Partida Rol por web

La gran hoguera habia sido encendida y los siete lideres convocados para decidir que hacer con el mensaje del imperio, quien iria alli a representar a las tribus. La reunion ya llevaba horas y de no ser por la prisa de tener que enviar un emisario al imperio probablemente alguno se habria marchado, pues estaban las cosas muy calientes aun.

Tan solo los siete estaban en la reunion, ningun chaman, augur o guardia.

Entonces se vio fuego en direccion a la tribu Highthunder... la fortaleza habia empezado a arder, el unico bastion barbaro.

Hacia ya horas que Morded habia partido a la gran reunion para decidir quien iria a representar a las tribus ante el imperio, armado con el colmillo runico de su padre, el colgante de lider y unas pieles habia partido besandoos a cada una en ambas mejillas con la promesa de que volveria lider de las tribus y todo el conflicto terminaria.

Hacia una noches estrellada preciosa, ahi, en el punto mas alto de la aldea, sobre la casa del lider, casi se podia ver a los dioses brillar en el cielo, la hoguera de la gran reunion resplandecia no muy lejos y si se miraba bien casi se podian distinguir los puntos a su alrededor que eran los lideres. Pero entonces unos estruendos rompieron el silencio de la noche. Y la gran fortaleza de los Highthunder, antiguo hogar de Alexandra, empezo a arder, tanto que se podia ver desde la otra punta del territorio barbaro.

Padre habia marchado a la dichosa reunion, con sus Achas, sus pieles y su cara de que algo no iba demasiado bien, era la gran reunion en la que se decidiria quien seria el nuevo lider y quien iria a hablar con los imperiales sobre la muerte del emperador y la negociacion de nuevos terminos. Jener y Kar habian discutido aquella noche, pero finalmente fue Kar quien fue a la reunion y dejo a Jener cuidando de la aldea.

Hacia una noches estrellada preciosa, ahi, en el punto mas alto de la aldea, sobre la casa del lider, casi se podia ver a los dioses brillar en el cielo, la hoguera de la gran reunion resplandecia no muy lejos y si se miraba bien casi se podian distinguir los puntos a su alrededor que eran los lideres. Pero entonces unos estruendos rompieron el silencio de la noche. Y la gran fortaleza de los Highthunder, empezo a arder, tanto que se podia ver desde la otra punta del territorio barbaro.

Morgana habia ido a la gran reunion, dejandote con sus guardianas en la aldea, habias protestado, queriendo salir aquella noche, pero Morgana no te habia dejado, aquella noche seria una noche peligrosa, habia que permanecer seguros y ella tenia que ir para ver quien seria el nuevo lider y quien iria a parlamentar con los imperiales, asi que alli te dejo, en su tienda sin poder salir, por suerte, aun podias subir a lo alto de esta para ver el cielo estrellado.

Hacia una noches estrellada preciosa, ahi, en el punto mas alto de la aldea, sobre la casa del lider, casi se podia ver a los dioses brillar en el cielo, la hoguera de la gran reunion resplandecia no muy lejos y si se miraba bien casi se podian distinguir los puntos a su alrededor que eran los lideres. Pero entonces unos estruendos rompieron el silencio de la noche. Y la gran fortaleza de los Highthunder, empezo a arder, tanto que se podia ver desde la otra punta del territorio barbaro.

Padre se habia ido, Amanra se quedo vigilandote, te dejo en la cama, con su mas fiel consejero y se marcho a la gran reunion, el futuro delas tribus se decidiria alli, el nuevo lider, quien iria a parlamentar con los imperiales y muchas otras cosas de mayores que aun no entendias muy bien. Lo que si que entendias era que tras tres cantos de lechuza tras la salida de tu padre, ya estaba suficientemente lejos como para poder subir al puesto de vigia mas alto y contemplar la reunion de lejos. Amanra se levanto tras de ti, y te siguio como una sombra.

