Partida Rol por web

Las mohosas paredes del gremio recordaban las batallas del pasado: victorias, derrotas, momentos alegres, momentos amargos... en definitiva, una experiencia vivida por muchos que ahora sufre una época oscura.

Hace casi una década, el antaño gremio conocido como "Los Olvidados" era una hermandad respetada que contaba con casi una treintena de efectivos de todas las razas y religiones. Vivían en armonía (con sus disputas, claro) pero con un fin común: cumplir cualquier encargo llevado a cabo por sus contratistas.

¿Y quiénes confiaban en Los Olvidados? No eran pocos: comerciantes, familias adineradas, políticos, organizaciones... ¿pero qué ha quedado de aquellos momentos de gloria?

Absolutamente nada.

Alleriah vivió una época dorada donde los gremios de aventureros encontraron su hueco como estilo de vida y forma de trabajo. Pero donde antaño tan solo había un puñado de gremios ahora se podían contar casi un centenar.

¿Cuál era el problema?

No había trabajo para todos.

Con el paso de los años, Los Olvidados fueron perdiendo influencia, fueron perdiendo contactos, fueron perdiendo la fe.

Actualmente tan solo quedaban tres miembros, un hombre y dos mujeres que habían decidido no abandonar cuando otros sí lo habían hecho. Bajo sus pies tan solo quedaba un suelo empobrecido y sobre sus cabezas alguna que otra gotera, pero la determinación por no romper aquello que tanto trabajo había costado mantener os hacía mantener la motivación...

Hasta que vuestros estómagos rugían incluso por la falta de alimento...

Hace más de un mes que no entran nuevos clientes. Los antiguos contactos se han esfumado. Mirabais la puerta desde vuestros asientos anhelando que alguien llamase pero tan solo el viento burlón hacía sonar la madera.

Ahora os encontrabais todos junto al fuego, sobre la mesa los pocos alimentos que os quedan de vuestro almacén.

Estáis debatiendo sobre qué rumbo tomar ahora. Solo quedáis tres pero os negáis a abandonar. Vuestro líder abandonó semanas atrás y no hay nadie al mando. Todas las miradas se centraban en Eärendil. Era de los miembros más veteranos y sus decisiones habían sido acertadas en el pasado ¿sería el candidato ideal en esta nueva etapa?

Soy una mujer tranquila y no me gusta meterme en líos ni la violencia, y desde que he entrado al gremio tengo la sensación de ser como la mediadora entre Ratko y Earëndil, es como si mi llegada aunque sea muy reciente, tras irse el resto de los anteriores integrantes, hubiera sido como eso que une dos partes de un engranaje para que funcione bien y hubiera llegado justo a tiempo para que no se acabara todo.

Mucho discute Ratko, que ya estaba cuando yo llegué, con Earendil sobre si continuar... o no y vicebersa, a lo que yo digo - sigamos adelante - tambien sobre que ha pasado para que acabemos asi, y buscando culpables y represalias... a lo que yo les transmito la calma y la paz, y les digo - ya no es tiempo de echarse culpas sino de buscar soluciones...

Cuando estoy, mi presencia parece que les da una tregua en su eterno debate, se apaciguan sus dos personalidades, tan distintos entre sí ambos... desde que yo ingresé parece que el gremio ha vuelto a la vida levemente o esa es mi impresión sin yo pretenderlo, por mi caracter pacifico y luchador y porque tengo mano izquierda.

Miro el fuego cuando suelta chispas por la madera que se va quemando, y sentada a la mesa decido tranquilizarles contando como llegue hasta aqui, el fuego me invita a contar una historia de mi vida que no conocen, me apoyo en la mesa de frente mientras a mi izquierda está sentado el misterioso Ratko y a mi derecha la veterana Earendil.

- Yo he ido vagando sin rumbo desde que mi reino fue aniquilado por las hordas de los guardianes de los secretos, seres demoníacos que sólo buscan matar sin piedad y arrasar con todo, sin dejar vida tras donde pasan ellos... perdi a mis seres queridos... y he ido dando tumbos hasta que os encontré... así que ahora no me vengais con problemitas... - les digo para que se calmen un poco y sean más positivos.

- ... Earendil tu eres la más veterana, ¿no? necesitamos un lider... bien podrias ser tu... qué opinas? tienes ese caracter que se requiere para serlo... yo no seria capaz... y tu Ratko?

