Partida Rol por web

Shiro toma la iniciativa y hace una reverencia ante ambos antes de tomar sitio en uno de los laterales de la mesa y espera a que los demás se sienten para tomar su primer trago de té.

Las miradas esquivas de los sirvientes y su actitud temerosa me resultaban... preocupantes. Estaba acostumbrada a tratarles con familiaridad y confianza. Aquí llevábamos sólo dos días, por lo que aún no les conocíamos, pero prestaba atención a sus caras y nombres, intentando recordarlos porque era lo correcto.

Les dediqué una sonrisa tímida que probablemente no vieron y recogí mis cosas. Era consciente de que mi regalo a los anfitriones era humilde, pero también era sincero y esperaba que eso contase. Dediqué unas sonrisa tímidas a Kasumi y Shiro, siguiéndoles un par de pasos por detrás. 

Caminé prestando atención a los detalles, pues sentía que estábamos siendo puestos a prueba. Cuando finalmente llegamos al jardincito, las expresiones serias de nuestros anfitriones no hicieron nada por tranquilizarme. Dejé que Shiro se adelantase y tomase asiento. A continuación hice una ligera reverencia a cada uno de nuestros anfitriones y tomé asiento algo más apartada de la mesa, cuidando de dejar todo el espacio posible a Kasumi. 

Me senté con la espalda recta y cuidando la postura. Tenía las manos recogidas sobre el regazo y les miraba con atención. Ni siquiera me planteé tocar el té o la comida mientras hablábamos. Intuía que no nos gustaría lo que íbamos a escuchar, pero lo afrontaría con la mayor entereza posible. 

  Se inclina ante Yogo-Sama, en muestra de respeto y sumisión por su orden. -No Yogo-Sama, ni inconvenientes ni preguntas al respecto-.

 Pero si tenia sus inconvenientes y preguntas, ya que venía del mismo clan que el alquimista *¿no habría peligro de que la muerte de un compañero afectara de algún modo su juicio? aunque si la historia a demostrado algo, es que de todos los otros clanes el Dragón era el único que les había prestado una legítima ayuda, por lo que merecían el respeto de su clan.

 Pero había otra cosa que llamaba su atención *¿a que se refería la esposa del embajador con "talentos"? si, podía referirse a otra cortesana o magistrada, pero le preocupaba que ese "talento" fuese de otra naturaleza, mas aún le preocupaba como lo tomaría el magistrado que los acompañaba si sus sospechas fuesen ciertas.

- Si.

Contradigo a todo el mundo con una afirmación tan rotunda.

- El distrito curtidor no es el mejor sitio para llevar visitas. El olor es horrible, como bien habéis hecho ver, y dependiendo de dónde entres ni tan siquiera con diez baños podrías quitártelo de encima. Definitivamente no es el lugar dónde alguien que necesite más de un yojimbo debería siquiera acercarse.

Por no mencionar el hecho de que más de dos samuráis Dragón, entre ellos una Kitsuki, andaran mirando por encima del hombro a cada paso y perdiendo el tiempo en tonterías, pero ese es un detalle que no conviene resaltar en éstas situaciones en las que preocuparse por los invitados queda mucho mejor.

La expresión de la Yogo permanece invariable, mientras que la de los dos Dragones si se altera al escuchar a Sichi. Sonríen abiertamente, si bien en ella es más contenido el gesto.
-Ah…un Escorpión sincero. +comenta con un tono jocoso el embajador

Kitsuki-sama, le hace un suave gesto de que se modere. 
-Tal vez. Lo que si es cierto es que por lo menos expresa mas abiertamente lo que piensa que el resto. Una característica… curiosa. Y bienvenida.
Mira a Sichi directamente
-Es correcta vuestra apreciación, joven. Sin embargo, debo decirle que hemos vivido en Ryoko Owari por casi una década. Conocemos sus barrios, así como a la gente de aquí. Y es exactamente por eso que hacemos este pedido.

Osako frunce ligeramente los labios ante la ultima frase. Pero bajo el velo parece ocurrir algo, porque asiente.
-Entiendo, Kitsuki-sama. La joven tendrá su… visita, al distrito Curtidor. Sichi, quedas a cargo de ella. Al margen de los yojimbo, lo que le pase  te pasara a ti también. Ahora, si nos disculpan, debemos retirarnos para proceder, por lo que le solicitaría que la llame cuanto antes. O prefieren que nos encuentre despues, honorables?

El embajador asiente
-Hai, lo comprendemos, y prefeririamos que vayan con ustedes ahora mismo. Solamente les pido que aguarden unos minutos en el jardín frontal, mientras hablamos con ella. El pobre Iesada ya no corre con prisa, así que su cuerpo mortal también puede esperar un poco más...

Osako hace una profunda reverencia.
-Como solicitéis. Pero que sea breve esa charla, samas por favor. Confió en regresar pronto con nuevas que sean mejores a las que he debido traerles hoy. Jaamataashita.

