Partida Rol por web

Los dos grupos se encuentran en la Puerta de la Condescendencia, a un par de calles de la Torre del Dragon. A diferencia de otras de la ciudad que han atravesado, esta es una estructura relativamente simple y funcional, decorada con parquedad, como si quisiera disimular su proposito, el cual es conectar el distrito Noble con el Mercader. 

Tres figuras de rojo y negro viniendo desde el Oeste, tres de verde y dorado desde el Este... tienen tiempo a verse desde lejos, en las comodas, brillantes, limpias y poco transitadas calles de este oasis de civilidad que es el distrito destinado a los samurai de verdad. Aunque cualesquiera pensamientos que tengan los unos de los otros, eso... eso es otra cuestion. Poco puede decirse que los una, salvo esta mision.

-Practicamente no nos dijeron nada de utilidad.- Voy pensando mientras caminamos por la calle. La visita al gunso fue un disparo en la oscuridad y no dio en el blanco.

Entonces veo a los dragón en la distancia. -Ahh, así que es hora de que nos reunamos otra vez.- Nos acercamos a ellos y cuando estamos a una corta distancia les saludo con una inclinación de cabeza. -Espero que hayan dormido bien.- Les comento.

Cuando subo la mirada, mis ojos se encuentran con los de la Kitsuki. Más tarde hablaría con ella. Seguramente me ganaría su ayuda y la de sus yojimbo cuando oiga lo que me contó mi "amigo" ayer a la noche. -Y además, supongo que será un respiro para ella.-
 

Camino delante de mis dos yojimbos y les dedico una reverencia respetuosa a nuestros compañeros de investigación, aprovechando ese instante para relajarme y componer una mirada sosegada y tranquila para ocultar mis sospechas. Les sonrío al levantar la cabeza. - El ambiente de la ciudad no permite más que un sueño tranquilo y relajado, Bayushi-san. - Dedico una rápida mirada al Shosuro. - Estoy segura de que la vuestra también lo ha sido. - No he terminado de decirlo cuando vuelvo a dirigir mi mirada al todo el grupo Escorpión y espero pacientemente. Nos espera un día muy largo... y nadie gana a un Dragón en cuanto a paciencia.

Mis sentidos están mas atentos que en nuestra anterior campaña, mi malestar por tener que compartir con los escorpiones era ocultada con la seriedad de mi mirada, a la siniestra de Aiko-san, avanzamos hasta encontrarnos con nuestros compañeros de investigación.

Lo suficiente para continuar, le dirijo una mirada a Sichi y luego a los otros dos, a diferencia de Aiko no les saludo con una reverencia, cortesía de sobra, pues ellos se sienten tan incómodos como nosotros con su compañía.

Observe a Hitomi evaluando si en nuestra ausencia había tenido resultado en la busqueda de su wakizashi y los pergaminos, buscando en su obi alguna espada.

Noté los ojos del Mirumoto posandose en mi y me sentí muy nerviosa de repente. -Debería haber dejado el obi.- Pensaba mientras intentaba posicionarme discretamente de tal forma que se esconda la funda vacía, pero mi figura delgada simplemente no me daba ningún ángulo para eso.

-Deberiamos empezar a movernos.- Dije finalmente de forma nerviosa, para salir del paso. Además, cuanto más rápido terminemos con esto, más rápido iriamos a buscar a los que tenían mi wakizashi.

-No es que halla demasiadas alternativas....+comenta en tono frio, mirando a los Dragon+ Para informarles brevemente, visitaremos algunos de los otros heimin con los que Agasha-san tenia tratos. En concreto dos, un mercader de nombre Hiroshi y una criadora llamada Uma, conocida como Yegua vulgarmente. Los dos son siervos del clan Unicornio. 

Se humedece los labios, con un resabio amargo por tener que compartirles sus actividades...

-Tambien habremos de pasar por la torre Roja del distrito. Ayer deje instrucciones para que buscaran en los archivos, referencias sobre algun almacen o deposito a nombre de Agasha-san, Yasuki Nobuko o Susurro. Ahora vamos...

Tras pensarlo un momento, la Torre Roja es el primer destino, dado que incluso los magistrados no estan muy seguros de donde se hallan exactamente los dos heimin, pero tambien para solventar esa duda. 

El edificio es mucho menos elaborado que las torres del puerto o la del Dragon, y honra su nombre debido al color sangriento de sus muros, pero es funcional. Dentro le recibe un gunso, el cual no es el mismo que viera Sichi, pero tiene su encargo.

-Hai hai... Revisamos los documentos, como solicitara, Soshuro-san. +responde con aplomo+ No habia nada a nombre de Agasha Iesada, ni Yasuki Nobuko, como es logico. Susurro es otra cuestion. El tiene uno en la zona cercana al muelle Nordeste, un segundo aledaño al Muelle de hierro y otro en el distrito Pescador. Carezco de una declaracion actualizada de lo que contienen, no obstante. La ultima es de varios meses atras, cuando todavia trabajaba para los Unicornio.

