Partida Rol por web

¡La edad de oro ha regresado!

Tras más tiempo del que se desearía, la sede de Los Nunca Olvidados ha conseguido de nuevo regresar a una época dorada donde todos sus integrantes sentían orgullo por pertenecer a algo grande. Se ha necesitado paciencia, éxitos, fracasos, sangre y sudor pero también ilusión. Todos encontraban aquí un hogar, tanto los más veteranos como los recién llegados.

Es precisamente en los recién llegados donde más empeño se pone. Muchas son las caras nuevas que han decidido unirse a las filas, muchos de ellos atraídos por el prestigio de sus integrantes, otros de las aventuras que han sido capaces de superar y otros en cambio por el boca a boca.

Estaba claro que haber estado allí cuando la amenaza Alvene surgió de debajo de la tierra y su unión a La Compañía ayudó.

Aquella noche estaban todos de celebración, se había cumplido una misión más, una de otras tantas que habían generado más prestigio, fortuna y alimento para todos. ¿Cuánto tiempo más duraría esta celebración infinita? ¡Esperemos que mucho!

Ratko y Shany se encontraban en una de las mesas principales contando viejas batallas del pasado hasta que a su lado llegó Niella, una de las últimas incorporaciones. Aquel fue un momento especial para intentar conocerse más a fondo ¿qué era lo que pasaba por las mentes de cada uno? ¿cuáles eran sus sueños? ¿tenías metas? Entre risas y alcohol, era mucho más fácil relajarse y pensar en un futuro prometedor, un futuro que se había ganado a pulso disfrutar.

—¡Hola! Me dijeron que ya habiais vuelto de una misión— la muchacha llevaba unas jarras de cerveza en las manos y las posó en la mesa antes de dirigirse a Ratko— Me he ganado unas moneditas en la ciudad y, quería agradecerle que me acogiese aquí. Ha pasado ya un tiempo, pero no habíamos coincidido en el edificio teniendo yo algo más que polvo en el bolsillo. 

Niella había cogido unos cuantos kilos desde que llegó un par de meses atrás en medio de una fortísima tormenta de nieve. Aquella noche, se había refugiado en la sede de los Nunca Olvidados, sin saber que clase de lugar era. No tardaron en encontrarla, hecha un esqueleto tratando de entrar en calor entre un montón de paja. Al ser descubierta, en lugar de intentar huir, Niella esbozó una sonrisa de oreja a oreja y carraspeó "No iréis a dejar que muera de frío en medio de la tormenta ¿Verdad? Eso son siete veces siete años de mala suerte". Aunque en principio creyó que aquello les había hecho la misma gracia que un clavo en el dedo meñique, resultó que sintieron compasión por ella y la dejaron pasar un par de noches... que se convirtieron en semanas. Además, por su aspecto y su acento estaba claro que venía de lejos, y necesitaba descanso.

El techo sobre la cabeza y los platos en la mesa le habían hecho mucho bien. Bien que ella agradecía haciendo todo tipo de favores que les pedían. No eran gran cosa, llevar correo, ayudar con la limpieza o la cocina... ¿Qué otra cosa iba a poder hacer una muchacha tan frágil? No se podía pedir cosas demasiado complejas, pero se notaba que la muchacha lo intentaba. Además, parecía que intentaba sacarse algún extra en la ciudad para colaborar con ellos.

Al fin habían vuelto, el gremio gozaba de más movimiento que nunca, reparado y lleno de reclutas nuevos, era una imagen que le llenaba de orgullo. Se podría decir que consideraba ese sitio como su nuevo hogar, en donde aprendió muchas cosas nuevas e hizo grande compañeros. Lamentaba la despedida con la antigua líder, pero teniendo en cuenta lo que pasó con su gente, le entendía. Le dio un fuerte abrazo y le deseó lo mejor.

Ya sentada en el gremio, hablando entre susurros con Ratko, lanzando risotadas a veces, una sombra delgada se deslizó a su lado, depositando tres cervezas sobre la mesa.