Diciendo esto, retrocede y se retira, dandoles unos momentos para saludar tambien y poder seguirla al jardin del frente, mas verde y florido, donde aguarden a los Dragones.

Una vez alli, mira las flores, murmurando por unos instantes. Finalmente vuelven a tener su atencion al cabo de unos momentos. Sin mirar a nadie en particular, les pregunta.
-¿Como creen que deben trabajar cuando hay un Dragon mirando sobre su hombro?
El tono recuerda inmediatamente a uno de esos jueces que les interrogan al final de la ceremonia de Gempukku. Al haberla pasado no hace mucho, todos tienen ese recuerdo muy fresco en sus mentes...

Una vez están todos sentados, Mirumoto-sama empieza.
-Sé que algunos tenéis cosas que discutir conmigo +dice, mirando alternativamente a los dos bushis.+ Pero me temo que deberán esperar a la noche. Ha surgido una cuestión lamentable que atrae nuestra atención ahora… Hace unos momentos, recibimos la visita de Yogo Osako, jefa de los magistrados Escorpión en Ryoko Owari. Sus hombres han encontrado el cuerpo de uno de nuestros compatriotas, Agasha Iesada, en su casa del distrito Curtidor. Todo parece indicar que ha sido asesinado…
Hace esta declaración con pesar en la voz, pero también de una manera sorprendentemente directa.

Kitsuki-sama interviene
-Comprenderán, es una situación tanto penosa como sumamente irregular. Si bien la ciudad dista mucho de ser un paraíso de seguridad, a pesar de los esfuerzos de la Guardia del Trueno y los Magistrados, no es normal que un samurái, mucho menos uno de los nuestros, sufra un ataque. La dama Osako ha prometido dar lo mejor de si misma en el asunto, y conociéndola no dudo que dará con algún culpable, pero nosotros queremos que el caso reciba un segundo vistazo…  una mirada Dragón.
Sus ojos oscuros se centran en la shugenja
-En concreto, queremos que vayas con sus magistrados, Aiko. Por defecto, Kasumi y Shiro te acompañaran como tus yojimbos, tal cual hicieran hasta ahora. 

-De seguro, te preguntaras el motivo... eres tan joven. Pero es muy simple. Iesada era un shugenja, uno bueno y experimentado, si bien excéntrico incluso para nuestros estándares. No hizo amigos aquí. Pero mas nos preocupaba en que estuviera trabajando. Sus experimentos fueron la razón de que saliera de este distrito y se alojara en el distrito Curtidor,…con los etas. No hay otro Agasha a quien podamos recurrir, para dilucidar que estaba haciendo, y si eso fue el motivo de su triste deceso... 

-Y a ustedes dos, les hara bien una visita a esa zona, especialmente a ti. +añade, mirando a Shiro.+ Entre los trabajadores etas se mueven muchos elementos que pueden serte de interes en tu busqueda. Si bien el peligro no es la gente de ese barrio, sino los que iran con ustedes.
Señala hacia el frente de la casa con un rapido movimiento de los ojos.
-Los magistrados noveles de Osako-san que seran los encargados de realizar las pesquisas estan esperando en el frente. Ustedes tendran que acompañarles y seguramente, seran vistos como estorbos... por lo que no les haran faciles las cosas. Pero Aiko-chan no puede ir sola. 

-Es correcto. Sin embargo, dejemos en claro algo. Aiko-chan, tu participacion en esto es necesaria, por lo que te he dicho hace un momento, y por otra cuestion que Rei te comentara en privado. La de Kasumi-chan y Shiro-kun es opcional, dado que ellos vinieron aqui con otros designios. Pero en ninguno de los tres casos es obligatoria. Si no desean involucrarse, manifiestenlo por favor, y enviaremos un sirviente a decirles a los magistrados que partan sin ustedes.

Será un honor poder serviros.

Kasumi se sintió henchida de orgullo al ver que la oportunidad de lograr su autentico de objetivo le llegaba mucho más rápido de lo que había esperado. Sabía que no sería fácil y que esto era sólo el principio de un largo camino, pero al menos ya había encontrado la senda que debía seguir.

Aunque, precisamente por haberlo encontrado rápido, sabía que sería más difícil. Era consciente de lo ciertas que eran las palabras de la esposa del embajador, no sólo no les pondrían las cosas fáciles, a nadie le gustaría la presencia del joven grupo. A pesar de ello, se sabía capaz de cumplir su misión, sus maestros le habían inculcado que para lograr algo, antes había que creerlo, y, además saber que iría con sus compañeros de viaje le infundió un poco más de valor para enfrentar cualquier complicación que acarreara la empresa que se les había otorgado. Sólo esperaba que ninguno se negara, sobre todo la pequeña Aiko, ya que sin ella, Kasumi vería truncadas sus espectativas.

