Partida Rol por web

Las Tierras de los Valles

6. En una Mañana Soleada en el Mercado...

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09/02/2010, 09:42
Director

El Mercado de la Rastra era un lugar aglomerado y bullicioso incluso a aquella temprana hora de la mañana. El fuerte olor a pescado flotaba en el ambiente, mientras las botas chapoteaban en el suelo embarrado. Khaila pasaba por entre los tenderetes y carretas, sin encontrar el que buscaba. Cada pocos metros se tenía que detener cuando alguno de los vendedores ambulantes la ofrecían queso, hilo o velas de larga duración.

- Tiradas (2)
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09/02/2010, 09:55
Orestes el Herrero

-Hola Khaila, cuánto tiempo.

La guerrera se giró y contempló el afable rostro del herrero Orestes. Su antiguo mentor y socio, cuando ella misma se dedicaba a la herrería. Su especialidad eran las espadas, que habían adquirido tal fama de fuertes y duraderas que se decía que podían mantener el temple incluso bajo el fuego de un dragón. Aunque, por supuesto, cuando bajaba al mercado llevaba mercancías más cotidianas como enseres de cocina. El hombre le miró de arriba abajo, pero su sonrisa se transformó en un ceño fruncido cuando señaló con el dedo al cinto de Khaila.

La guerrera se llevó la mano instintivamente a donde llevaba la bolsita del cinto. En vez de el familiar tacto de las monedas bajo el suave cuero, sólo estaban las cuerdecitas cortadas. Khaila hizo una rápida cuenta mental, ¿cuánto dinero había cogido esa mañana?

Notas de juego

Borra de tu ficha 1 pieza de platino de las que te dio Fódel (5 pt en total) y 30 piezas de oro. Entiendo que no vas con todo tu dinero por ahí, sino que dejas la mayor parte de tus ahorros en tu domicilio.

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09/02/2010, 12:15
Khaila

Khaila fue a dar una vuelta por el mercado. Hacía varios días que no se movía por allí y quería enterarse de los últimos rumores que acontecían el lugar. El sol todavía no estaba en su posición más fuerte, pero ya se dejaba sentir sus cálidos rayos, que con el olor a pescado y especias, hacía que a veces visitar el mercado fuera un suplicio para la joven.

Una voz hizo que se girara repentinamente, encontrándose con la mirada afable de Orestes. Khaila sonrió con sincera alegría al encontrar a su antiguo maestro rondando por aquí. Pero la sonrisa no tardó en desaparecer de sus labios al ser consciente de lo que el herrero le indicaba. Se llevó la mano al cinto, y maldiciendo comprobó que había sido víctima de algún ladronzuelo.

¡Ojos de Maskhara!... Como he podido ser tan incauta. Se dijo la joven mirando rápidamente a su alrededor, aunque seguramente el que le haya robado la bolsa debía estar ya muy lejos de allí. El rostro de Khaila pasó de una palidez mortal, a un rosado tirando a rojo, debido a la vergüenza de haber sido pillada tan desprevenida.

Notas de juego

editado ^^

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09/02/2010, 16:46
Orestes el Herrero

Orestes imitó a Khaila, pero ninguno de los dos vieron ni rastro del posible ladrón. Por lo que la guerrera sabía, podían haberle robado hace unos minutos. El responsable de aquel robo podría estar ya lejos de allí, o haberse mezclado con la multitud.

-¿Llevabas mucho dinero? -preguntó el herrero-. Harías bien en contárselo a la guardia, por si encontraran al responsable. Yo te acompañaría pero no puedo dejar la tienda sola...

A Khaila no le pasó inadvertido el ligero tono de reproche que había en la voz de Orestes.

Notas de juego

A veces, tenemos expresiones tan arraigadas que no nos damos cuenta. "¡Mierda!" es una de ellas. No es una exclamación faerûnia, precisamente. Las genéricas ¡maldición! o ¡demonios! suenan mucho mejor. Aunque los de encrucijada hicieron una recopilación de maldiciones faerûnias que merece la pena ver. Quizá ¡ojos de Maskhara! sea la más apropiada en esta situación, ya que es el dios de los ladrones.