Luego, al ver que parecen guardar silencio prosigo mientras me recojo en un moño mi pelo rubio platino - el que no lleguen nuevos contactos no es culpa de nadie Ratko... Earendil... a ti te conocen más aqui quiza debamos dar una nueva imagen a este nuestro gremio... y darle un nombre nuevo! fresco! con más gancho y ser optimistas que seguro que llegará una solución - miro la puerta y oigo el gemir del viento por una grieta pensando que es alguien pero no... a pesar de todo, no pierdo la esperanza, soy la que une ahora más que nunca... aunque sea la última en llegar y la más novata debo demostrarles que podemos volver a empezar.

- Qué os parece? decid algo... no os calleis... animaos!! - miro a uno y a otro esperando sus propuestas con una ligera sonrisa medio apoyada en la mesa junto a los últimos leños que quedan para nuestro fuego.

Si cerraba los ojos podía volver a ver los momentos de gloria: el choque de jarras llenas de cerveza al grito de júbilo, las continuas risas y murmullos del gremio repleto de mercenarios dispuestos a la nueva jornada que venía, además de tener tantos encargos que apenas daban abasto. Pero al abrirlos volvía a la realidad, una solitaria y oscura visión donde sólo quedaban mesas vacías y paredes mohosas.

Respiré hondo al saber que era prácticamente la única que había visto el gremio nacer y perecer en un simple pestañeo y todavía no me hacía a la idea de que todo se había acabado. Había llegado aquí siguiendo un camino de gotas de agua que marcaba mi destino, uno que nunca desconfié y no sería ahora el momento de hacerlo.

Me encontraba en mi lugar habitual, sentada en el suelo con las piernas en posición de loto frente al fuego y la palma de la mano derecha abierta, donde anteriormente había vertido sobre ella un pequeño reguero de agua fresca. Me gustaba ver cómo el acercamiento de ambos elementos y cómo respondían entre ellos, una representación bastante gráfica de todo lo que había vivido resumido.

Mantenía la calma, concentrada en que no se escaparan gotas entre mis dedos mientras escuchaba al resto de integrantes hablar sin responder apenas, analizando todas las opciones y buscando entre las álgidas llamas la respuesta que en ellos no encontraba. Levanté una ceja al escuchar la proposición de ser la líder, una idea que nunca se me había cruzado en mis sueños pero que pudiera ser el punto que necesitaba.

- Un nuevo nombre sólo resquebraja los recuerdos de toda una época.- Mientras mi zurda mantenía lo que quedaba de agua en la palma, la diestra se acercó al líquido con dos dedos, moviéndolos de manera circular para crear un remolino que el pequeño charco imitaba, elevándose hasta crear una pequeña figura humanoide que cabía en mi mano.- Nosotros somos Los Olvidados, un gremio que renacerá de sus cenizas y volverá a sus raíces.- Del cuerpo de la figura sobresalió un arma, asiéndola con fuerza y levantándola sobre su cabeza a modo victorioso, eso fue antes de volver a ser una esfera cristalina que sobrevolaba mis manos y bailaba entre mis dedos.- Ratko, Kislaya, ¿seguiríais a mi lado para retomar el rumbo de nuestro hogar? – Por primera vez me giré para mirarlos a ambos, inspirada en las palabras y el ánimo de la joven.

Cuando Eärendil comienza a hablar al fin con respecto a mis ideas parece que al fin sale el sol en mi corazon...una luz al final de un tunel... y a su ultima pregunta la respondo con paz y llena de una vision que sólo desde las grandes alturas se puede imaginar... - Pues claro que si...Eärendil!!! Tu me has infundido deseos de luchar por algo tienes mi espada para luchar contra el mal!!! - Miro mi extraña arma de plata y oro y otros imposibles materiales de encontrar...con ese elaborado mango y hoja con dibujos y filigranas bellisimas ...y luego miro a Ratko...- Ratko también me ha llenado de ganas de vivir bajo Los Nunca Olvidados... - Me gusta el nombre y se lo cambio sin darme cuenta...me sale del corazón y lo repito levantando mi jarra vacía con una sonrisa y gritando - recordad gentes de todos los confines de este mundo...que...

seremos mientras vivamos Los Nunca Olvidados - haciendo una rima.

El semidemonio jugueteaba con el borde de una jarra de vino con miel mientras observaba, retrepado en su asiento, primero a Kislaya y después a Eärendil. Mientras lo hacía dedicó una ligera sonrisa a la primera para después volver a su expresión neutra con la segunda. Adivinar los pensamientos de Ratko era complicado pues rara vez sus facciones expresaban algún tipo de sentimiento o emoción, era como si todo le resultase indiferente sin embargo siempre se podía encontrar alguna pista si se estaba atento a los detalles.

