Partida Rol por web

- ¿Acaso hemos estado en sitios diferentes Bayushi-san? Nosotros somos la distracción.

Respondo al bushi, está claro que los embajadores ni la magistrada quieren a la Kitsuki rondando cerca de ellos, sea por lo que sea, ¿pero tanto como organizar un asesinato para distraerla? ¿Acaso es tan idealista que no se le podría distraer en otros lugares de la ciudad?

 Se gira hacia el Magistrado, parece que no todo había quedado tan claro. -Te recuerdo, Shosuro-san, que Yogo-Sama nos ha preguntado explícitamente como creemos que debemos trabajar ante la presencia de los dragones, no que papel desempeñaremos en el caso, esto ya había quedado claro y se volvió implícito cuando Yogo-Sama les aclaró a los embajadores que mientras nosotros trabajáramos el terreno ella y otros mas experimentados se encargarían del otro aspecto-

-Esa buena predisposición os honra. +comenta con una sonrisa leve Mirumoto-sama, mirando primero a los dos bushis que aceptan postergar sus deberes para ayudar, y luego a Aiko.+ Ahora, por el bien de vuestro trabajo, trataremos de aliviar esas dudas, pero dudo que Osako-san sea muy paciente asi que trataremos de no extendernos demasiado. 

-Permíteme  entonces, querido , resumirles lo importante. +indica la Kitsuki. Hace una insignificante pausa, acomodando sus ideas+ Bien, primero deben saber de Iesada. Era un shugenja y también un alquimista notable, siempre a la búsqueda de nuevas pociones e inventos. Era viudo, pero tuvo una hija a la cual adora, Agasha Rika, que actualmente estudia en Shiro Kitsuki. Se mudo aquí hace 3 años, cuando ella comenzó su entrenamiento. Esperaba aprovechar el gran mercado de la ciudad, donde podía conseguir gran variedad de productos no disponibles en las tierras Dragon, para ampliar sus investigaciones. En un principio habitaba aquí, en una casa en el borde del casco nuevo, pero por desgracia sus experimentos producían olores ofensivos a los vecinos. Estos se quejaron a las autoridades, y la misma gobernadora Hyobu le ordeno cesarlos o irse. Iesada discutió e insulto a varios vecinos, pero en bien de la paz prefirió mudarse al distrito Curtidor, donde podría trabajar sin trabas.

-El distrito Curtidor es el distrito Eta de la ciudad. Sus habitantes viven de la recolección y venta de la basura y el estiércol de los demás distritos, por lo que es difícil imaginar un sitio mas repulsivo. El crematorio y las casas de los torturadores  también se encuentran allí. Ningún otro samurái, aparte de algún ronin, vivía en ese lugar, debido a la indescriptible peste. Pero a Iesada no le importaba, ya que eso significaba no ser molestado por nadie.

-Finalmente, sobre la última cuestion… bien, es una ciudad Escorpión, Aiko-chan. Es su gobierno y leyes las que aplican aquí. Los demás clanes solo tenemos presencia diplomática. +la curva  derecha de su labio se dobla hacia arriba, apenas+ ¿No querrás sugerir algo mas, verdad?

El embajador tiene el mismo gesto, pero este desaparece de inmediato.

-A no ser que tengan preguntas tambien, seria bueno aprovechar el tiempo. Kazumi-chan y Shiro-kun, por favor, vayan a armarse. No queremos impacientar a los magistrados mas de lo debido.

-No empiecen.+corta secamente las palabras que cruzan Chumoku y Sichi+  Ninguno ha contestado bien la pregunta.

Cruza los brazos, cerrando los ojos, pensativa. 
-Si los Kitsuki se distrajeran fácilmente, no tendrían la fuerte reputación de investigadores que sostienen. Algo me dice que esta chica no es normal… Primero, dos yojimbos es mucho para una magistrado joven, como señalaran bien. Pero si fuera una incompetente, Kitsuki-sama no la haría representar al clan, esa mujer es inteligente. Asi que la chica es valiosa… Luego esta eso de usar la palabra talentos, en vez de habilidades… El talento es una capacidad o aptitud propia. Una habilidad es algo que entrenas. Si hay que pensar en talentos, en este caso se me ocurre el de comunicarse con los Kami, como el difunto. Despues de todo, no es algo que este restringido por la familia. Sichi o yo misma somos ejemplos de eso. Y si es buena, ella podría ver cosas que ustedes no, aunque no le sirvan de nada en una corte...

