Partida Rol por web

Os encontrais en un patio con un perimetro altisimo de verja metalica, en el suelo de cmento hay lineas de color blanco, diseñadas para un campo de basquet, y los extremos sus canastas, mas alla de la primera reja hay un par de barracones y algun edificio de hormigon, y varias estructuras altas que hacen de puesto de seguridad y vigilancia.

Claramente tiene pinta de prision, aunque quizas no se uso para eso...

Bien, aqui estan las reglas mientras estais a este lugar:

Prohibido dañar matar o parecido a un compañero.

Prohibido tener contacto con compañeros o soldados.

Prohibido ...........................................................

Prohibido ...................................................

Prohibido ........................................

Prohibido ................................

Prohibido .......................

Prohibido ............

Prohibido .....

En la esquina del patio encontrareis utensilios para pasar el rato. Eso es todo.

Entro en el patio, intentando no vacilar. Sé que no puedo mostrarme débil, pero la realidad es abrumadora. Miro a mi alrededor, verjas metálicas altas, soldados armados... el recuerdo del disparo acude a mi cabeza. Y en la isla será peor.

Miro a los demás. Un par de lágrimas quieren escapar de mis ojos, pero debo ser fuerte. Me dirijo al rincón donde hay diversos balones y elementos para pasar el rato. Escojo un balón de baloncesto y provaré a tirar unas canastas. Al menos, así entretendré el rato, hasta que... llegue el momento de... trago saliva por el pensamiento.

Sin embargo, hay cosas que incluso en esta situación no puedo evitar, aunque lo intentara, cosa que  no hago: mi mirada suele desviarse a mis compañeras, y no siempre es una mirada inocente. Parece que aNº 8- Chiaki Kuriyama y ​zNº 10- Saori Watanabe me han llamado especialmente la atención, aunque no digo nada a nadie.

Al principio fallo muchos tiros, y mis manos tiemblan en ocasiones ligeramente. Pero el deporte consigue mi objetivo, alejar a mi mente de lo que nos espera cuando salgamos de este sitio.

Me pongo contra una pared, me siento en el suelo solo y observo a todos los demás.

Una vez en el patio, Edward contempla, aún horrorizado por la muerte de N°20, cómo algunos de sus compañeros actúan como si nada hubiera pasado, incluso unos parecen estar contentos. -Era un hijo de puta, pero nadie merece morir de esa manera, sólo por un error... no al menos sin pelear.- Pensó mientras buscaba una cara amistosa. Vió a Cho tumbado en el suelo, recargado en la pared. Como se llevaba bien con él, se acercó tranquilamente y mientras se sentaba a su lado dijo:

-¡Mierda!, cómo quisiera un cigarrillo en éste momento...- Y apuntando con la cabeza a los sonrientes, añadió: -¿Puedes creer que a esos cabrones les alegre la m^uerte de I_seya?- Al decir éstas últimas tres palabras, se le quebró la voz y una lágrima rodó por su mejilla, pero rápidamente la limpió esperando que Cho no se diera cuenta. Se aclaró la voz con un carraspeo y continuó: -Vale, tal vez se lo merecía, pero no así, joder.

Bueno... si no la cagamos, no habrá ejecuciones, al menos de momento... un rato de paz por lo menos; sienta bien estar al aire libre, tras el rato del aula

Me acerco a Nº 14- Fumiko Kimura; son muchos años juntas en clase y parece que ha pasado un mal rato, como todos -o casi todos-; necesito hablar con alguien o me voy a volver loca

--Vaya montón de mierda, ¿no? Como puede cambiar la vida de repente..., o terminarse. ¿Como estás?

Al fin les conducen fuera de la clase y les llevan a un patio que, en la situación en la que se encuentran, tiene más pinta de recinto carcelario que de "recreo". Hay utensilios y equipo deportivo repartido por el lugar, por lo que supone que lo han dejado allí para que se distraigan, aunque ella no tiene la mente ahora mismo para eso.

Tras apartarse un par de metros de la entrada al lugar, mientras va saliendo la gente, Aratane mira alrededor y contempla como la gente empieza a hacer los típicos corrillos, aquellos que son amigos o pertenecen a un grupo o "banda" se van juntando, obviamente para hablar de todo ésto y, según le dicta la lógica, establecer grupos de supervivencia.

