Partida Rol por web

Las sombras del ayer...

1 - Frágil

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11/02/2014, 19:20
Directora

Domingo, 8 de diciembre de 2013

Aquel fin de semana, J se había ido a pescar con su amigo Charles, dejando a Hannah y a su madre solas... Se fueron el viernes por la tarde y Hannah calculaba que no volvería hasta el atardecer. 

Charles vivía a unas pocas casas de la suya. Su mujer y él tenían una extraña amistad con la madre de Hannah y con J. Muchas veces se quedaban a cenar o eran ellos los que iban a su casa. 

Cuando Charles y J se quedaban solos en el salón, Hannah se levantaba con cualquier excusa y se encerraba en su dormitorio. No le gustaba como la miraban, parecían lobos hambrientos acechando a su joven y tierna presa. Pero su madre la "obligaba" a atender a las visitas y estar presente cuando venían. 

Hannah estaba casi convencida que aquella tarde, cuando volvieran de pescar, acabarían yendo a su casa. Era como una tradición y aunque ella la odiara, su madre parecía adorar esas reuniones. Aunque luego se pasaba el día criticando a Hellen, la mujer de Charles. La joven estaba casi convencida de que lo que le ocurría a su madre era que tenía celos de aquella mujer. A primera vista se la veía fuerte, segura de sí misma y muy elegante... Pero tenía que soportarla y hacer como si fueran grandes amigas. 

Desde que su padre había muerto, la madre de Hannah había dejado de lado todas sus amistades. Ignoraba sus llamadas e incluso había dejado los círculos de solidaridad por los que solía moverse. Charles y Hellen hacía años que vivían allí cerca, y fueron quienes le presentaron a J. 

Era domingo por la mañana, fuera hacía mucho frío... Hannah todavía estaba metida dentro de la cama, arropada hasta la cabeza, aunque dentro de la casa había una temperatura agradable. 

Aquella noche había soñado con J y despertó con el corazón desbocado y el grito trepando por su garganta. Al abrir los ojos comprobó que estaba sola, estaba en su cuarto y fuera todavía era noche cerrada. Se levantó y comprobó que estaba nevando... Un escalofrío recorrió su espalda y no pudo evitar preguntarse cómo estarían los dos pescadores... Se volvió a la cama y finalmente consiguió volver a dormirse.

Cuando despertó por la mañana, los rayos de sol entraban tímidamente a través de las rendijas de su persiana. Un zumbido llamó su atención, fue entonces cuando se dio cuenta de que era su smartphone el que estaba vibrando. Al cogerlo vio que se trataban de Michelle y de Claudia, que estaban enviando whasaps en el grupo que tenían formado ellas, Hannah y William.

Michelle: Chicos ¿os apetece ir esta tarde al cine?

Claudia: Tengo que estudiar, llevo fatal el examen del martes

Michelle: Venga, anímate, podríamos ir a ver la de Carrie : D

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12/02/2014, 23:54
Hannah Richards

Hannah suspiró, todavía escondida en el calor del nido de mantas y contempló la pantalla de su móvil, metiéndolo bajo las sábanas. No le apetecía mucho ir al cine, pero menos le apetecía estar en casa cuando J. y el baboso de su amigo llegaran a casa. Había sido un fin de semana muy tranquilo en su ausencia y se habría sentido molesta porque terminase si no fuera por el nudo que atenazaba sus tripas al pensar en su padrastro. El miedo y el asco que le producía sentir su mirada sobre ella eran más fuertes que cualquier otra sensación. 

Sin responder, se mordió el labio inferior y dirigió su mirada hacia la ventana para comprobar si seguía nevando, o si la nieve había cuajado dejando un bonito y suave manto en la acera. - Ojalá se hayan quedado atrapados en la montaña. - Pensó con rabia. - Ojalá se hayan muerto congelados y nunca nadie los encuentre. - Apretó sin querer los dientes y el dolor en el labio le hizo volver a la realidad. Eran unos asquerosos, pero no eran imbéciles. Seguramente estarían preparados para algo así. Eso si era cierto que estaban pescando. No le sorprendería en absoluto que fuese mentira y estuvieran borrachos en un prostíbulo, metiéndole mano a jovencitas que podrían tener su edad... 

