Partida Rol por web

El hombre miró con el gesto torcido haciendo ver que pensaba o rememoraba. No, grulla-sama, ningún hombre acompañado de mujeres me ha pedido en los últimos días me ha pedido que los lleve. En cuantoa bultos...comento confuso.Me parece no estar comprendiéndola. Las mercaderías se transportan en bultos y en cestos.Algunos grandes.

Trás un rato Momiji terminócon el trabajador y se volvió hacia ti. Okita-san, me alegro volverte a ver. ¿me traes buenas noticias? Y fue su tono uno que helaba la sangre, pese a lo cortés y tranquilo.

Durante unos minutos desandaste elcamino buscando a los grulla. Cuando os separásteis habían dicho que pretendían volver a la tienda de cerámicas y hacia allí te dirigiste.

Al llegar había el trasiego habitual de trabajadores y heimin ocupándose de sus tareas. El joven que atendía la tienda te reconocía con alboroto y alegría.

Consulté con los guardias acerca de mis compañeros, tras tener la información me di cuenta de que estaba solo otra vez pero al mismo tiempo ellos también se habían separado nuevamente.

Buscar a Nakato podría ser peligroso, pero Okita estaría bien en su función.

Pregunté por el hombre con la mascara de oni y por donde se había ido para luego agradecer y encaminarme en esa dirección.

Sin levantar la reverencia Okita había tenido la oportunidad de reflexionar en silencio sobre sus próximas palabras, sabía con claridad que debían ser medidas, no era una conversación cualquiera, tocaba rendir cuentas sobre sus avances.

- Momoji-sama, tras seguir sin descanso el rastro de la grulla desaparecida parece que la situacion es más grave de lo que inicialmente logramos concebir. Sin duda fué un secuestro y ella era un blanco seleccionado, no ha sido el único caso al parecer, localizamos a un rónin que está vendiendo informacion, o por lo menos eso intenta hacer creer, He concretado una cita más tarde pero evidentemente sus intenciones son otras. Sin embargo...

Realizó un pausa pero intentó seguir el cauce de sus palabras, tal como lo había planeado. 

- Tras terminar nuestra reunión Bayushi Kyo-san fué por su cuenta a realizar averiguaciones. Al conseguír dar con la pista de un rónin fué asaltado por varios individuos, logró abatir a dos y al parecer otros dos lograron escapar heridos. Le dejé al cuidado de la guardia de la puerta de entrada al distrito noble para que trataran sus heridas. En cuanto a sus atacantes, la guardia del distrito del puerto les está dando caza. 

Okita sabía bien que el siguiente punto era el que podía costarle caro.

- Aún hay una cosa más, hay uno de los grulla Kakita Jin-san, su orgullo es más de un León que de un grúlla, rechazó continuar con nosotros y decidió ir por su cuenta tras el rónin. Estoy seguro sin embargo que su sentido común hará que regrese. Sugerí a Nakato-san que vigilara que los grulla no disvíen demasiado el camino.

Okita levantó la cabeza y miró con cuidado que nadie más estuviese al tanto de la conversacion. y bajó un poco más su tono de voz.

- Momoji-sama, durante el camino de regreso al escoltar a Kyo-san mientras los Grulla seguían con nosotros vi con certeza al menos dos hombres que no perdieron nuestro rastro, aún en las callejuelas y tuvieron el descaro de seguirnos hasta las puertas donde dejé a Kyo-san. El problema es que no eran heiminin, no tenían daisho ni mon visible pero su porte demostraba que sabían manejar una katana, y el seguirnos así...

El punto de Okita era claro y había dejado caer esa piedra. Solo esperaba ver las ondas en el agua del estanque para saber que direccion tomar

¿Es que nadie puede dejar de mentir en esta ciudad? - Pienso, mientras miro a Oryo, el barquero, quien en mi opinión oculta algo. Tal vez no sea precisamente algo relacionado con Chisato-sama, pero definitivamente no está siendo completamente honesto con nosotros. ¿Tal vez pretende que lo sobornemos? ¡Esto es insólito! - pienso, mi ceño fruncido revelando mi impaciencia y enfado.

- Oryo, - digo, sin alterar mi tono de voz y transformando mi rostro en una máscara de impasibilidad - He dicho un grupo de samurais con "una" mujer, no un samurai con varias de ellas. Y sospecho que sabes exáctamente a qué clase de bulto me refiero con mi pregunta. Responder con mentiras no puede ser algo honorable, y no creo que incluso un hinin no tenga algo de honor. ¿Responderás con la verdad absoluta ahora?

Buenos y gloriosos días le dijo Nakato a modo de saludo ¿Podrías decirme si un grupo de grullas han pasado por aqui hará poco tiempo y hacia donde se fueron?

Nakato levanto la mano a la par que decía esto para acompañar su saludo

Una sonrisa baila en mis ojos ante la insolencia del barquero y la respuesta airada de Midori. Pero enseguida se hiela esa sonrisa oculta al percibirme de lo taimado del barquero.

Responde a la dama, Oryo. Un samurai es generoso cuando debe serlo, y también es letal cuando debe serlo.

Añado, muy suave y muy lento. Como intenando acompasar la respiración al momento, pensando en el corte limpio, el corte perfecto, estudiando el cuello del barquero. Imaginando el cuello com uno de los fardos de bambú con los que acostumbro a entrenar.

