Partida Rol por web

Aiko seguía frotándose la mano con la que había tocado aquel frasco, la aberración que percibió en el le daba la sensación de que seguía pegada a su piel aunque en realidad no tocó el contenido. Pero lo cierto es que descubrir algo como eso sumado al resto de las armas y las sospechas mencionadas por Shosuro, no daban un buen panorama... Pero quién sería capaz de llegar tan lejos como para hacer todo lo que contenían esas cajas?

En esos momentos sus sospechas iniciales sobre cierto miembro de los Escorpiones parecían un simple desliz por la frustración que sintió en su momento, aunque tampoco podía rechazar del todo esa idea mientras que el asunto del asesinato, ante la posibilidad de que estuviera relacionado con lo que había en ese almacén, empezaba a ser algo inquietante... No, Aiko se negaba a creer que ese Shugenja de su clan pudiese estar involucrado en algo así, aunque tampoco podía dejarlo de lado al haber descubierto eso.

Estoy de acuerdo con ir con Shosuro-san, pero ya que el llevará uno de los frascos como prueba, tal vez ustedes también deberían llevar uno... Solo por si rompe la que tenemos...

Aiko no se mostraba en contra de ir con Shosuro, sobre todo si iba con uno de sus yoyimbos y aunque comprendía que con lo que descubrieron podrían haberse metido en la boca del lobo, tampoco podía dejar que existiera la posibilidad de que aquella ofensa a los kami se quedara impune por permitir que las pruebas desaparezcan. Claro que cuando dijo esas palabras, su mirada se dirigía a Mirumoto Shiro, esperaba que él comprendiera que prefería que el llevara uno de esos frascos solo por si a caso el de Shosuro llegaba a romperse accidentalmente.

Sin duda el descubrimiento de las armas y aquellas pócimas, era algo que al menos a Shiro dejaba frio, su poco conocimientos en las artes shugenjas le indicaban que eso no era nada bueno, menos el ver como Shosuro se exponía a ellas tan libremente, de seguir en contacto con ella era probable que su piel quedara marcada, algo que provoco una sonrisa, las artimañas usadas por el escorpión para abrir y actuar en el lugar distaban en varios momentos del comportamiento de un Samurái…que poco digno…

Por otra parte el ver el mon Cangrejo en las cajas, las armas, las pócimas…según se ellos son los más adecuados para tratar con esto, no por nada el Emperador los tiene en la frontera con las Tierras Sombrías… ¿Porque si las cajas tienen el mon Cangrejo esas cajas con pócimas de maho, no estén protegidas con sellos shugenjas?, a menos que todo este cargamento sea robado y el dueño sea participe de esto…miro a Shosuro…_{que pésimo control tenéis de estas bodegas}…murmuro

La idea de Hitomi no me parece mala, pero dejar a Kasumi-san con ellos, me hace sentir cierto recelo, pero la cortesana escorpión parece más sensata.

Bien, Aiko-san le acompañare junto con Shosuro…el trato claramente no era muy respetuoso, pero tampoco falto de ello, si no en un tono seco y distante; las miradas de Aiko y sus intenciones me ponían en una posición poco cómoda, pero es mejor llevar más pruebas propias…tomo una de las pócimas observando que este bien cerrada ni contaminada con las que están quebradas y la guardo entre mis pertenencias.

Bien Aiko-san, por mi parte estoy listo, podemos partir cuando lo desee…

No, si al final iba a tener que poner en su sitio a Shiro, pero por el momento sería prudente posponer cualquier medida en su contra pues podría necesitarlo en las próximas horas o días.

- Que las armas provengan de los arsenales Cangrejo es lo menos preocupante. He oído que hasta permiten a los heimin portarlas y estas además están desgastadas. - explico con indiferencia... Pero el había tocado el tema en cuestión en voz alta cuando ni la Kitsuki ni yo lo habíamos hecho al ser conocedores de las implicaciones de dicho razonamiento -Podríais pensar mejor en la relación entre los secretos Agasha, el difunto y esas botellas antes de volver a abrir la boca yojimbo.

Volví a mi habitual rudeza, recordándole su posición en todo este asunto, porque ¿que ocurriría si se corriera la voz sobre shugenjas Dragón preparando una revolución y practicando magia negra?

Shosuro, Shosuro...ni siquiera me molestare en aclarara algunas cosas, seguramente no entenderia ni aunque le explicara con un dibujo...Comprendo vuestro razonamiento, es cierto, es posible que exista implicancia de parte del difunto Agasha, pero tambien es posible que él haya descubierto lo que nosotros ahora y le hayan asesinado por ello, son vuestras tierras, y si mal no recuerdo estan a vuestro mando, solo me causa curiosidad que existan tales elementos sin control alguno...pero comprendo que puedan existir...detalles...que se les escapen...lo mejor sera salir pronto de este lugar, continuamos exponiéndonos y como buen yojimbo, debo proteger a Aiko-san...Me acerco a la salida no sin antes esperar a que Aiko-san salga primero.