-¡Gatita!- le pasó una mano por la espalda, apretándola contra ella de forma ruda pero cariñosa, no había otra forma con Shany-. Sabía que era buena idea dejarte quedar- aseguró tomando la jarra y dejándola a la mitad luego de un par de tragos-. ¿Te tratan bien? ¿Practicaste ese golpe que te enseñé?- le veía como a su pequeña hermana, esa que quedó en su tierra, quizás por eso le preguntaba mil cosas al mismo tiempo y trataba de saber más de su pasado. Aunque Niella esquivaba sus preguntas de forma elegante, frustrando a la Orumita y encendiendo aún más su curiosidad-. ¿Has visto a los nuevos? Cada vez somos más importantes- alzó su copa hacia Ratko, nuevo responsable de todo ese loquero-. Suerte, oh valeroso líder.

Ratko no terminaba de acostumbrarse a ser el líder del gremio, siempre le había ido muy bien eso de pasar desapercibido, los que lo conseguían vivían mucho más que el promedio de los demás... a decir verdad, jamás pensó que iba a ser partícipe en una guerra que ni le iba ni le venía, ni que tuviera hasta su vena heróica y caballerosa con sus compañeras, lo mismo es que se estaba haciendo viejo... o era producto de la mala cerveza que estaba haciendo estragos con su mente... el caso es que cuando Earendil les comunicó que había decidido marcharse con su gente, Ratko no supo que decir pero peor aún fue cuando lo propuso a él como el nuevo líder, al principio pensó que le estaba gastando una broma... luego que se había fumado alguna hierva... finalmente cuando se dio cuenta que era verdad, le sobrevino el pánico seguido de una especie de odio hacia la dama azul por pirarse y dejarle a él el mochuelo. Hasta que finalmente lo aceptó con un manotazo de Shany en pleno homoplato que casi termina por hacerle un hernia discal, de regalo.

Entonces la vida continuó en el gremio con Ratko haciendo cuentas, aceptando a nuevos miembros, en general haciendo de "jefe" lo mejor que podía evitando reir abiertamente para que la gente no viera sus colmillos ni se fijase demasiado en sus ojos, de un brillante dorado que contrastaba con sus oscuros cabellos y su nívea piel. Lo bueno del caso de Ratko es que coincidió con los buenos tiempos que el gremio estaba viviendo, siendo sus curiosidades físicas aceptadas por la mayoría que habían dejado de preguntarse acerca de su naturaleza. Característica que el diabal no cuestionaba cuando alguien decidía presentarse como aspirante a formar parte del gremio, tan sólo las cualidades que podía aportar... algo que en el caso de la pequeña Niella, ni siquiera se paró a analizar... la joven llegó a ellos en los huesos y helada, quizás el antiguo Ratko la hubiera despachado con un encogimiento de hombros, pero simplemente le ofreció cobijo y le permitió quedarse, la chica le caía bien y se esforzaba por ser útil, con eso le bastaba.

- Muy bien Niella- le dedicó un esbozo de sonrisa ni siquiera a "los nunca olvidados" les permitía que viesen sus incisivos... bueno sólo a uno de ellos... la morena de piel de ébano que brindó a su lado y casi hacía que se atragantara- Salud...- respondió dando un trago para mitigar su incomodidad- cada vez llegan más para formar parte del gremio, pero debemos mantener la mente fría y establecer nuestros principios, la fama viene tan pronto como se va...

—Claro, parece útil, pero sinceramente, prefiero un rodillazo en la entrepierna. Eficacia más que probada— respondió a la guerrera guiñando un ojo. La muchacha levantó la cabeza, mirando a su alrededor para mirar a los que Shany llamaba nuevos. Ella aún no estaba en posición de considerar "novato" a nadie y, además, algunos de ellos parecían realmente capaces.— Parecen todos muy habilidosos, así que no solo estáis volviendo a la fraternidad importante, sino también valorada.