Esos grullas, si Bayushi-sama, los que estaban con usted hace un rato. Volvieron y preguntaron pero el ronin no ha venido aún de realizar el encargo. Los señores grulla hablaron de esperar cerca de aquí y les comenté que detrás de aquellas casas. Señaló a un grupo de casas cercana hay una fonda dónde podrían esperar, si querían. Se fueron en esa dirección pero no me dieron indicaciones de decir nada de su paradero si preguntaban.
 

Maleantes, ronin, criminales, son todo la misma escoria. Expresó con desprecio Bayushi Momiji. Si ha habido un secuestro es natural que estén implicados. Aunque son realmente osados para hacerlo con una samurai, por muy extranjera que sea. Esa calaña acostumbra a tratar con damas menos refinadas y peligrosas.

No me gusta que os hieran, no me gusta que se os pueda escapar la recompensa. Una pena que no fuera un asunto embarazoso. Pero igualmente podemos conseguir la gratitud de alguno si no levantáis de mala manera un avispero. Seguid así y dile a Kyo que su sangre no le pertenece y que deje de malgastarla.

Me he explicado mal Grulla-sama. Quería decir que no he visto a ninguna mujer borracha subir a mi barca. Algún hombre si, pero no anoche, ni hace pocas noches. Oryo agachó la cabeza avergonzado y temeroso. Los bultos que suelo transportar son cestos,mi señora. Cestos y barrilles, es lo usual por aquí.

No Quiero mentirles, ni tampoco decirles palabras obscenas. Diré la verdad de lo qué sepa.

Miro los ojos de Oryo y me doy por satisfecha, no está mintiendo. Le sonrío levemente y asiento, satisfecha por haber recibido la absoluta verdad. Me siento decepcionada por no tener una nueva pista, algo que nos lleve a Chisato-sama, pero a la vez agradezco a los cielos que la vida de este hombre no pese sobre nuestros hombros. - Te agradecemos, Oryo, por tu sinceridad. Si recibes alguna información respecto a lo que te acabamos de preguntar, por favor, háznoslo saber, estaremos en deuda contigo. - Inclino levemente mi cabeza en señal de despedida, y sin esperar por mis acompañantes, me doy la vuelta y me retiro del lugar. Es hora de volver con nuestros guías Escorpiones.

me llevo la mano a la barbilla y miro al barquero, de arriba a abajo.

¿Y un cesto grande? O un bulto extraño? Algo que os llamara la atención. Quizás varios hombres armados con un bulto sospechoso...

Midori ya da la conversación por concluida, pero estas gentes no tienen iniciativa (como ha de ser) y prefiero dejar esto claro, pues quizás sí que subió un bulto sospechoso.

"¿Una trampa muy obvia quizá?" pensó Nakato al ver el lugar que le señalaba

Muchas gracias le dijo Que le sonrían las fortunas, pero un poco menos que a mi. Apostilló con cun chascarrillo de humor 

"Empezaban a ser tan importantes como para que les tendieran trampas" pensó para si mismo mientras iba en la dirección indicada 

Caminabas entre la plebe aprovechando el hueco que te dejaban por no importunarte, asímismo te negabas a dejar que alguien pudiera sorprenderte.

Elcamino hacia la fonda era corto y no tardaste en cubrirlo, másallí no había rastro de ninguno de los tres grullas. Ni siquiera estaba profusamente lleno el lugar; apenas una cuadrilla de albañiles de cierta edad y otros tantos pescadores tomando un sake demasiado barato como para no estar picado.

El camino hacia elpuesto de cerámica fue fatigoso, lento y en definitiva un auténtico fastidio. Por suerte podías evitar el gentío,pueslo hinin no deseaban interponerse en el camino de un samurai.

Más al llegar allí no se veía en las cercanías a los grulla, ni siquiera a Nakato. Quizás estuvieran en elinterior de la tienda, al menos esperabas que fuera asíde sencillo.

Seguramente pese a sus evasivas, Oryo supiera que las mercancías que a menudo transportaba no debían ser limpias del todo. Igualmente daba la impresión de querer dar una respuesta satisfactoria sobre una pregunta para la que no conocía la respuesta. Si, Grulla-sama. En ocasiones vienen Ronin conmigo, u otros que portan armas, pero no anoche. De todas maneras no podría preguntar acerca del contenido de una cesta.No a un samurai.No a alguien armado.

Miré a las personas que pasaban a los alrededores, preguntar por un samurai la última vez hizo que corriera sangre, la mía para mi desgracia, por lo que confiando menos todavía en los demás, me aventuré en la tienda a ver si encontraba a alguien o podía consultarle al dueño del lugar, siempre más atento por querer cuidar su negocio.

Le dedico una levísima reverencia al barquero, apenas es un asentimiento como dando a entender que he captado todo lo que ha dicho y me doy por satisfecho.

No es vuestro deber, pero sí que lo es informar de cosas sospechosas a los gunsos del distrito... No lo olvidéis. De todas maneras, si recordáis algo que nos pueda ser útil, sobre lo que os hemos preguntado, este bu es para ti, por los esfuerzos.

De todas maneras no le digo donde encontrarnos, por si su avaricia le hace llamar a las puertas equivocadas y tenemos algún encuentro desagradable. Sólo lo hago para ver su reacción.

Quizás más tarde vuelvo a pasar para ver si la codicia propia de su casta ha dado sus frutos...

Pienso mientras alargo un poco el paso (sin llegar a correr ni nada indecoroso) para alcanzar a Midori.