Partida Rol por web

Os encontrais todos en una aula desconocida, aunque todas parecen iguales, esta claramente no ha estado usada nunca, esta impecable, la pizarra no tiene desgaste y es brillante, las sillas ni bailan ni los pupitres decorados con dibujos ni marcados con nombres.

Todos recordais como habies llegado a este lugar, estabais en vuestra aula en una reunion obligatoria de tutoria, cuando de repente aparecieron decenas de soldados y vehiculos. Tan pronto como entraron los soldados en la aula de todo el curso fuisteis informados de que habiais sido seleccionados para el programa de supervivencia LEY BR. A punta de arma automatica fuisteis introducidos en un autobus y os pusisteis rumbo a lo desconocido.

Aunque esto ya es agua pasada... la nueva aula esta infestada de soldados con los rifles apunto y con cara de pocos amigos, sin contar en todas las decenas y decenas que habeis visto en vuestra llegada...dejando claro que escapar de este lugar tiene pinta de ser imposible.

Cuando todos estabais cuchilleando entra un hombre de estatura media tirando a baja, con un chandal de deporte desfasado en el tiempo escoltado por dos soldados mas.

Bien alumnos, tomar asiento y mantener silencio.

- Me siento en un pupitre en primera fila y me callo

Me siento en un pupitre y miro a Aratani Asa para saber dónde se sienta.

Me siento en un lateral y casi al fondo intentando pasar desapercibida.
No puedo evitar llorar.

Observo todos los pupitres y la pizarra y tal, para al final proceder a sentarme en un sitio intermedio, ni al principio ni al final.

Obedezco y me siento en el pupitre más alejado de la pizarra que encuentro libre.

Sin llegar a decir una sola palabra por miedo a que esas armas estuvieran cargadas de verdad, en silencio busco un pupitre cerca de alguna de las paredes del aula y me siento ahogando un sollozo y limpiándome la nariz con la manga.

La situación está muy fuera de lugar. Todos ellos han sido elegidos para la edición BR, y si ya le resultaba extraño (y excitante) estar en un sitio nuevo y con gente más mundana de lo que ella estaba acostumbrada por el castigo de sus padres, el saber que su vida pende de un hilo hace que se entremezclan emociones dispares en su interior.

A la llegada a la nueva aula permanece atenta y tranquila, controlando su exterior, pero con una vorágine en su interior, como siempre. En cuanto lo que parece un profesor de gimnasia del siglo pasado pide silencio y que ocupemos nuestros asientos, me siento en primera fila y miro de reojo a Yûsuke, pues hemos intercambiado ya alguna mirada de camino aquí, en el autobús, y parece tan excitado como yo.
- Interesante...-

La situación parecía surreal, como si la viera desde detrás de una pantalla y fuera ajeno a todo aquello. Después de unos segundos, reacciono y me doy cuenta de que la situación no está para nada bien. Con la respiración cada vez más agitada, busco un asiento al costado izquierdo del aula, como a la mitad del salón. Quizás sentarme en el mismo asiento donde solía sentarme en mi aula original me calme un poco. ¿Realmente esto era el BR? No puedo dejar de maldecir mi mala suerte mientras me concentro en el hombre de mediana estatura que parece tener algo para decir. 

Masaru se sentó con desgana en su silla sin apartar los ojos de los militares. Había escuchado rumores sobre aquello pero pensaba que eran mentira, un truco de los adultos para que se portaran bien en el instituto. No esperaba aquello. Miró por unos instantes a los compañeros que tenía más cerca pensando si serían capaces de hacer... las cosas que se decían que había que hacer. ¿Sobreviviría? ¿Lo mataría alguno de sus compañeros? No quería ni pensar en ello, solo quería largarse de allí y empezar a tocar con su grupo. Pero ahora se sentía solo y no le apetecía nada lo que vendría después...

Entro en la sala, saludo educadamente y analizo a todo el mundo. Tomo nota de los mejor vestidos y los de postura más correcta y entonces me siento en un lugar desde el que tenga una buena vista de la puerta de entrada, para poder seguir viendo a los que entran.

Nerviosa, veo donde se ha sentado la gente; por una parte, la gente está tendiendo a irse al fondo de la sala. Por un momento, valoro acercarme al grupo, integrarme, y buscar la protección que supone estar con ellos, pero dadas las circunstancias, quitá sea más seguro estar cerca de la autoridad, así que me dirijo hacia la segunda fila, en un asiento lateral.
Ese ha sido siempre uno de los sitios favoritos, cerca de la mirada protectora de los profesores, y lejos de los chicos que ocupan sistemáticamente las filas del fondo.
Sin más, aliso mi falda y me siento, con las manos juntas en mi regazo, en una posición pulcra de estudiante modelo.