Se incorporó de golpe, intentando sacar de su mente esa idea y sintiendo el estómago revuelto. Llevó la mano a su frente y la frotó con hastío mientras, todavía sentada en la cama con las mantas hasta la cintura, volvió a mirar el teléfono y empezó a teclear con decisión. Al menos en el cine estaría a oscuras y no tendría que hablar con nadie. Sería casi como estar en su cuarto viendo una peli. Pero sin temor a que J. entrase por su puerta de nuevo con esa sonrisa que le ponía los pelos de punta. 

Hannah: Yo me apunto. 

Hannah: A q h qdamos?

Una vez hubo respondido al mensaje dejó el teléfono en la mesa y se levantó. Buscó las zapatillas por el suelo y se dirigió al baño para darse una ducha caliente, aprovechando que su padrastro no estaba en casa. En los últimos tiempos hasta el acto de ducharse la hacía sentir desprotegida, a pesar de cerrar la puerta con pestillo. No podía evitar imaginarse que él entraba forzando la puerta... También había pedido a su madre que le permitiera poner pestillo a su cuarto, pero ella se había negado, así que Hannah había terminado por bloquear la puerta de su habitación con una silla cada noche. Al menos mientras J. estaba en casa.

Abrió el armario para coger la ropa que se pondría después y salió hacia el baño, recordando brevemente que hacía menos de un año no era necesario tomar tantas precauciones, podía atravesar los pocos metros que lo separaban de su habitación envuelta en una toalla. Pero ahora no haría eso por nada del mundo. - Ojalá estén congelados y muertos... - Pensó por última vez, resistiéndose a perder la esperanza, mientras abría la puerta para salir al pasillo.

Notas de juego

¿Carrie no es del 2013? XD

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13/02/2014, 12:51
Directora

Al asomarse a la ventana, Hannah comprobó que efectivamente, aquella noche la nieve había llegado a cuajar, tampoco es que fuera mucha y sabía que no tardaría en derretirse, pero fuera debía estar haciendo mucho frío. Antes de meterse en el baño llegó una respuesta al whasap.

Michelle: Genial... A las 5?

Se duchó con la puerta cerrada, como era su costumbre. Dejó que el agua caliente cayera sobre ella durante un buen rato. Cuando terminó, el vaho había empañado el espejo y había dejado a la vista un corazón dibujado en su superficie...

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14/02/2014, 02:35
Hannah Richards

Hannah leyó el mensaje de Michelle mientras entraba en el baño y respondió antes de dejar el teléfono sobre el lavabo junto a su ropa.

Hannah: ok. a las 5 en el centro comercial!

Añadió la exclamación por costumbre, no porque la entusiasmara especialmente el plan, y empezó a desnudarse con un suspiro, sin quitarle ojo a la puerta, a pesar de saber que estaba cerrada.

En la ducha se relajó un poco, dejando que el agua caliente corriese por su piel durante largo rato, mirando hacia arriba y empapándose la cara. Se lavó el pelo con cuidado y se puso acondicionador. Lo tenía muy largo ya y a pesar de tenerlo muy liso, desenredarlo era un suplicio. Últimamente hasta había estado pensando en cortárselo a lo chico, con algún peinado realmente feo y que le quedase mal. Quizá así J. dejaría de mirarla. Pero no se decidía a hacer algo tan drástico, su pelo era la parte que más le gustaba de sí misma y no quería perderlo. 

Perdió la noción del tiempo bajo la ducha y cuando por fin se decidió a salir, las yemas de sus dedos empezaban a arrugarse. Se envolvió con su albornoz rojo y blanco y se giró hacia el espejo buscando con la mirada un peine. Fue entonces cuando lo vio y sintió que el corazón se le detenía en el pecho. Se quedó inmóvil durante varios segundos, con los ojos completamente abiertos por la impresión y los labios temblorosos.

En un primer momento pensó que era obra de J. Una nueva broma macabra con la que divertirse y amenazarla al mismo tiempo. A pesar de saber que estaba sola y que la puerta estaba cerrada, miró a su alrededor, temiendo ver su rostro junto a ella, con su sonrisa lasciva y repugnante. Una pequeña lágrima empezó a deslizarse por su mejilla mientras empezaba a respirar de nuevo, con el aliento entrecortado. 

Se la limpió con el dorso de la mano y con la otra apretó el borde de su albornoz, cerrándolo más. No podía haber sido J. Él no estaba en casa... Y si lo hubiera hecho antes de irse, ella lo habría visto el día anterior. Pero entonces... ¿quién? ¿Su madre? ¿Era una extraña forma de intentar acercarse de nuevo a ella aprovechando que el cerdo de su novio no estaba en casa?

