Partida Rol por web

Un ligero chasquido fue lo que escuchásteis tras aquel arbusto. Fue grande vuestra sorpresa cuando, al acercaros tomando todo tipo de precauciones, lo que vísteis tras éste era un joven que rondaría la veintena de edad. Parecía asustado, su tez se mostraba blanca y sudorosa, como si hubiese sido partícipe de una escena de terror, se mostró inmóvil cuando le hubísteis descubierto.

Tu cuerpo no reaccionó cuando aquellos extraños se acercaron al lugar en el que te encontrabas, creías que no te habían escuchado pero ahí estaban, observándote. Deseabas correr pero tenías las piernas dormidas a causa de haber corrido durante tanto tiempo sin descanso ni preparación previa. Aquellas personas te miraban tan sorprendidos como tú, a primera vista no parecían ser ofensivos pero después de lo que habías visto ya nada podía asegurarte que estabas a salvo.

Veo al motorista tumbado en la carretera, y a dos siluetas salir del coche. Van en su ayuda. Son una chica joven y un hombre. No puedo quitarme el recuerdo del caníbal de mi mente, y pienso que es él que viene a por mí. Estoy muy cansado, estoy agotado. Ahora parece que vienen hacia aquí. Me escondo lo mejor que puedo entre estos arbustos. Quizá no me vean, quizá... mierda. ¡Me han visto! - ¡No! ¡Noooo! - trato de moverme, trato de levantarme y correr, pero mis piernas no reaccionan. Lloro. Estoy aterrado, cada vez están más cerca. En mi mente veo vísceras y miembros amputados. - ¡No me comáis! ¡Por favor! ¡Noo! - mis gritos son de angustia, de impotencia, de súplica. Entro en pánico, tiemblo del miedo, hinco mis dedos en la tierra y me arrastro en una vana huida. Golpeo el suelo con mis puños. Lloro. Lloro de rabia y de impotencia. Este es mi fin.

Al ver que aquello que estaba entre los arbustos no era nada mas que un chico, soltó un pequeño suspiro mas sin embargo, no bajó el arma que estaba en sus manos, ya había experimentado un ataque bastante agresivo anteriormente de una persona infectada (Mismo ataque que de hecho, había dejado a su padre tal cual estaba en esos momentos) Aunque si que quitó el dedo del gatillo una vez lo escuchó gritar de esa manera tan paranoica, al menos que estuviera diciendo aquellas palabras quitaba de momento el pensamiento de que fuera un infectado de su cabeza. 

—Alexander... trata de calmarlo ¿Se ve alguna mordida?— Preguntó de inmediato, a esas alturas era mejor descartar cualquier cosa y considerando que el mas cercano en esos momentos era el hombre al que estaba cubriendo, sería mejor que el lo revisara, aunque ella misma no tardaría mucho en comenzar a acercarse al chico, pues suponía, no significaba gran peligro en ese estado tan alterado —¿Estas bien? Tranquilo no somos ninguna de esas cosas— Comentó para hacerle sentir mas tranquilo, demostrando asi que no estaban infectados.

Siguió el consejo de Kate e intentó calmarlo a medida que se iba acercando lentamente al chico.

- Tranquilo... tranquilo... no estamos infectados ni queremos hacerte daño. Mientras hablaba con el, le enseñaba la palma de las manos para dejarle ver que no llevaba nada peligroso encima. -

- Acabamos de tener un accidente y hemos escuchado unos ruidos aquí, y resulta que eras tú. Llevamos unos días, complicados... no te preocupes que no te haremos nada. - 

- ¿Estás bien? Sal a la carretera con nosotros si quieres y te tranquilizas. Tengo un poco de agua y algo de comida en una mochila en el coche si tienes hambre o sed. - 

Habló lentamente y con un tono de voz tranquilo para intentar apaciguar al chico.

