Partida Rol por web

Las tres princesas

Escena I

Cargando editor
08/04/2019, 09:27
Director

Habéis llegado a Sambrinya, un pueblo grande en tierras nazaríes en la costa del Mediterraneo. A la entrada se os echan varias personas encima intentando llevaros aquí o allá. Al final escogéis a un mozárabe que os cae en gracia y que os busca una pensión y os hará de guía por apenas unas monedas.

Después de dejar vuestras cosas salís a dar una vuelta por el pueblo. Vuestro guía os lleva al mercado que está abarrotado de gente y que es un festival de colores y de olores, sobre todo de olores pues los perfumes e inciensos rivalizan con los vivos colores de las telas y especias que allí podéis ver.

La gente se agolpa por todos lados, los mercaderes os intentan vender su mercancía. Que si una lámpara por aquí, que si una alfombra por allá. Ahora un bote de especias, unos zapatos nuevos, un bonito vestido para Mirit.....todo lo que necesitéis es posible que lo encontréis. Y si no lo queréis es posible que os lo llevéis también, pues los mercaderes son muy insistentes-

 

 

Notas de juego

Fretharu es el guía. El resto habéis hecho el viaje juntos.

Fretharu ponte nombre porfi.

Cargando editor
08/04/2019, 12:12
Renato

-¡Oh! ¡Por favor!, ¿que gentes más insistentes!, ¡que no, señor, que no, que no quiero otras babuchas!

Luchamos entre una marabunta de mercaderes ansiosos por colocarnos sus géneros; nos encontramos con en la cara, roces con alfombras, olores a todo tipo de especias, que por momentos, sospecho que nos echan encima para que apreciemos su aroma, mas no consiguen más que hacernos estornudar y bracear como si de tábanos se tratase

-Por piedad, si tenéis a bien, sacadnos de esta plaza, pues de mucho seguir en ella, sin remedio, caeremos en un afán consumista, que consumirá nuestras bolsas, si aún las conservamos... ¡Que no quiero un kaftán, señor!! ¡Gaspa!, ¡Ten cuidado y no te separes!, que no se si saldremos deste lío de gentes, juntos o por piezas

Cargando editor
08/04/2019, 18:41
Mirit Kagan

Ya habíamos llegado, y nada mas llegar nos hemos encontrado con varios posibles guía y escogemos a un mozarabe de nombre Wâhed, y vamos por el mercado de la ciudad, viendo todo lo que ofrece, hasta que me fijo en un bonito vestido de color azul marino, algo que no me podía comprar pero con los insistentes comerciantes, eso iba a ser difícil no hacerlo, por lo que me pongo a regatear con el comerciante, aquellos tipejos eran muy hábiles, "no señor, eso es demasiado caro y este vestido no vale tanto, debería bajar el precio" aunque estoy enfrascada en mi conversación, estoy atenta a lo que hacen mis compañeros, ya que uno de ellos esta deseoso de salir.

Cargando editor
08/04/2019, 23:16
Abd al Renato (Gaspa)

Camino rápido detrás de mi señor, Renato, como si fuera su sombra. Me veo apurado entre la marabunta para seguir pegado a él pero a codazos y empujones me voy abriendo paso.

Al detenernos ante el insistente comerciante, mediante violentos aspavientos que hacen mecer con energía la fina y áspera rafia de mi ligera chilaba de baja calidad interpongo las palmas de mis manos entre la la cara del comerciante y la de Renato en señal de negación mientras grito para que me escuche por encima del barullo.

"¡No, no, no, no, no! ¡Ya ha escuchado al señor! ¡No queremos un kaftán, no queremos nada, no queremos!"

Después le hablo en voz alta a Renato cerca del oído.

"Amo, sabe que puede llamarme Abd al Renato, pero si le gusta más llamarme con ese nombre raro, Gaspa, o cualquier otro, con gusto lo acepto, lo que desee mi amo. Si desea algo puedo conseguírselo a buen precio, amo, o puedo conseguirlo para la señora" termino diciéndole a Renato mientras con exagerados respingos de cabeza señalo con poco disimulo, a Minit.

Notas de juego

[disculpad, se me olvidó actualizar el nombre del personaje y se me quedó el de usuario]

Cargando editor
09/04/2019, 23:44
Wâhed

Aun no puedo creer mi suerte. El día había empezado como cualquier otro y nada me había preparado para aquello, pero cuando cuatro viajeros solicitaron mis servicios para conocer la ciudad no me lo podía creer.