Cruje los dedos, mientras abre los ojos y mira al vacio, formulando algun esquema en su cabeza. 

-Mantengan un par de ojos en ella, en especial tu Sichi, mientras investigan la escena. Ese será tu cometido. Chumoku, cuando lleguen ve con Kazu y habla con los vecinos, preguntales sobre Iesada y como vivia. Hitomi-chan, encárgate de interrogar a la sirvienta que encontró el cuerpo, y a cualquier otro testigo que se vea prometedor, pero no te alejes mucho de tus compañeros. Yo ire a su vieja casa aquí y hablare con los vecinos, para averiguar sobre esas desavenencias que tuviera. Los vere esta noche en la sede para escuchar sus informes. Alguna duda?

Entonces al final tendría que encontrar la manera de lidiar con los tres Dragones, o al menos con la Kitsuki si sus yojimbos terminaban decidiéndose por apartarse de ella haciendo dejación de sus deberes y permitiéndome algo de relajación al no tener que vigilarlos a todos.

- Ninguna Yogo-sama.

Le respondo sincero, pues al parecer tampoco era necesario impedir la ayuda si ella misma en verdad iba a investigar el asunto. Quizás fuera mucho más útil el averiguar de que era capaz esa mujer que averiguar nada éste crimen.

 Mientras Yogo-Sama reprimía a ambos Chumoku mantenía baja la cabeza, era obvio que se había avergonzado a si mismo *¿Acaso no había entendido las palabras de Yogo-Sama? ¿en su intento por mostrarse de mayor entendimiento se habría degradado el mismo, alejándose de su objetivo?

Ya no podía pensar esto, debía concentrarse en las especificaciones del encargo que le había encargado Yogo-Sama -No Yogo-Sama, ninguna duda al respecto- decía mientras le hacía una reverencia, haciendo entender que comprendía su lugar.

 Ahora no quedaba otra que seguir las instrucciones: irse con Kazu, hablar con los vecinos, averiguar el modo de vida del alquimista y su historia en Rókugan a través de ellos.

Que invitasen a mis compañeros a recoger sus armas haría que tuviera unos minutos a solas con Eikatsu-sama y Rei-sama. Recordé que había un segundo motivo por el que era necesaria mi ayuda y que me comentarían en privado. Asentí despacio mientras intentaba asimilar toda la información. Sabía que cada detalle podía ser importante, incluido las leves sonrisas de nuestros anfitriones. Deduje que aquello, junto con su especificación sobre gobierno y leyes omitiendo política e influencias se debía a que no querían adentrarse en ello.

Y sin embargo... Sin embargo, los favores imperiales, la riqueza, los recursos o incluso el conocimiento podían cambiar el equilibrio de poder... También podían ser motivo de asesinato. ¿Qué habría estado investigando Agasha Iesada? Mis conocimientos de alquimia eran apenas los de una aprendiz, no estaba segura de estar a la altura de lo requerido. Pero no me correspondía cuestionar la sabiduría de nuestros anfitriones. 

- Todos servimos al emperador - respondí lo más diplomaticamente que pude a la pregunta de Kitsuki sama. Sin duda ella ya sabía lo que pasaba por mi mente y, si no había querido responder en más detalle, habría motivos para ello. Presionar no ayudaría. 

- ¿Tenía sirvientes Agasha Iesada? - pregunté con cierta curiosidad. Su testimonio no sería aceptado frente al de un samurai, pero podían proveer de información útil. Por otra parte, las insinuaciones de que los magistrados enviados por Osako-sama encontrarían alguien a quien culpar para poder cerrar rápido la investigación del asesinato, hacían que me preguntase si ya sospechaban de un asesino o de un móvil. 

Pero naturalmente no dije nada de esto. Esperé a ver qué hacían mis compañeros y si me decían algo más cuando estuviésemos a solas...