Se enfrenta a un momento muy difícil en su vida, y más porque todo lo que había sido una ventaja para ella hasta el momento, su estatus social, su familia, su dinero, su férreo control sobre sí misma y la enorme dedicación a sus estudios y sus actividades de ocio, estaban ahora más bien en su contra. No conocía a prácticamente nadie, primero porque sólo llevaba un curso allí, segundo, porque no se había preocupado nunca en hacer amistades.

Apenas conocía a Nº10 Saori Watanabe porque ella también iba al club de Manga (Otakus)*, y con los del club era con los únicos con los que hablaba comportándose de una forma más normal, en lugar de ser la estúpida repelente que había alejado a todos de su lado cada vez que habría la boca. Esto no quiere decir que no supiera aproximadamente cómo era cada uno de los demás, pese a que habían varios de los que no sabía nada.

Vio como Nº10 Saori se acercaba a Nº 14 Fumiko y pensó en acercarse, pero ellas dos eran amigas y Aratani no las conocía prácticamente de nada a excepción de las pocas palabras que habría cruzado con ellas, quizás más con Nº10 Saori. 

Su cabeza giró y vio a Nº5 John Cho que se sentaba sólo en un rincón, apoyado en la pared, observando al resto. Siempre le había parecido un chico muy formal y muy aplicado, comportándose de forma correcta y amable. A su lado se sentó Nº7 Edward Cooper, el extranjero de la clase, americano para más señas. Es grande y cada vez que le ha visto, ha impresionado a Aratane por su porte confiado. Le hacía gracia cómo pronunciaba ciertas palabras, tenía un deje Yanki que le hacía destacar.

Inspiró profundamente y se dirigió hacia ellos, tomando una decisión ante la disyuntiva que se le planteaba. No podía seguir así, y menos sabiendo que en la unión estaba la fuerza. No se hacía ninguna ilusión con respecto a lo que le harían los chicos, o al menos algunos, en cuanto estuvieran en la isla.

Se paró delante de ellos, les saludó formalmente y miró significativamente a la pared, al lado de ellos. Tras un momento de duda, se sentó a su lado y se cogió las rodillas. Escuchó a Nº 7 Edward y asintió suavemente varias veces con la cabeza. - Sí, por lo que parece, hay gente muy enferma aquí. No creo que ésta sea la solución a lo que está sucediendo en el país, y sólo demuestra que... - se dio cuenta que se estaba empezando a poner en plan estúpido y calló. Miró de reojo al americano y suspiró profundamente mientras decía en voz baja - También me vendría bien un cigarro... -

- No sé cuánto aguantarán algunos antes de empezar a sobrepasarse con las chicas. - siguió diciendo en voz baja, como pensando en voz "alta". - Espero que si me toca, al menos me maten antes. - No pensó en lo escabroso del pensamiento, si no en evitar el sufrimiento.

Era increíble lo rápido que uno empezaba a pensar en ciertas cosas una vez te ponían contra la espada y la pared.

Miro a Edward, - Creo que Iseya tomó su decisión... ¿No viste como sonreía antes de que le pegaran un tiro? Hago una pausa breve

Se ha ido de este mundo limpio de suciedad, a fin de cuentas, todo lo que hizo anteriormente a estar en esa sala fue limpiado, sus errores, sus crímenes todo fue perdonado y para colmo ha muerto sonriendo... Suspiro, cierro los ojos y pongo mi cara para que la de el sol.

La verdad es que le envidio... Sino hubiese pensado tanto en el miedo que tenía a morir quizás hubiese hecho lo mismo. Ahora nos toca matar o que nos maten. Y si te preocupa que te violen antes de matarte... Miro a [Nº 18- Aratani Asa] espera a saber lo que hay dentro de la cabeza de cada uno de esos enfermos que ya están haciendo grupitos de matanza. Vuelvo a buscar el sol con la cara.

El battle royal saca lo peor de cada uno, piensa lo peor que podrían hacerte, bien, ahora piensa que puede haber gente aquí que ya quería matarte o hacerte daño desde antes, por celos, envidia, lujuria, o cualquier otro estúpido motivo, lo que has pensado lo has hecho en dos segundos, ellos han imaginado lo que te harían durante mucho más tiempo...