La muchacha dio un sorbo a la cerveza. Bebía con la precaución de quien conoce los peligros del alcohol y de quien se ha aprovechado de ellos. La muchacha era también consciente de que se había organizado un pequeño juego entre ellos, donde intentaban averiguar cosas sobre ella y ella las ocultaba o daba pistas confusas. Niella tenía una mente rápida, y perfectamente hubiese podido inventarse una historia que dejase claras todas las dudas, pero aquella situación le divertía y había visto que podía sacar provecho de la curiosidad. Sabía que Shany estaba como loca por averiguar cosas sobre ella, especialmente desde que se enteró de que ella también provenía del oeste... aunque no le hizo ninguna gracia cuando la joven trotamundos señaló la evidencia de que, tal y donde estaban prácticamente todo era "el oeste". Con Ratko la cosa había sido más divertida, y es que, de manera no verbal, habían llegado al trato de que si uno quería sacar información del otro, tenía que dar información de si mismo a cambio. Así era como se habían intercambiado información sobre sus platos favoritos y otras cuestiones igual de profundas.

–¿Y cuáles son esos principios? La verdad que intenté enterarme al poco de llegar, pero cada uno decía una cosa. 

A pesar de que la conversación no había llegado aún a su clímax, algo hizo que todos los allí presentes dejasen de hacer todo lo que estaban haciendo.

Se escuchó un ruido que provenía del exterior, era lejano, como del cielo. Todos estaban confusos.

No tardaron en decidir que lo mejor era echar un vistazo, uno de vuestros compañeros abrió la puerta de par en par generando que una brisa nocturna refrescase un ambiente cargado de misterio.

Armados, por prevención, salisteis al exterior para saber qué era lo que ocurría exactamente pero al mirar al frente os disteis cuenta que allí no había nadie.

Cuan tamaña fue vuestra sorpresa, cuando una voz volvió a retumbar desde los cielos.

Escuchad atentamente, más no lo repetiré de nuevo.

¿Como era aquello posible? Una proyección mágica se alzaba en mitad del firmamento. Se podía distinguir la apariencia de una mujer, de una mujer encapuchada que a medida que vocalizaba las palabras retumbaban por todo el lugar.

Mi nombre es Mashane, y este anuncio irá dirigido a todos los habitantes de Alleriah.

Estabais rodeados de todos vuestros compañeros del gremio. Estaban tan confusos como ustedes, no dejaban de cuchichear. Fue interesante la declaración de uno de ellos, al parecer el rostro que se veía dirigido en el cielo le resultaba familiar ¡era una tendera de Ardan! ¿cómo había conseguido semejante poder?

Desde este mismo instante, la magia queda absolutamente prohibida en nuestros reinos. El poder arcano, el poder elemental, el de los espíritus... cualquier manifestación será severamente castigada. Nuestro mundo merece seguir avanzando de forma tradicional, rudimentaria... sana.

La reacción de sorpresa fue inmediata. Todos comenzaron a preguntarse de qué demonios hablaba. Otros abucheaban mirando al cielo, otros se reían pero vuestro sentido común os indicaba que había algo raro en todo esto.

La advertencia está dada.  Desobedecer tan solo será una señal más de la estupidez humana. El final estará cerca si no seguís estas instrucciones.

Y con el mismo misticismo que apareció la imagen del cielo, ésta desapareció dejando el manto estrellado como único telón de fondo.

Ahora estaba todo el mundo alterado. No sabían qué significado real encerraban esas palabras, ni tampoco qué se debería hacer ahora. Parecía que no existía la paz en Alleriah.

–¡Venga ya!

Una vez superado el shock inicial de ver una cabeza flotante, Niella se cruzó de brazos. La luz de la luna se reflejaba en sus ambarados ojos, que mirabas el cielo con una expresión entre irritada y hastiada. El ruido de la gente alterada empezaba a enfadarla, ya que nadie en la multitud parecía darse cuenta de lo obvio. O a lo mejor no era tan obvio y ella no lo sabía por ser una recién llegada. En todo caso, no pudo evitar su reacción.

–Y luego vendrá un tipo montado a caballo diciendo que no podemos tener uno. Y en la cena, mientras se hincha a jabalí nos dirá que es obligación que seamos vegetarianos. ¿De qué va esa mema y por qué habría que hacerla caso?– exclamó en voz lo suficientemente alta como para que Ratko, Shany y alguno de los que estaban más cerca la oyesen.– Es absolutamente ridículo.