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10/02/2010, 11:14
Khaila


Sí, llevaba algo. Respondió la joven desviando la mirada al escuchar el tono de reproche que empleó su antiguo jefe. No hacía mucho que había dejado la herrería. Ya que sentía que si se quedaba no avanzaría en su entrenamiento personal, ni en conseguir sus propósitos. Aunque hacía tanto tiempo que khaila se había quedado adormecida en esa ciudad... Además tampoco es que me haya ido muy bien desde que he dejado la herrería... Se dijo la joven irónicamente. Todavía recordaba el episodio acontecido días atrás. No había pasado por la posada que le indicaran las clérigas ya que había intentado borrarlo... Como si no hubiera ocurrido, aunque por las noches, al acostarse todavía le venía a la cabeza la imagen de Kosef. Sabía que había hecho bien, pero el vampiro había sido tan amable con ella... No Khaila, has hecho bien... Se decía cada noche y finalmente conseguía conciliar el sueño.

De acuerdo, me acercaré al puesto de guardia, aunque a saber donde estará ya... Le dijo finalmente a Orestes, retomando nuevamente la conversación. Después me paso por la tienda y te digo algo. Y empezó a encaminarse hacia el primer puesto de guardia.

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11/02/2010, 09:15
Director

-Que Tymora te sonría. Adiós -se despidió Orestes antes de continuar con sus quehaceres.

Khaila abandonó el Mercado de la Rastra y cruzó la calle de la Asta al Galope. Allí se alzaba la impresionante mole de piedra del cuartel de la guardia. Era un bastión almenado, en cuyas partes elevadas había catapultas que apuntaban al mar. Por lo que Khaila sabía, al menos una vez por estación, los corsarios atacaban la ciudad portuaria.

Notas de juego

Por cierto, según mis cálculos, sólo había un 11% de que robaran a tu pj y no se diera cuenta. La fortuna es veleidosa.

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11/02/2010, 09:20
Guardia

Uno de los dos guardias que vigilaban la puerta del edificio le dio el alto cuando vio que se disponía a atravesarla. Los miembros de la Guardia de la Ciudad llevaban cotas de anillos bajo los uniformes verdes, espadas cortas y ballestas ligeras.

-Bienhallada, buena mujer. ¿Qué asuntos tienes en el cuartel de la guardia?

El guarda que no había hablado echó una mirada suspicaz a Khaila.

Notas de juego

Supongo que llevas siempre la armadura y el mandoble ¿o no?

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11/02/2010, 11:24
Khaila

Durante todo el camino hacia la guardia, Khaila no dejó de recriminarse su descuido. Era consciente de los peligros que atañía ir al mercado, pero aún y así no había tomado las medidas pertinentes. No era la primera vez que Khaila pasaba por delante de ese edificio, pero nuevamente su visión era impactante. Se acercó a la puerta, y allí dos guardias le hicieron el alto.

Vengo a denunciar un robo. Contestó la joven dirigiéndose al que había hablado. En su rostro podía apreciarse un rubor delator de quién había sido la víctima.

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14/02/2010, 18:42
Elarian

Después de dejar su mandoble al custodio de la entrada, Khaila fue escoltada por dos guerrreros hasta la cámara de la capitana de la guardia. Resultó ser una mujer elfa de ceño fruncido y ademán imperativo. Despachó a los soldados en cuanto le hubieron resumido la razón de la presencia de Khaila allí y la invitó a sentarse.

-Así que un robo... -comentó con suspicacia Elarian-. Y dime, ¿no es extraño que alguien se atreviese a robar a alguien que lleva la palabra "aventurero" tatuada en la frente?

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16/02/2010, 11:41
Khaila

Khaila observó a la capitana de la guardia mientras ésta despachaba a los dos hombres que la habían acompañado. Se sentó delante de ella, como indicara la capitana. La joven se sentía incómoda, y más tras las palabras de la elfa.

Yo... No sé quién sería capaz de robarme, lo que sí que sé es que debía tener muchas agallas para hacerlo.

Respondió finalmente, su voz sonaba algo ronca. Khaila no podía evitar maldecir su descuido, y se sentía algo abrumada ante lo ocurrido.