De hecho, tienes suerte, sólo llevas aquí un curso, no has podido granjear tanto "agro" o dicho de otra forma, odio, yo, en cambio, no tengo tanta suerte, aquí todos tienen uno o varios motivos para odiarme, mis notas son las mejores, mi desprecio sistemático hacia ellos hace que nunca me haya relacionado con ninguno de los que ahora me convendría tener como aliados y mi marcada prepotencia tampoco creo que ayude demasiado en esta situación... Suspiro con cierto desdén y alivio.

Si os quedáis mucho tiempo aquí conmigo puede que no tengáis ninguna oportunidad de pertenecer a otro grupo de matanza con esos idiotas. Elegid bien, una vez en la isla ya no podréis razonar con ellos.

- Yo también desearía tener un cigarro... Por lo menos para probarlo por primera vez. Me caen lágrimas por mis mejillas y dado que estoy con la cara al sol, puede verlo todo el que quiera verlo.

He tratado de colocarme en un punto indeterminado ni muy cerca de nadie ni muy alejada como para ser vulnerable.

Porque nadie parece tan asustado como yo. Una punzada de vergüenza provocada por el incidente de hacia un rato recorrió su espalda y pensó que al menos era buena señal .

Las palabras de Cho que no puedo evitar oir me sobrecogen, ¿Realmente es envidiable el final de Iseya? Han pasado ¿unas horas? ¿Menos quiza? y ya hemos aceptado la situación como normal...

Un poco sin querer, un poco adrede, tiro el balón de modo que golpee el aro y acabe cerca de N16- Ayumi Honda. Me acerco a recogerlo, mirándola en el proceso. Una vez me agacho a recogerlo, susurro:

Si no fuera porque temo lo que puede pasar si muestro debilidad, yo ahora estaría en el suelo llorando. Tranquila, lo que te ha pasado podría pasarnos a cualquiera. Si quieres hablar, podemos hablar... si no, volveré al juego.

Si no hace ningún gesto para que me siente y hablemos, seguiré jugando al balón. Si quieres hablar, me sentaría a su lado, botando ligeramente el balón parando de botar a ratos, para escucharla e intentar consolarla.

Agradezco con una sonrisa pero niego con la cabeza.

Prefiero estar sola.

Afirmo levemente. Si cambias de idea, allí estaré. Diciendo esto, vuelvo a dirigirme a la canasta, mientras sigo probando mi puntería.

Antes de que Yosuke pudiera darse cuenta, los habían guiado a un patio con una cancha de Basketball. La primera idea que cruzó la mente de Yosuke era que los obligarían a jugar al basket por sus vidas. Inmediatamente desechó esa idea por ser absolutamente ridícula. Ya se había dicho el juego que jugarían por sus vidas. ¿Qué chances tendría de sobrevivir en ese entorno? La mayor parte de su vida la aprovechó pasando desapercibido. Evitaba el acoso alejándose del camino de los acosadores. Evitaba el fracaso alejándose de cualquier desafío. Evitaba los problemas con sus compañeros manteniendo una distancia de ellos. Ahora lamentaba todo aquello. Le aterraba la idea de estar sólo. Tenía que unirse a un grupo como fuera. Odiaría correr la misma suerte que su casi tocayo Yusuke... 

Con cautela, Yosuke se acercó al grupo de Cho [5], Edward [7], y Asa [18] y se sentó en el suelo cerca de ellos. Pudo oirlos hablar tristemente y no pudo evitar sentirse muy mal por la reflexión de Asa [18]. Debería ser mucho peor estar en esta situación siendo mujer. Prácticamente no conocía a sus compañeros de clase más que de verlos en la escuela, pero estaba seguro de que quería mantenerse lejos de los más locos. 

Las reglas decían que no podían ponerse en contacto entre ellos, por lo que al hablar, fue cauto. apoyó la cabeza contra sus rodillas y habló disimuladamente, esforzándose al máximo por que lo pudieran oir. 

-Hola... No tengo interés de formar un grupo de matanza, sino de supervivencia... Sé que nunca hablamos y no tienen motivo para creerme, pero creo que tengo un plan que podría aumentar nuestras chances de supervivencia si formamos un grupo... ¿L-les interesa...? -terminó preguntando, inseguro. 

Al salir al patio inspiro profundamente, me encanta estar al aire libre y practicar deporte, pero no me encuentro de humor ahora mísmo para hacer unas canastas. En lugar de eso me paseo por allí dentro de un lado a otro cómo un perro encerrado.  

Sí, por lo que parece, hay gente muy enferma aquí.