La verdad es que era extraño, su madre no se preocupaba demasiado de ella últimamente, pero era la única que podría haber sido. Lo habría dibujado durante la noche para que ella lo viera al salir de la ducha. No se le ocurría ninguna otra explicación. Pero lo llevaba claro. Lo que había entre ellas ya estaba roto por completo y en cuanto pudiera se escaparía, esta vez de verdad. Se iría tan lejos que nunca jamás la encontrarían.

Empezó a respirar con normalidad poco a poco mientras se pasaba el peine por los cabellos, desenredándolos cuidadosamente, tranquilizándose de nuevo con cada pasada. Le gustaría irse a su cuarto a terminar de secarse el pelo y vestirse. Odiaba ponerse la ropa con la piel húmeda... Pero no se atrevía, ni siquiera sabiendo que J. no estaba en casa. Así que se quedó allí, peinándose lentamente con la mirada posada sobre el corazón del espejo, esperando que el vaho se fuese desvaneciendo poco a poco llevándoselo con él. 

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14/02/2014, 21:22
Directora

Tras la primera impresión y cuando su corazón dejó de latir con fuerza, Hannah se autoconvenció de que aquel dibujo no podía ser de J... Él no estaba aquel fin de semana, ¿verdad...? 

Empezó a cepillarse el cabello, algo más tranquila. Pero una nueva sensación, como un nudo en la boca del estómago, había empezado a estrecharse y a remover sus tripas. Por mucho que se dijera que era imposible que fuera J, por mucho que creyera que aquel corazón debía ser una forma de pedir perdón por parte de su madre, el miedo estaba allí...

¿Y si el día anterior la ducha había sido más rápida y no había llegado a generar tanto vaho...?

¿Y si J la había visitado aquella noche, sin que se diera cuenta y... Aún con la puerta trabada había conseguido llegar hasta ella...?

¿Y si...?

En aquel momento el smartphone volvió a vibrar...

William: ok a las 5

Parecía ser que su amigo William también se apuntaba para ir al cine. La única que aquella vez no podría juntarse con ellos era Claudia...

 

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15/02/2014, 02:23
Hannah Richards

Hannah: venga, Claudia, animate. sera poco rato...

Últimamente salía poco, y para una vez que lo hacía iba a echar de menos que no estuviera Claudia. Al menos un pequeño intento de convencerla era necesario. Quizá si veía que ella iba a ir se animaba...

Incapaz de soportar más tiempo la incertidumbre que le provocaba el corazón del espejo, Hannah se vistió rápidamente y se llevó el peine y el secador de pelo a su cuarto, junto a su móvil y el pijama. Antes de salir del baño miró a ambos lados del pasillo y tras asegurarse de que no había nadie caminó hacia su habitación a toda velocidad. mirando de nuevo hacia atrás antes de abrir la puerta y tomando aire al empujarla. 

Su mirada recorrió su cuarto, asegurándose de que no había nadie dentro antes de entrar. Desde aquello no podía evitar imaginarse a J. esperándola sobre la cama cada vez que entraba.

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16/02/2014, 12:08
Directora

El baño que solía utilizar Hannah era prácticamente para ella. Allí estaban sus cosas de aseo, sus maquillajes, cremas y todo tipo de potingues que tuviera la joven. Volvió a la intimidad de su dormitorio, comprobando antes que no había nadie en él. En ese momento, el smarphone volvió a vibrar.

Claudia: No puedo, de verdad.

Pocos minutos después, llegó un nuevo mensaje.

Michelle: Es una lastima, ultimamente cuesta vernos los 4

Mientras Hannah estaba leyendo la última respuesta de Michelle, escuchó la voz de su madre que la llamaba desde abajo. 

- Hannah... ¿Vas a bajar a desayunar? - Su voz sonaba un poco ronca. La noche anterior la había pasado bebiendo whisky. O eso vio Hannah antes de subir a su dormitorio. No sabía hasta que hora se habría quedado, pero seguro que no habría ido a dormir hasta casi haber terminado la botella. 

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19/02/2014, 22:19
Hannah Richards

Hannah se desenredó el pelo con el peine cuidadosamente y después se lo empezó a secar con el secador, echando breves miradas a los mensajes que iban apareciendo en el whatsapp, pero sin ninguna intención de participar más en la conversación por el momento. Le sabía mal que Claudia no fuese, pero no iba a presionarla. 