Escuchaba hablar a Yogo-Sama. No me gustó como se refería a mi. Me decía Hitomi-chan mientras a los otros les llamaba por el nombre. Aún así, intenté que no se refleje en mi cara contestandole a mi superior haciendo una reverencia.

Me ha quedado claro, Yogo-Sama.

No me molestaba tener que interrogar a nadie. De hecho, eso era considerablemente más de lo que generalmente hacía.

Las últimas palabras de Kitsuki-sama acabaron por amedrentar mi consciencia, si ya intuía que poco podía hacer yo al respecto con la situación, saber que nuestra única huella como Clan en esta ciudad solo podía representarse de forma diplomática acabó por consumirme. Me resultaba molesto no poder oír lo que sucedería a continuación pero de algún modo tenía la sensación de que debía ser así.

Me inquietaba pensar en qué estaría trabajando Agasha Iesada, y cuan importante sería esto para reclamar su vida. Eran simples experimentos o había algo más detrás de la niebla? Los Escorpiones trataban de disfrazar su asesinato por ello? Entendí que debíamos jugar su juego y que nuestra arma sólo podía ser la diplomacia en un lugar donde poseíamos la desventaja.

+Shiro asiente a las últimas palabras de Mirumoto-sama y de nuevo les dedica una reverencia a ambos, de nuevo toma la iniciativa y se dirige a recoger sus pertenencias.

A Kasumi no le gusto que no fueran del todo transparentes y les ocultaran parte de la información a Shiro y a ella, pero comprendía que el asunto era muy delicado y que ante la desventaja en la que se encontraban los embajadores debían hilar muy fino cada paso que dieran.

En cuanto quedo claro, que no había más q decir, Kasumi se levanto tras hacer una reverencia y siguió a Shiro a buscar su katana y su wakhizashi, puede que llevara algo más escondido en el obi, nunca se sabe cuando un poco de información extra puede ser útil...

Los dos están alojados en partes opuestas de la casa, por lo que se separan. Ya se encontraran en un rato...

El personal de la embajada ha dispuesto perchas y portadaishos donde dejar sus armas tranquilamente  en los cuartos asignados. Ademas, los equipajes descansan en cofres, salvo las cosas que hallan sacado estos dos dias de alojamiento.
Un criado se queda con cada uno, para ayudarles a vestirse con mas prisa. En cuanto estén listos, pueden regresar con los embajadores o ir directamente al encuentro de los magistrados…
 

Espera a que los otros jovenes se hallan retirado para hablar.

-Seguramente si, aunque Osako-san no especifico nada al respecto. Cuando estes alli observa, casi con certeza los magistrados iran tras pistas similares.
Bebe un sorbo de te.
-Ahora, lo que queriamos hablar en privado... Rei me ha puesto al tanto de todo. Me ha contado del motivo de tu visita, y lo que ha observado de ti. Eres una joven agradable y prometedora, pero... el principal problema que nos hemos señalado, es tu condicion y la de tu familia.
Suspira.
-Los Escorpion,  y de hecho la gran mayoria de los clanes, toman muy en cuenta las ventajas de las uniones, principalmente el poder que se puede ganar con ellas. La... humildad, que caracteriza a los tuyos, es una desventaja al respecto, para conseguirte un arreglo aceptable. 

-Queremos que veas entonces, esta tragedia como una oportunidad para corregir esto, que si bien en general se aprecia como una virtud, no lo es en la politica...
Espera que hagas algun gesto de comprension para proseguir.
-En tiempos de paz como los que vivimos, la gloria dificilmente se encuentra en los campos de batalla. Tampoco es un sitio donde nuestro clan se involucre a menudo. Sin embargo, para un magistrado, las cosas son distintas. Por desgracia o fortuna, la naturaleza del hombre siempre le proporciona motivos para probar su habilidad y capacidad a los demas. Y en el reflejo de esta en sus ojos, se encuentra lo que llamamos gloria, asi como... otras recompensas.
Sonrie levemente, y esa sonrisa es devuelta por su esposo. Los dos te miran fijamente
-En este caso, creemos que si tu ayuda sirve a los magistrados Escorpion, podras hacerte una cierta cantidad de reputacion. A mayor reputacion logres, mejor para tu familia y para ti. Y cuando llegue la proxima corte de invierno, tal vez el nombre de Kitsuki Aiko no sea desconocido en Kyuden Bayushi...

