Partida Rol por web

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Viena

La cama parecía un altar, con flores sobre las sábanas de seda que alcanzaban hasta el suelo. El cuerpo de Carmen estaba colocado sobre ella con los brazos cruzados sobre el pecho y expresión de paz. Su pecho subía y bajaba, pero no despertaría nunca. Klauss Von Trapp tocaba el Órgano junto a la cama y las notas ascendían envolviendo la sala. Por supuesto, en el exterior la lluvia golpeaba las ventanas con fuerza, con una cortina incansable de agua.

Se detuvo apenas un instante para llamar a sus hijos. Su voz retumbó por los pasillos de  la Mansión junto al edificio de la opera. Nadie respondió. Finalmente Klauss llamó a su esposa Lucía.

-     -Querida, llama a los niños – su voz se suavizó lo justo ante la presencia del holograma y fuera la lluvia aflojó un poco hasta volverse como lágrimas suaves. El Conde devolvió su atención al órgano mientras esperaba.

Hamlet: No había apenas aposentado mi culo en casa, tras volver de mi segundo curso de intercambio de estudiantes en tierras americanas que ya teniamos a esa cosa monstruosa que pretendía hacerse pasar por nuestra madre, llamándome para cumplir el toque de queda. Reunión familiar. Otra vez. Cuantas reuniones absurdas de esas a la semana necesita Padre hacer?
Tiro al suelo el cómic que me estoy leyendo de la Suicide Squad, me siento espatarrado en la cama con cara de empanado, me rasco los huevos y me levanto, pero tomandomelo toooodo con mucha calma.
-Que ya voy, joder! que prisas!- le grito malhumorado a aquel aborto holográfico.
-Total, para contarnos su nuevo plan maligno para conquistar el mundo y que acabará siendo un fracaso... Ah no, quizás esta semana toque su nuevo plan brillante para despertar del coma a la pedorra de C y que fracasará. De nuevo...- murmuro, con la voz algo pastosa.

Ophelia: La pantalla del ordenador parpadeaba iluminando la habitación en penumbra. Frente al escritorio, lleno de papeles, jugueteaba pensativa rebobinando la grabadora encontrar el instante adecuado de la cinta.  Fue en ese momento cuando el engendro holográfico que pretendia usurpar el puesto de mi madre hizo su aparición.  Puse los ojos en blanco y devolví la grabadora a mi bolsillo. No es que ella, en vida, fuera a llevarse el titulo a la madre del año, puede que sí a la psicotica del año, pero definitivamente no a la madre del año, aun así, al menos era lo que venía siendo "real". Aparté la silla del escritorio armando un escandalo deliberado, fulminé al holograma con la mirada y sin ningún miramiento lo atravesé agitando la mano con la esperanza inconsciente y no tan inconsciente de que se desvaneciera.

-Tu no eres mi madre -murmuré saliendo de la habitación y cerrando de un portazo. 

Klauss Von Trapp permaneció de espaldas mientras su esposa le decía que los niños estaban en camino. Sus ágiles dedos recorrieron el teclado del órgano creando una melodía ominosa justo a tiempo de la entrada de sus hijos. Un rayo iluminó el cielo en el instante preciso en el que se dio la vuelta.

-Habéis tardado- los observó por un momento pensativo. tenían el potencial adecuado, pero les faltaba desarrollar su imagen -Hay algo que quiero comunicaros- Hizo una pausa teatral esperando su reacción. Un relámpago resonó en la sala.

Hamlet: Entro a desgana en la sala, con cara de "a ver que gilipollez se le ocurre esta vez a este Hombre...". Miro de refilón a mi alrededor, por suerte el holograma no ha vuelto a aparecer. No me gusta nada, me recuerda demasiado a Madre cuando estaba cuerda. Es raro. Que C esté en una cama como un vegetal, fue una gran suerte, nos tocó la loteria a mi entender, pero lo de Madre no y verla todos los minutos de mi vida como un jarrón florero sonriente e intangible es... raro!
-Es lo que tiene vivir en una casa grande. Se tarda en llegar- respondo, encogiendome de hombros. Miro con hastio como cae el puñetero rayo de amarras. De niño odiaba esos rayos, me daban miedo, ahora simplemente me aburren, siempre el mismo cuento.
Veo llegar a mi hermanita.
-Tu tampoco te has librado...- le murmuro al oído a mi hermana -Todo bien Ophi? No habrás hecho alguna de las tuyas verdad...?

Ophelia: Entré en la habitación refunfuñando y quitandome una telaraña que habia quedado enredada en el pelo.

-Que sepais que Igor no ha terminado de entender el concepto de limpiar, se dedica a poner telarañas por todas partes, es antihigienico... -informé exponiendo por enésima vez lo obvio apoyandome cansinamente en la pared.  Ya ni siquiera C y su altar impresionaban, simplemente se habia terminado por convertir en otro adorno más. Aun así, continuaba manteniendo las distancias con ella, una costumbre residual. 

-No he hecho nada malo, palabra. -sonreí a mi hermano encogiendome de hombros de manera inocente y casual.
 