Tres almacenes que cuya actualización de inventario ha sido descontinuada. Podría ser interesante, especialmente me llama la atención el del puerto. No es que tuviera un motivo mayor e inherente, sencillamente le llamaba la atención. Esa mañana había venido ataviada como el día anterior, simplemente dejó aquello inservible para dicha misión en casa. ¿Para qué llevar más que el daisho y un poco de protección por si las cosas se complicaban?

Al parecer todos habían tenido tiempo de dormir en la noche y sospechar sobre todos los demás. Vaya grupo más... ¿dispar? Unos gestos de reticencia demasiado obvios, otros que denotaban su agresividad con un mero gesto bucal. Dudaba de la hostilidad de aquellos de quienes debían sospechar, de lo que no dudaba era de la hostilidad que se olfateaba en el aire.

Miró a Aiko con gesto de preocupación, no quería que se desconcentrase de lo realmente importante.

- ¿Deberíamos inspeccionar algún almacén? 

Acto seguido se arregló el obi verdoso de manera que no le molestase. Había notado un ligero tirón en un pliegue del costado, podría ser problemático si se despreocupaba y dejaba la prenda de forma inadecuada. Por último ajustó se daisho para comprobar que podría desenvainar lo antes posible. Un gesto de despreocupación se mostraba en su cara y sus acciones, al contrario que algunos de los nerviosos presentes, ella no tenía la necesidad de preocupaciones ajenas a su labor. Ella sólo era consejera como mucho, ante todo su misión era proteger a Aiko. Ante todo su misión era conseguir que ella cumpliese su misión correctamente.

Realmente estoy preocupada por los acontecimientos. Si mis sospechas eran ciertas lo que menos necesitaba era contar ahora con este tipo de información, aunque en cualquier caso mi responsabilidad para con mi Clan son más importantes que mis sospechas personales e incluso más importantes que mi propio honor. 

Mi instinto familiar se activó cuando escuché las palabras del gunso y ante las palabras de Kasumi no puedo sino asentir y dedicarle una pequeña sonrisa. - En efecto, Mirumoto-san, deberíamos revisarlos aunque. - Miro a Shosuro Sichi de forma seria, formal. - Si a Shosuro-san no le importa, ya que fue él quien solicitó que se revisasen los documentos, me gustaría poder revisar esos documentos yo misma, al fin y al cabo nos serán muy útiles para saber qué debemos buscar, ¿no os parece así?

Le dedico una sonrisa cordial al Escorpión y miro de nuevo a Kasumi, relajándome al recordar que con la ayuda de mis yojimbos y algo de precaución, nada podía salir mal... de nuevo.

Mira a la shugenja de lado con sequedad.

-¿Acaso desconfias de la palabra del gunso, Kitsuki-san? +responde en tono agrio, aportando una incomoda idea.+ Si el dice que estan desactualizados, no hay nada que hacer. Habra que revisarlos nuevamente. Indicanos las direcciones, gunso-san.

Mientras el oficial toma un pincel y traza los kanji sobre un pergamino en blanco, os mira a todos con fijeza por sobre su mascara. Sichi aprovecha a agregar. 

-Tambien necesitariamos saber donde hallar a Hiroshi el mercader y Yegua, dos comerciantes heimin. 

Si el gunso es influenciado por las palabras de Sichi no lo demuestra directamente, pero al hablar de nuevo, su tono es mas seco y duro, ignorando el requerimiento de Aiko para centrarse en los magistrados escorpion.

-Yegua es muy conocida. Su local se llama "La Rapidez de las tierras norteñas". Solo deben seguir al noreste, hasta la calle que conduce al Muelle de hierro, y de alli al Sureste. Lo veran sin duda, es un establo enorme. Hiroshi no me es familiar, Shosuro-san, pero si es un mercader, seguramente tendra su casa en la Cuesta de Oro. Aunque a esta hora todos ellos andan de aqui para alla con sus negocios...+finaliza con un leve encogimiento de hombros, tendiendole el pergamino con las direcciones de los almacenes.

- Arigato.

Agradezco el trabajo del gunso sin querer volver a distraerme con la Kitsuki. ¿En que andaría pensando al pedir revisar los documentos? Eso estaba por encima de sus derechos.

- Veamos que tienen esos almacenes. - les sugiero a los Bayushi e ignorando deliberadamente a los Dragones - Y con presteza.

Añado pues bien podrían estar vaciándolos desde anoche.

Con todo lo obtenido, el orden en que debían proseguir, según había entendido, era ir primero a los muelles, a ver los almacenes de Susurro en el muelle de hierro y en el muelle noreste, había un 3º muelle, pero al estar en el distrito pescador les llevaría mucho tiempo revisarlo y volver a la zona de los muelles, por lo que antes de proseguir allí sería más conveniente a Hiroshi y Yegua, los mercaderes, quienes estarían bastante más cerca del distrito mercader que del distrito pescador.
*¿puedes asegurarlo?* pensé para mi mismo *¿quién sabe si Hiroshi no obtiene parte de su mercancía del puerto del distrito pescador? ¡no, alto! por divagar tanto casi lo arruinas, no inventes algo que no esta probado* y aunque así lo fuera, hay métodos para usar el dato a favor, solo no debía saltar al vacío.
Me puse en marcha al momento que Sichi-san se movía, ahora había que planear sobre la marcha, pero mirando a un futuro más lejano que 16 horas.

