Partida Rol por web

-Mierda.- Pienso mientras veo el corte que me hizo uno de los bushi. Peor aún, el de Chumoku parecía todavía más grave. -De esta no salimos...- Saco mis abanicos y me dispongo a atacar al ronin frente a mi, apuntando a sus manos para intentar que suelte la espada.

Lamentablemente, el ronin prueba ser mucho más rápido que yo, que mi experiencia en combate era más bien mínima, y retira las extremidades justo a tiempo. Estaba condenada...

A pesar del intento, la maniobra había salido peor de lo que pensé. El simple hecho de que lograsen atacar a Hitomi ya era desastroso, pero que no pudiéramos responder a sus ataques lo hacía mas humillante.

Lo único sorpendente que había podido lograr era estar consciente después de recibir aquel hachazo en el pecho, y ni eso garantizaba salida alguna

El carro dobla en la esquina y se pierde de vista. No es que tengan tiempo para notarlo cuando luchan por sus vidas.

Ambos fallan sus ataques, una nota amarga y triste que presagia el final. Chumoku logra evitar el segundo hachazo, que hubiera acabado con él, pero no corre la misma suerte la joven Hitomi.

Su cuerpo conoce la caricia del acero una vez mas... y la sangre se derrama, empapando las ropas ya de por si rojas de forma casi invisible. Pero el dolor que siente no se disimula tan facilmente.

Si las fortunas no les sonrien, estan perdidos.

Su mirada no podría ser más impasible, mientras les invita a tomar asiento, aunque el aguarda de pie junto a su almohada antes de hacer lo propio.

-Lo imaginaba. Hay muy pocos de vuestro clan con quienes tenga el honor de tratar,… solo él de hecho.

Cruza las manos, observándolos. Por alguna razón sientes que tu escrutinio no tiene nada que envidiar al suyo, atento y suspicaz. Tampoco deja de lado a Shiro, quien guarda la puerta.

-Hare cuanto pueda por vosotros, desde luego. Agasha-san era un importante conocido. Aunque me intriga saber que os condujo a mí, por cierto.

Ese hombre se mantenía calmado, incluso para Aiko le costaba ver cualquier gesto involuntario por su parte mientras lo escuchaba, era imposible no sentir ese interés crecer ante tanto misterio. Pero en cuanto escuchaba su pregunta, Aiko comprendía que a ese hombre parecía no gustarle mucho la idea de verse involucrado en un asesinato y eso puede ser sospechoso como todo lo contrario.

Hemos hecho varias preguntas, entre ellas, quién solía relacionarse Agasha... Fue así como escuchamos su nombre y al parecer, es bastante conocido en este distrito, no nos costó encontrarlo.

Le explicaba sin problemas aunque evitando dar nombres, Aiko no estaba segura de que era capaz ese comerciante, su forma de comportarse al principio, el cambio de actitud y una repentina frialdad, hacía que dudara de sus posibles intenciones y lo que menos quería ella,e ra poner en problemas a Uma luego de toda la ayuda prestada... Puede que Hiroshi les de algo mas de luz o les de mas nombres, pero era mejor empezar por el principio.

Nos puede contar como lo conoció? Nos interesa también saber todo lo que nos pueda contar con él y cualquier cambio repentino en su comportamiento también si es posible.

Le preguntaba esperando que Hiroshi les relatara como era su relación con Agasha y que sabía de él como hizo con Uma, claro que si no preguntó nada mas, como por su hija, la repentina partida de esta al igual que no mencionó que él también era un sospechoso, fue solamente para no presionarlo aunque estaba segura de que él no iba a querer pasar mucho tiempo con ellos.

Al ver que estábamos a punto de perder la vida con Chumoku decidí que la batalla ya no valía la pena. -Probablemente tampoco podamos huir.- Pensé. Solo quedaba una cosa por hacer. Guardé mis abanicos y dejé la posición de pelea.