Hacia una noches estrellada preciosa, ahi, en el punto mas alto de la aldea, casi se podia ver a los dioses brillar en el cielo, la hoguera de la gran reunion resplandecia no muy lejos y si se miraba bien casi se podian distinguir los puntos a su alrededor que eran los lideres. Pero entonces unos estruendos rompieron el silencio de la noche. Y la gran fortaleza de los Highthunder, empezo a arder, tanto que se podia ver desde la otra punta del territorio barbaro.

Sentado, observando el círculo fuera de mi casa, apoyando la punta de mi espada en el suelo y haciéndola rodar entre mi mano para entretenerme. Mis pensamientos no paran de acudir a las constantes discusiones con mi padre. Llegado el caso, sé que daría mi vida por su honor pero ¿tengo yo honor?

La conversación que tuve con Alexandra me hace dudar de tal, ni siquiera me considero digno de mandar a la tribu en esos momentos. Lo he arriesgado todo por mis propios deseos y si se descubre, todos los clanes se pondrán en contra de la tribu Bearmaw... con razón. Los Silverfang y los Bearmaw nunca volverán a unirse, quizás porque los Bearmaw quedaran arrasados, no dudaba de nuestra capacidad, pero seis contra uno sólo es un buen número si estás con los seis.

Suspiro cerrando los ojos, mi padre llama a la unidad entre tribus y yo sólo separo más a las tribus... a una familia ya formada, desde que decidí no abrir la boca.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por un estruendoso sonido, me levanto espada en mano y lo que veo es la fortaleza de los Highthunder ardiendo. Ellos ni siquiera nos apoyaban... ¿Les habían atacado? Podrían destruirlos, querían y deseaban el destierro de mi padre...

Pero él llama a la unidad... Él querría que fuera a ver qué ha pasado y ayudar si hacía falta... sin embargo no puedo vaciar mi tribu sin saber qué está pasando.

-Viconia- Llamo -Quédate aquí, voy a ir a ver qué ha pasado... y lo de quédate aquí es una órden del líder del clan en éste momento- Digo amenazante conociendo a mi hermana.

-Tienes que cuidar de la tribu en mi ausencia ¿de acuerdo?- No me gusta admitirlo pero Viconia es muy capaz, más que yo al parecer, y la única de la familia que se quedaría en la tribu si yo me marchaba.

Busco mi caballo y me apresuro a reunir a la mitad de los guerreros de la tribu para ver qué ha pasado y si era necesario ayudar a esa tribu de envidiosos...

Más vale que tenga una buena razón para hacer esto...

La discusión entre los siete líderes de las tribus, para enviar a un simple emisario, estaba siendo un tormento como de costumbre. Nadie se ponía de acuerdo y nadie quería dar su brazo a torcer.

Pero entonces ocurrió. Wulfrick miró al este, como de costumbre, recordadndo que ahí estaba su pueblo. Pero algo no cuadraba. Un humo negro, denso y funesto salía en la dirección donde miraba. Levantándose inmediatamente, el lider de los Highthunder dió unos pasos en esa dirección, pasando incluso por medio de los allí reunidos.

Al cerciorarse de que lo que había visto era real, Wulfrick salió del círculo que formaban los seis líderes restantes mientras gritaba a Hama, su fiel mano derecha, para que le trajera el caballo.- ¡¡HAMAAA, MI MONTURAAA, RÁPIDO!!

Cuando llegó con su caballo este le dijo.- ¡Escucha!- le exhortó para que le hicera caso y que viera que era importante-. ¡Nos están atacando!. Ve raudo a la tienda y dile a Jax que reuna a la guardia del trueno, le esperaré en la linde del bosque junto al vado. Luego busca a Ariadna y dile que se refugie con Jalfrick en la tribu Veilfog de su padre. Oblígala si es menester y no te separes de ella ¡VE, RÁPIDO!.

Montando raudamente en su impomente montura, se dirigió a los jefes de las tribus allí runidos.- La hora ha llegado. El poblado Highthunder arde, tal vez sean los imperiales riéndose de nuestras indecisiones y falta de líder firme. Espero que tardéis menos en decidir si ayudáis YA a los Highthunder, o bien lo podéis debatir durante horas.