–¿Y cuáles son esos principios? La verdad que intenté enterarme al poco de llegar, pero cada uno decía una cosa. 

Ratko sonrió a la muchacha, era realmente rápida a hora de hablar e intuía de actuar, le daba la sensación de que ocultaba más de lo que mostraba, sería divertido ir descubriendo cuales eran sus secretos, que sin duda ella misma iría mostrando por sí sóla.

- Básicamente que el gremio, es un conglomerado de mercenarios y las causas nobles están muy bien pero nos debemos a nosotros mismos...- iba a haber continuado hablando sobre el tema cuando la "tendera" los interrumpió.

El diabal miró a todos como buscando la fuente de aquella manifestación, para finalmente escuchar con atención lo que la proyección les decía, una vez que terminó con la amenaza el nigromante torció el gesto.

- Sí, es ridículo... pero no me gusta- comentó, Ratko era mago su fuerza radicaba en el poder de su magia sin ella no era más que un enclenque de piel pálida y cierto magnetismo personal... pero poco más, se giró para mirar a Shany- hay que investigar esto, ningún mago va a querer renunciar a su magia... yo no voy a hacerlo.

Ratko se veía más preocupado y serio que de costumbre, soltando frases de responsabilidad y cautela que hacían suspirar con fastidio a Shany. Normalmente su gente solo la usaban de líder para encabezar un grupo de ataque, sabiendo que su salvajismo y temeridad serian imitadas. Aunque entendía la molestia de su nuevo líder, por lo que intentaba relajarlo siempre que pudiera… aunque fuera de forma apasionada y el pobre hombre terminaba muy cansado, pero visiblemente más relajado.

-Mente fría… lo tendré en cuenta- apuró el contenido de su bebida, mientras oía a Niella. La joven tenía sus movimientos, los cuales eran bastante interesantes, aunque le faltaba un poco de experiencia, la cual vendría con el paso del tiempo-. Intenta darle en la entrepierna a una mujer. Los hombres no son lo más peligroso que te encuentres allá afuera- la sonrisa de la guerrera era blanca y filosa, como la de un depredador y en parte lo era-. Esta cerveza apesta. Tendría que haber traído vino de mi tierra- no era nada fácil cultivar uvas, pero el poco vino que producían era muy sabroso… al menos para Shany.

Un sonido en el exterior acalló la charla, Shany se levantó desenvainando su Flissa y avanzando con el rostro serio. Si veía algún buitre, le partiría a la mitad y lo cocinaría para la cena. Pero no, un buitre mensajero no era lo que se agitaba en el cielo, era una cara de una señora diciendo cosas muy perturbadoras.

-Si alguien intenta impedirme usar mi espada… se la clavaria en el pecho con un: “Nadie me dice que hacer”- le dijo a Ratko estando totalmente de acuerdo con ambos compañeros-. ¿Qué tal si vemos a alguna otra persona hacer magia? Solo para ver qué ocurre. Alguien que no sea de nuestro grupo… por si le cae un rayo o algo así.

Shany y Ratko ya empezaban a hacer planes, aunque los de la guerrera se le antojaban demasiado crueles para su gusto. Una cosa era sisar dinero del bolsillo y otra tirar a alguien encima de una trampa a ver si saltaba.  Por otra parte sabía que ella era considerada como algo parecido a una mascota mona. Su falta de experiencia haría que se quedase en en "lugar seguro" mientras el resto investigaba... pero aquello sería un error. Esa era una oportunidad para devolverles el favor de verdad, y no yendo a hacer recados.

—Puedo ser vuestros ojos y vuestros oídos— dijo de pronto. —Llevo aquí muy poco, y en la ciudad no me relacionan con vosotros. ¡Vaya! Ni siquiera me mirarán dos veces... incluso podría ir a comprar algo a la tienda de esa mujer.

Y sin que el resto de los allí presentes lo supiera, aquel iba a ser el comienzo de una nueva era, una extraña y llena de incertidumbre, miedo y a la vez impotencia.

Día 0: Mashane se presenta en el firmamento, anuncia a todos los reinos que la magia está totalmente prohibida.

