Paris
Lizzy se miró en el espejo entornando los párpados. La sombra de ojos tenía varias capas con sutiles variaciones de gama en rosa. Giró su rostro a un lado y a otro antes de realizar un pequeño gesto de asentimiento satisfecho y coger el lápiz de labios, también rosa claro. El color quedaba bien con su traje azul claro con arreglos blancos en forma de delicados copos de nieve. El pelo rubio le caía en tirabuzones sobre los hombros y unos diminutos pendientes de diamante brillaron cuando agitó su melena.
La sonrisa se congeló en sus labios cuando vio aparecer a su hermana. Carecía completamente de gusto e insistía en vestirse como una fetichista del cuero. Hortera. Por suerte se libraría de ella pronto. Volvió a sonreír.
- ¿Has hecho ya las maletas bicho raro?
La portada de la revista de Lizzie

La vida, en París, era para algunos el sueño hecho realidad. Para mí, una mierda como una gran masión. No, mejor: como un graaaan castillo. O un continente. Bah. Cuestión: era horrible, y más si tenías a alguien que se hacía llamar Coolgirl como hermana. ¿Pero qué mierda de pseudónimo era ese? Aunque bueno, como era ella... seguro que se le había quemado la última neurona tras dar con él. Y digo última porque había acabado con las otras a base de tinte rubio. Maldita zorra.
Me eché el pelo hacia atrás y bufé, en un intento de no arrancarle los párpados a mordiscos.
- No -contesté, de forma seca-. ¿Y tú te has comprado por fin un cerebro? -pregunté, seria. Después chasqueé la lengua y puse cara de circunstancias- Oh, no; estabas más ocupada zampando bollos. Que te he visto, bribona -dejé caer, esbozando una media sonrisa de lo más falsa
Lizzy esbozó una sonrisa de quien se sabe triunfadora y puso una mano en su cadera. No tenía ni un gramo de más, al contrario, puede que le faltase algo de peso. De hecho ya había tenido propuestas para hacer de modelo en varios anuncios de colonia y de ropa.
- ¿Celosa? Que triste. Otro año más que estarás sola con el perdedor ese. Y casi mejor que no hagas la maleta, toda tu ropa está para tirar. Pareces una pordiosera.
Creo un diminuto fragmento de hielo con forma de estrella y luego le dio la forma del logo de Loewe, nunca estaba de más practicar, aunque, de momento, ellos no le habían llamado. Los que si la habían llamado eran los de Loreal, por su pelo perfecto.
- ¿Sabes qué? Puedes quedarte con mis vestidos viejos, me siento generosa.
Mi cara se torció en una mueca de asco mientras me tiraba sobre el sofá de piel marrón que había en el centro de la sala de estar. Lo triste no era que ella creyera que estaba celosa, sino que no tuviera nada mejor que hacer que observar cómo hacía poses de diva frente al espejo. Y ya tardaba en meterse con Hamlet, la idiota. Seguro que en el fondo le ponía con su pelo decolorado y sus pintas de chulo. A todas lo hacía.
- No sé, mi traje me gusta -murmuré, más para mí misma que para ella.
Le pegué un vistazo a mi ropa. Negra, pantalones de cuero, botas new rock hasta la rodilla. Todo cómodo, ligero y con lo que era fácil saltar. Al fin y al cabo, había gente que necesitaba ese tipo de ropa; no todas nos podíamos permitir llevar modelitos con los que casi no te podías mover.
Lizzy agitó la melena rubia y repaso el texto del anuncio.
- Loreal, porque yo lo valgo - sonrisa de estrella y mirada directa a cámara. Lo clavaba a la perfección con la práctica de varios años estudiando arte dramático. Finalmente pareció recordar que su hermana estaba allí - Papa ha tenido que arreglarlo para que entre en la Academia, esta vez deberías esforzarte o nadie te querrá en su super-grupo ¿Y qué harás entonces? ¿Volver a juntarte con el rarito de tu amigo? ¿El que ni siquiera se puede pagar un buen tinte? Te lo digo muy en serio Roxie, deberías cuidar más tu imagen y con quien te juntas.
Puse los ojos en blanco ante el repaso del nuevo anuncio de Lizzy. Ahora ya entendía porqué el tío Johnny siempre la llamaba "la idiota de tu hermana".
- No es rarito, es... es... -dudé durante unos segundos, intentando buscad el adjetivo indicado- Bueno, él no tiene la culpa de que papá sea un súper de pacotilla que haya hecho que su hermana esté en coma.
Alcé las cejas en señal de "cómetelo con patatas, zorra", aunque haber utilizado la baza de "Carmen Von Trapp está en coma" hubiera sido un poco rastrero.
Lizzy se giró con las manos en las caderas y levantó una ceja. Su hermana daba pena, empeñada en alargar la fase rebelde de la adolescencia hasta puntos ridículos.