-Que jovenes tan avispados, entienden todo perfectamente...+comenta en tono neutro.+ Bien, entonces los dejo, no voy a quedarme a esperar a esos niños Dragon y confio en que sabran hacerse cargo de la situacion. Matta ne.

Con paso rapido, Yogo-sama se retira, dejandolos solos en la puerta de la mansion. No se ve ningun sirviente por el bien cuidado jardin, solo los dos guardias en la puerta, estaticos. 

Decidí portar la vestimenta completa así como el armamento, arco y carcaj incluidos.

Al igual que Aiko-chan necesitaba de nuestra presencia para su protección física pensé que nosotros también necesitábamos de la suya para con los magistrados, así que decidí volver primero con los embajadores en busca de Aiko-chan.

Si se diese el caso y en vez de Aiko sólo encontrase a los embajadores, decidiría volver a pronunciar las palabras anteriormente dichas por Kitsuki-sama y me atrevería a preguntar qué clase de elementos podrían serme de utilidad en mi desesperada búsqueda. Pensándolo mejor, la presencia de Aiko-chan no sería molestia pero sí intentaría ser reservado en mis palabras.

Con la cabeza agachada y reverenciando - Mi señora, me gustaría saber con claridad qué puedo esperar encontrar en ese distrito, relacionado con mis asuntos personales si se me permite preguntar...

Conforme Osako se marcha, ya sólo faltaba esperar a que salieran los Dragones hicieran acto de presencia para llevarlos a aquel lugar tan hediondo.

- A todo ésto, ¿que tal se os dan los eta?

Pregunto con algo de malicia, pues había quedado claro que ellos en principio iban a ser ellos los encargados de tratar con los encasillados en el último peldaño de la sociedad, mientras que yo debía cuidar del trío de observadores.

- Quizás deberíais tragaros el orgullo y ser educados con ellos.

Añado a modo de consejo, éste si mucho más sincero.

Resoplé. La verdad sea dicha, no me gustaba trabajar con los etas, pero a veces había que ensuciarse un poco y comprendía la importancia en este caso.

Si se debe hacer, se debe hacer. Le respondí a Sichi-San. Después sonreí. ¿Qué tal se te dan a tí los Dragón, Sichi-San? Estoy segura de que tendrás bastantes oportunidades para mejorar tus relaciones con ellos ahora que te dieron el honor de estar a cargo de ellos. Agregé en tono de broma.

Consideré las palabras de mis anfitriones. Era cierto que la situación por grave y desafortunada que fuese era una oportunidad para aprender. Apenas tenía nociones en las técnicas de investigación en las que destacaba mi familia. Mi principal capacidad se hallaba en los libros. Pese a ello me esforzaría por ser útil y poder identificar al asesino, así como rescatar en lo posible el trabajo de Agasha Iesada. No lo habían dicho, pero intuí que era parte del motivo para enviarme. 

- El trabajo de Agasha Iesada... - comencé a decir. Dudé un segundo, pero no había verdadera vuelta atrás - ¿deseáis que recupere lo que se pueda? En condiciones normales correspondería a su sucesora hacerse cargo, pero ignoro su naturaleza y la... necesidad que pueda tener el clan. 

Hice una pausa. Lo cierto es que mis compañeros sabían que venía a solicitud de mis padres para arreglar un compromiso, pero supuse que preferían tratar los detalles sólo conmigo. Era normal, una cuestión de delicadeza. Pese a todo, no terminaba de entender porqué no podía simplemente acordar un matrimonio con otro dragón, alguien humilde como nosotros y que entendiese nuestra forma de vida. Lo cierto es que la idea de asistir a la corte, tan llena de intrigas, no encajaba demasiado conmigo. Mantuve la expresión seria y bajé la mirada, no me correspondía a mi decidir, debía confiar en Kitsuki sama. 

- Vuestros consejos son bien recibidos, Kitsuki sama. - respondí - Os mantendré informados de cuanto averigüemos.