Misuku avanza por la sala mirando a su alrededor. Según pasa, su estela queda impregnada de un buen olor a perfume. Cuando cruza la mirada con Naraku le guiña un ojo.

Sigue andando. Haciendo un leve ruido paso a paso con sus impecables zapatos hasta que llega dos asientos a la derecha de Saori a la que mira y sonríe. Asiente con la cabeza, parpadea cruza su pierna derecha sobre la izquierda, apoya sus manos entrelazadas sobre la rodilla que mantiene elevada y mira al señor pequeño que acaba de entrar

Saber que hemos sido escogidos para la Battle Royale de este año es algo que no acabo de asimilar. Esas cosas solo les pasan a los pringados o a los pobres, no a mi. Es injusto. Es cómo si esperara que de un momento a otro nos digan que todo ha sido una broma y nos dejen irnos.

Entro en la sala completamente indignada con la actitud de mis compañeros, que se dejan llevar cómo ganado camino del matadero. -Atajo de borregos. Si ese fracasado se sacara la verga, harían cola para chuparsela.

¿Va a decirnos de que va todo esto o piensa matarnos de aburrimiento? -Le pregunto al profesor, desafiándole permaneciendo de pie y con los brazos cruzados sobre el pecho.

Entro en clase sumido en sepulcral silencio. Todo esto es demencial, pero lo más horrible de todo es comprobar lo feliz y alegremente que algunos aceptan esta situación.

¡Vais a tener que matar a tus compañeros de clase!! Siiii, yupi!!!! ¿Dónde hay que firmar??

En serio, ¿de dónde ha salido esta gente? ¿De un psiquiátrico? No reconozco en ellos a mis compañeros de clase. Todo esto es demasiado y lo peor es que nadie se atreve a decir nada, ni los más “chulitos” de la clase. Tanto tatuaje, tanta chupa de cuero, tanto musculito de gimnasio, total que luego siempre demuestran ser los más cobardes de todos.

Entre tanta sumisión solo una voz parece alzarse, en un acto tan valiente cómo estúpido. Pero tiene narices que sea una chica la que mejor los tiene puestos de toda la clase.

Vamos Chiaki ¿te has vuelto loca? que esta gente no va con tonterías- Le susurro tirando de su manga para que se siente a mi lado. Creo que hoy es la primera vez que hablo con ella pues no compartimos ningún gusto ni afición, pero eso no significa que esté dispuesto a ver cómo le pegan un tiro a un compañero de clase.   

Parece que el profesor hace un gesto con la cabeza señalando a Nº 8- Chiaki Kuriyama, este avanza con el rifle en la mano, antes incluso que la chica pueda retroceder, golpea con la culata del rifle con lo que parece ser toda la fuerza del hombre, inevitablemente Nº 8- Chiaki Kuriyama se dobla quedando la cabeza a media cintura del hombre que vuelve a golpear con la culata con un golpe seco la cabeza de la chica...esta cae al suelo como un peso muerto al suelo...algunos alumnos empiezan a gritar.

El soldado mira sin disimulo esperando alguna agresion por parte de Nº 9- Takuya Sato

De todas las voces una sobresale, parece ser la del profesor, CALLAROS DE UNA PUTA VEZ! Y SENTAROS!

El dolor te inunda todo el cuerpo, apenas tienes claro si estas consciente o insconsciente, aunque escuchas voces lejanas las entiendes mas o menos, intentas incorporarte pero no puedes...es como si algo te lo impidiera, el dolor o algo mas grande...

El valor de Chiaki al dirigirse así al profesor, me sorprendió, pero conociéndola tras tantos años juntas en clase, la actitud de la rebelde no me parecía algo imposible...

... lo que sí era algo que no me cabía en la cabeza, era la brutal reacción que produjo; inmediantamente, solté un chillido, y caí hacia atrás en mi propia silla, quedando patas arriba; inmediatamente retrocedí, y temblando, tras las palabras del Profesor, roloqué la silla de nuevo en su posición, y me senté en otra fila más retrasada

Ahora tiemblo de miedo, y tengo las manos juntas en posición de oración, me caen lágrimas pero ni me atrevo a sollozar, mientras nuestra compañera yace en el suelo del aula; no se si está inconsciente del golpe o peor, pero tengo demasiado terror en el cuerpo como para moverme ahora mismo!

El golpe que le han dado a Kuriyama  me hizo parar de llorar en seco, me dolió como si me hubieran pegado a mí. Bueno, supongo que un poco menos

En el suelo inmóvil, juraría que estaba muerta....

Hasta que Watanabe hizo ruido no me había acordado de respirar si quiera. Al moverme ligeramente me sentí incomoda. Me había orinado encima.

¡Chiaki is down! Jajaja, me río un par de veces antes de quedarme sonriendo, mirando al profesor, permanezco callado mientras sigue la presentación.