¿Sabeis si han habido muchas denuncias por la zona? Preguntó finalmente.

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16/02/2010, 16:08
Elarian

Elarian hizo un gesto con las manos para que Khaila aguardase.

-Si no me das más detalles acerca del hurto, no hay manera de que busquemos paralelismos -esbozó una sonrisa tensa-. ¿Qué te han robado, dónde y cuándo?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Te parece que a Elarian no le gustan los aventureros, y que su animadversión hace que sospeche de que tu historia sea cierta.

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16/02/2010, 16:24
Khaila


Sí, me han robado bastante. Llevaba una moneda de platino y unas treinta de oro. Khaila se sentía incómoda ante la mirada escrutadora de la elfa. Se daba cuenta de que la capitana no creía su historia, pero no entendía el por qué. Ella había sido víctima de un robo, y se sentía como si la sospechosa fuera ella misma.

No sé cuando me lo robaron, calculo que hará aproximadamente una hora, y fue en el mercado. Un silencio tenso cruzó la sala, Khaila no supo que más aportar, pero mantuvo la mirada de la capitana. Sus oscuros ojos no se apartaron de los almendrados de la elfa.

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16/02/2010, 16:49
Elarian

Elarian lanzó un silbido apreciativo, mitad sorprendido, mitad desdeñoso cuando Khaila dijo la cantidad de dinero que la habían robado.

-Eso es mucho dinero para llevarlo por ahí, ¿de dónde dices que lo has sacado? Y por cierto, ¿has oído hablar de la banda de los huérfanos? -enarcó una ceja, inquisitiva.

Notas de juego

No, no has oído hablar de los huérfanos, pues no tienes ni un sólo rango en saber (local, Ciudad de Valle de la Rastra).

Si quieres suavizar la actitud de Elarian, puedes hacer una tirada de Diplomacia contra CD 16.

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17/02/2010, 11:27
Khaila

Khaila había ido con la intención de denunciar un robo, y empezaba a mosquearse con la actitud de la elfa. El rubor teñía sus normalmente pálidas mejillas. Sabía que Elarian no creería ni una palabra de lo que dijese, pero allí la que había sido perjudicada era ella.

El dinero lo saqué trabajando. La joven no quería dar más explicaciones, sabía que nunca había sabido mentir, y la perspicacia de la elfa la delataría. Así que respondió escuetamente y pasó seguidamente a la otra pregunta que le había hecho, intentando desviar el tema.

¿La banda de los huérfanos? No... No les conozco. ¿Cree que pueden haber sido ellos?

- Tiradas (1)
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17/02/2010, 13:01
Elarian

-Sí, claro. A todo el mundo nos dan de sueldo monedas de platino -bufó la capitana antes de contestar-. Los huérfanos son un banda de chiquillos que han empezado a hacer pequeños hurtos en la zona del muelle recientemente. Son bastante escurridizos, y están muy organizados. Pensamos que hay un cerebro detrás, pero hasta ahora no hemos podido pillarlos con las manos en la masa. De todas formas, dudo que hablaran y que Los Burgueses aceptaran que se los interrogaran con métodos mágicos. Al fin y al cabo son niños, y hasta ahora no habían hecho un robo de magnitud.

Suspiró.

-Pero una moneda de platino es lo suficientemente singular ¿no?. Quizá podamos localizar el paradero del líder de la banda si intenta utilizarla. No creo que sea tan estúpido, pero es la única pista que tenemos. ¿Qué acuñación tenía? ¿Alguna peculiaridad?

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19/02/2010, 11:14
Khaila

Khaila escuchaba a la capitana. Aunque no podía evitar el recriminarse por haber acudido a la guardia. Sabía que no harían nada, ya que si encima eran unos chiquillos escurridizos... Pero, lo que no había llegado a plantearse es que encima sospecharan de ella. Había muchas cosas que la joven no pretendía revelar. Serás estúpida. Se reprendió al darse cuenta del cambio de actitud de la elfa. Bueno, pero tampoco tiene por qué sospechar nada de mí. Su amor propio se sentía ultrajado.