Día 1: La población, incrédula, sigue con su vida diaria sin dar importancia: las consecuencias fueron nefastas.

En las grandes capitales se afirmó haber visto la presencia de unos centinelas, orbes mágicos que patrullan los lugares más importantes tratando de detectar a aquellas personas que utilizan la magia en contra de la norma establecida. Muchos han desaparecido: comienza el temor.

Día 3: Los pueblos y establecimientos menores no han detectado la presencia de esos orbes mágicos. Aquello potencia la idea de que tan solo se vigilan las grandes capitales. En el gremio se puede seguir utilizando magia, nadie a ido a impedirlo.

Día 10: Nadie conoce el paradero de Mashane, son muchas las fuerzas que han intentado localizarla sin éxito. Otros magos piensan que puede estar escondida en cualquier rincón del mundo, pero que emplear magia para detectarla puede significar estar expuestos a los orbes rastreadores.

Día 24: La población se divide. Los habitantes que han decidido no usar magia (o que no tenían ese talento) se sienten seguros bajo el amparo de Mashane. Otros en cambio, siguen resistiéndose a obedecer a una narcisista.

Día 39: En la ciudad de Frostan, un grupo de más de 100 personas decide plantar cara a Mashane y utilizan magia públicamente. Este acto fue apoyado por innumerables organizaciones, incluida La Compañía... aquel grupo fue reducido a cenizas tras la aparición de los orbes rastreadores. Mashane demostró en aquel momento que su amenaza era real.

Día 40: El miedo también es real. Nadie se atreve a usar magia. En el gremio aún hay personas que la usan, pero con recelo ya que temen que un orbe rastreador detecte la sede de Los Nunca Olvidados.

Día 65: Aparece el Culto de Mashane, fanáticos que consideran a la archimaga una diosa (nadie se atreve a decir que en su pasado era una tendera). Dicho culto se encarga de ir por todos los pueblos a recordar la gran ley anti-magia.

Día 90: La situación se ha normalizado. La presencia de los orbes y el culto no escandaliza a nadie. Los gobiernos mantienen la neutralidad, saben que incumplir la ley significa aclamar una masacre injustificada.

Día 91: El paradero de Mashane sigue sin ser descubierto, al igual que las naciones se han adaptado a estos nuevos tiempos, hay quienes creen que esta tiranía ha durado ya demasiado tiempo...

Niella estaba en una de las salas de la sede, sentada en una vieja silla con los pies descalzos colgando por uno de los brazos, alejada de los demás. Tenía la misma expresión de fastidio que un gato al que le han tirado un cubo de agua. Había pasado la mañana, como muchas otras desde la aparición, tratando de encontrar algo de información y, como de costumbre, había vuelto con poco o nada. Pero aquello no era lo peor... Lo peor era algo que aún no había mencionado a sus compañeros, porque aparte de ser evidente, le enervaba pensarlo: el apoyo de la gente. Y no solo de la gente de cierto nivel... Incluso en los bajos fondos había quien se alegraba de que ya no se pudiese usar magia. 

Niella estaba indignada, no solo como amante de la magia, sino como dibumae. Ella no podía controlar el convertirse en un ave, igual que los mundae, los diabal o los alvene no podían negar su conexión con la magia. Y luego claro, una vez controlado eso irían a por los geotónidos, por su uso de aquellas artes. Aquella era una medida racista y, aunque ella pudiese pasar por humana, seguía sin parecerle justo. Pero lo que más le molestaba de todo aquello era la hipocresía. Quizás esa fue la razón por la que la chica, en un arrebato de rebeldía, trató de mejorar su control sobre el único hechizo que había aprendido con una insistencia con la que no lo había hecho antes... hasta el día de la matanza, claro. Aquel día todo había cambiado. La joven no quería ni pensar en como lo estaría pasando Ratko, a quien conocía poco, pero había tenido claro desde un principio que estaba tan enamorado de la magia como ella de los cielos o de la aventura.

