Partida Rol por web

Lobo gris si quieres que confiemos algo más en tús palabras deberás de contarnos mucho más que una amenaza para que nos vayamos de aquí..., y repito lo mismo en este caso mi voto va a ser para Sokan, repito que votarse a si mismo....es una actitud muy rara.

-¡¡¡Aaaaghhhh!!! -gritó asustado Goronleone de pronto-. ¡Alguien me ha hecho gorodaño!

Se levantó de pronto y buscó la herida que le dolía. En el costado izquierdo tenía un corte que no dejaba de sangrar.

-Buaaaaaaahhhh.... -sollozaba- ¿Por qué me han hecho goropupa? ¡¡Duele!! Tened gorocuidado los demás. Fue una gorosombra la que me atacó.

Zejin había estado escuchando las respuestas de sus compañeros. Estab a punto de responderele a Weirton cuando de pronto el llanto del pequeño niño Goron se presentó como prioridad, y el Orni esprintó en dirección al pequeño Goronleone. Otro niño no, otro niño no... Afortunadamente, cuando se arrodilló junto al pequeño este no estaba muerto, aunque tenía un feo corte en un costado.

-¿Estás bien pequeño?¿Te duele?- Miró el corte asombrado -Ven, te tumbaremos en un camastro.. ¿Alguien sabe preparar algo para el dolor?

Si no se sana pronto podría llegar a ser mortal. Sin embargo pocos tienen conocimientos de medicina, quizás un objeto específico pueda ayudarlos.

-Pero que demonios...- Debbrunia se aproximo al pequeño Goronleone -shh shh pequeño hermano todo estará gorobien, vamos a ayudarte pero dime ¿qué ha pasado? ¿de dónde ha venido la sombra?- Debbrunia estaba tratando de calmar al pequeño goron pero en realidad no tenía mucha idea de como hacerlo

-Sen... Sentí una presencia en las sombras, un goroescalofrío... ¡y el dolor! Snifff... snifff... -sollozaba el pequeño goron- No sé por qué me goroatacó. Hay alguien goromalo aquí, y ahora no se atreve a salir. ¡Me goroduele muchoooo! ¿Nadie tiene gorocosas para curar? Porfiiiii...

Mikau se acerco al Goron para auxiliarlo en lo que pudiera, mientras le comentaba a los demas del grupo

-dicen que cuando acorralas a la bestia se vuelve mas peligrosa, creo mucho eso de que solo queda 1, pongamos atención y tratemos de votarlo para eliminarlo.

A mi también me habían atacado, pero no hice tanto ruido como el niño goron, como prefería mirar a todos lados y tratar de comprender de dónde había venido el ataque. “A mí también me atacaron… de la misma forma que cuenta Goronleone… una presencia en las sombras… un escalofrío que sentí y… ved aquí...” Revelé, apartando la mano que sujetaba mi torso, mi ropa rasgada debajo de la cual se veía la herida de una cortadura.

“Zejin!” reclamé, sin embargo, en voz poderosa la atención de dicha persona. “El Yiga acorralado se vuelve loco. No te preocupes de Goronleone, Mikau lo sanará como ya ha sanado a mí… en lugar de esto, responde a mi pregunta! El tiempo se nos acaba.”

Necios ¿en serio necesitaban pruebas para convencerse de que les diría quien es el que está matando a todos? Yo no ganaba nada mintiéndoles, solo quería que se marchasen de ese lugar.

- Está bien, esperaré a que os maten a todos y luego devolveré las reliquias a donde pertenecen. No sois los primeros que acaban así – gruñí con mis grandes fauces antes de ponerme a custodiar la puerta de las ruinas.

-El Gran Revali me lo dijo...- Acertó a murmurar el orni. Seguía, no obstante, mas pendiente del niño que de Weirton. Alguien que decía haber sido herido no le daba del todo buena espina. Probablemente hacía bien en desconfiar de él. -Me solicitó que protegiese a los Orni cuando entre aquí, y no volví a escuchar su voz hasta que se llevó a cabo el cambio de poderes. Me dio información... extraña, ambigua. No le encuentro demasiado sentido, aunque gira en torno a la forma en la que los roles se repartieron. 

