Partida Rol por web

-Sama... +dice el hombre, mirando tu armadura como si resultara obvio.+ Si yo no lo llevo, huira antes que usted llegue a tiro de arco. Los hombres de la Guardia no son sus mejores amigos, ¿comprende?. Hagamos esto, busqueme en mmm si, aqui no muy lejos, junto a la posada de Madame Karaku. Ahi estare hasta el anochecer.

Te señala hacia su espalda, por la calle que lleva a la puerta que conecta con el distrito Curtidor.

-Mas tarde en casa, claro, pero en la noche es dificil encontrarle quieto... Asi que le sugiero que no tarde. Ademas, si es algo valioso, puede desaparecer pronto en esta ciudad. Que tenga buen dia, Bayushi-sama.

Luego de retirarte, el ronin te mira divertido, estudiando tus curvas... Encuentras donde esperar no muy lejos, en la esquina. Poco despues, ves llegar a la dragona a toda prisa, pero sola. Ni rastros del Bayushi.

-Gomen nassai.- se disculpa-... Fue mas incomodo de lo esperado. Chumoku-san esta todavia reponiendose, pero vendria detras mio. ¿Que ha sucedido?

Aquel Ronin se había escapado, ya con verlo correr de aquella forma Aiko sabía que era imposible darle caza estando heridos y en un lugar que no conocía bien, sin mencionar que había un ronin muerto en el depósito que a su vez, estaba solo y con un montón de alimento. Pero a pesar de que le había dedicado unas cuantas palabras a Shosuro expresando su disconformidad ante su accionar descuidado y peligroso, lo veía intentar perseguir al Ronin sin mucho éxito, la verdad es que al verlo bien, se sentía algo tonta por sospechar de él...

Pero antes de insistir, Aiko escuchaba las palabras de Mirumoto que hacía que recordara sus heridas, tenia sus ropas manchadas y arruinadas, le molestaba y a pesar de lo que pudiera parecer y que sin duda necesitaba ser tratada, no estaba tan mal. Era el escorpión quien estaba en peores condiciones, se notaba en su andar mientras que por suerte, su yoyimbo aun podía luchar si era necesario ya que no parecía estar realmente lastimado, aunque lo que le sorprendió es como mencionaba su nombre de aquella forma, no se había percatado antes, pero era agradable a pesar de toda la situación.

No se preocupe Shiro-san, no es tan grave y apenas me molesta la herida, puedo aguantar lo suficiente como para reportar esto a la Guardia, no podemos dejar este almacén sin custodia, menos con ese ronin muerto... En cambio, preferiría mirar las heridas de Shosuro, él parece necesitar al menos unos vendajes.

Ella misma podía vendar sus propias heridas, pero ella no se sentía tan mal como se veía el escorpión, prefería revisar sus heridas y esperar a contactar a alguno de los Guardias de esa ciudad, no podían dejar ese lugar así y ese Ronin podía tener algo útil entre sus pertenencias, pero iban a necesitar a un eta para revisarlo.

-Un ronin. No está muy dispuesto a dejar que pase hacia el almacén.- Le contesté a la samurai, intentando no pensar en por qué no estaba Chumoku con ella. -Lo ideal sería tenerlos a los dos.- -Parece que va a haber que apartarlo del camino a la fuerza.- Me pregunté si el grupo de Sichi estaba teniendo las mismas dificultades que yo para encontrar su camino hacia le interior de su objetivo.

-Muy bien, nos veremos entonces- digo a Tesoro mientras inclino levemente la cabeza, en señal de respeto, para luego seguir mi camino, no podía perder más tiempo, y a saber que situación tendrían Hitomi-san y la bushi dragón.

Alzo una ceja, sin hacer comentarios, mientras apoyaba la mano en la empuñadura de la katana. Recurrir a la violencia...

-¿Prefieres esperar a Chumoku-san, o actuar ahora? +pregunto de forma diplomatica. Si no era por Aiko, desenfundar resultaba algo mas dificil. No por que dudara de su capacidad para vencer, pero antes de gestar problemas... quizas seria mejor tener el respaldo seguro de dos magistrados. Pero estaba tambien el tiempo que se perdia.

Medité un segundo sobre lo que podiamos hacer. -Esperemos a Chumoku.- Dije finalmente. -Pero no nos quedemos aquí, vigilemos el almacén. No quiero que nada entre o salga sin que lo notemos.- Le dije, mientras miraba a los costados. -Si hay alguna casa en las cercanías desde la cual podamos tener una buena vista del lugar, deberiamos entrar y tomarla para hacer guardia.- Propuse.

Me sentía decepcionado conmigo mismo. Había permitido que mi objetivo volviera a escaparse y con ello que revelara a Nobuko que andábamos justo detrás de su sombra, pues a pesar de todos los detalles que nos resultaban aún desconocidos, su relación con Iesada no era uno de ellos.

Un pinchazo de dolor acompañado de un reguero de sangre me recordó que no podía demorarme mucho más. Debía regresar e informar a la Yogo de inmediato de lo que teníamos y aprovechar nuestras heridas en nuestro favor, por lo que enfundé mi katana y regresé para enfrentarme a las acusaciones del Dragón.

- En el almacén no queda nada más de utilidad - contesté al Mirumoto sujetándome la herida, se me notaba descontento, pero no tanto cómo para mostrar mi habitual acritud - Gracias Kitsuki-san, pero no hay tiempo, tal y com pensáis debemos reportar esto cuanto antes. Además necesitaré el testimonio de ambos, especialmente si se limitan a confirmar o desmentir los hechos, sin apreciaciones personales.

Señalo, terriblemente consciente de lo predispuestos que eran los Dragón a desviarse de lo necesario.