La joven todavía se recriminaba lo del vampiro. Era algo que no pensaba revelar... Todas estas cosas pasaban por su cabeza mientras escuchaba a Elarian. La miró con una expresión algo estúpida cuando le preguntó por el acuñamiento. En esa expresión se reflejaba su total ignorancia respecto al tema.

Yo... Bueno... No me fijé en su acuñamiento. Respondió escuetamente. Un sudor frío recorría su espalda ante la mirada de la elfa. Empezaba a sentirse agobiada y con ganas de salir de allí. Le reventaba haber perdido esa suma de dinero. Pero más le reventaba la mirada de Elarian

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19/02/2010, 12:14
Elarian

-Sí, supongo que los aventureros estáis acostumbrados a gastar eso y más, y no le dais ninguna importancia -Elarian bufó y su rostro se endureció-. Pero me temo que sin más información no podemos hacer mucho por ti. Aunque lográramos localizar el escondrijo de los Huérfanos, aunque el jefe de la banda no hubiera quemado ya tu oro el alcohol y mujeres, tu denuncia pudiera ser tildada de oportunista. Quizás sabías lo de los Huérfanos y te apresuraste a decir que te habían robado para sacar tajada.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ah, adoro cuando el azar envía la escena en un rumbo que no me esperaba.

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19/02/2010, 13:07
Khaila

Esto, esto es insultante... Khaila se sentía ofendida. Era la primera vez que la acusaban de oportunista y solo faltaba de que encima que le habían robado sentirse tan ultrajada.

Sabed que nunca había oído hablar de esa banda, y aunque lo hubiera hecho, nunca osaría inventarme una historia así. ¿Siempre vais acusando a la gente que viene a pedir ayuda a la guardia?

Khaila se levantó del asiento, su cuerpo, fibroso, se encontraba en tensión y su mirada se clavó nuevamente en los ojos almendrados de la elfa. Por un momento se quedó en silencio, sopesando la posibilidad de informar a Elarian la peculiaridad de la moneda. Tampoco tenía nada que perder...

Por cierto. El acuñamiento lo desconozco, pero una peculiaridad de la moneda es que pesaba 5 veces su valor, quizás os sirva de algo. Ahora, si no teneis nada más con lo que insultarme, volveré a mis quehaceres.

 

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22/02/2010, 11:31
Elarian

Elarian no contestó inmediatamente, sino que dejó que las palabras de Khaila flotaran unos instantes en el aire. La elfa era delgada, y al lado Khaila parecía muy menuda y muy frágil. No obstante, había una confiada serenidad en sus ojos: era una mujer que no se dejaba intimidar fácilmente.

-Aquí los aventureros suelen dedicarse a causar más problemas de los que presuntamente solucionan. ¿Por qué ibas a ser tú distinta de todos ellos? -espetó la capitana de la guardia. Sostuvo la mirada de Khaila unos latidos de corazón más-. Da igual. Creo que con ese dato sobre vuestra moneda será suficiente. Decidme dónde puedo localizaros y os avisaremos si descubrimos algo. Buen día.

- Tiradas (1)
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23/02/2010, 11:50
Khaila

Khaila se quedó un momento pensativa, mordiéndose la lengua ante el comentario de Elarian. Pero finalmente desistió. Supongo que tendrá sus motivos, y mejor no empiece una discusión. Se dijo la joven. En el fondo, por mucho que dijera, sabía que la guardia hacía un buen trabajo. En el pueblo se vivía bien, aunque el robo de esa mañana la había contrariado.

Con un gesto nervioso se apartó un mechón rubio de la cara, metiéndolo detrás de la oreja. Su mirada por un momento se había quedado perdida, pero nuevamente la volvió a fijar en los hermosos ojos de la elfa.

Bueno... Yo... Si sabeis algo preguntad por mi a Orestes, el herrero... La joven ni se planteó dar su dirección ya que rara vez se encontraba por casa. Solía levantarse a primera hora y deambular por las calles. Casi cada mañana se dirigía a las afueras del pueblo y se pasaba horas entrenándose para no oxidarse. Aunque después pasaba media tarde en la taberna, quizás haciendo demasiadas migas con el vino y esperando que algún encargo lloviera por obra y milagro.

Y gracias... Dijo finalmente dibujando una sonrisa en su rostro antes de salir por la puerta.