Shosuro...habla dirigiendose a Sichi con el solo respeto de llamarle por su apellido...¿es que acaso hay algo que ocultar?...mira al Gunzo, con semablante pasivo...La investigación que llevamos a cabo y los antecedentes recolectados han sido en gran parte a la agudeza que ha tenido Aiko-sama, claro lo ha demostrado en la inspección visual en la casa de Agasha Iesada, si esos registros estan desactualizados algo de información que quizas a los ojos de Aiko sea útil...preferiria reconsiderar la solicitud de ella...el tono es neutral, aunque su mirada cambia al ver a Sichi, el tono en el que dirige al grupo, la forma en la que trata a Aiko, no son de su agrado, y hasta ahora Shiro ha permanecido en silencio, pero no tolerara mas un desaire de ese tipo, si el escorpión queria provocarnos de algun modo, para desviar la investigación, no lo lograria.

¿Había oído bien? ¿Ese Dragón en verdad pensaba jugar a ese juego conmigo? No, de seguro que había sido un desliz por su parte.

- Lo lamento, pero los registros están codificados y únicamente gunso-san y sus camaradas son capaces de leerlos. Ya sabe Dragón-san, así evitamos que nadie intente robar a los honrados comerciantes de la ciudad.

Le respondí con sinceridad, pero que la verdad residiera en mis palabras era otro cantar. No así como el rencor por exigir ahora lo que antes se habían negado a ofrecer.

No pude más que levantar una ceja al escuchar el descaro del Mirumoto. Desde ayer que ellos estuvieron desconfiando de todos nosotros y ahora pretendían no solo que lo olvidasemos, sino convencernos con esas palabras para que les demos luz verde de ver nuestros documentos. Por una vez, no podía estar más de acuerdo con las palabras de Sichi.

Dejando eso de lado, me puse a pensar en los almacenes. -Ir al más cercano sería lo más rápido, eso seguro.- Pensé en voz alta. -Pero estoy segura de que Susurro va a tener gente para avisarle de que estámos revisando sus propiedades, dándole tiempo para mover la mayor parte de la mercancía que pueda incriminarlo. Lo mejor sería ir por el más prometedor, o incluso separarnos e ir por varios a la vez, si es posible.- Propuse.

El Muelle de Hierro es el mas cercano, por lo que en un ambiente tenso el grupo se dirige alli, a revisar el primer almacen. Es evidente que las suspicacias entre ambos dificultan tambien separarlos como sugiere Bayushi-chan... 

Con poca dificultad gracias a las indicaciones del gunso, logran localizar el almacen. Este no es nada de especial, un edificio de madera sobre pilotes de piedra, aparentemente bastante viejo, similar a muchos otros de la zona. Aqui es donde los Cangrejo suelen traer sus productos, principalmente hierro en bruto, de ahi el nombre del lugar. Por ende es una zona poco cuidada. Entre los depositos, se adivina alguna casita de sake barato, donde los brutos marineros del sur beben y pelean, pero poca gente reside en el area. 

Respecto al almacen, no hay gran misterio. No tiene guardias visibles, solo una firme puerta cerrada con candado. Tampoco se perciben ventanas de ningun tipo como para pispear al interior, aunque claro no seria prudente las hubiera. La unica alternativa parece ser entrar a la fuerza. 

Al parecer nuestras contestaciones habían sido lo suficientemente contundentes como para evitar que los Dragones volvieran a abrir la boca para nada y así había logrado un trayecto tan tranquilo como el interior de un templo. Ójala se repitiera más a menudo.

De esa manera llegamos al primero de los almacenes en el Muelle del Hierro, el cual parecía carecer de vigilancia, por lo que probablemente no encontraríamos nada en su interior. No obstante, no podíamos dejarlo pasar, por lo que eché mano a los sencillos palillos de marfil que solía usar para comer hasta el día de hoy.

- Es evidente que se opone a nuestra investigación.

Comento distraído mientras los introducía por la cerradura intentando forzarla. Era fácil comprobar que no tenía habilidad alguna en estas artimañas, pero de surtir sería fácil aludir que el candado estaba mal cerrado.

Para sorpresa del propio Sichi, la manipulacion funciona, logrando abrir el candado. A veces los kami sonrien incluso a personas como él..

En pocos momentos la puerta esta abierta... Adentro esta oscuro como es logico, pero cerca de la entrada ya pueden observar largas hileras de cajas de madera apiladas en los laterales, dejando un pasillo central para moverse. El aroma no es malo, no obstante, y a primera vista parece el lugar parece bastante limpio, como asi tambien mas ordenado que la tienda de su dueño. Una organizacion militar casi.

Tambien ven que al costado de la puerta hay una lampara de aceite, en una mesita.