Partida Rol por web

- Pues nada - pensó James, mientras le daba el último trago a su exquisito Bourbon y abandona también la sala, perdiéndose en la ruidosa Manhattan...

Martes 13 Enero , 11:00 de la mañana.

Coney Island, casa de huespedes de la Señora Danson (donde se aloja Harry Murray).

La llamada que el Teniente Murray recibio hace unos dias no le resulto extraña en absoluto. Tenia varios contactos todavia dentro del ejercito, y de vez en cuando le llegaba algun trabajo donde ganarse unos dolares con los que sobrevivir con algo mas que con la paga de oficial retirado. Su interlocutor fue Cecil W. Collier, y solicito entrevistarse con el hoy mismo en el lugar donde le resultara comodo. La eleccion fue la habitual, a falta de despacho u oficina, el salon de invtados de la casa donde se alojaba resultaba ser un lugar perfecto.

La señora Danson subio hasta su habitacion para avisarle de que su cita de las 11 habia llegado. Le esperaba en el piso de abajo.

Martes 13 Enero , 11:00 de la mañana. Despacho de Investigaciones Blacksmith. Roger Blacksmith pocas veces se habia enfrentado a un cliente tan pintoresco como el que tenia enfrente. Parecia sacado de una de esas produciiones de cine de la costa oeste. Sus ropas Indues, bordadas y exoticas y sus maneras, lentas y suaves, podrian llegar a ser demasiado extravagantes como para ser tomado en serio, pero claro, la visita venia precedida de una llamada de Cecil W. Collier, uno de los tipos adinerados de la gran ciudad, y las cosas no estaban como para dejar pasar la oportunidad de ganar un buen sueldo y reputacion en las altas esferas. Al parecer el señor Collier podria necesitar los servicios de uno de los detectives de la agencia Blacksimth.

Martes 13 Enero , 11:00 de la mañana. Despacho del profesor Willkinson, universidad de Columbia. Despues de que el profesor Woillkinson hubiera echo las presentaciones, os habia dejado a solas en su despacho, sabiendo de la discreccion que Cecil W. Collier le gusta imponer a sus asuntos. Segun el profesor comento a su otro amigo (Sean Mcnee), el señor Collier necesitaba de la ayuda de un erudito, aficionado a moverse entre libros de consulta e investigaciones para un posible trabajo. A sabiendas de que el tema le resultaria interesante (al parecer el señor Collier estaria dispuesto a abonar unos honorarios generosos) y conociendo la agilidad que en trabajos anteriores Sean le habia demostrado, no dudo en citar aqui, en su despacho de la universidad de Columbia, a sus dos amigos para que se pusieran deacuerdo.

-Encantado de conocerle, señor Mcnee.- El millonario parecía resuelto a acabar allí cuanto antes.

-No me andaré con rodeos, estoy formando un grupo de investigadores a sueldo para averguar todo lo posible sobre la expedicion Carlyle. Su final en Egipto fue horrible y trágico. Sus conocimientos y experiencia nos pueden ser muy útiles.

-Un amigo  es el organizador. Yo soy el patrocinador. Ofrezco 150 $ dólares por semana a aquellos que se unan al grupo y me encargaré de todos los gastos que se puedan generar de la investigación, claro está.

-En un par de días nos reuniremos con el organizador y nos ampliará los detalles.
 

-¿qué le parece?

Aboukir se tomó su tiempo antes de acudir a la reunión - en absoluto llegó tarde, si no que inspeccionó la zona y las inmediaciones del despacho antes de llamar quedamente a la puerta y entrar cuando así se le dijo. Vestía sus galas más pintorescas y exhibía, como a menudo, joyas y maquillaje que acentuaban aún más sus orígenes.
- Námaste, señor Blacksmith - dijo el Indio, juntando sus manos a la altura del esternón y haciendo una leve reverencia. - Como estoy seguro que sabe, me envía el señor Collier para transmitirle una oferta de trabajo.
Y esperó tranquilamente, de pie, ojos fijos en el rostro del detective, como si intentara adivinar algo.

Blacksmith permaneció oservando al hindú sin levantarse de su asiento, tras el escritorio. La luz del mediodía entraba a través de las persianas venecianas, dibujando franjas de sol en el humo de su cigarrillo. Gente más rara había visto en Nueva York.
-Collier, sí- reafirmó con voz apagada y señaló con el cigarrillo la silla al otro lado del despacho. -Tome asiento, señor...- dejó la frase inclonclusa esperando a que el hindú la completara.

Un vistazo meticuloso te hace evidenciar varias cosas.