Klauss miró a sus hijos de forma severa, ni siquiera en presencia de su hermana aprendían a comportarse. Y tampoco entendían el concepto del drama y la decoración para crear ambientación. Pero tal vez había una solución para ello. Se llevó la mano al corazón.

- Aunque me duele en el alma debo mandaros lejos. - Puso rostro afectado - Ha llegado el momento en el que desarrolléis vuestro carácter dramático, de que creéis una identidad alternativa que os permita expresaros hasta el límite de vuestras capacidades y abandonar la pátina gris de la existencia mundana. ¡Efectivamente! ¡Ha llegado el momento de que os convirtáis en supers de pleno derecho!

¡Y aunque me duela en el alma recnocerlo nos vemos en estremos opuestos de la lucha eterna del bien y el mal! ¡Ahora entiendo que la llamada que habéis recibido es para ser héroes y en pro de ello, como padre vuestro que soy, me veo en la excruciante encrucijada del destino!

¡Vuestro destino de uniros a la academia de Texas! - Sonó un relámpago a lo lejos y la sala se iluminó con la luz del rayo. El Barón se llevó el dorso a la mano a la frente - ¡No! ¡No os neguéis! Sé que los lazos filiales os impulsan a rechazar vuestra naturaleza! ¡Pero debe ser asi! He enviado vuestras cosas ya. Solo nos queda... ¡¡¡La Despedida!!! - se volvió dandoles la espalda y contuvo un sollozo mientras la lluvia golpeaba con fuerza los cristales.

Hamlet: -Vale- respondo sécamente- Bueno, no. No vale. Como que superhéroes? Es una broma no?!- Salto de repente. Negación absoluta. "Pero donde ha visto este hombre que queremos ser superheroes?" trato de encontrarle alguna lógica a aquello.

-A ver... vamos a hablar esto con calma, no es necesario llegar a la violencia...- trato de no perder la calma. Negociación.

"Esto es ridiculo. quien coño quiere llevar mayas de colores chillones y decir frases estúpidas?Desde luego que yo no!"

-Me niego a ponerme esa ropa chillona y ceñida. Que conste!- desesperación.

-Bueno, vale, iremos a esa escuela pero no pienso dejar mi currele en la tienda, que lo sepas!- resignación.

Ophelia: Miré a mi padre que aun nos daba la espalda, luego a mi hermano, luego a mi padre que continuaba de espaldas, luego a mi hermano otra vez... Definitivamente se le había ido la cabeza, no había nada que hacer: adieu, au revoir, arrivederci!
Tras unos segundos de profunda reflexión miré a ambos, suspiré y me llevé las manos a la cabeza, cruzandolas para estar más comoda -yo ni siquiera pienso llevar ropa -resolví encongiendome de hombros con tranquilidad.

Klauss sollozó un poco más, ni una discusión, ni un intento de revelarse ¡Nada! ¡Y tampoco querían llevar traje! ¿A dónde habíamos lelgado? ¿Qué especie de mundo anodino y aletargado podía convertir a dos gemelos, de luz y de sombra en criaturas vulgares y carentes de energia interpretativa? Suspiró pesadamente.

- La comida me sabe a cenizas y el vino se agría mientras os veo partir hacia la lejanía! ¡Enfrentados! ¡Enfrentados por el sino cruel! ¡La mano fría y ejecutora de la ironía! - Se dio la vuelta para mirarlos - Debe ser ahora pronto! ¡Con el amanecer del día que despunta gélido y oscuro! - les observó esperando algún tipo de reacción afectiva - Y vuestra madre... vuestra madre sufre con el abandono del nido familiar y la ausencia que dejáis tras vosotros. Las habitaciones tal y cómo las habéis dejado,c on el polvo acumulandose sobre los juguetes de vuestra infancia y el tejido perdiendo su color. - se secó los ojos con la punta de un pañuelo - Pero despedios, despedios de ella y de vuestra hermana, en el sueño eterno del olvido.

Hamlet: Miro a nuestro padre con total y absoluto cinismo. 

-Nuestra madre está muerta y enterrada, recuerdas padre? nosotros mismos fuimos a identificar su cadáver... Sé a ciencia cierta de que en estos momentos le da completamente igual si nos quedamos o nos vamos al bar de enfrente a emborracharnos, que de hecho, creo que es justamente lo que voy a hacer- me cruzo de brazos, acompañando mi respuesta.

- Bye C- hago un simple gesto leve de despedida y me doy media vuelta, sin darle mayor caso al tema.

Vale, academia de superhéroes=mierda enorme, pero eh, por lo menos volveré a la tienda de cómics a trabajar, aquellos está bien, y espero que el dueño haya cuidado a la perfección de mi Impala, y que no se le haya ocurrido tocar ni una sola de sus abolladuras!

Ophelia: Arqueé una ceja tragandome el chicle -Acuerdate de no tomar leche antes de acostarte, te sienta mal -añadí en un alarde de afectividad inusitada. -Nos vemos C...-murmuré saliendo de la habitación.

Un segundo después, en un renuncio volví a meter la cabeza tras la puerta, miré a mi padre y luego me arrepentí. Fruncí el ceño -no toqueis mis cosas -añadí incluyendo implicitamente a Igor antes de echar a correr tras Hamlet.