Al escuchar la voz de su madre apagó el secador para responder. Realmente no tenía ningunas ganas de desayunar con ella. Y menos sabiendo que probablemente tendría una tremenda resaca. La asqueaba la conducta de su madre, emborrachándose a solas en el salón. Aunque al menos era mejor que escuchar los sonidos de sus actividades con J...

Pensar en J. le produjo una vez más una sensación desagradable en la espalda y su mirada se dirigió a su alrededor durante un instante, como un acto reflejo. - ¡Sí, mamá! ¡Me seco el pelo y bajo! - Alzó la voz lo suficiente para que su madre la escuchara y volvió a encender el secador. A pesar de no tener ganas tenía que avisarla de que iría al cine con sus amigos. Con suerte le daría suficiente dinero para que comprase palomitas y podría guardarlo para cuando se fuese. 

Suspiró quedamente, calculando mentalmente cuánto dinero llevaba ahorrado y cuánto le faltaba para poder coger un avión hacia Europa, mientras de fondo el ruido del secador la ayudaba a aislarse durante unos minutos.

Cuando tuvo el pelo seco apagó el aparato y con resignación salió de su cuarto para bajar al piso de abajo y dirigirse a la cocina. Esperaba que hubiera zumo de naranja en la nevera. Con eso y unos cereales se daría por satisfecha.

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21/02/2014, 13:46
Allie Johns

Normalmente, entre semana, había una chica que se encargaba de la cocina y de la limpieza general de la casa. Pero los sábados por la tarde y los domingos tenía fiesta. Era entonces cuando la madre de Hannah se metía en la cocina. 

Normalmente acababan comiendo algo de pasta o bocadillos, ya que no se le daba muy bien. Pero aquel día se había emperrado en hacer tortitas. Así que cuando Hannah entró en la cocina, lo primero que le dio la bienvenida fue un olor a aceite requemado. 

Dirigió su mirada hacia la encimera y horrorizada comprobó que estaba toda llena de harina y huevo. Su madre se estaba fumando un cigarrillo mientras terminaba de darle la vuelta a la última tortita.

Levantó la mirada, dirigiéndola hacia la puerta y enarcó una ceja. 

- Vaya, dormilona... Pensé que no bajarías... He preparado tortitas para desayunar -.  Le dijo, como si ella no hubiera visto todo aquel desaguisado. 

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27/02/2014, 01:22
Hannah Richards

Los ojos de Hannah se abrieron por la sorpresa al ver la cocina que Lisa* solía mantener pulcra e impoluta convertida en un campo de batalla. - ¿Pero por qué no se estará quieta? - Pensó para sí misma mientras se esforzaba en tratar de sacarse de encima la expresión de horror y contemplaba a su madre, evaluando si le duraría la borrachera del día anterior. 

- Vaya, mamá... Tortitas. Hacía siglos que no las hacías. - Dijo, en un esfuerzo supremo por hablar con toda la naturalidad que fue capaz de sacar. - Por lo menos desde que papá... - Se llevó la mano a la frente para frotársela, tratando de eliminar ese pensamiento de su mente enseguida. - Me estaba secando el pelo. - Explicó, continuando hablando tan sólo para no seguir pensando y dirigiéndose al frigorífico para comprobar si había zumo de naranja para servirse un buen vaso que la ayudase a tragar las tortitas requemadas de su madre. - Se me va a pegar el olor a aceite quemado en el pelo. - Se sentó en la mesa, manteniéndose lo más apartada que podía del lugar donde su madre cocinaba. - Luego puede que vaya al cine con Michelle y William. - Comentó de pasada, aprovechando el aparente arranque de buen humor de su madre para darle la noticia.

Notas de juego

*Nombre inventado en el momento para la chica que limpia, puedes cambiarlo si quieres XD.

Perdón por el retraso, mudanza, ya sabes u.u

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27/02/2014, 13:50
Allie Johns

Allie sacó la última tortita de la sartén y apagó la encimera. Se llevó el cigarrillo a los labios y le dio una profunda calada, dejando que el humo inundara sus pulmones y haciendo que saliera por su nariz mientras seguía con la mirada los movimientos de su hija. 

- Pensé que te gustarían... - Le dijo, refiriéndose a las tortitas aceitosas y requemadas que reposaban sobre un plato. En la nevera sí que quedaba zumo de naranja para el alivio de Hannah. 