El problema es que es una zona de almacenaje, no hay casas cercanas. Solo pueden pispear asomadas tras el edificio y lo que ven es solo al ronin limpiandose las uñas. Cada tanto mira en vuestra direccion, como si estuviera consciente de que ambas se encuentran alli..

Al poco, al fin llega Chumoku, solo y con apenas un leve resoplido en el aliento, encontrandose a las dos mujeres algo agachadas, mientras miran a la calle vigilantes.

Mientras me acercaba hacia el siguiente almacén pensaba en las posibilidades que tenía ante la probabilidad de tener un nuevo contacto *esto fue demasiado conveniente ¿y si no me resulta útil? además debería hablarlo con Hitomi-san primero, pero aún así...*.
Había cortado de manera brusca mi línea de pensamiento, ya que veía a Hitomi-san y a la bushi dragón asomadas a una esquina, vigilando quien sabe que, pero si era importante, lo mejor sería no descubrirlas, por lo que busqué ocultarme detrás de ellas -Bien ¿que es lo que pasa?-.

-Al fin llegó.- Pienso, no solo por impaciencia sino porque me aseguraba de que no le había pasado nada por el camino. Todavía necesitaba a Chumoku para ayudarme a conseguir mi wakizashi, no solo para esta investigación.

-Un ronin me impide pasar hacia el almacén.- Le contesté a mi compañero. -No me destaco por mi habilidad con la katana y el hombre no quería dejarme pasar.- Al menos no sin que acepte su propuesta indecente. -Por lo que decidí esperarlos y que me ayuden a controlar la situación un poco mejor.-
 

Shosuro no estaba bien, debía sentir mucho dolor o sentirse muy avergonzado porque incluso su forma de tratarlos había cambiado aunque, no le gustó mucho como parecía querer usarlos para cubrir su espalda en lo que había pasado... Estaba claro que él los provocó cuando estaban colaborando, algo que solo podía indicar que no había nada raro en ese depósito en donde parecía almacenar solamente comida... Aquellos eta posiblemente estuvieran mas asustados por el posible castigo en el caso de arruinar la mercancía, sin mencionar que esa harina era de muy buena calidad y al mismo tiempo, le recordaba la harina que encontraron en el suelo de la casa de Agasha.

No podemos dejar este lugar así, cualquiera podría aprovechar la oportunidad para tomar algo que no debe... Nosotros podemos esperar aquí hasta que lleguen los Guardias, usted está malherido por lo que es mejor que se adelante y avise a los Guardias mientras esperamos.

El dijo que necesitaba el testimonio de ellos y eso no lo dudaba ya que lo que pasó allí iba a traerle muchos problemas si no colaboraban, pero lo cierto es que se negaba a irse de allí y dejar ese sitio expuesto, sin mencionar que también quería mirar el interior del lugar por si notaba algo que Shosuro no pudo, una última oportunidad de encontrar algo que pudiera estar fuera de lugar mientras esperaban a que los Guardias se encargaran del lugar.

Shiro mantiene su postura pasiva, luego de la pelea, mirando al Shosuro. Era bastante logico lo que señalaba la shugenja, los Escorpion no le daria mucha atencion al pedido de un Dragon, probablemente, pero si iba un magistrado era otra cosa.

-Debo concordar con Aiko-san. Podemos encargarnos de algo asi y el tiempo que perdamos discutiendolo puede ser vital... Ahora que ese ronin escapo, quien sabe que medidas tomara su ama.

Por esta vez no menciono nada de responsabilidades. La verdad es que el tampoco hubiera logrado alcanzarlo, y maldecia interiormente no haber traido un arco o algo asi... 

*¿ayudar cuesta mucho, Kasumi-san? bueno, tal vez necesite que alguien se ponga por delante* pensaba al ver que nuestro obstáculo era un guardia que custodiaba la puerta y luego de que Hitomi-san me relatara lo sucedido.
Comienzo a pensar en las posibilidades, las cuales se resumían al diálogo, el soborno o la eliminación *intentemos evitar esta última* pienso para mi mismo antes de hablarle a mis compañeras -Puede que 2 personas armadas mermen su ímpetu- digo a la dragón. Con suerte, el doblegar el número de katanas debería persuadirlo de, al menos, negociar.

Kasumi lo penso. No estaba obligada a luchar por los Escorpiones, solo por Aiko...  Pero se estaban quedando sin tiempo y esperar mas podria ser contraproducente. entre dos, probablemente podrian esquivar la lucha.

-De acuerdo.+asintio reluctante, mientras aflojaba el cordon del daisho. En el peor caso, todavia serian 2 contra 1 asi que... estaba bien por ella. 

El ronin les mira cuando finalmente los 3 salen de la esquina y enfilan hacia alli, dejando de jugar con sus monedas. Las desliza dentro del kimono y se sujeta el obi, con las manos cerca de la katana, en actitud indolente. 

Ya de cerca, pueden ver que sonrie. Al parecer le divierte que por fin se decidieran a enfrentarle...

El ronin sonreía, y yo también. Estaba segura de que no se apartaría ni aunque nos paremos los tres frente a él y nos dispongamos a pelear. Estaba preparada para eso. -Irónico. Esperaría ese comportamiento de un samurai honrado. No de alguien vestido sin los colores de un clan.- Pensé mientras mi sonrisa se agrandaba.

Finalmente me paré en medio de los dos bushis, enfrentando al ronin. -Muy bien. Hagamos esto rápido, si pudieses apartarte a un lado de una vez y dejarnos pasar te estariamos agradecidos. ¿O es que vas a volver a hacer una propuesta indecorosa?- Le pregunté sin verguenza. No iba a dejar que me ponga en ridículo sacando ese tema antes que yo.