Otro detalle...aun no existen pruebas que unan la muerte de Agasha y lo que tenemos aqui, pensar en ello sin un hilo de conexión es desgastarnos, quizas estemos descrubriendo otros secretos que guarda esta ciudad...¿no cree...Escorpión-san?...miro a Shosuro y le sonrio con un deje de ironia...aunque mis palabras tambien tienen cierta cuota de ello.

Si que había pruebas, que él no las viera no significaba que el resto no lo hiciéramos. Y bien podía ser que incluso tuviera razón y fuera asesinado por descubrirlo, pero en ese caso el asesino sería alguien lo suficientemente cercano al Agasha como para pasar desapercibido en el distrito curtidor aun estando presente, convirtiéndose su hija perdida en nuestro principal sospechoso a falta de averiguar su conexión con Susurro y su patrona, así que no quedaba claro.

- No.

Zanjo la discusión firme, dejando como única certeza mi gran convicción en dicha aseveración.

*¿Quién lo diría? hay alguien tan terco somo Sichi, pero otro día habrá que disfrutar de la obra, ahora tenemos trabajo que hacer* Sabía que Sichi solo quería terminar con la discusión, pero parecía olvidar que aún no tenía la autoridad para dar órdenes a otros, por lo que el dragón la extendería en pos de demostrar superioridad, tal vez demasiado. -Shiro-san, te recuerdo que aún faltan 2 almacenes que revisar, estoy seguro de que pueden postergar la discusión para cuando tengamos tiempo, a menos claro que quieras ser tu el que de explicaciones a tu sama-

Al ver como Shiro tomaba con cuidado uno de los frascos para ponerlo entre sus pertenencias cuidando de no tocarlo demasiado, Aiko quedaba un poco mas tranquila esperando que en los otros almacenes pudieran conseguir alguna pista mas reveladora, una que pudiera darle la seguridad de que Agasha no estaba involucrado con lo que encontraron allí, aunque si fue un cargamento robado a los cangrejos, eso podía darle un cierto alivio, pero no quitarle la inquietud que no quería tener.

De todas formas, antes de que pudieran disponerse a partir hacia los otros almacenes que debían registrar, escuchaba como en ese lugar Shiro empezaba a expresar sus inquietudes e incluso, por un momento le parecía ver una sutil rivalidad entre el y Sichi. Pero lo cierto es que no era el lugar para argumentar, era inquietante la posibilidad de quien pudiera estar involucrado con aquellas cajas, es preferible que sea un cargamento robado y Agasha lo hubiese descubierto, pero había muchas posibilidades de que quien lo mato no era un desconocido para el... Una de esas visitas nocturnas y tenía la sospecha que pudiera tener relación con Susurro, pero no es el momento para pensar en como atar los cabos sueltos o buscarle una explicación a lo que pasaba, necesitaban mas pistas, estudiar bien todo lo que pudieran encontrar aun.

Bayushi-san tiene razón, no es el momento para que nos detengamos a hablar o a discutir... Si nos siguen o han avisado de nuestra llegada, es posible que no tengamos mucho tiempo... Es preferible que juntemos todas las pistas posibles antes de unir los hilos...

Les decía con una voz suave al igual que un poco intranquila, Shouro no tenia buenos modales y su accionar deja mucho que desear, pero sus reacciones parecían reales cuando se encontraron con ese almacén... Posiblemente sea una vergüenza para ellos que tuvieran algo así sin que lo supieran o sus sospechas fueran ciertas, pero seguían sin poder tener pruebas sólidas ligadas a nadie en particular, necesitaban seguir adelante, no perder el paso de nuevo.

Me sorprendió bastante escuchar al Mirumoto hablar tanto, dado que el día anterior estuvo casi completamente callado. Más aún porque empezó una discusión con Sichi.

La verdad, no me gustaba nada lo que decía. -Y después se comenta que los escorpiones somos tóxicos.- Pensé mientras oía las acusaciones que hacía hacia nuestra seguridad en exportaciones. Y apreté los puños cuando dijo que no había relación entre esto y el Agasha. -La relación está ahí. El Dragón compraba al dueño de este lugar su mercancía, la cual le llegaba de forma muy discreta. Quizá no fuese exactamente esto lo que comprase, pero era algo turbio, seguramente.-

-Nosotros iremos al distrito Pescador.- Anuncié mientras me acercaba para tomar yo también uno de los misteriosos jarros. No quería que nuestro grupo se quedase atrás. Sobre lo de mi decisión, tenía mis razones para las cuales ir a ese distrito: la Puerta Ardiente, donde fumaban los ladrones que nos asaltaron el día anterios. -No pude decirle nada a la Kitsuki. Tendrá que ser más tarde o ir sin ella.- Pensé.

Los dos grupos se separan afuera del almacen. Uno formado por Shosuro Shiro, Kitsuki Aiko y Mirumoto Shiro, el otro por Bayushi Chumoku, Bayushi Hitomi y Mirumoto Kasumi*. Los primeros tienen la labor mas rapida, ya que el otro almacen esta bastante cerca relativamente, una decena de calles aproximadamente mas al Norte de donde se encuentran. 