- No sé cuánto aguantarán algunos antes de empezar a sobrepasarse con las chicas. - siguió diciendo en voz baja, como pensando en voz "alta". - Espero que si me toca, al menos me maten antes.

Me choca muchísimo escuchar estas palabras en boca de alguien que no hace ni cinco minutos estaba babeando por los bajos de lo excitada que estaba por haber sido seleccionada para Battle Royale, lo que me lleva a la conclusión de que o tiene graves problemas de personalidad, o que es más falsa que un Yen de chocolate, una de dos.

No sé que concepto tendrás de lo que es un hombre Aratani, pero te aseguro que a diferencia tuya, a la mayoría toda esta situación nos excita más bien poco - Le respondo cuando me canso de escuchar lo que me parecen las palabras más falsas e hipócritas de la historia.   

Las palabras de Yosuke por contra si que me interesan bastante. 

Por supuesto. Pero no creo que hacer planes ahora nos sirva de mucho, seguro que nos sueltan de forma aleatoria y nos iremos agrupando, conforme nos vayamos encontrando. Si tienes un plan, te recomiendo que no cuentes nada a nadie hasta que esto empiece y estés en compañía de gente que no haya intentado matarte nada más verte -Le aconsejo - Todo lo que digas ahora, será utilizado para sabotearte por quienes no quieran formar parte de ello. Y yo de tí no me fiaría de nadie hasta ver cómo se comporta cuando esto empiece.  

-Watanabe-chan (10)-. Saludó Akiyama con los ojos vidriosos-. Eso ha sido horrible, quiero irme de aquí... Yo, aquí hay muchos que jugarán a esto... Asa, Kuriyama, Iseya... 

La respuesta de Nº 5- JOHN CHO le hace mirarle girando la cabeza del todo, observándolo mientras desgrana poco a poco sus sentimientos y, curiosamente, una historia muy similar a la suya propia. Niega con la cabeza cuando su compañero acaba de hablar, pensando que no deja de tener razón, pero que tienen que aceptar la idea de que están donde están y sólo van a salir de allí de una manera. 

Nº 19- Yosuke Kamiya se les acerca y se sienta, preguntando si quieren unirse en un grupo de supervivencia, más que de matanza. Ella asiente y contesta - Sí, esa era la idea. Por mi bien. - parece que al fin alguien piensa en ser productivo más que destructivo. Empieza a pensar que quizás tenga alguna posibilidad de sobrevivir, si encuentra a alguien para trabajar juntos....cuando en ése momento Nº 9- Takuya Sato se dirige a ella diciéndole unas cosas horribles.

Aratani se gira y le mira con furia creciente, entrecerrando los ojos. Ya está, con todo lo que está soportando y tenía que venir el tonto a las tres a tocarle los ovarios. Pues ya no se iba a aguantar más. - A ver, imbécil, primero de todo que yo contigo no he hablado. Segundo, ¿tú qué cojones sabrás de si yo me excito o dejo de excitarme? ¿Que te gusta observarme, pervertido? A los únicos que se les nota si se excitan o no, son a los tíos pervertidos como, tú o Iseya, al puto cabrón de Nº 1 Hirosi Shimada que no se le ha ocurrido otra cosa que pajearse con la historia de una alumna brutalmente violada y asesinada por cuatro compañeros y encima decirlo en voz alta, y a Nº 11- Osamu Oka, que ya me ha lanzado varias miraditas mientras se tapaba el bulto de la entrepierna, ¿a que sí, gafotas? ¿Qué te pensabas, que no te había visto? - Sus palabras cargadas de ira y de malevolencia impactaron de lleno ante los nombrados. Ahora algunos recordaban porqué no le dirigían la palabra, pero quizás ahora, ya no importaba. Ni para ellos, ni para ella. - No vuelvas a dirigirme la palabra, gilipollas. Como si tú supieras hacer planes o hacer algo, inútil. - 

 - Ahora ya sabéis quienes están pensando con su "cerebro", chicas. - dijo, tras revelar en lo que ella se había estado fijando, esperando que sus compañeras tomaran buena nota de los que había nombrado, 

Eeee...    pues no, la verdad. Y tampoco sé quien te habrá dado a tí la potestad para hablar por todas nosotras - Le respondo a Aratani cagándole la cara con tranquilidad y sin dejar de chupar el chupachups con toda la parsimonia del mundo.