-Queda claro que Susurro y su superior no son de confiar en Ryoko Owari.- Dije en alto, para que todos los etas del lugar escuchen. -Los etas murmuran. Son los que llevan la información y los más numerosos de la ciudad. Que extiendan la palabra.- Obviamente eramos magistrados, eso lo había dejado claro antes contra el otro ronin. Ahora todos sabían quién era el que estábamos investigando. Con suerte las palabras llegarían a oidos de nuestros superiores e incluso aunque muramos se haría algo contra los enemigos. -Hasta aca llegamos. Nisiquiera pude recuperar mi wakizashi, por lo que de todas formas estaba muerta.-

-Hm, entiendo. +asiente con frialdad a la explicación de Aiko, mientras juguetea con los dedos. Escucha luego el comentario ya entrando en tema, así como la pregunta. Sus ojos se entrecierran mientras hace memoria.

-Veamos… supongo que fue hace un año aproximadamente. Vino remitido por mi amigo Susurro, de quien soy proveedor en algunos rubros. Le interesaban mis productos, al igual que la posibilidad de traer otras importaciones por rio desde tierras lejanas. Debo decir que nuestra relación fue muy provechosa. Era un hombre generoso y me alegro complacer sus demandas. Me temo que no puedo decir mucho más con datos tan vagos, o más bien, no sabría por dónde continuar. ¿A qué se refiere exactamente con cambios en su comportamiento?.

Intentando aguantar, Chumoku cruza la espada de forma defensiva... Un solo grito escapa de sus labios

-La Guardia del Trueno. La Guardia del Trueno!

Sin piedad ni perdón, nos ronin no se amedrentan, aunque sus ojos se endurecen al escuchar los gritos de los jóvenes. Comprenden perfectamente que cuando esa información fluya estarán jugados y sus días en la ciudad, contados.

Pero no basta para detenerlos. Peor será si este par hablan directamente a sus jefes.

Chumoku recibe el hachazo con la hoja dispuesta a desviarlo. Es un golpe duro, no obstante, que dobla su defensa y le hiende en el costado, rompiendo las costillas… El dolor estalla de nuevo en los ojos del joven bushi, quien contempla la muerte a la cara mientras su oponente parece crecer en estatura… ¿O es el quien se dobla, cayendo al encuentro del suelo?

Hitomi lo lleva peor, en cierta forma. Sin hacer el menor caso a su postura indefensa, ni consideración al género, el ronin le atraviesa con su hoja de punta, penetrándole bajo los apretados senos, junto al corazón. Aunque ella no lo ve, el acero asoma por su espalda, y su sangre salpica el empedrado detrás… Duele cuando la saca. Sus piernas no tienen ya fuerza ni para sostener el menudo cuerpo, y responden a la naturaleza, ablandándose para desplomarse.

Aiko se quedaba tranquila en su sitio mientras su mirada no se apartaba del comerciante, sobretodo cuando empezaba a responderle y al parecer, lo que llevo a Agasha tratar con ese hombre fue Susurro, otra vez algo que incluía su nombre aunque por desgracia parecía que no iba a poder hablar con aquel comerciante, no luego del incidente que enfrentaron antes...

De todas formas, ante esas palabras y la pregunta de Hiroshi, Aiko pensaba que puede que no quisiera hablar mucho, ya que habiendo tratado con Agasha-san durante un año, sin duda cualquier cambio fuera del trato normal lo hubiese notado. Aunque su relato también hizo que ella se preguntara otras cosas, ella no quería pensar que Hiroshi estuviera involucrado, pero tanto él como susurro visten con prendas púrpuras...

Podría decirme que productos le pedía o si sabe para que los usaba?

Le preguntaba primero mostrando interes en lo que pudo haber comprado y querido Agasha, seguramente debía ser algo relacionado con el trabajo que hacía para encargarse él mismo y sin embargo, no se le pasó por alto que aun no le respondía a Hiroshi, solo una gentil prueba para comprobar sus gestos...