La chica se acerca a mí apuntándome con una pistola, y el hombre lo hace despacio. Quieren que vaya con ellos. ¿A dónde? Me ofrecen comida, y no puedo evitar pensar en los miembros amputados. Estoy agotado, y soy consciente de que no puedo escapar. Van a atraparme haga lo que haga. Y luego me comerán. Entro en pánico, llorando. No puedo dejar de temblar.

Dicen algo de unos infectados, un accidente, mordidas... no logro entender. El cansancio me abate por completo. Me noto desfallecer. Quizá sea lo mejor. Morir ahora.

El terror me hace desmayarme. Me dejo llevar y dejo de resistirme. Entro en un profundo y pesado sueño.

Al acercarse más y ver que el chico se había desmayado, llamó a Kate para que se acercara.-

- ¡Kate! Parece inofensivo, creo que se ha desmayado de miedo al vernos. Pobre chico. Deberíamos llevarlo al coche y ocuparnos de tu... padre, llevamos demasiado tiempo aquí parados. 

El chico ha dicho algo de que no le comiéramos. ¿Se referirá a los infectados? Cómo sea hay que llevarlo dentro, no le podemos dejar aquí. Si te parece lo levantamos y lo dejamos descansar en la parte trasera del coche. Seguramente se despierte muy alterado, así que habrá que estar atentos. -

Dicho esto, echó un último vistazo mas allá de los arbustos para comprobar que era seguro, y se colocó detrás del chico, para poder levantarlo desde los hombros, para que Kate pudiera levantarle de las piernas y llevarlo hacia el vehículo.

Al ver que eventualmente el chico terminó desmayándose, Kate tan solo soltó un suspiro un tanto mas tranquilo, al menos prefería eso a que intentara atacarlos o algo por el estilo, de inmediato guardó su arma, para poder asentir al hombre que le estaba hablando en esos momentos y ayudarle a cargar al chico —Bueno, al menos no parece que este infectado, vamos a llevarlo al auto entonces, antes de hacer... Lo otro— Su expresión cambió de inmediato al decir esto último, sabia muy bien lo que debía hacer despues de meter al chico al auto, tan solo que su cuerpo no quería reaccionar a ello, realmente no sabía si podría hacerlo. Ayudó a Alexander a poder cargar y llevar al auto al muchacho que se habían encontrado, esperando que al momento de que se despertara se pudiera tranquilizar un poco.

—Esperemos que no intente nada alocado al despertarse ¿No saltara del coche, no?— Preguntó un tanto curiosa por saber que haría el chico, realmente podría hacer alguna locura si es que seguía con ese pensamiento de que se lo comerían, mientras pensaba aquello, volteó a ver a su padre, el cual seguía allí convertido en una de esas cosas.

Komoi aún estaba inconsciente, el estrés que había sufrido momentos atrás le había hecho sumirse en un estado profundo de cansandio del que no despertaría hasta dentro de un rato. Alexander le introdujo cuidadosamente con la ayuda de Kate en la parte trasera del coche. Pero antes de que ambos pudieran dar entierro a Frederick, se escucharon unos chillidos en la lejanía, cuando agudizaron la vista ambos pudieron observar cómo se acercaba un grupo de 3 personas corriendo de forma desesperada hasta su posición. Sólo había tiempo para hacerles frente o para huir en el coche.

- No creo que salte del coche, de todas formas le intentaré abrochar el cinturón o algo como pueda, si salta ya si que será problema suyo. De todas formas no creo que vaya a despertar hasta dentro de un rato, se le ve exhausto al pobre.-

Mientras hablaba con Kate, llegó a ver a las personas que se acercaban hacia ellos. 

- A la mierda, más gente no. No quiero saber nada, tengan buenas o malas intenciones vamonos pitando de aquí, si resulta que están infectados, son maleantes o algo así no podremos proteger al chico, y si necesitan ayuda nosotros la necesitamos más. 

