ellas todavia...+piensa, para luego mirar al enano un instante, digamos tomando nota de su presencia, aunque no fuera digna de mencion. Luego vuelve la atencion a la conversacion, que el mago conduce correctamente a serenar al hombre y permitirle explicarse. Sin embargo no puede dejar pasar el dato sobre los ilmaterinos...

-Por favor, señor Hassam, no nos tomemos en broma a esas humildes almas, que tratan de aliviar los dolores de este mundo a la gente... +le indica, en tono suave. Luego su mirara azulada y calida se vuelve a Ian+ Sin embargo, como bien dice mi compañero, lo mejor seria que os sentarais, señor Ian,  y lo mismo para vosotros, señorita Mia y ... señor enano. +casi se atraganta con esto ultimo, pero la vacilacion es imperceptible+ Explicaos con calma, que las prisas no conducen a nada bueno... Si esta en nuestro poder ayudaros, no pongais en duda que lo haremos con nuestra mejor voluntad y mayor entusiasmo...

Les indica los asientos de la cabecera de la mesa, mientras toma otro por su lado, junto a Hassam. No dice nada de el dinero, de momento. No por mogigato, sino que como ex negociante, sabe que lo mejor es entrar en confianza primero y luego hablar de numeros...

Regresando de haber dejado su montura en la cuadra, el clérigo vuelve con sus cosas en brazos, con la mente fija en una blanda cama.

Al entrar a la posada ve que Anur invita a dos personas, se acerca un poco y aun de pie y habiendo escuchado lo que dice el joven agrega.

- Buenas, señor, señorita.

Acerca una silla para colocar sus cosas y permanece de pie atento a lo que sucede.

 Que suerte la nuestra, llegar aquí y encontrar una posible aventura- el mediano no cabía en si de gozo. A decir verdad, temía que el lugar fuese no hubiese mucho que hacer... para un grupo como ellos, se entiende. Sin embargo, no había sido así por lo que veía- Tymora me sonríe, esta claro.

Therion se mantuvo a la espera para  que contestasen las preguntas del mago y el paladín.

Ian agradeció con un gesto las palabras del mago y del paladín. Se sentó en la silla ofrecida y sonrió tímidamente hacia sus compañeros. El enano, sin decir nada, aún con la sonrisa maléfica en su cara, se sentó en la otra silla. Resultaba gracioso como le colgaban los pies por encima del suelo. Mia, en cambio, se mantuvo de pie, con el gesto serio, como estudiándoos.

Ian se giró hacia vosotros de nuevo, se tocó los ojos con el pulgar y el índice de la mano derecha. Parecía cansado. Quizás la conversación había durado horas, y la solución por fin parecía haberse encontrado.

Miró al enano, sólo preocupado por el dinero, y después a Hassam.

- Perdonad mis modales, mi nombre es Ian Turbrand. Soy el posadero y, en estos momentos, también el alcalde de Kingsholm. No me he presentado antes pues me veo apremiado por la confusión y la urgencia. - Hizo una pausa, para estudiarlos de nuevo, al menos estaba contento pues había conseguido que le escucharan, ahora debía de hacer una oferta suculenta, para que ellos aceptaran el trabajo que les iba a proponer. - Tres pueblerinos subieron al cementerio hará ya dos días, debido a la muerte reciente de un familiar, debían de preparar la capilla y el entierro. Los miembros de la familia, la madre, su marido y su hija, aún no han regresado. Cuando sus familiares avisaron a la guardia de la desaparición, dos centinelas, que son, por asi decirlo, la guardia de la ciudad, subieron a investigar y tampoco han vuelto. Mia ha dicho que no quiere enviar a más centinelas.

Asi que la mujer era la Oficial de más rango dentro de la guardia de la ciudad. Seguramente habría pocos "centinelas" en un pueblo tan pequeño, y seguramente sería ésto lo que la tenía tan enfadada.

Thognar frunce mucho el ceño. No le hacia ninguna gracia el meterse en cementerios y mucho menos lo que se imaginaba iba a ser luchar contra muertos en vida. Pero no era ningún cobarde, vaya que no lo era.

Hrmmrmrmrmrmr un placerrrr señorrrrr Ian - añade con algo mas de respeto al enterarse de que es el posadero y dueño de toda la cerveza de la región- ¿Tanto miedo os dan las tumbas que ni siquierrrrra va la señorrrita jefa de la guarrdia a mirar?-examina a la mujer con una sonrisa socarrona- O es que hay algo mas que no nos habeis contado? Hmrmrmrm..¿Brujerias que alzan muertos tal vez? 

Se mesa la barba mirando a unos y a otros.

Y seguis sin responderr nada sobre la rrrrecompensa. Aunque siendo el posaderrrrro local seguro que podemos arreglar algo con oro y algunos barrriletes de cerveza.. ¡Jojojo! 

Esta vez fue Mia quién interrumpió la conversación.

- Los centinelas que envié eran un enano llamado Dornal y una mujer llamada Zeera. Eran guerreros entrenados de mucha valía. Estoy segura de que su desaparición es debido a "algo", o a "alguien", desde luego, no es fortuita. Aunque yo sea la guerrera con más experiencia del pueblo, conocía la capacidad de los dos centinelas que envié, y... - baja la cabeza - estas cosas no deberían de estar pasando.

- Perdonadnos - se adelanta a decir Ian - Realmente, ésta situación nos puede. En ningún momento de la historia, que cualquiera de nosotros pueda recordar - y algunos de los pueblerinos son enanos de mucha edad - nunca nada raro pasó en el cementerio. Siempre hemos considerado nuestro cementerio como algo de mucha importancia, y ésto es, porque la gran estatua del rey protege la zona. A... ahora, parece que la protección del rey ha desaparecido. Y realmente desconocemos que es lo que está sucediendo allí arriba. No es que estemos asustados - nunca lo reconocerían - pero al veros, he pensado que sería mejor enviar a un grupo de guerreros mercenarios experimentados. Además, Mia no quiere enviar más centinelas, por miedo a que también desaparezcan, lo cual es bastante comprensible, dado que, ahora que hemos perdido la protección del rey, necesitamos el mayor número de efectivos defendiendo la ciudad.

Se mueve incómodo en la silla. Parece que poco a poco vais sacando más información,...

Je je je.. je.. je -rie gangosamente y carraspea- No se a quien intentas engañarrrr querrrrido Ian. Quereis que vayamos nosotrrrros porrr dos motivos: Uno, porrque somos forrasteros a los que nadie va a llorrrar o echarr en falta  y dos; porrrque si no volvemos tampoco, no teneis que pagarrrnos.

Sigue mesando su destartalada barba evitando mirar al otro enano.

Así que como mínimo exigimos un dinero porrrrr adelantado.

 Y dígame, señor Ian- dice el mediano tras un buen rato callado escuchando la conversación. Quería preguntar alguna que otra cosa antes de entrar en materias económicas- ¿puedo llamarle Ian? gracias- dice mientras se acomoda en su asiento- dice que no tienen constancia de hechos extraños en el pasado en el cementario. ¿Tampoco recientemente? tal vez lo que considere algo que no tiene importancia pueda tenerlo en este caso. Por otro lado, ¿sabe si ha subido alguien antes de que los susodichos campesinos desaparecidos?