Habiendo tratado con Agasha-san por un año, seguramente habrá notado algo que se saliera de lo normal en cuanto al trato que tenían... Siendo alguien que aparenta ser tan observador, no dudo que hubiese podido notar cualquier detalle... También me pregunto que sabía sobre él, en que trabajaba o sobre su familia... Cualquier cosa, por mas que parezca un detalle insignificante, puede ayudarnos.

Le terminaba diciendo con amabilidad esperando que con eso le diera un poco de ayuda a recordar cualquier cosa, como también esperaba averiguar mas sobre que sabía Hiroshi de Agasha o de que pudieron haber hablado. Si él tuvo una buena relación con Uma, con un año de andar tratando con Hiroshi, Agasha seguramente entablo una relación un poco mas cercana con él.

En caso de no morir por mi enemigo, estaba lista para cometer seppuku. Me preguntaba qué dirían todos cuando se enteren, pero no hizo falta. El ronin no dudó, sinó que alzó su katana y arremetió contra mi. Ya era tarde para todo, caí rendida ante su acero. Había perdido mi honor y mis esperanzas de recuperarlo, lo mismo daba perder mi vida.

Con las heridas que ya había acumulado, fue casi instantaneo. Perdí el conocimiento antes de caer al suelo y nunca lo volví a recuperar.

-Las personas cambian constantemente. No sabría por dónde empezar a separar. +responde filosóficamente+ Sin conocer de antes a Agasha-san, me seria difícil juzgarlo. A lo sumo, le note más agotado y nervioso en los últimos tiempos, pero considerando lo mucho que trabajaba, es normal. El invierno es muy cruel en el distrito Curtidor. De su familia, recuerdo a la bella hija, sí. Una muchacha encantadora. Hacia cualquier cosa por su padre y lo acompañaba en sus tareas, pero no tuvimos un dialogo cercano. No me atraen tanto las niñas.

Tras esta proclama ligeramente sarcástica, cierra los ojos.

-Respecto a vuestra otra pregunta, me temo que me resulta difícil recordarlo exactamente. En mi negocio traslado curiosidades de toda clase, además de algunos productos selectos. Probablemente fueron las primeras quienes atrajeron a Agasha-san. Artefactos, plantas, gemas, joyas… Mis barcos viajan hasta las islas de la Seda, o al norte a las tierras Unicornio. También bordean la costa y suben a tierras Fénix y Grulla. Prácticamente ningún lugar del Imperio queda sin visitar.

Hace una breve pausa en su orgullosa exposición.

-¿Creen que eso puede tener que ver? ¿Algún bandido interesado en antigüedades?.

Fracaso, solo podía pensar en mi fracaso no había estado a la altura de los acontecimientos pese a mi mayor esfuerzo, no pude recuperar el wakizashi de mi compañera y ni para lo que me habían entrenado pude servir.

Mientras caía de rodillas, esperando el golpe final de aquel ronin, corrían por mi mente las palabras del sensei, el como me había convertido en hombre y las responsabilidades que debía tomar como tal. *Al menos...* pensaba durante la espera de mi ejecución *...no... no te lamentes, no divagues, solo espéralo*

Calida roca

Recibe esta sangre

Dos almas vagan.

El suelo del distrito huele a pescado, sudor y mil pestes indescifrables. Muy lejos quedan las cortes que los criaron, los dojos donde entrenaron. Sueños y esperanzas salen de vosotros junto con la sangre.

Poco a poco el frio les invade, bendiciendolos con la perdida del dolor junto con la consciencia. 

Luego sus espiritus se separaron de las carcazas abandonadas en Ryoko Owary, y viajaron a donde pocos mortales pueden seguirlos, quizás tristes, quizás aliviados, por las cargas dejadas en el Nigen-do. 

Pero eso nunca nadie lo sabria con certeza.