¿Que hacemos con tu... padre? Debemos irnos ya, si lo metemos en el maletero quizás nos de tiempo a salir pitando de aquí. Lo que decidas será lo que hagamos, es lo justo. -

—Bueno, en eso tienes toda la razón, al menos mientras no se despierte todo estará bien...— Estaba a punto de añadir algo mas una vez dejaron al chico en el auto, para poder ir ahora por su padre, pero no tardó mucho en ver como aquellas personas se estaban acercando. Su reacción inmediata fue tomar el rifle que tenía, dejando la pistola para otra ocasión, claro que en esos momentos no estaba bien ni física ni emocionalmente como para soportar otra batalla y concordaba completamente con Alexander, fueran bueno o no, no quería averiguarlo. —Yo creo...— No sabía qué hacer ¿Dejar a su padre o arriesgarse a intentar meterlo al maletero? Miro una vez mas al hombre que la había criado en algún momento, uno que parecía ya bastante distante en esos momentos, al recordar esto sus ojos se llenaron de lágrimas pero terminó por limpiarlas, no, aquel ya no era su padre, en esos momentos sabía muy bien que él hubiera querido que ella continuara.

Se tomó un momento para darle un rápido honor a su padre, en forma de saludo militar antes de voltear a ver a Alexander, negando con la cabeza —No tenemos tiempo, vámonos ya, puede que también tengan armas y no creo que podamos ganar un tiroteo en nuestro estado... El, el lo hubiera querido asi, estoy segura— Comentó con el corazón en la mano, antes de dar media vuelta y correr al asiento del copiloto, le dejaría al hombre conducir y si en algún momento era cierto lo que había dicho y aquellas personas tenían algún tipo de arma, ella podría regresar el fuego de ser necesario.

La decisión fue acertada pues en el preciso instante en el que Alexander arrancó el coche y activó el seguro de las puertas del coche, un hombre, con visibles quemaduras en cara y brazos se abalanzó sobre la parte delantera del coche. Casi por instinto éste dió bruscamente marcha atrás, golpeando a dos personas en la maniobra, cuando miró por el retrovisor ya había más de una docena de personas que se acercaban hasta la posición en la que se encontraban por lo que, metiendo la primera marcha aceleró fuertemente hasta que la aterradora imagen de esas personas fue desapareciendo poco a poco.

Ambos se miraban, cómplices por todo lo que les estaba ocurriendo, delante se encontraba Alexander, detrás estaba Kate vigilando a Komoi, quien se encontraba ligeramente tumbado y aún ajeno a todo lo que estaba ocurriendo. Sin saber muy bien hacia dónde se dirigían, Alexander se guió por los carteles que indicaban que poco a poco iba acercándose más y más hacia el sur. Aún por la ventana se podía apreciar la intensa humareda que ahora era apenas una hilera gris que se esparcía tóxicamente por el cielo. No había nadie en la carretera, al menos de momento. Komoi fue abriendo poco a poco los ojos, despertándose en la parte trasera de un coche que no conocía, a su lado estaba Kate, quien se puso alerta.

Noto mucho movimiento. Mi cuerpo es empujado aquí y allá, y entreabro los ojos. Al principio noto algo blando, es el asiento de un coche. Poco a poco voy tomando conciencia de dónde estoy. Sigo muy cansado, pero a pesar de todo he dormido algo y me noto algo mejor, más tranquilo. Extrañamente estoy relajado, algo me hace relajarme, esta presencia... ¡una mujer! Me sobresalto y me incorporo. -¡Ah!- me asusto al verme metido en un coche, junto a una mujer, junto a un hombre. Son dos, ella va armada... Me quedo rígido, contra la puerta... ella parece amigable, preocupada, no sé. No entiendo...

- Me llamo Komoi. -acierto a decir- ¿Me habéis salvado? -me temo la respuesta a esta pregunta...