El segundo grupo debe regresar al sur, para usar el puente de los amantes borrachos y asi llegar al distrito pescador. Esa zona de muelles es todavia desconocida, y sin duda mucho menos recomendable... pero es lo que hay que hacer para darse prisa. Los descubrimientos en el primer deposito, no son nada tranquilizadores.

Hay que apresurarse. Es un rodeo largo, un buen par de kilometros, aunque no tanto como si fueran por el Norte. 

La mañana corre deprisa para quienes estan escasos de tiempo. ¿Quien sabe que valiosas piezas de informacion desaparezcan mientras tardan? Con ese pensamiento, los magistrados apuran el paso...

Con la tensión entre los dos hombres a un nivel bastante importante, los 3 emprenden camino hacia la parte norte de los Muelles del Distrito Comercial.

Esta zona, la del muelle Nordeste, se encuentra mas activa en cuanto a gente, aunque no demasiados. De los 3 principales, es aquel con mayor flujo de mercaderes heimin, tanto de ida como de vuelta. Los principales cargamentos son dos de los productos que produce Ryoko en mayor abundancia, el sake y la alfareria, por lo que el dulzon aroma de la bebida flota en el ambiente, a pesar de estar las numerosas jarras bien selladas para su transporte por rio, tanto al norte como sur del Imperio.

Resulta relativamente sencillo encontrar el deposito en cuestión. Este es de similar construccion al primero, con la diferencia de que esta abierto y hay gente en el mismo. En concreto, un par de heimin cargando un modesto carro con insulsos cofres de madera.

Aiko intentaba no quedarse atrás cuando dejaron aquel depósito, tenía el presentimiento que las noticias de lo que hicieron iría mas rápidos que ellos y ante la posibilidad de que hubiera una confrontación violenta, la ponía algo nerviosa por mas que contara con la compañía de su yoyimbo y Shosuro. Claro que no se le escapaba esa sensación de que entre ambos había una tensión nada agradable, el comportamiento de Shosuro hacía que la paciencia de Shiro fuera puesto a prueba, aunque lo cierto es que comparado con el día anterior, él se volvió algo mas conversador.

De todas formas, con algo de suerte, no tardaron en ver aquel depósito y aunque notaba como el movmiento en las calles era mayor allí que el lugar en donde estuvieron, Aiko no tardó en prestarle mucha mas atención a quienes estaban en el interior de aquel lugar. Dos hombres que entre insultos, estaban preparando unas cuantas cajas para sacarlas de allí... Si el contenido era igual o similar a lo que encontraron, no podían dejar que se las llevaran de allí.

Parece que llegamos justo a tiempo, debemos detenerlos antes que logren sacar esas cajas del depósito... Puede que incluso consigamos algo de ellos si los detenemos.

Pero aunque sintiera que debían actuar, Aiko no se olvidaba de un importante detalle, ya les dijeron antes que los seguían y que posiblemente hubieran personas observándolos, puede que tuvieran guardias escondidos y si actuaban sin tener eso en cuenta, podrían terminar en una situación peligrosa... De esa forma, pronto Aiko buscaba con la mirada los alrededores, buscaba miradas sospechosas, personas que estuvieran demasiado atentas a ellos a medida que se acercaran al depósito.

La posibilidad de que nos estuvieran vigilando me atenazaba los nervios más que las tonterías del Mirumoto, quién por fín paracía haber comprendido el valor del silencio o al menos el de no abrir la boca para distraernos a todos, en cualquier caso debía estar alerta. Ya se me había escapado uno de los esbirros de Susurro o uno de sus jefes, no podía estar seguro de ello, y en consecuencia la sensación de que pudieran saltar encima nuestra en cualquier momento para intentar despacharnos me atenazaba la cabeza una y otra vez.

Pero el camino hasta el siguiente almacén prosiguió sin que el peligro diera la cara, quizás esperando una mejor oportunidad o simplemente una paranoía latente que peleaba por estallar, y así llegamos a otro de los almacenes de Susurro. Uno que al parecer estaban vaciando a marchas forzadas. No podía permitirlo.

Esperando cualquier reacción hostil, me acerco llevando mi mano lentamente hacia el jitte, preparado para lanzarlo en el caso de un intento de huida por parte de cualquier de los dos heimin. El fracaso de ayer había sido más que suficiente.

- ¡Alto! Abrid esa caja.

Les ordené antes siquiera de llegar hasta ellos. Averiguaría todo lo que este almacen escondía, y también si se habían deshecho de nuestras pruebas.

El ansia de Hitomi la impulsa rapidamente por las calles del muelle, en direccion al puente, mientras los dos bushi la siguen. Pero pronto el inesperado arranque les cobra factura... A no tardar, los dos empiezan a quedarse atras, necesitados de aire, mientras la cortesana les adelanta. 

Si sus sensei del dojo les vieran ahora... Ese es un pensamiento compartido, tanto por la Dragona como por el Escorpion, mientras resoplan.