“Hoy podré comer caliente”

Los llevo por las calles principales y a los puntos interesantes de la ciudad, intentado informarles de cualquier detalle interesante sobre dichos lugares. Entonces hago una parada obligatoria para cualquier visita, el mercado.

- Disfruten de lugar mágico donde pueden encontrar telas maravillosas y especias deliciosas. No se dejen intimidar por los mercaderes, se acercarán mucho, pero nunca llegan a tocar. Así mismo ándense con ojo, no serían los primeros en ser víctimas de ladronzuelos. –

Mientras caminamos, ocurre lo esperado y los tenderos rodean al grupo avasallándolos con fiereza. Veo que esto incomoda a mis acompañantes por lo que me dispongo a hacer algo. Lo último que quiero es perder tan buen negocio. Alzando el cayado sobre el que me apoyo, lo extiendo entre mis viajeros y los vendedores.

- Por favor, no sean intrusivos, estos señores verán sus mercancías, pero desde una distancia prudencial. Dejadles pasar –

Y así, voy abriendo camino a través del tumulto.

Cargando editor
10/04/2019, 18:12
Director

Los comerciantes miran divertidos a Abd el Renato y lo ignoran para centrarse en su amo, el que seguro lleva buenas monedas.

Mejor suerte logra Wahed, que consigue que los mercaderes no sean tan insistentes y más o menos los dejan pasar. Seguramente para llevarlos a un sitio donde Wahed logre comisión. Porque de hacer caso a Renato ni por asomo.

Mirit sigue discutiendo con el mercader del vestido:  

                                                                                                                                                                                           -Sadiya, mejor tela no encontrará ni en la misma Granada. El precio es justo.....pero por ser vos lo rebajo diez dirham ¿Qué me dice sadiya?

De repente el gentío se os echa encima.....todo el mundo mira en una dirección. La de seis soldados bien vestidos y equipados que hacen espacio a un grupo de seis hermosas jóvenes que ríen y disfrutan mirando las mercancías del mercado. Ahora tocan esto, compran un vestido, ríen.....enseñan lo comprado, juegan. Disfrutan y son la envidia de todo el mundo allí presente. De las seis destacan tres por su increible belleza y ricos ropajes:

 

        

Claro que para llegar a ellas hay que pasar por el innumerable gentío y los fornidos guardias......tarea casi imposible.

 

Cargando editor
10/04/2019, 18:38
Renato

-¡Que horror de gentío, por Dios!
En un momento entre arreón y arreón de comerciantes fefriles, locos por colocarnos sus productos, consigo comunicarme con Gaspa...

-Gaspa está bien; si no te resulta molesto u ofensivo, lo prefiero al Abd al Renato, pues lo de poner mi nombre a otro, como que me da repelús al pensar que sería como apadrinar o que me apareciese un ahijado, por no decir hijo, y, seamos sinceros, me veo poco maduro para sentar cabeza, al menos, no aún.

En esto, que mientras el resto del grupo con el que con nuestro, sospecho , bien intencionado e interesado guía, nos hemos sumergido en esta vorágine, y mientras un sufrido vendedor intenta venderle, diríamos que casi a la fuerza, un hermoso vestido a la joven Mirit, veo en lontananza una aparición celestial; ya no veo ni comerciantes, ni pordioseros, ni la mierda de burro en la que casi planto los pies hace apenas un segundo, y que, más que ver, huelo.

-¿Quienes son esas bellas damas? Nobles deben ser, si tienen guardas. ¡Oh! pues agora mesmo que bien me fijo, que tres dellas destacan como rosas en el desierto. ¡Cuanta belleza! Mas... nos separa esta horda de amables mercaderes en desvandada, por no decir en celo, que intentan ofrecerles cuanto de bello tienen, que no alcanzará ni a hacer sombra de la sombra que ellas proyectan en esta bella mañana...

-Gaspa! Atento! Negocio veo! Llevamos poco tiempo, así que, con tiento, pues desto vivimos... no se si te lo dije, pero tu, ¡atento!

Mi fiel(esperemos) y nuevo (bueno, de segunda mano) esclavo, que por cierto, tengo que buscarle ropas más dignas, amén de jabón ,perfumes, y unas cuantas cosas más, me mira como a un loco, y no es el único pues con tanta gente, imposible será que lleguemos a aquellas hermosas apariciones del cielo. Mas, con altivez digna de las gestas de Don Suero de Quiñones, le miro con condescendencia, al igual que al resto, a la par que digo...