Luego expoleó a trueno, su magnífico corcel negro y se dirigió a su poblado.

Era complicado organizar a todos los líderes sin un Jefe de Líderes. Todos tendían claramente hacia sus propios intereses, y además estaba el asunto de las negociaciones con el Imperio. A menudo Hiam tenía que llamar al orden para calmar las vociferantes proclamas de unos y de otros, golpeando el pequeño gong de bronce que tenía a su lado. Como Sumo Sacerdote de los Dioses, hacía las veces de moderador en toda aquella algarabía, pero se hacía imposible, sobre todo con las tensiones crecientes entre clanes.

Pero todo aquello se desvaneció cuando un negro humo se alzó en el horizonte. Todos sabían de dónde venía, la aldea de los Highthunder. ¿Quién había sido el responsable? ¿Un accidente o quizás un asalto del Imperio? ¿Acaso el moribundo emperador había ido finalmente a los brazos de los dioses, y su hijo había tomado las riendas?

- No podemos continuar sin Wulfrick, y este suceso debe prepararnos por si es un asalto. Como por ahora no hay manera de que dejéis de lado vuestras diferencias, y aún tengo que hablar con algunos de vosotros para decidir al nuevo Jefe de Líderes, cumpliré yo sus funciones por ahora. Yo iré a hablar con el Emperador - dijo, poniéndose en pie - Si ha muerto, y es su hijo el nuevo Emperador, clamaré por un nuevo tratado. Si no, renovaré el antiguo.

Cruzándose de brazos, miró al grupo, esperando escuchar objeciones.

Y otra nueva reunión para decidir algo que es cuanto menos sencillo, si no aceptan que yo sea el líder de las siete tribus, podrían aceptar mi propuesta de que Hiam se haga cargo temporalmente. Esto va a ser más difícil de lo que pensaba…

De repente, Wulfrick comenzó a gritar, gire mi cabeza y observe el humo negro que ascendía a los cielos. No es posible que hayan atacado ya. Por mi mente empiezan a pasearse diferentes situaciones pero ahora mismo no es momento de perder el tiempo en eso, un hermano de tribu necesita ayuda y aunque nuestras relaciones no es que sean las mejores, debemos estar unidos.

- Wulfrick, mi guardia personal y yo os acompañaremos – digo al líder de los Highthunder - Espera un segundo que los avise.

- Gunhar, avisa a mis guardias de honor, que se preparen y acompañen a los hombres de Wulfrick. Quiero que regreses al poblado y ayudes a Jener a proteger el poblado. Si han atacado a los Highthunder pueden hacer lo mismo en nuestro hogar. Cuida de mis hijos, hasta mi regreso – ordene a mi lugarteniente para girarme hacia Hiam mientras me montaba en mi corcel.

- No tengo ningún inconveniente en que tu seas el líder hasta que se escoja otro y se aclare el asunto de la muerte de Manfred, es más fui yo el que te propuso hace unas horas para esa tarea. Confío en tu sabiduría Hiam, seguiremos hablando más tarde, ahora nos necesitan en otro lugar.

- Te sigo, Wulfrick – termine diciendo mientras cabalgaba tras el líder de los Highthunder.
 

Al ver aquella columna de fuego llamé a voz en grito a Brodus*. El pánico era palpable en mi rostro, que poco a poco iba dejando de ser infantil para pasar a ser el rostro de um hombre adulto. -¡Brodus! ¡Hay humo en la aldea Highthunder! Preparad las defensas por si es un ataque y que nuestro jinete más rápido vaya a comprobar que ocurre. ¡Rápido!-Vale que seguía siendo un crío, y que aún no era considerado un adulto, pero era el hijo de Mick Shadoweye y en su ausencia yo cuidaría de la aldea. 

-Amanra...-me permití susurrarm, estaba muy nervioso. ¿Padre, dónde estás? Vuelve pronto por favor.