La espera por la respuesta de Aiko y Shiro se le hizo eterna, aunque no pasaran más de dos segundos. Todo por lo que se había esforzado tanto durante tanto tiempo pendía de la decisión que estos tomaran.

Medité unos segundos para pensar en la respuesta de Yogo-Sama.

Lo que sabía de los Dragón era que piensan mucho las cosas, pero no actúan. Viven aislados en las montañas. Hacen buenos magistrados. Al final conseguí elaborar una respuesta.

Como con todas las personas, eso depende de lo que se quiera lograr con ellos. Si se deséa que no estorben, se les da una distracción para que se entretengan con ella. Estarán tan ocupados analizando un pequeño indicio que se cegarán ante el resto del mundo, incluídas las grandes pistas.

Shiro asiente con la cabeza a las palabras de Kitsuki Rei.

Vuestros deseos son órdenes para mí al igual que lo son vuestras inquietudes, y de este modo os agradeceré vuestra ayuda con mi más humilde servicio. Afirmó con entereza.

 Mis intereses personales pueden esperar. Dijo con un tono de decepción.

La desilusión por prolongar la espera de su tan ansiado objetivo le causaba estragos morales, pero de algún modo comprendía que esto conllevaría una gran responsabilidad para la joven erudita y no pensaba dejarla sola en esto del mismo modo que el presunto asesinato de un compatriota Dragón no podía quedar impune.

Mis rostro adoptó la gravedad acorde a lo sucedido. Permanecí en silencio mientras escuchaba, prestando atención a cada una de las palabras, gestos y silencios de nuestros anfitriones. Cada detalle era importante o eso era lo que me había enseñado mi madre. Claro que, a diferencia de ella, no tenía ni preparación ni experiencia como investigadora. 

Incliné la cabeza asintiendo cuando se refirieron a mi, pero no osé decir nada. Empezaba a asimilar la responsabilidad y las implicaciones de lo que se estaba diciendo. No sólo un asesinato era algo serio, estaba la posibilidad de que tuviese que ver con los estudios sobre los kamis. 

Apoyé las manos delante de las rodillas y me incline haciendo una reverencia a Kitsuki sama y otra a Mirumoto sama. 

- Ai. Es un honor poder servir al clan y a vosotros. 

Dudé un momento antes de continuar, después de todo, había muchas cosas que desconocía sobre las sutilezas de la etiqueta, la diplomacia entre los clanes o el frágil equilibrio que podía darse en una ciudad como esta. Lo que sí me había parecido intuir es que Kitsuki sama no creía en que los magistrados escorpión fueran a darnos al verdadero culpable, si no que en su lugar, entregarían a cualquiera que les conviniese.

Habían dicho que me dirían algo más en privado, pero yo misma sabía que tendría que hacer preguntas. Y tal vez por el alivio de saber que no estaría sola, decidí hacerlas en presencia de mis compañeros. No en vano, el mon Kitsuki incluía un rayo que iluminaba las sombras y traía consigo la furia de Osano Wo sobre los culpables. No, los secretos servía a los escorpión, no a los Kitsuki. 

- Disculpad mi atrevimiento pero desearía hacer algunas preguntas sobre Agasha Iesada, la ciudad y el distrito curtidor en especial. - hice una pausa, dudando antes de continuar - Tal vez sería prudente si nos habláis también sobre... - busqué las palabras menos ofensivas - el equilibrio de poder en la ciudad.

Era también un modo indirecto de preguntar sobre los magistrados escorpiones con los que trabajaríamos. Pero también una forma de buscar aviso sobre los obstáculos que pudiésemos encontrar... o sobre problemas que podíamos generar inadvertidamente. En aquel instante, me sentía como si estuviese a punto de golpear un nido de avispas...

- Mejor que con tres haciendo lo mismo.

Respondo a la pregunta mordiéndome la lengua por tener que ocuparme de la Kitsuki.

- ¿No tendrá dos yojimbos por su incompetencia?

Añado esperando que la sobreprotección fuera por algún talento inusual o por su noble linaje.

 Al retirarse hace una reverencia a los embajadores, para luego salir hacia al jardín junto a la cortesana, al Magistrado y Yogo-Sama.

 Ante la voz de Yogo-Sama los recuerdos de su sensei le llegan a la mente, y tal recuerdo se aviva al acomodarse la máscara que le habían otorgado como premio por finalizar con éxito el Gempukku. También recuerda alguna de las palabras que le dedicó al finalizarlo *"...aprender a actuar y pensar bajo cualquier tipo de presión...".

Con esto en mente responde -Estoy mas en concordancia con la cortesana Hitomi, si no queremos que estorben en la investigación debemos darles pequeños indicios que los distraigan, pero...- hace una leve pausa -No debemos olvidar el pasado que compartimos con el clan del Dragón, si hemos de manipularlos, deberá ser lo mas discretamente posible, como  muestra de respeto hacia ellos- Esto último lo deja pensando *es curioso como solo nosotros sabemos demostrar respeto a otros mediante la manipulación