-dejarme solo

Me encaramo a un taburete que oportunamente hay por allí, y por allá, gracias a Alá, las bellas entre las rebellas, que de seguro me han visto emerger sobre las cabezas turbanteadas de los demás moros, todo yo bello ello y apuesto de pose. Grácilmente, al igual que un jamonero rebana lonchas de Grijuelo, mecho la mano a la espalda, y aso el fiel laud, de tonadillero, y con él ya en mano, entono un canto para embelesarlas, pues es más fácil que sus fornidos guardas nos las traigan, que nosotros acertemos a llegar a ellas, y que mejor forma de abrirnos futuro en esta bella villa, que las bellas que ella habitan, sepan de nos, y de nostra gracia...

... y me pongo a cantar a la par que toco el laud...

Notas de juego

... ejem...  me explico... recitado suena mejor, tal vez se me ha ido la olla y me he metido demasiado en el papel, pero mi negocio, mi oficio y mi ocio es el re trobador de altas casas y bellas damas, así que, siendo forasteros, esta ocasión no la puedo dejar escapar, así que.... porque no tenía un cubata ni nadie soltó un "no hay webos", que si no, habría sido la frase menesterosa oportuna.

Iba a poner el audio , pero como no se como, os pongo una de la Tuna, el Calavelitos; más o menos, haceros a la idea de que les canto algo en ese plan

 

Cargando editor
10/04/2019, 20:36
Abd al Renato (Gaspa)

. ¡Cuanta belleza! Mas... nos separa esta horda de amables mercaderes en desvandada, por no decir en celo, que intentan ofrecerles cuanto de bello tienen, que no alcanzará ni a hacer sombra de la sombra que ellas proyectan en esta bella mañana...

Cuando Renato pronuncia esas palabras con una sonrisa de oreja a oreja rompo en exagerados aplausos mientras vociferó a grito pelado:

"¡BRAVO! ¡BRAVO!"

Sigo aplaudiendo de forma insistente, y a la par desesperante, intentando contentar a Renato, hasta que me interrumpe para advertirme de que preste atención.

"Si mi señor, aquí permaneceré observando atento, descuide"

Le miro estupefacto sin dejar de prestar atención al grupo de muchachas, pero sobre todo a los guardias que las escoltan y su actitud.

Cargando editor
11/04/2019, 04:11
Director

Sabes que son las hijas del señor de la fortaleza: Mohamed el Haygari.

 

Notas de juego

PAra recordar sus nombres tira "memoria"

Cargando editor
11/04/2019, 10:32
Renato

-Mesura, Gaspa, mesura...

... le digo en voz baja en una pausa de mi cantar, que muy afinado reconozco que no es, mas su fín no es otro que, el de hacernos notar, y que por curiosidad, ellas se deseen acercar, a fín de, a bocajarro, mi tono mejorar

 

Notas de juego

(joder, lo siento, escribo y lo pienso en verso...., malos y fáciles, pero se me está yendo la olla)

Cargando editor
13/04/2019, 17:41
Arramel

Mientras atravesábamos aquel mercado, debido a las desacostumbradas atenciones de los mercaderes hacia mi humilde y habitualmente ignorada persona, me debatí durante un largo rato entre la atracción que me causaban sus mercancías y la acusada ligereza de mi bolsa, que amenazaba con dificultar seriamente mi viaje si se incrementaba.

Al final, pese a los intentos de algunos de nosotros, la primera se impuso, y me hallaba regateando el precio de una pastilla de jabón de olor con un mercader empeñado en no bajar de cinco, cuando aparecieron aquellas magníficas y bien guardadas doncellas, provocando el estupor general, al que yo por supuesto no fui inmune.

Mientras que el trovador con el que iba y su esclavo intentaban llamar la atención de tales damas, yo preferí inquirir discretamente y me volví hacia un miembro cualquiera del gentío que observaba, para preguntarle:
-Perdonadme, buen hombre, ¿por ventura sabéis quiénes son esas doncellas? Parecéis habituados a dejarles paso

Notas de juego

Cargando editor
14/04/2019, 16:14
Mirit Kagan

El precio del traje seguía siendo una tanto superior a lo que me podía permitir por lo que intento convencerlo de que baje un poco el precio, algo que no consigo, por lo que me alego un poco airosa del puesto del mercader, y me fijo en las hijas de algún noble, posiblemente el señor de la ciudad o de las tierras circundantes, por lo que al verlas me acerco a nuestro guia, "Wâhed, ¿no?" todavía no me sabía su nombre, "esas doncellas de ahí, son las hijas o puede que alguna, del noble local, ¿estoy  equivocada?"