Aquella era la primera vez, que Niella mostraba su irritación y desanimo: desde el principio, incluso en los momentos de mayor confusión, había mantenido la fachada de buen humor, intentando así levantar la moral de sus compañeros, especialmente de los magos. En algunos caso había funcionado, en otros no. Lo que no había servido de mucho eran las horas que pasaba en la calle intentando averiguar algo. La joven miró por la ventana. Sería tan fácil salir volando... 

—¿Pero qué dices?— se regañó a si misma —Te han mantenido todo el invierno... va siendo hora de hacer algo para agradecérselo. 

Aquello era fácil de decir. Lo complicado era "el qué". La chica sacó un pequeño pliego de papel donde había apuntado todos los rumores que había oído y se puso a repasarlo de nuevo. Había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho, pero quería pensar que había algo que se la escapaba.

El tiempo pasó sin novedades o al menos sin novedades útiles que no fueran un montón de gente pregonando lo bueno que era la situación actual o esas cosas deambulando por el cielo en busca de magia. Nadie conocía nada de esa mujer, como pasó de una simple tendedera a una casi diosa que era adoraba por unos ignorantes. Todo esto se precipitó luego de la gran masacre, momento en el que Mashane ganó verdadero poder y reconocimiento.

La Orumita recorrió la ciudad, envió aves a cualquier conocido que tuviera en su tierra o más allá, pero no recibió ninguna respuesta que la satisficiera. Nadie sabía nada de esa mujer, de donde había sacado ese poder, como se originó aquello. Su humor se había ido en picada con forma las semanas pasaban llegando a ser más irascible que de costumbre.

-Niella- dijo a modo de saludo al verla sentada y con la misma nube de malestar sobre su cabeza-. Necesito hacer algo pronto- estiró el cuello, buscando a Ratko-. De preferencia algo que me permita desestresarme*.

Ratko estaba acostumbrado a ser perseguido por ser diabal así que aquella situación no le resultaba extraña, precisamente había viajado tan lejos para huir de sus perseguidores, lo que no se esperaba es que incluso allí después de haber obtenido reputación con el gremio, se pusieran las cosas peor que del sitio de donde había escapado... y lo peor es que en aquella ocasión no le valía con desaparecer, ahora tenía que sacar pecho y salvar la situación... ¿pero cómo? él no podía renunciar a su naturaleza y su naturaleza era la magia, los últimos meses estaban siendo atroces puesto que para evitar ser descubierto había dejado de practicar sus hechizos, no así el estudio de su disciplina... que trataba de compaginar con la gestión de los Olvidados y... la compañía de Shany.

-Niella- dijo a modo de saludo al verla sentada y con la misma nube de malestar sobre su cabeza-. Necesito hacer algo pronto- estiró el cuello, buscando a Ratko-. De preferencia algo que me permita desesterarme.

Ante el comentario de la orumita el demonio la miró con intensidad unos segundos para después mostrarle levemente sus colmillos, lo dejaba agotado pero era cierto que lo relajaba...  

Niella miró a Ratko justo en el momento en el que este ocultaba los colmillos. Y, aunque no llegó a percatarse de su presencia, levantó la ceja extrañada, como si hubiese visto algo raro. "¿Se estarán refiriendo a...?¡¡ohhhh!! Claro! La dibumae sonrió con picardía, creyendo entender perfectamente lo que aquel gesto indicaba. Desde luego debía ser una buena forma de desestresarse. Al menos para Shany, que no tenía que preocuparse por huesos rotos.

—Lo siento Ratko... Tampoco hoy he encontrado nada. Creo que voy a empezar a buscar algún sitio que esté oculto a ojos de los rastreadores —la chica continuaba mirando el cuaderno, sin cambiar de posición, aunque esta no parecía nada cómoda. La chica se revolvió, frustrada, como si intentase librarse de alguna atadura— Parece que llevemos años con esta ley, en vez de unos meses...

-Esa mujer, antes de ser lo que es ahora… ¿Tenia parientes? ¿Amigos? ¿Amantes? No se me ocurre ningún otro sitio en el cual empezar- quizás ahí pudieran saber algo de como obtuvo sus habilidades, pues nadie pasa de ser nada a ser prácticamente una diosa así como así.