Al menos habian logrado tomar la decision correcta antes de que aquellas personas los atacaran, se dió un momento para poder ver la humareda a la distancia, soltando un suspiro un tanto pesado, los recuerdos de su padre, sus hermanos y algunas partes de su vida pasaron como borrosas imágenes ante sus ojos, pero habían tomado la mejor decisión, una que sabía su padre hubiera querido de haber estado con vida y sin infectar.

Pero no pudo quedarse pensando mucho en aquello pues pronto la imagen del chico que se había desmayado antes comenzando a despertarse causó que se pusiera en alerta, mas que por ser una amenaza, porque no quería que en un ataque de pánico como antes rompiera la ventana o algo por el estilo. —Tranquilo Komoi, estarás bien— Asintió como respuesta a las palabras del chico, lo primero era que entrara en confianza, algo que afortunadamente no parecía tan dificil pues se había despertado bastante mas tranquilo a como lo encontraron.

—Entonces Komoi... Yo soy Kate y mi amigo que esta conduciendo es Alexander, es un gusto— En verdad que era un gusto tener a alguien mas que no estuviera infectado o fuera alguna de esas cosas, como las que los habían atacado anteriormente. —Estabas solo cuando te encontramos ¿Estas bien?— Preguntó primeramente, para saber si el chico no venía con alguien mas o algo por el estilo, tenía que asegurarse primero que la integridad estuviera bien antes de hacer alguna pregunta mas directa sobre todo el caos que había en el mundo.

Al ver que el chico se había despertado, le dedicó una mirada por el retrovisor a modo de saludo, para no quitar la vista de delante.

- Por fin despiertas, chico. Nos habías dado un buen susto desde esas matas. Creíamos que eras un infectado de esos. -

- Efectivamente te hemos salvado, o eso creo. No se si ibas a estar más seguro aquí o ahí fuera. En fin, sea como sea, fui detrás de ti cuando empezaste a correr gritando que te íbamos a comer o algo así cuando te desmayaste. 

Entonces te llevamos hasta el coche y salimos pitando en cuanto vimos esa escena salida del peor infierno de Dante, una docena de personas en un lamentable estado quería echarse encima del coche y bueno, aquí estamos. 

Tenemos algo de comida y agua si lo necesitas, aunque no tenemos demasiada. -

Cuando terminó de presentarse se dedicó a la carretera esperando a ver si el muchacho decía algo.

Poco a poco voy reaccionando. Ambos se presentan; Kate y Alexandre. Mi primera impresión sobre Kate es positiva, pero en cuanto Alexandre empieza a hablarme de infectados, de esas cosas, de gente que se echa encima... y sobretodo cuando me dice que no sabe si estaré seguro aquí, empiezo a ponerme nervioso. Miro al frente; esto va muy rápido, mucho más que mi bici. Aprieto las manos contra el asiento. Me abrazo a Kate. Y me sorprendo a mí mismo haciendo esto.

Por un largo rato permanezco callado. Luego: - Eran caníbales. -no consigo apartar el horror de los amputados de mi mente.- Los tenían en el sótano. -un escalofrío recorre mi cuerpo y rompo a llorar. Cuando me tranquilizo recuerdo la pregunta de Kate, y obviando a mi padre, al que quiero olvidar, respondo: - Estoy solo. Desde hace mucho tiempo. -miro hacia abjo.- Desde siempre.

No hago demasiado caso a lo de los infectados. Me suena muy raro, y todavía no confío del todo en vosotros.

El chico a pesar de todo se miraba todavía un tanto paranoico con todo el tema, algo que tampoco le sorprendía mucho, suponía que gracias a su entrenamiento como militar es que había logrado aguantado tanto, de lo contrario estaría completamente rota para esos momentos (Más de lo que ya estaba al menos) —¿Caníbales? Bueno... supongo que tiene lógica, esas cosas parecer completamente agresivas— Comentó soltando un suspiro, en esos momentos solo quería que el chico recobrara confianza, pues era lo que solía hacer en misiones donde se tenían que rescatar civiles y estaban en un estado mental bajo.