- Tiradas (1)
Cargando editor
16/04/2019, 07:04
Director

​  Esas son las hijas del gran Mohamed el Haydari, señor del alcázar. No es habitual que bajen al mercado-​dice el mercader al bueno de Arramel. Respecto al vestido no lo rebaja más, que es posible que en breve tenga mejores compradoras que la buena de Mirit.

Y es que las doncellas, siempre con los guardias por delante se acercan a ver que hace Renato entre risas y cuchicheos. Sólo cuatro guardias os separan de ellas, tan cerca pero tan lejos. Una de ellas se queda callada y mira directamente a los ojos a Renato....muy seria. Son unos instantes pero parece un mundo para Renato  

........Nada dice la muchacha, de golpe voltea la cabeza y la comitiva se pone de nuevo en marcha precedida por los guardias.

Cargando editor
16/04/2019, 12:55
Renato

....Bien... la semillita está plantada....

La retirada de la comitiva puede hacer pensar que el ardid del cantor fue en vano... pero entre lo oído y lo visto, y la experiencia de situaciones como esta, da esperanzas al trovador...  Tras bajar del taburete, hablo con mi buen Gaspa, aunque se que el resto del grupillo me pueden oir, pues estamos cerca unos de otros, y aún no se han acordado los mercaderes de nuestra presencia....

-Mi buen Gaspa... las mozas han reparado en nos, así que saben de nuestra existencia, y han mostrado curiosidad, pues se han acercado; no obstante, no desesperes si en lances como este no hacen más, pues no es de mujer de alta cuna demostrar interés al momento de palabra, sino que eso, de llegar, luego lo hará; es ahora menester esperar sin mucho más hacer, y no desaparecer, pues puede ser, que manden a nos a buscar, y para ello, facilidades hemos de dar

... cosas del oficio... no es tan fácil como presentarse ante la puerta del Alcázar, sino que deben venir a buscarnos

-En cuanto a los demás, estimados compañeros de viaje, ¿qué pensáis hacer? por nuestra parte, creo que deberíamos buscar posada para descansar y comer..., antes de ver qué más oportunidades hay en esta villa

Cargando editor
16/04/2019, 17:04
Wâhed

Cuando veo aparecer las hijas de Mohamed el Haygari me quedo sorprendido. A pesar de llevar un tiempo viviendo en la ciudad, es la primera vez que las veo juntándose con las gentes en las calles del mercado. Tan sorprendido me hallo que ignoro las preguntas de mis acompañantes que consultan por las jóvenes. Finalmente recupero la cordura, pero la pregunta es contestada por uno de los comerciantes, aunque no dice el nombre de ninguna ¿Cuáles eran? Intento hacer memoria, pero esta se me nubla al ver que las jóvenes se nos aproximan.

Acostumbrado por mi posición, doy un paso a tras e inclino la cabeza en señal de respeto, apartando mi mirada de sus rostros pues sería una falta de respeto. Mientras transcurre la situación, no levanto el rostro y solo cuando estas se alejan vuelvo a mis acompañantes que hablan de encontrar un sitio donde descansar.

- Si me lo permiten mis señores, podría llevarles hasta la mejor posada del lugar donde podrían disponer de la mejor comida y si se hiciera tarde, los camastros más cómodos. –

Me giro al resto de acompañantes.

- ¿Están de acuerdo o desean adquirir algo más en el mercado? -

- Tiradas (1)
Cargando editor
19/04/2019, 20:48
Mirit Kagan

No había conseguido el vestido, una pena, pero no lo necesitaba para vivir, por lo que me acerco al resto de mi grupo, tras hacer la reverencia pertinente con las princesitas, "Yo no tengo nada que comprar, por lo que si decís de ir a un posada, yo no me opongo, tengo los pies cansados de tan largo camino" digo a nuestro guía, pero no sabía que pasaba por la mente del trovador al intentar llamar la atención de las damas, que parecía haber llamado la atención de una de ellas. 