- Todas las cosas tienen solución... excepto la muerte, princesa- comenzó a decir el mago con suma tranquilidad, sin contagiarse del entusiasmo de Kislaya, a quien gustaba llamarla de aquella manera- y digo más... la muerte es sólo el principio- sonrió de manera enigmática con un brillo especial en sus dorados ojos, ambas sabían que la especialidad de aquel mago era la Nigromancia. Sus delgados dedos tomaron la copa y le dio un trago para después limpiarse la comisura de sus labios con el dedo pulgar y levantarse de su asiento mientras sostenía el recipiente de barro y con paso sosegado se aproximó a Kislaya, a quien dedicó un gesto con la copa como si brindara por ella- El entusiasmo es bueno... Nunca Olvidados- ladeó la cabeza sopesando su sonido, ni le disgustaba ni le atraía para terminar por encogerse de hombros- si a la princesa le gusta... - Finalmente permaneció cara a cara frente a Eärendil- Seguiré- dijo escuetamente elevando su copa y terminándola de un trago, tras beberla se hizo a un lado para apoyarse en el borde una mesa y añadió- ¿Ideas?

De repente, cuando los ánimos estaban empezando a subir, la puerta sonó.

En cuanto uno de ustedes abrió la puerta, un hombre de mediana edad y con ropajes lujosos entró en la sede de vuestro gremio.

Su entrada fue tranquila, pausada. Quería demostrar que no traía malas intenciones.

Un rápido vistazo determinaría que podría ser alguna clase de comerciante o noble; tan solo un hombre adinerado llevaría ropajes así.

- Muy buenos días - comentó de manera tan educada como sosegada.

- Intuyo que me encuentro en la sede de "Los Olvidados" ¿No es así? ya que tengo algo importante que deciros -

El hombre iba armado con una daga, completamente enfundada y alejada de su mano. No suponía una amenaza frente a tres aventureros.

- ¿Puedo sentarme? Me gustaría saber si todavía estáis en activo, ofreciendo vuestros servicios a los necesitados - hizo una leve pausa.

- Por cierto, mi nombre es Sir Roger -

No tardasteis en comentar sin sonar desesperados que aún aceptabais nuevos contratos, lo cual provocó en aquel hombre una sonrisa que reflejaba alivio.

En un rápido gesto carraspeó para aclarar su voz, parecía que se disponía a exponer lo que tenía que deciros.

- La verdad, esperaba un lugar mucho más... presenciable, pero si algo he aprendido en esta vida es que la apariencia no lo es todo, sino lo que hay dentro y permanece oculto - tras esa pequeña introducción fue al grano.

- Me gustaría contratar vuestros servicios, ¿el motivo? bastante sencillo: otros han fallado y sois mi única esperanza - aquello fue un golpe de realidad. No fuisteis la primera opción de Roger a la hora de buscar ayuda pero... ¿otros fracasaron en el encargo? ¿Tan difícil sería la tarea?

- Un ladrón ha entrado en mis aposentos y me ha robado dinero, joyas ¡todo de un valor incalculable! pero lo que más me ha dolido es que me hayan robado las escrituras de una propiedad que tengo en las afueras de la ciudad de Ardan. Dicho documento vale más que el resto de mis posesiones y necesito que sea devuelto a mi poder... y si el ladrón es castigado... mucho mejor - el hombre hizo una pausa.

- Si aceptáis, os proporcionaré toda la información que recopilaron los anteriores... mercenarios que contraté para que así no tengáis que empezar de cero. Lo que necesito es eficacia, no falsas promesas. Oí que antaño erais un gremio que cumplía con sus labores, espero que en la actualidad eso siga siendo así -

El hombre parecía que tenía prisa.

- Evidentemente os pagaré una vez completada la tarea, lo suficiente para que... bueno, podáis hacer algún cambio a estas instalaciones... ¿puedo contar con ustedes? -

Observo a Ratko que hace ese comentario que me deja pensativa y sonriente - una princesa... ya no lo soy, lo fui... - y me viene a la mente una imagen con mi hermano Azraya apoyando su mano en mi hombro como cuando eramos una familia...