Allie entrecerró los ojos cuando la joven le informó de sus planes. 

- Hoy tenemos cena... Vendrán Hellen y Charles, con su hijo... - Hannah no conocía al hijo de los amigos de su madre. Estudiaba lejos y nunca habían coincidido. La mujer volvió a darle otra calada al cigarrillo y acercó el plato de tortitas hacia su hija. - Me parece bien que vayas al cine... - Retomó la conversación tras unos minutos de incómodo silencio. - Sí, quiero que vayas con tus amigos, a ver si de esta manera se te quitan tantas tonterías de la cabeza. Pero... A las ocho te quiero en casa...

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01/03/2014, 03:17
Hannah Richards

Hannah cogió el plato de las tortitas y se sirvió dos en su plato, se levantó después para buscar por los armarios. - ¿Tenemos sirope de arce? - Preguntó sin dejar de buscar, tan sólo por dar conversación mientras aplazaba el momento de empezar a desayunar todo lo que podía y le daba vueltas a la noticia que su madre acababa de darle. 

Finalmente se sentó y miró a su madre frunciendo el ceño. - ¿Tú no desayunas? - Empezó a comer, y sólo podía pensar en cómo sería el hijo de Hellen y Charles. Si se parecía mínimamente a sus padres resultaría completamente repulsivo. Y parecía probable que lo hiciese. Se imaginó la escena por un momento, con J., Charles y el hijo, del que ni siquiera recordaba el nombre, sentados juntos en el sofá, mirándola con esa sonrisa asquerosa que le daba náuseas y tuvo que hacer un esfuerzo para no largarse a su habitación en ese momento.

Bebió zumo, dejando que el sabor entre dulce y ácido refrescase su garganta, cogiendo fuerzas para comerse las tortitas. - Claro, mamá. - Asintió cuando le puso la hora de llegada. Era la única respuesta posible si no quería empezar a discutir. Y una discusión podría terminar con ella castigada y sin poder salir. Y eso significaba también no conseguir el dinero para su ahorro particular. Total, si después no quería volver siempre podía llegar más tarde e inventarse alguna historia. - ¿Cómo se llamaba su hijo? No lo he visto nunca. - Preguntó, sin verdadero interés, pero tratando de sacar algún tema del que hablar con algo de naturalidad.

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01/03/2014, 19:49
Allie Johns

Mientras Hannah buscaba el sirope de arce, su madre le dio una última calada a su cigarrillo y apagó la colilla en un cenicero, que ya estaba bastante lleno. 

- Yo me tomaré un café, tengo el estómago bastante revuelto... - Le confesó mientras una mueca se formaba en sus labios. Cogió la cafetera y se sirvió en una taza de porcelana gris. Se sentó delante de su hija y llevó la taza a sus labios, dándole un buen trago a su amargo contenido. Tras eso la dejó sobre la mesa y sacó su paquete de tabaco. Cogió un cigarrillo y lo encendió, aspirando con fuerza el humo contaminante. Cuando Hannah le confirmó que llegaría a tiempo para la cena, la mujer asintió con la cabeza y le dio una nueva calada al cigarrillo.

- Su hijo se llama Marvin. Bueno, es hijo de Hellen, de su anterior matrimonio... - Le empezó a explicar y sus labios formaron una mueca de disgusto. - Hellen estuvo casada con aquel... Aquel cabronazo que terminó largándose con su secretaria. A ella le costó superarlo, hasta que conoció a Charles. Pero parece ser que Marvin no termina de aceptarle, por eso lo llevaron a un internado de esos... - Mientras le explicaba la situación del joven, la miraba con los ojos entrecerrados, como estudiando las expresiones de su hija. Su tono era suave, pero parecía estar velado por una advertencia... Cogió la taza y le dio un nuevo trago.

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02/03/2014, 01:36
Hannah Richards

Hannah contempló en silencio cómo su madre se servía una taza de café y encendía un nuevo cigarrillo. - Entre el café solo, el tabaco y la botella de whiskey que te trincaste ayer, lo raro sería que tuvieras el estómago en condiciones. - No pudo evitar pensar con acidez mientras se juraba a sí misma que nunca se permitiría llegar a estar tan acabada como ella. Jamás. Pasara lo que pasase mantendría al menos el mínimo de dignidad que su madre parecía haber perdido. 