- La hija de un supervillano que no sabe mirar cuando cruza la calle - comentó con un ligero tono condescendiente - No veo cómo eso es culpa de papa. Pero ni siquiera lo que le pasó a su hermana, la única con sentido de la estética de los tres hermanos,explica porqué no puede pagarse un tinte. ¿Es por eso por lo que vas con él? ¿Te hace chantaje emocional? Bueno, imagino que un perdedor como él tiene que recurrir a esas cosas para no quedarse solo. Hazme caso, déjale, el rollo emo está pasado de moda. Y no te sienta nada bien el negro. El rosa o el lila resaltarían tus facciones. ¿Cómo vas a conseguir anuncios vistiendo así?
Bufé.
- Primero, ya me hiciste hacerme mechas lilas -espeté, cogiendo uno de los mechones teñidos de dicho color-. Segundo, ¡ni siquiera me quiero dedicar a hacer anuncios! -exclamé, un tanto cabreada. No entendía su empeño en que me dedicara a lo que ella. Bueno, ni siquiera entendendía por qué ella se dedicaba a eso- Voy a estudiar química. Quí-mi-ca. Lo que significa que, en vez de hacer el gilipollas delante de una cámara, investigaré. Como el tío Johnny -terminé, dibujando una sonrisa orgullosa.
Lizzy esbozó una ligera sonrisa comprensiva.
- Por supuesto, la química es importante para la cosmética. Pero seamos sinceras, no podrás hacer bien tu trabajo si no conoces los productos - dijo tendiendole la caja con sombras de ojos - Deberías practicar y, ya de paso, pensar en qué harás para que te acepten en una hermandad. Si no, tendrás que quedarte en la redidencia de novatas ¡y compartir cuarto con una desconocida!
- ¿Y para qué tengo que estar en una hermandad? -alcé una ceja, dubitativa. Esa jerarquía y división de alumnado siempre me había resultado interesante y estúpida a partes iguales- ¿No puedo ir por mi cuenta, y ya está?
Si tenía que aceptar ese tipo de organización lo haría, pero prefería no pertenecer a ninguna de esas hermandades, más si estaban plagadas de gente como su hermana. No es que no la quisiera, es que era retrasada. Definitivamente. Y bueno, para qué mentir; tampoco la tenía en muy alta estima.
Lizzy miró a su hermana como si perteneciera a otro planeta, tenía suerte de ser un legado ZetaBetaZeta, porque si no, sus esperanzas de entrar serían nulas. Aunque bueno, con su ayuda aún haría algo de provecho.
- si no entras en las ZetaBeta tendrás que compartir habitación con otra novata. Y podría ser una gorda mal oliente o una friki. O peor, una lesbiana. ¿Quieres eso? ¿Quieres compartir tu habitación con una gorda que te acose por las noches y te quite la ropa?
Me encogí de hombros y asentí con la cabeza.
- Sería divertido.
Lizzy entrecerró sus ojos de forma maliciosa y luego se dio la vuelta.
- Hacerse la dura esta muy pasado, así no conseguirás gran cosa. Espabila Roxie, o acabarás en el grupo de los perdedores. ¿Y sabes lo que les hace Lady Esmeralda a los perdedores? Les pone tareas de limpieza o les pone de criados de los otros. Acabarás siendo una sidekick. - miró el reloj y frunció el ceño - Bueno, debería irme, tengo una sesión de fotos. Piensa en lo que te he dicho. Ser una perdedora como el tio puede parecerte una broma, pero acabarás cansandote.
Fruncí el ceño. Si comprendiera mejor a mi hermana me habría dado cuenta de que lo que realmente le importaba era el que ella tuviera una hermana a la que consideraran perdedora, pero como nunca había entendido bien a la gente lo primero que se me vino a la cabeza fue que se preocupaba por mí. Maldición, se preocupaba por mí. Eso implicaba lazos afectivos. ¿Significaba que le debía el preocuparme por ella alguna otra vez?
- ¿Quién coño es Lady Esmeralda? -pregunté, hastiada- La universidad es jodidamente estresante. Además, seguro que hay alguna hermandad a lo... Amigos de la Ciencia, o algo así. O Amigos de Newton. Siempre hay una de esas. O Amigos de los Gatos. Yo qué sé.
Lizzy ya salía por la puerta, pero ante la pregunta de su hermana señaló lo portada de una revista de moda, en la que Lady Esmeralda hacía una aparición con un fantástico bañador dorado con adornos de florecillas.
- O de extraterrestres, parece que vivas en otro mundo Roxie. ¡Y las hermandades de nerds solo existen para que se metan con ellos! - Lizzy salío disparada.
Asentí con la cabeza. Amigos de los extraterrestres. Sonaba bien.