El segundo de la aldea de los Shadoweye se adelanta al percibir los problemas con gesto interrogativo. Mick se mete los dedos en la boca y suelta un fuerte silbido para que se termine de aproximar y cuando este esta más cerca le dice .-Reune a la caballeria y pon a todos en alerta. Vete con los jinetes y ayuda en lo posible. Llevaros los cestos de incendios pero esperaros cualquier cosa...Que alguien informe si es necesario-.  No iba a ir personalmente a la aldea de los Highthunder pues su lugar estaba con el grueso de ejercito y este por su lentitud de acción, mientras no se supiese que era un ataque real debia estar guardando su propia aldea.

Morgana corrió a subirse también en su caballo, rápida y habil como siempre.

Iré a buscar a mis amazonas y estaremos ahí en un momento. Dijo seria, pero al irse no pudo reprimir una sonrisa de diversión. Una batalla siempre provocaba esa reacción en ella. No era tan estúpida como para ir directamente a la batalla sin sus guerreras, pues no podria asegurar el éxito, y dado que no podía enviar a nadie a avisarlas prefirió hacerlo ella misma.

Justo cuando cada uno de los lideres estaba a punto de marcharse mientras Hiam llamaba a la calma entre ellos aparecieron tres jinetes con el estandarte de los Highthunder cada uno, dos pasaron de largo en direccion hacia las aldeas mas al oeste bearmaw y silverfang. El tercero se detubo frente a Wulfrick que era el lider mas adelantado, ya en su caballo y se quito el casco.

- mi...mi señor, los imperiales han asediado la fortaleza y prenden fuego con catapultas a la aldea...me temo que Jax a caido.. solo uno de sus jinetes volvio con su cuerpo en el caballo, dijo que fue una carniceria. Jax localizo a una avanzada imperial que transportaba una catapulta. Se lanzo contra ellos y los masacro, pero pronto se vio envuelto entre un ejercito mucho mas grande... y no se que mas ocurrio, el explorador estaba exausto- El jinete hablaba rapido y sin pausas, estaba asustado- Es un ejercito muy grande señor... estamos evacuando la aldea, hemos mandado emisarios a las demas para que se preparen para lo peor...

Wulfrick apretó los dientes al oir las funestas noticias. Jax había caido, su hermano, su mejor amigo y mayor confidente. Su cólera se acrecentó y solo apretando los puños lodró domeñarla.

Miró nuevamente en dirección a su poblado y pensó unos segundos. Están asediando, con lo que no han entrado... aun. De todas formas si evacuan a la gente, caerán sobre ellos como buitres sobre la carroña... y lo peor es que se parapetarán dentro y será dificil sacarles.- Deben aguantar- espetó el lider Highthunder más para sí que para los demás.

Luego miró a los demás líderes y les dijo individualmente:

- Karl y Mordred...vosotros, con lo que queda de mi guardia seremos la punta de lanza. Os espero cerca del conflicto, en la loma que hay antes del poblado, para que no nos vena llegar. Sois en los que más confío y en los que másriesgo pongo a vuestros guerreros. Pero sin nos ven unidos temblarán.

- Morgana, cuando te acerques por el sur, vigila que el paso entre el río y el lago está libre. Puede que quieran pasar por ahí para coger nuestra retaguardia- le dijo-. Deja unas cuantas guerreras con los caballos más veloces por si usan esa estratagema. En cuanto veáis que empieza el comnficto esperad un momento a que se crean en superioridad y atacad por el flanco desde el sur. Espero que no os vean.

- Mert, lo mismo que Morgana. Ve primero hacia el este hasta llegar al río y no cruces el puente, derribalo. No podemos facilitar que lo crucen. Deja un grupo con caballos rápidos para que avisien a tu aldea y a nosotros por si intentan flanquearnos o adentrarse. Luego baja hasta el lago siguiendo el río. Y luego, como las Bloodmoon atacad por el flanco desde el norte. Si sale bien la pinza entre los Blackmist y las Bloodmoon, tendremos la victoria en nuestras manos.