Su berrinche más própio de un niñato troll de siete años que no de alguien que tenga ni dos dedos de frente, me sirve para tomar apunte de que el que el deportista paleto es más listo de lo que parecía, y esta que se las da de lista tiene aún menos luces que Iseya, si esque eso es posible.

Antes de que Aratani pueda encarar el ventilador de la mierda hacia mi, le dedico un gesto de adiós con la mano y me alejo de ella poco interesada en mantener ningún tipo de conversación con semejante fuente de bilis. 

Al escuchar a Yui Akiyama nombrarme abro los ojos soprendida. -Jop, pues si ya sabes lo que voy a hacer ve contándomelo, que yo aún no tengo ni idea - Le digo en tono neutro, sin acritud, sentándome a su lado. -Y si ya de paso pudieras predecir que arma va a tocarme...  sería estupendo. 

De nuevo Nº8 Chiaki Kuriyama demostró la frialdad que tenía, riéndose y burlándose en la cara de los sentimientos de los demás.

Nadie parecía entender lo que pasaba dentro de Aratani. Nadie entendía lo que suponía todo ésto para ella, por su procedencia, por su clase social, por su familia, por el futuro que se suponía que tenía al alcance de sus manos y que en éste momento le habían arrebatado. Tanto trabajo, tanto esfuerzo, para nada. Vale que sus compañeros la hubieran considerado una zorra fría, dura y deslenguada, cuando hablaba, durante el curso, pero eso no quitaba que tuviera sentimientos y que su mundo se estuviera resquebrajando como el de los demás. Quizá la diferencia es que ella llevaba mucho tiempo aprendiendo a ocultar esos sentimientos.

Conteniendo, de nuevo, sus emociones, apoyó la cabeza entre las rodillas, dejando que el largo y hermoso pelo cayera sobre su cara y ocultando sus rasgos a todo el mundo. Se abrazó más fuerte las rodillas. Puede que sus formas no fueran las más correctas, que no lo eran, desde luego, pero ya estaban acusándola de cosas eso no quitaba que aquella psicótica con chupachups se comportara como si todo ésto fuera un juego para ella, y que despreciara tanto los sentimientos que corrían por dentro de su compañera Aratani como los de Nº12 Akiyama, que al parecer se había hecho una idea errónea de los motivos de Aratani, o de dónde se encontraban ahora mismo. Bueno, no pensaba sacarlos de su error.

- Si no eres capaz de entender entre "por" y "para"... - dijo, con la emoción embargando su voz. Lo que había dicho, pese a saber que se iba a poner a mucha gente en contra con toda probabilidad, lo había dicho para advertir al resto de compañeras de lo que, con toda probabilidad, les iba a pasar. A Nº8 Chiaki no parecía importarle, de hecho, no parecía importarle nada en absoluto, sólo le importaba saber qué arma le iba a tocar.

Madre mía... menos mal que aún no hay ni armas, ni permiso para agredirse sin que nos en pasaporte.. Apenas llevamos un rato juntos, y nos vamos a volver locos
Ahora estamos sentadas las tres: zNº 12- Yui Akiyama, aNº 8- Chiaki Kuriyama y yo, y todavía estoy asimilando lo último que han dicho ambas
--Yui.., solo hay dos formas de salir de aquí, y tenemos que asumir que hay que elegir ya; todos hemos visto los BR´s de ediciones anteriores y sabemos de que va la cosa: matar o morir, y si no quieres eso último, hay que jugar a "eso"--

Lo digo con lágrimas en los ojos

--zNº 18- Aratani Asa  lo ha dicho alto y claro, creo que las tres no somos tontas y lo sabemos (lo del "cerebro"), y lo tenemos que tener en cuenta..., y asimilarlo cuanto antes... y aunque me de asco admitirlo, jugar con ello a nuestro favor

Las lágrimas me caen por la cara, pero la voz no me tiembla.
--Recordad todo lo que sabemos de esta mierda; cuando nos suelten, no sabremos con quien nos encontraremos, pero lo que sí sabemos de otras ediciones, es que el número hace la fuerza, que el número es el tres, y que si queremos vivir, hay que formar equipos, aunque sea con gente que no deseamos o que sepamos que van...

Ahora sí me tiembla la voz
--Sed conscientes de lo que nos espera, chicas; eso o morir. Y yo quiero vivir. Y creo que vosotras dos también.