—Bueno, tendremos tiempo para explicar todo con mas calma, por el momento, nos encontrábamos saliendo de una humareda posiblemente radioactiva, fue bueno que te encontráramos antes de que se hubiera expandido mucho mas— Le explicó al chico como primer punto, antes de quedarse un poco estática al ver que le iba a abrazar sin mas, no era tan buena como le gustaría para esas cosas, pero poco a poco terminó por regresar el abrazo lo mejor que pudo, dándole unas palmadas suavemente en su espalda al chico.

—Tranquilo, al menos ahorita no estas solo ya... Ahora cuentame ¿Como que en el sótano? ¿Estabas en uno de esos búnkeres o algo asi?— Preguntó intentando tener un poco mas de información, de dónde había salido aquel chico, si mencionó que estaba completamente solo, era mucho mas curioso para ella.

Kate me calma y me hace sentirme tranquilo. Empiezo a recuperarme. Para ser sincero ella me da más confianza que el conductor, y me alegro de estar con ella aquí atrás y no al revés. - ¡Claro que tiene lógica! ¡Les tenían encerrados y les iban mutilando poco a poco para comérselos! -otra vez esas horribles imágenes en mi mente. Me separo de ella y hundo mi cara entre mis manos. Empiezo a llorar, con la frente apoyada en el asiento delantero.

Poco después: - ¿Uno de esos búnkeres? ¿Acaso hay muchos? -por un momento me sentí vacío, desolado. Yo pensaba que al menos era especial. - Yo tenía uno. Papá y mamá tenían otro, ¡y yo no lo sabía! ¿Vosotros también tenéis uno? ¿Todos tienen uno? -estoy confuso. Todo lo que veía por internet... creía que la mayoría de la gente vivía en ciudades.

Aún se podía observar la hilera de humo que ascendía hasta el cielo, otorgándole silenciosa y sutilmente un carácter tóxico y amenazante para la vida. Tras el accidente, millones de personas abandonaron sus puestos de trabajo, casas y ciudades de forma inmediata dejando, con ello, un aura de desastre y descontrol. Aquella central nuclear no sería la primera ni la última en perecer, arrastrando consigo la vitalidad de animales y personas, demostrando, en el fondo, que el ser humano es el arma más letal para el planeta. Quizás todo lo que ha ocurrido fuese el inicio de una purga en pro de la naturaleza, o, quién sabe, solo el tiempo dilucidará lo que ha ocurrido.. si es que aún quedan lectores y oyentes para presenciarlo.

Ante vosotros se alza el típico cartel azulado con letras blancas de carretera indicando dos posibles direcciones. Desvío hacia Portugal o desvío hacia Algeciras. Alexander es el que conduce por lo que, per sé, es el que tiene la última palabra respecto al destino, pero todos tenéis derecho tanto a opinar como a pasar del tema.

- Infectados... caníbales... que mas dará lo que sean esos condenados. El caso es que nos tenemos que alejar de ellos. Que Dios nos asista. - Dijo mientras se tocaba el colgante, una cruz, que llevaba al cuello. - 

- Ahora todos estamos solos de alguna forma u otra chico. - 

- Sobre el bunker, yo no tenía ninguno, pero el destino quiso que acabara por casualidad en uno. -

A medida que se acercaba el cartel del desvío, Alexander disminuyó la velocidad, y echó la cabeza hacia sus compañeros.

- Parece que aquí hay un desvío. ¿Que hacemos? Creo que deberíamos alejarnos de esa nube lo más que podamos. Si esa nube contiene partículas radioactivas es probable que el viento la extienda varios kilómetros, y con las cosas de las que disponemos ahora mismo no podremos combatir los posibles efectos adversos que puedan surgir.

Tampoco sabemos como afectará el accidente a los salvajes, quizás sea malo para su organismo, o quizás lo ignoren. 

A mi realmente me da igual la dirección que tomemos, lo que digáis haré. -