(El rey de Astaphord siempre había querido tenerte en el castillo, pero fue imposible que Erin aceptará esa petición, por lo que tuvo que construir en el hueco de la gran muralla de la ciudad amarilla, una habitación enorme a modo de invernadero, el bosque sureño aunque teninedo similitudes con el de Katerna era bastante más despoblado en cuanto a arboles se refiere, la visita mañanera del rey o del maestre estaba cercana, justo era el día en el que comenzabas a llenar el invernadero, puesto que ya habían traído las macetas que pediste).
Aquel día me levanté temprano para ponerme a trabajar duro, con el fin de tenerlo todo a punto para la visita del rey. Quería que todo estuviera listo para cuando él llegase y no hubiese nada fuera de lugar.
Silbando una alegre melodía, propia de mi tierra, trabajo a buen ritmo, confiando en que todo estará listo antes de la llegada del monarca...
(Raynord era un hombre justo, simpático, muy preocupado por los suyos, era el rey que toda ciudad fuera del mando del gran Rey de la torre del alba desearía, era un hombre alto, de cabellos oscuros, de rostro dañado por el calor, aunque de bello porte sin duda, desde que comenzarón las epidemias y enfermedades no paraba un sólo instante otros monarcas abrían optado por alejarse de las enfermedades y salvar sus vidas, pero el no era así)-Buenos días buen amigo, se te ve bien, ¿has podido descansar algo?...
Le dediqué al monarca humano una sonrisa y una reverencia:
- Buenos días a vos también... Si, majestad, los de mi raza tenemos la virtud de necesitar solo unas pocas horas de descanso. ¿Queréis empezar a inspeccionar mi trabajo?. Ayer me trajeron unos hermosos retoños de manzanos, que, una vez crezcan lo suficiente, estoy seguro de que serán una valiosa incorporación a vuestros jardines...
-Sabe de sobra, señor Erin que no me gusta omitir el tema por el que ha sido traído hasta aquí, me dijo que hoy saldría a buscar nuevas plantas para las medicinas y quería acompñarle si es posible, las enfermedades siguen multiplicandose, lo peor es que cada semana hay nuevas y esto es toda una pesadilla, nuestro doctoc principal elaboro una serie de plantas que necesita para probar algunas medicinas, y usted es el único que puede encontrarlas...(el Rey despliega una lista en un papiro que te entrega).
-Luzís azules
-Achicoria roja
-Enrecula
-Hongo nevitake
-Saponita
Miré al rey contrariado, esperaba que hubiese cambiado de opinión. Le respondí preocupado:
- Majestad, con el debido respeto, creo que no es necesario que me acompañéis. Sería exponeros sin necesidad, sobre todo en estos tiempos tan inseguros. Yo puedo ocuparme de buscar los ingredientes, con algo de ayuda...
-Noto que necesitais algo, esta bien, no le acompañaré, pero a cambio debe decirme que es lo que requiere, recuerde que le necesito más de lo que imagina, que digo, todo mi reino necesita de sus conocimientos y de los de mis médicos...(el Rey mostraba una preocupación tal por sus habitantes que era digno de admiración, es cierto que el Rey de la humanidad había hecho miles de veces contra a todas las penurias del mundo, pero este hombre estaba camino de igualar en una vida una buena parte de sus hazañas).
- Necesitaría algún soldado, por si surgiera algún problema. Tampoco me vendría mal la ayuda de alguien más que entendiese de hierbas, con el fin de que me ayudase a encontrar vuestra lista cuanto antes. ¿Hay algún Mago o herbolario disponible a quien pedir ayuda?. - Le respondí.
-Debe entender que el soldado es fácil, pero si le traje aquí es por que no hay otro herbolista o parecido disponible, por lo tanto en ese aspecto no puedo hacer nada...(le indica un gesto a uno de sus soldados, un jóven de unos 25 años y 1,75 cms de estatura, portando la insignia de la estrella del sur que daba imagen a la casa de Astaphord, armado con una lanza y un escudo triangular)...le dejaré ante los ojos de uno de mis soldados, aunque...ahora que recuerdo, dicen que hay un ermitaño, un hombre que hace mucho se adentró en los bosques y sabía de plantas, pero nunca lo busque, pues pensé que erán hablaurías sin ningún valor concreto.
Asentí al escuchar acerca del ermitaño misterioso. No estaba de más saber de él y era posible que nos tropezáramos con él si teníamos suerte:
- En ese caso, en caso de que le encuentre durante mi búsqueda, le preguntaré si quiere ayudarme. Ahora, si no queréis nada más de mi majestad, me pondré a ello inmediatamente, para tener las hierbas cuanto antes...