Escuchó la historia del hijo de Hellen y un brillo de curiosidad apareció en sus ojos. No le extrañaba lo más mínimo que su ex-marido se hubiese ido con otra. Esa mujer le producía un rechazo considerable. Pero veía en ese momento más semejanzas entre su madre y Hellen de las que había pensado. Ambas habían perdido a su marido y habían terminado con el mismo tipo de hombre. Machista, baboso y aprovechado. Sí, de esos que se pegan a las mujeres con dinero y que se sienten solas. Le parecía sencillamente repugnante. Y aún más que su madre hubiera podido llegar a algo así. - Ya no conozco a esta mujer. No sé quién es. Y no le debo nada. - Pensó, mientras se obligaba a mantener una expresión natural y a comerse las puñeteras tortitas.

Sin embargo, no le pasó desapercibida la velada amenaza de sus palabras. - Un internado. Apuesto a que te encantaría mandarme a mí a un sitio de esos. Seguro que ya ha salido el tema... Pero no, a J. le gusta demasiado tenerme cerca. - Un escalofrío recorrió su espina dorsal al pensar en que J. seguramente estaría acechándola para encontrar el momento de atacarla de nuevo y tuvo que beber zumo rápidamente para evitar la náusea que le subió por la garganta. 

Por otra parte el muchacho - el tal Marvin - acababa de cobrar más interés ahora que sabía que no era hijo de Charles y que no lo aceptaba. ¿Qué habría hecho para terminar internado? - ¿Y cuántos años tiene? - Preguntó finalmente. Quizá no estaría mal llegar a las ocho después de todo. Sentía curiosidad y si existía la posibilidad de que alguien le llevase la contraria a Charles... Ella quería verlo. 

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02/03/2014, 21:35
Allie Johns

Mientras Hannah le daba vueltas a lo que su madre acababa de contarle, ésta se perdió en sus propios pensamientos. Le daba caladas al cigarrillo y las intercalaba con sorbos del fuerte y amargo café. 

Hannah probó las tortitas y, efectivamente, estaban requemadas y ligeramente aceitosas. Tuvo que añadirle más sirope para hacerlas medianamente comestibles. 

Cuando le preguntó a su madre por la edad de Marvin, su conciencia volvió de nuevo a la cocina y la miró como si no entendiera qué le estaba preguntando. Pestañeó y sus pupilas se empequeñecieron. Se llevó de nuevo el cigarrillo a los labios y le dio una buena calada, provocando que la ceniza cayera sobre la mesa. Allie dibujó una mueca con la boca y sacudió la zona, haciendo que la ceniza se fuera para el suelo. - Mierda... - Volvió a mirar a su hija, recordando que acababa de hacerle una pregunta. - ¿Cuántos años tiene...? ¿Quién...? -

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03/03/2014, 03:55
Hannah Richards

Hannah se esforzaba en tragar las tortitas saboreándolas lo menos posible. Su madre nunca había cocinado bien, pero al menos cuando su padre estaba vivo se esforzaba un poco. En esta ocasión eran sencillamente intragables, pero la joven no tenía escapatoria. 

Suspiró al ver cómo su madre se había quedado perdida en sus pensamientos y cómo al reaccionar ni siquiera recordaba de qué estaban hablando. Un pensamiento despectivo surgió en su mente. Definitivamente debía durarle la borrachera de la noche anterior. No estaba segura de si le parecía más repugnante o patético. 

Hizo una mueca antes de esforzarse por hablar con voz suave. - Marvin, mamá. El hijo de Hellen... ¿Cuántos años tiene? - Preguntó de nuevo, haciendo un alarde de paciencia. En cuanto pudiese se largaría de la cocina para volver a su habitación.

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03/03/2014, 17:44
Allie Johns

- ¿Marvin...? - Por un momento, Allie se quedó que no sabía de qué le estaba hablando su hija. Su expresión era confusa y sus ojos, ligeramente turbios, se veían perdidos. Arrugó ligeramente el ceño... - Maldito dolor de cabeza... - Dijo, llevándose los dedos a las sienes y frotándolas mientras cerraba los ojos. 

- Marvin... Ah.. Sí... el hijo de Hellen... Creo que tiene diecisiete años - Le respondió finalmente y volvió a abrir los ojos, clavándolos en los de su hija. 