Roger Blacksmith es atractivo, educado y elegante. Un hombre de mediana edad y modales exquisitos. Camina con una leve cojera, posiblemente como "recuerdo" de alguna de sus investigaciones, te has adado cuenta porque una de la suela de los zapatos la tiene mas consumida que la otra. Parece frío y distante, aunque un buen profesional que dificilmente se dejaria sobornar. Crees que seria un acierto tenerle en cualquier investgacion que se quiera llevar a buen puerto, aunque si se trata de algun asunto turbio para el ontratante, y no se desea que se descubra, es posible que Roger acabara siguiendo su propia etica. Parece un tipo de fuertes principios, honesto, incluso por encima de si mismo o de su cliente.

James comenzó el día temprano, quería organizar ciertos asuntos profesionales antes de ir a su reunión con el Sr. Murray. 

Hacía tiempo que no iba a Coney Island, a pesar de tener algunos amigos allí, por lo que decidió salir temprano y aprovechar para disfrutar el viaje en la Culver Line para llegar a su destino.

A las 10:50 se encontraba en la dirección que Cecil le había entregado, una bonita casa de 3 alturas, donde seguramente se rentaban habitaciones. Se acerco a la puerta y llamó. Una señora abrió la puerta y en tono interrogativo le dijo:

-Buenos días

-Buenos días- respondió James quitándose el sombrero y agregó -Vengo a ver al señor Harry Murray, de parte del Sr. Collier. 

La mujer, que al parecer ya estaba al tanto de la cita, lo invitó a pasar y lo acompaño al salón, indicándole que esperara allí y a continuación James la escucho subir las escaleras.

Harry entró en el salón de la casa de huéspedes donde se alojaba y se encontró a un individuo esperando en el sofá saboreando un café humeante. La señora Miller le indicó que la visita le estaba esperando. Harry se acercó a él de manera casual y tendiéndole la mano le preguntó: El señor Collier, supongo...

Aboukir recogió con ambas manos los extremos de su blusón bordado mientras se sentaba; era un gesto ya casi instintivo, automático.
- Aboukir, señor Blacksmith, simplemente Aboukir - dijo, esbozando una leve sonrisa. - Gracias, en nombre de mi representado, por recibirme. - El indio cruzó las manos sobre su regazo; en verdad parecía que cada gesto estaba medido, no era casual. - ¿Ha oído o leído algo sobre la expedición Carlyle en Egipto, señor Blacksmith?

-No leo demasiado- mintió Blacksmith.- Pero coincidí un par de veces con Roger Carlyle. Difícil olvidarle, un muchacho con muchísimo más dinero que sentido común. Sé que murió en Egipto hace unos años, pero soy incapaz de imaginar qué podría estar haciendo allí alguien como Carlyle, aparte de fumar opio.

- James Dean, señor Murray - respondió James poniéndose de pie y estrechando la mano - El señor Collier no ha podido venir, pero me envía en su nombre. Nos interesaría mucho contar con sus servicios para ayudarnos a investigar los extraños sucesos acontecidos durante la expedición Carlyle. 

James daba por descontado que Mr. Murray habría leído sobre lo sucedido en los periódicos, pues la noticia había llamado bastante la atención pública, pero por las dudas esperó la respuesta de su entrevistado antes de proseguir.

Harry intentó ocultar la sorpresa por este cambio de interlocutor y continuó la conversación de manera casual: Parece un asunto con el que podría estar interesado. Pero por favor, cuénteme más detalles. Saben ustedes algo que la prensa desconozca? No estoy completamente familiarizado con la expedición Carlyle... siéntese, Sr. Dean. Los dos se sentaron y la señora Danson-Miller se apresuró a traer más café y unas pastitas.

- Señor Murray - respondió James sabiendo que él tenía las mismas dudas - De momento solo puedo decirle que el Sr. Collier esta formando un grupo de investigadores a sueldo para dicha tarea. Él es el patrocinador y ofrece una paga semanal mas todos los gastos relacionados.

James hizo una pausa para tomar un sorbo de café y probar una deliciosa galleta casera. Mirando al señor Murray, se dio cuenta que éste esperaba algo mas de la conversación, por lo que se permitió compartir su opinión personal:

- Por lo que yo sé, seremos un grupo multidisciplinario y si usted acepta, debemos reunirnos con el Sr. Collier y el resto de investigadores en el Café Europa a las 13 hs. Allí confío que todas sus dudas - y las mías, pensó para sus adentros - puedan ser respondidas.

Dicho esto, James apartó la vista de Harry y se concentró en el aroma del café, que le recordaba mucho al que preparaba su madre en Rochester.

Aboukir escuchó atentamente, y tras un breve silencio reanudó la conversación.
- El señor Carlyle sí tenía aficiones excéntricas, aunque no fue el opio lo que le mató... - dijo, de una forma intencionadamente misteriosa el Indio. - Seré breve; adivino que usted no es persona amante de circunloquios. Hay una persona muy interesada en llegar hasta al fondo de aquella fallida expedición; su nombre es Jackson Elyas. Cecil W. Collier, amigo suyo, nos ha seleccionado para conformar un equipo de investigación...