- Hiam, padre. Necesito que tus clérigos nos alienten en esta batalla- le pidió.- Haz que vengan con todas sus fuerzas y todas su fe al servicio de nuestra guerra.

- Mick, amigo mío. Te pido que hagas algo extraordinario. Reúne a tu grupo más adiestrado, buenos tiradores, expretos en ocultarse y moverse sin ser visto y rodea el lado por el sur y entra en mi poblado. Ten, toma éste pañuelo- dijo Wulfrick dándole un pañuelo con el símbolo de su pueblo-, al verlo les dejarán entrar. Una vez dentro lanzad una flecha con fuego al aire, sabremos que están dentro. Allí reunir a los guerreros y esperad a nuestro ataque. Cuando veas que los Blackmist y las Bloodmoon hagan la pinza. Salid y atacad sin piedad. El resto de tu gente que se reuna con nostros en frente al enemigo.

Wulfrick estaba improvisando la estratagema de como afrontar la batalla. En su juventud había luchado con valor en las guerras contra el imperio y sabía que sus enemigos lucharían de forma ordenada, juntos y abriendo pocos huecos... pero no esperarían que les flanquearan.

- Cuando estemos cerca del frente analizaremos mejor la situación- dijo-. Yo me voy a adelantar para ver como va el asedio.

Por lo poco que sabia de los alrededores de la aldea de los Highthunder, estaba convencido de que debia ser bastante dificil de asaltar el nucleo por la complicada orografia. Atravesar una zona montañosa con catapultas y ejercito organizado era dificil. El este era inviable. Al norte habia un rio y ningun general astuto se arriesgaria a cruzarlo tan cerca del enemigo y por ultimo el sur le parecia posible, pero eso hubiera requerido que los imperiales dieran un largo rodeo. En cualquiera de los casos era una lastima no haberles sorprendido haciendo la maniobra.

.-Wulfrick. Apenas hay zona boscosa al sur de tu aldea. Aproximar un ejercito de este modo lo veo impensable. Mis tiradores seran más utiles dando apoyo al ejercito y mis hostigadores haciendo que el enemigo se desplace más despacio. Si quieres refugiar a los aldeanos en mi bosque creo poder darles una buena cobertura-.

Wulfrick miró a Mick y se encogió de hombros- Como quieras, de hecho eso es lo que quería de vosotros que apoyarais al ejército frontal... eso y que tus más avezados exploradores rodearan por las montañas, bordeando el lago por el sur hacia el este y llegaran a mi pueblo por el sur-oeste. Los que tienen que flanquear al ejercito imperial son los Blackmist y las Bloodmoon- dicho esto Wulfrick esperó la respuesta de Mick.

El lider de los Highthunder se mesó la perilla y dijo.- Es importante tener alguien detro para poder avisar de que llegamos...quizás tenga que hacerlo yo mismo.

Haciendo un gesto con la mano, Hiam se negó visiblemente.

- Los chamanes clamarán desde nuestra aldea por vuestra victoria, Wulfrick de los Highthunder - dijo, solemne - Y como muestra de buena voluntad, vuestros refugiados pueden buscar cobijo en nuestras tierras, protegidas por los dioses, mientras se libra la batalla. Nadie osará poner un pie en la aldea Veilfog.

Los dioses le protegían, a él y a su pueblo, y ahora era la cabeza visible de las tribus. Tenía que prepararse.

- Es hora de que me prepare para viajar al Imperio - dijo, haciendo un gesto al aire para que sus asistentes se reunieran con él - Es hora de detener toda esta locura.

Morgana asintió y empezó a galopar para seguir las instrucciones de Wulfrick. No veía el momento de arrancarle el corazón a un soldado imperial... aunque eso de esperar no se le daba tan bien, por lo que llegado ese momento ya vería lo que haría. Ahora solo podía excitarse al pensar en la batalla que les quedaba por delante y que disfrutaría como una niña pequeña.