- Hellen me habló de él. Parece ser que era un buen chico, jaaa... ¿Qué va a decir esa zorra...? Ella no quería meterlo en el internado, pero al final la situación se volvió muy inestable en su casa y terminó tomando esa decisión. Pero sigue defendiéndole... Cuando Charles le contó a J que Marvin le había amenazado con una botella rota. Empezaron a discutir y Hellen tuvo que ponerse en medio para que su hijo no cometiera una estupidez. Pobre Charles, lo que ha tenido que aguantar. Pero está enamorado de ella y hace todo lo que puede por su matrimonio... - Tras esas palabras, le dio una última calada al cigarrillo y aplastó la colilla entre el montón que empezaba a sobresalir del cenicero. 

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04/03/2014, 22:57
Hannah Richards

Hannah observó a su madre tratando de volver a la realidad. - Tierra llamando a mamá... - Pensó con una pizca de ironía mientras se llevaba un nuevo bocado de tortida regada en sirope a la boca y bebía un largo trago de zumo justo después. Escuchó la historia sobre Marvin y dejó de comer por un instante, para mirar a su madre asombrada, sintiéndose admirada por el valor del muchacho. Ojalá ella se atreviese a hacer algo así con J.

No hizo ningún comentario al respecto, ni sobre ese pobre Charles que tanto hacía por su matrimonio. A ella el tipo le parecía tan despreciable como J. y si el muchacho había sido capaz de plantarle cara por su parte sólo se merecía un aplauso. Y Hellen quizá debería haber abierto los ojos y haber mandado a Charles a un internado en lugar de su hijo. Lo cierto es que no lo conocía de nada, pero no podía evitar sentirse identificada de alguna forma con el tal Marvin. 

- Vaya... Tuvo que ser aterrador. - Respondió, siguiéndole el rollo a su madre, pero pensando en su interior en lo genial que sería que esa noche sucediese algo así. Ella rompería otra botella y amenazaría a J. con ella. Parpadeó varias veces y continuó comiendo. - Sí, y al día siguiente adivina quién se despertaría encerrada en un internado... 

Con un esfuerzo se terminó el último pedazo de tortita y se levantó, recogiendo el plato y el vaso para llevarlos al fregadero, donde los dejó tratando de no mancharse con la harina que había por toda la encimera. Después se volvió hacia su madre. - Mamá, ¿quieres que te traiga un analgésico? - Ofreció, con toda la intención de largarse para encerrarse en su cuarto hasta la hora de comer.

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05/03/2014, 18:00
Allie Johns

- Sí, debió ser muy duro para el pobre Charles. No te imaginas todo lo que ha hecho por ese chico... Además, su padre les abandonó, no entiendo ese rechazo... - 

Allie cogió un nuevo cigarrillo y lo encendió. Desde que Hannah había llegado para desayunar, era el tercero que se fumaba. Aspiró el humo y lo dejó ir poco a poco. El blanco de sus ojos estaba algo rojizo y sus pupilas ligeramente dilatadas. Le dio un último trago a la taza de café y una mueca se formó en sus labios. Volvió a cerrar los ojos, intentando que aquel maldito dolor de cabeza se fuera. Al escuchar la pregunta de su hija, volvió a abrirlos y la miró con una sonrisa torcida.

- Gracias, hija... En mi bolso llevo una caja de analgésicos, si eres tan amable de traérmelos... - Le dijo y, por un momento, la sonrisa que perfiló sus labios le recordó a Hannah a cuando su padre vivía y Allie parecía ser la madre perfecta. La mujer que les amaba y siempre procuraba por el bienestar de ambos. Pero esa sonrisa no tardó en desvanecerse, dejando otra vez un rostro marcado por el alcohol y el miedo a tirar adelante con su propia vida...

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07/03/2014, 21:03
Hannah Richards

Hannah asintió con la cabeza, contemplando con una pizca de lástima a Allie que se desvaneció al mismo tiempo que ella recuperó su aire habitual de mujer acabada. La muchacha salió de la cocina en busca del bolso de su madre y en cuanto dio un paso fuera de ella hizo una mueca con la boca. Su madre estaba peor que nunca. Si no fuese porque tenía que soportar su presencia, casi preferiría que estuviera J. con ella. Al menos cuando estaban juntos su madre no le hacía ningún caso y sólo tenía ojos para él. Pero J. iba acompañado de sus miradas asquerosas y de su repugnante sonrisa... Iba distraída, buscando el bolso en los lugares donde su madre solía dejarlo habitualmente.