-Aguardaré sus noticias, el doctor estará esperandolé en el castillo y yo también esperaré con nervios su llegada, espero que todo le vaya bien y pueda encontrar todos esos elementos...(luego miró a su soldado)...se una sombra, no puedes dejar que le ocurra nada, es de vital importancia, pase lo que pase...
Realiza una narración como veas de adecuada, y realiza la tirada correspondiente, tras esto pasaré a los resultados correspondientes.
Tras despedirnos del rey, el soldado y yo nos pusimos en camino, después de recoger todo lo que pudiera necesitar para mi labor. Después de un rato caminando, llegamos finamente hasta el bosque, momento que aproveché para tomarme unos momentos y disfrutar de la cálida y agradable sensación que me proporcionaba el lugar. A continuación me dispuse a realizar la tarea que me había propuesto, buscar las hierbas, mientras el soldado montaba guardia y se aseguraba de que nadie nos sorprendiera...
Motivo: Medicina
Tirada: 1d10
Resultado: 9(+15)=24
(Aunque pareciera imposible conseguiste encontrar todas las plantas y hongos que te habían pedido, el soldado recogía en la cesta las altas cantidades que ibas encontrado, pues toda cantidad era pequeña si se trataba de sanar a una ciudad entera, volviste con el soldado camino a la ciudad con cara de felicidad por la tarea felizmente cumplida, la ciudad era un gran circulo amurallado con hectareas de tierras de cultivo fuera de ellos, el interior se reducia a un anillo exterior y más cercano a la muralla donde habitaba la gente más caracterizada por ser mano de obra, en el centro se alzaba un castillo de básica estructura cuadrada con 6 torres, el soldado te dejo esperando ante unos grandes portalones de hierro junto a dos guardias regulares, armados con escudo y alabarda).
-Luzís azules
-Achicoria roja
-Enrecula
-Hongo nevitake
-Saponita
Estuve a la espera de que alguien viniera, mientras hablaba con los dos guardias, tratando de matar el tiempo con algo de conversación y de paso tratar de ver si averiguaba algo nuevo:
- Saludos, ¿que tal el día?. ¿Mucho trabajo?.
(A los guardias no les dió tiempo a contestar cuando el Rey apareció subido en un carro común tirado por un caballo marrón, a su alrededor le acompañaban cinco guardias)-Oh...Erin, ya has vuelto, que bien...venga por aqui...(al entrar en el castillo se desplego un gran recibidor, una imponente escalera que subía a un piso superior con dos caminos, a ambos lados había cuatro puertas, todas de tamaño normal, de madera normal con adornos de plata)...la tercera puerta de la izquierda...(allí estaba el doctor, un hombre bajito de cabellos marrones, tez increiblemente pálida, para ser un humano del sur, sus ojos eran profundos y oscuros, sus ropas eran de lino blanco con una cruz roja en la manga, pues así pedía el Rey que fueran los doctores, estaba rodeado por mesas largas de madera colocadas en hileras, y todas con diferentes elementos calentandose al fuego).
Me acerqué al doctor, para entregarle las hierbas, a la vez que le decía, risueño:
- Hola, doctor, aquí tiene todas las hierbas que el rey me encargó. Todas ellas frescas y de primera calidad, listas para elaborar cualquier medicina que quiera hacer...
-Ah, usted debe de ser Erin...si, son muy necesarias...aunque por ahora es para hacer algunas pruebas de diferentes recetas de libros, no es nada más haré lo que pueda para aprovecharlas, pero es dificil dar con el clavo me alegro que halla de todos los tipos y en buenas cantidades...(tras revisar todas las hierbas, comenzo a ponerlas en la mesa y a cortalas en dados y tiras)...estos tiempos son muy duros, las epidemias no tardarán en llegar al castillo, le aseguro señor elfo, que en nuestra raza la riqueza no ayuda a salvar la vida...
Miré lleno de curiosidad al médico:
- ¿Puedo echar un vistazo a esos libros, por favor?. Tal vez pueda ayudar en algo con ellos...
-Claro...(en este punto mirás el libro y no entiendes nada en absoluto, en ese instante recuerdas que el humano no se te da bien, pues hasta ahora el Rey y el doctor conocían el élfico, pese a eso y tras un corto analisis te das cuenta de que el libro no esta escrito en humano, es otro idioma, sin embargo hay que decir que lo tuyo nunca han sido los idiomas)...imagino que no entenderá demasiado todo esto...(al lado de ciertas palabras había una especie de traducción hecha con una mina de grafito).
Examiné con atención la traducción hecha con una mina de grafito, esperando poder entenderla y que me sirviera para descifrar lo que ponía. Si no fuera así, pensaba despedirme del médico y a continuación volver al bosque para tratar de encontrar al misterioso ermitaño, para ver quien podría ser...