Percatándome del recelo de Zejin, sólo dije: “La única parte de esta información que necesitaríamos atañe al cambio de roles de los poseídos del clan Yiga, lo demás lo puedes guardar para ti.”

Por el ataque que había sufrido apenas me había enterado de la breve discusión con el lobo, pero ahora sí me acerqué con cuidado a él, plantado ante las puertas de las ruinas: “Toda clase de información que pueda ayudarnos a dar con el último de los poseídos es bienvenida. Así que, lobo gris, ¿quién es el último Yiga? También nos vendrían bien pruebas de la afirmación que harás.”

-¡Por todos los pedruscos...! Empuñando su machacarrocas se puso nuevamente en guardia, tratando de mantener su espalda a cubierto.

-Hombre podemos hacer lo que dice el lobo, movernos fuera y que nos diga quien es el último asesino del clan Yiga para acabar lo que empezamos, yo no tengo ningún problema en abandonar la zona. ¿Qué opináis el resto?

-¡¡HOHO!!-Aquel gran ave, quien dejaba que fuera el Lobo quien hablara finalmente rompió su silencio.

-Terminar pronto con esto y marcharos. No hacéis mas que daño entre vosotros y los vuestros ¡¡Hoho!! - Aleteo hasta posarse cerca del niño Goron.

-Miren si goroentendí bien la cosa no podemos marcharnos de aqui sin haber terminado con la maldición porque algo malo puede pasarnos fuera, si alguien quiere ser voluntario a ver que pasa si nos vamos pues... yo lo apoyo desde acá, esto solo es un circulo vicioso y acá mis amiguitos del bosque no están ayudando mucho... - Exclamo Debbrunia estudiando las posibilidades, aunque mas bien pensaba que irse no era una opción, si no ya se hubiera hecho

-Hay otra forma de que podáis salir de aquí – dije tomando la palabra otra vez, aunque no quisiese hacerlo. – Si el búho y yo conseguimos comunicarnos con nuestros compañeros podremos romper la maldición y echaros del lugar, aunque nos llevará tiempo. – dije.

Como respuesta al chico herido que me había preguntado quien era el último miembro – No tengo motivos para mentir, ni tampoco para deciros quien es el asesino. Pero que sepas que el asesino apesta desde lejos. Aunque claro, vosotros no tenéis un buen olfato que pueda identificar a los malhechores ja ja ja ja – mi risa era extraña de ver, siniestra tal vez.

El esqueleto se aproxima al niño goron malherido y comienza a acariciarle con sus huesudas manos la abultada panza.

-Ea, ea, ya pasó, pequeñín -se oye decir al esqueleto, en un tono neutro que no transmite emoción alguna-. Si bien te portas hasta que de aquí marchemos, un goroncaramelo te daré.

- Oh no, veo... Veo las sombras moverse, veo....................... ¡Van atacar, van atacar! - 

“Pues, señor lobo gris, por el momento no podemos marcharnos de la aldea, porque fuera hay una tormenta que nos impide salir de ella antes de que no acabemos con la maldición. Y, justamente, para hacer esto tiene que morir el último poseído del clan Yiga. Por ende, no comprendo sus hesitaciones. Díganos simplemente quien es el último poseído, y con cuales razones fehacientes lo puede corroborar, y votaremos por él. Luego, con la maldición así acabada, saldremos de las ruinas y también de la aldea, y asimismo saldrá de las ruinas nuestro amigo Magrom, al quien será devuelto su cuerpo. Nadie de nosotros, se lo aseguro, tiene ganas de quedarse aquí más de lo estrictamente necesario, ya estamos hartos de este lugar – si quedamos aún aquí, como acabo de explicárselo, es por fuerza.”

Oyendo asustado la exclamación de Magrom: “¿Qué… qué… qué… ¿qué ves, a quién?”

-¡¡Hoho!! Solo mancháis la tierra con vuestras sangre, el odio os consume, todos por igual sois culpables. Demostrar que uno marca la diferencia, Demostrarlo. -Aleteo de nuevo hacia una rama cercana, una vez que el pequeño Goron es atendido.