La orumita se estiró, como si fuera una pantera que necesitara una siesta, haciendo tronar su cuello y espalda. Los pedidos de misiones se habían reducido enormemente, mantener el gremio se volvería un gran problema pronto. Solo podía deducir el cansancio en su líder por las ojeras más profundas y en como parecía querer estirar sus encuentros. Debían tener un hilo del cual tirar, de otra manera se volverían locos.

Una noche, en mitad del silencio que brindaba la madrugada, alguien llamó a vuestra puerta.

Se notaba que era un sonido rápido y comedido, estaban intentando captar la atención pero sin despertar un gran escándalo.

Como era de esperar, no se ignoró aquella llamada. Abristeis la puerta manteniendo las ya acostumbradas precauciones y os encontrasteis con una imagen que os generó confusión: tres figuras encapuchadas que con voz susurrante pero nada amenazante os solicitó acceso para hablar de "esta crisis que debe acabar".

Les disteis acceso con algo de recelo, pero jugabais con ventaja: erais todo un gremio de aventureros contra solo tres encapuchados.

Uno a uno fueron revelando sus rostros, se trataba de un grupo de Alvene que inquietos, agradecieron que aceptaseis esta pequeña audiencia clandestina.

Una de ellas tomó la iniciativa.

- Mi nombre es Brío, y soy la portavoz de esta comitiva - dijo aún con voz susurrante.

- Sabía que Los Nunca Olvidados no nos dejarían tras la puerta, aún viviendo tiempos oscuros marcados por la desconfianza y la opresión - dicho aquello miró a sus compañeros, quienes asintieron en un gesto de consentimiento para que siguiese hablando.

- Formamos parte de un concilio de Magos que tras el alzamiento de Mashane no ha hecho más que entender el porqué de esta situación. Por suerte o por desgracia, ella sabe perfectamente quienes somos y controla nuestros movimientos. Es por eso que hemos tenido que emplear la noche y métodos más lentos para llegar hasta aquí - esa Alvene estaba tensa, no dejaba de mirar a todos lados.

- Iré al grano. Tenéis fama de ser eficaces y justo lo que necesitamos ahora es eso. Estamos dispuestos a compartir información con el gremio a cambio de que aceptéis un encargo que supondrá un antes y un después en ésta tiranía - aquello parecía algo interesante. Un grupo de magos asfixiados por la dictadura de Mashane está dispuesto a intercambiar información con ustedes ¿qué había que perder?

- Hemos averiguado donde se esconde la tirana, es en la antigua Torre de Magos de Rans's ubicada al oeste de aquí... antes esa torre era una academia y ahora se ha convertido en un refugio para Mashane... es por eso que necesitamos que alguien con vuestro talento sea capaz de llegar hasta dicha torre y acabar con ella. Sé que sin magia será difícil, pero ella no os conoce, se nota que ningún rastreador ha pasado por aquí con lo cual es una oportunidad de oro - los tres se os quedaron mirando, esperando una respuesta por vuestra parte. Ahora teníais un sitio donde investigar o mejor aún, un sitio donde encontrar a la artífice de esta locura.

- Probablemente seáis nuestra última esperanza, aquí no sirven los ejércitos y los estandartes. Aquí se necesita dar golpes críticos en lugares vulnerables... y ustedes sois el arma perfecta -

Y cuando él hastío se estaba convirtiendo en rutina, llegaron al gremio los tres magos. El demonio pese a su rostro impretérito sólo le faltó hacer palmas con las orejas... Aquellos tres no sólo les estaban ofreciendo algo que hacer sino que además les estaban proporcionando la información que necesitaban... Como "jefe" del gremio debía salvaguardar la integridad del gremio pero si aquella situación seguía así dudaba de que pudiesen sobrevivir mucho más tiempo.

-La Torre Ran's... Es una misión peligrosa... Esta situación está afectando a todo el mundo- miró de soslayo a Shany y a la novata, la primera aceptaría cualquier cosa con tal de ver teñida su espada de sangre y la segunda sería una oportunidad de demostrar su valía- aceptamos... Pero me gustaría saber más detalles sobre la torre y sus ocupantes, si es posible.