Cargando editor
22/04/2019, 04:39
Director

Os lleva Wahed por las calles de Salumbrinya , es agradable una vez salís del mercado. La gente camina de manera despreocupada y parecen felices, el aire del Mediterraneo lo llena todo y os llena de buenos sentimientos.

Después del paseo llegáis a una posada, parece limpia y huele a comida rica, es la hora de comer y hay bastante gente comiendo y charlando.

Cuando termináis de arreglar el tema de las habitaciones, los dineros que van a costar y la comida véis aparecer a una joven en la posada, va directa hacia vosotros.

  Sidis, sadiya......¿podemos ir a un reservado? Traigo noticias de mi señora y deben ser escuchadas lejos de oidos indiscretos.

 

Notas de juego

Imaginadla con la cara tapada por un velo, porfi

Cargando editor
22/04/2019, 15:39
Renato

Juntos, guiados por Wahed,  nos hemos llegado hasta una posada; acostumbrado a cosas peores, un palacio me parece, pues está limpia, impoluta diría, y huele a ... a limpio, pese a repetirme, pero es sumamente agradable la sensación para un viajero, encontrar tal lugar para alojarse y descansar, y de paso, quitarse el polvo del camino.

Estaba ya encargando a mi fiel Gaspa que se encargase de cargar las cosas al cuarto, pues donde hay patrón no manda marinero, y donde hay jefe, que cargue el costalero, y así yo descansar de la fatiga en general, cuando una bella odalisca, se nos acerca, y con un halo de misterio, nos propone un bis a bis, pero más numeroso, en un lugar discreto... ¿habrá tenido éxito mi ardid, y tendremos merced a él acceso a la zona noble del lugar?, ojalá, pues mis ingresos de ello depende, pues de ello vivo, a fin de cuentas...

-Mi señora, mis orejas son todo suyas

... le digo a la vez que me marco una cortés reverencia, pues tan gentil criatura, no merece menos, tras lo que me apresto a ir donde podamos hablar sin tempor a oídos indiscretos, mientras invito con un gesto a todos para que nos acompañen, incluyendo a mi buen Gaspa

 

Cargando editor
22/04/2019, 22:50
Arramel

Justo cuando nos enpezábamos a acomodar y pensábamos en la comida, Por fin algo caliente, estoy harto de pan y queso, de repente nos hallamos apresurándonos en busca de un rincón tranquilo. Es preocupante, pero también divertido, por lo que levanto una ceja y pregunto: -¡Caramba! ¿Estás acostumbrado a esto, trovador?

Notas de juego

Cargando editor
23/04/2019, 10:41
Wâhed

Me cuesta sacarlos del lugar por la gran afluencia de gente que se agolpa en el mercado. Amablemente, voy abriendo paso entre la muchedumbre hasta que finalmente llegamos a una de las calles colindantes y el barullo del gentío es frenado un poco por los muros de adobe y piedra. Tras verificar que están todos, les hago señas para que me sigan a través de las laberínticas calles.

No tardamos en llegar a una posada regentada por un hombre de avanzada edad llamado Wizima, el cual sonríe al verme llegar con clientes para él. Ya hace un tiempo que llegamos a un acuerdo, por el cual yo podría comer caliente en su casa siempre que le proveyera de viajeros. Mi estómago ruge ante la perspectiva de comer caliente.

Mis acompañantes no tardan en llegar a un trato por una comida y habitaciones para todos lo que hace que Wizima me sonría satisfecho. No siempre se tiene la suerte de llevar a tantas personas de golpe.

Estamos a punto de acomodarnos en una mesa, preparado para el fluir las viandas, un caldo de verduras caliente y algo de pasta de garbanzo llamado Hummus que siempre hace las delicias de mi paladar cuando una joven se nos aproxima. El trovador parece gustoso de atender la petición de la joven, pero desconozco los motivos por los que debería dejarme llevar. Sin embargo, cierta curiosidad me embarga y ciertamente, no es menester rechazar una oportunidad de ganar dinero.

- Escucharemos gustosos lo que tenga que decir. Precisamente mis acompañantes han adquirido habitaciones en la posada donde sin duda podremos conseguir ese espacio ajeno a miradas indiscretas que desea. –

Intento ser cortés y educado pues a pesar de condición, siempre he creído en las enseñanzas de mi maestro. Sin más me pongo en pie y hago un gesto para solicitar a la mujer y el resto que me sigan a la habitación