Partida Rol por web

Cruzáis en silencio y amparados por la oscuridad los escasos metros que llevan de la tienda de Zimmer hasta la entrada de la tumba de Ramsés. La entrada es un agujero excavado en una duna que se adentra hacia el interior de la tierra en un inclinado pasillo de unos tres metros de ancho, reforzado con vigas de madera e iluminado por quinqués. Allí, al final del todo, frente a una pesada losa de piedra que bloquea el camino, está Zimmer de espaldas, exáminándola detalladamente mientras desliza su dedo por su superficie con delicadeza. En la losa hay grabada una gran cantidad de símbolos, y en el centro de todos ellos, una especie de relieve de Anubis abriendo sus fauces a aquellos que se atrevan a entrar. La figura tiene, al mismo tiempo, los brazos extendidos, juntos y con las palmas hacia arriba. Toda su superficie está recubierta con una capa de arena y polvo que en algunos puntos se ha compactado bastante. Da la impresión de que hace siglos estuvo recubierta de alguna especie de pintura, pero ahora sólo queda roca porosa y ennegrecida.

Allí abajo, el ambiente es denso y opresivo, lo cual, pensáis, es el ambiente idóneo para acercarse a una cámara mortuoria egipcia.

maravilloso- susurra Hans para si mientras se desabrocha el cuello de la chaqueta para poder respirar comodamente en aquel ambiente, rapidamente se centra y empieza a analizar el tunel tras detectar a Zimmer al fondo, debe haber alguna manera inteligente de moverse por aquel arenoso terreno para pillar a su rival desprevenido.

David levantó la pistola, apuntando hacia adelante, e intentó acercarse lentamente para sorprender al distraído Zimmer. Lamentablemente, el sigilo no era lo suyo, además de que el suelo arenoso de la tumba no ayudaba a ocultar sus pasos.

Zimmer, a pesar de su edad y su poco atlética figura, es zorro viejo y un veterano entrenado, así que en cuanto escucha las pisadas del joven aviador dentro de la cueva, su mano ejecuta un fugaz movimiento hasta su Luger. En menos de un segundo, Zimmer y David se están apuntando mutuamente.

- Vaya, vaya, vaya... Mira a quiénes tenemos aquí... - Exclama con un fuerte acento alemán y cierta sorna Zimmer.

Al ver a Zimmer apuntando a David.

Oh merde... ¿Ni tan siquiera confiabas en tus amigos alemanes?

Busca con una rápida mirada alguna piedra u objeto arrojadizo cercano que le diese tiempo a poder agarrar.

Zimmer suelte el arma esta en desventaja no tiene a donde ir, da igual lo que haya en esa camara no permitiemos que se haga con el - le dice Hans seriamente

Y aprovechando que Zimmer le estaba prestando atención a la pistola de David y las palabras de su compatriota, Anne se lanzó a agarrar una piedra cercana y a lanzársela a Zimmer

Joder, vaya mala pata. Esa pisada ha sido criminal ahora estamos todos en la mierda, con el culo al aire. Por suerte tenemos más potencia de fuego apuntando a Zimmer. Por desgracia como haya un solo disparo se va a poner la cosa chunga con los kartofen allí fuera en guardia.

He sacado mi arma por instinto y mi revolver apunta directamente al bastardo a la cara. Con el ceño fruncido espero antes de dar el siguiente paso.

La francesa ejecuta un veloz movimiento hacia el suelo que resulta en una voltereta por el suelo que confunde una décima de segundo a Zimmer. Décima de segundo en la que piedrde el control de la situación, pues antes de que pueda darse cuenta, Anne-Sophie recoge una piedra del suelo de la cueva en plena voltereta y la lanza contra su cabeza, que lo aturde cayendo sobre su trasero y quedando sentado con la espalda apoyada contra la losa de piedra mientras un hilo de sangre brota de la herida abierta.

Anne-Sophie se pone en pie de un salto y se sacude el polvo.

Al ver a Zimmer caer al suelo me abalanzo sobre él y de una patada aparto su luger. Ya desarmado me quedo de pie cerca suyo encañonándole con mi revolver.

-Ni se te ocurra moverte de ahí. Ahora vas a responder a las preguntas de mi amigo-digo señalando a Hans.-Y vas a hacerlo de buena gana, ya lo creo que si.

Zimmer, a pesar de su apariencia frágil e inofensiva, es un hombre preparado y con nervios de acero. Intuía que algún día llegaría un momento como éste, así que como alemán de pura raza, se muestra imperturbable ante la muerte.

Hans observo el resto impenetrable de Zimmer- Una pena que ese orgullo este manchado por actos ilicitos que no dejan mas que malas impresiones de nuestra patria, es todo vuestro yo seguire mi trabajo- dice pasando de Zimmer y observando la pared que tiene delante

Todo ocurrió con tanta rapidez que David no pudo reaccionar.

Anne le arrojó una piedra a la cabeza a Zimmer , Lobo apartó la pistola que éste dejó caer y le redujo con la propia.

Sin embargo, como era de suponerse, el científico se negaba a darles información.

David se adelantó, recogió la Luger de Zimmer y se la puso en la cintura. Miró al alemán con gesto reflexivo y luego se volvió hacia Hans, que ya se disponía a investigar el sitio por sí mismo.

“¿Te importaría dejarme ver algunas de las cosas que sacamos de la tienda?”*

David rebuscó entre los documentos y cogió la fotografía familiar del joven Zimmer. La observó un momento, de modo que el científico pudiera verla.

“Interesante. Me pregunto si también era un pedazo de mierda a esa tierna edad.”

Dejó caer el retrato y aplastó el vidrio con el tacón de su zapato.

Con cuidado, recogió la desgastada foto y comenzó a romperla desde un extremo, deteniéndose un momento y mirando a Zimmer.

“El sentimentalismo es una debilidad que un buen Nacional Socialista no debería permitirse. Le estoy haciendo un favor, Herr Zimmer.”

Continuó rompiendo la foto lentamente, a la espera de una reacción de su prisionero.

“O quizás quiera conservar este recuerdo…”

Mientras sus compañeros hacían lo suyo con Zimmer una vez ya desarmado y no siendo más que un intelectual que no pudiese generarles mayor amenaza, Anne se agacha y guarda dos piedras en sus bolsillos.

Por si acaso necesitamos otro disparo con silenciador incluído.