Pero me entristezco desvaneciendose de pronto mi sonrisa - su parte demoniaca es lo que me tiene mas tranquila... porque conozco a los demonios he convivido con ellos... mi hermano de hecho era como el... pero eso ellos dos no lo saben, mi hermano era un nigromante pero murio... bajo su propia debilidad, una sucubo invocada por el mismo que le destruyo y que luego yo tuve que mandar de vuelta al inframundo... pero no pude recuperar a mi hermano... - echo un leño al fuego y este repiquetea y echa chispas... escucho lo que dice y pienso en esas ideas y me rio - jajaja Ratko ideas tenemos... lo que necesitamos es... - de repente suena un - pom pom pom - en la puerta... miro hacia ella pensando que es el gemir del aire y digo - el viento o mi Dios ha escuchado mis plegarias... - y me tapo precavidamente con mi capucha el rostro para que no me de el sol y me acerco veloz como el mismo viento como cuando levanto el vuelo y abro la puerta.

Miro al hombre de un vistazo que va elegantemente vestido, escondida tras la puerta por temor al sol - parece tener dinero, un cliente! - de unos 50 años, mucho mas mayor que yo, que tengo 22 años.

- Buenos dias son sin duda - le digo sin parecer demasiado entusiasmada de ver un cliente pero con una sonrisa que me caracteriza, yo siempre transmito alegria, buen rollo y paz.

Hago una ligera y gracil reverencia que se que hay que hacer con los nobles pues los conozco, soy una princesa... y el protocolo de la corte me lo se al dedillo y a este le he calado nada mas verle que es un noble - Señor... ahora ya nos hacemos llamar los "Los Nunca Olvidados" -

- Pero por favor, pase y sientese - le digo amablemente, le invito a pasar a sentarse, cierro la puerta y le pongo la silla mas comoda, la unica que tiene brazos para ponerse mas comodo, y aun no esta rota - por supuesto, nosotros siempre estamos activos y dispuestos para ayudar a la gente buena que necesita de nuestra ayuda, que le trae por aqui? - hago una sonrisa y me muevo con una elegancia y hablo con una educacion que afloran sin querer que soy de noble cuna, sin duda, mientras me bajo de nuevo la capucha y le escucho con interes.

-Encantada Sir Roger, yo me llamo... Kislaya... - me presento esperando a ver que es lo que quiere intrigada... y me siento frente a el, en el mismo sitio que antes estaba sentada con la chimenea a mi izquierda, sintiendo el calor que emana el fuego.

Ignoro lo de que somos su última opción... pero una ligera sombra de tristeza nubla mi mirada hasta que dice que fracasaron en el encargo, entonces, se me iluminan los ojos de nuevo y sonrio y le interrumpo sosegada, no impetuosa sino calmada y mostrando seguridad aunque por dentro estoy preocupada pensando que fuimos su ultima opcion - no fue Sir Roger al gremio adecuado, primero tenia que haber venido aqui... nosotros solucionaremos su problema, cuente... cuente...

Tras escuchar su situacion, y el encargo que nos ofrece, me quedo pensativa y miro a Ratko que esta junto a Eärendil y principalmente a Eärendil... y al ver que callan mirando con indiferencia al hombre, tomo las riendas con energia y soltura como si fuera la lider del grupo sin darme cuenta de que es Eärendil... la veterana y sin preguntarles digo mirando al noble -

- Por supuesto que si caballero, nosotros le ayudaremos, encontraremos al ladrón y las escrituras de su propiedad... nos ayudaria muchisimo que nos aporte toda la informacion que sepa... que tenga ya que cualquier detalle por pequeño que sea puede ser crucial en nuestra investigacion.

Ante la afirmación de los dos únicos miembros del gremio no pude evitar sonreír con dulzura aunque solo durara unas milésimas de segundo, teniendo una ínfima esperanza de recuperar todo lo que el tiempo había arrasado, empezar desde cero con más fuerza.

Seguía con la esfera acuática entre mis dedos, cada vez más pequeña por la cercanía a la chimenea, hasta que sólo eran unas gotas de agua evaporada que descendían por mi mano, dejándolas de nuevo en el regazo. En esos momentos, como si de un milagro se tratara, la puerta sonó para inaugurar la nueva apertura del gremio, levantándome de manera ágil a medida que Sir Roger entraba en el local.

Mis años de experiencia siendo mercenaria me hicieron adquirir ciertas manías que a día de hoy no podía evitar.

Lo primero fue echar un rápido vistazo de arriba abajo a la persona que tenía enfrente, comprobando si realmente iban a ofrecernos un trabajo remunerado o sólo era una broma de mal gusto. Por sus ropas caras podía intuir que era un noble, tal vez alguien ducho en el comercio, por lo que podría permitirse nuestros servicios.

Lo segundo era buscar armas visibles. En más de una ocasión alguien disfrazado guardaba un cuchillo oculto dispuesto a matar a uno de los miembros, visualizando una daga enfundada que parecía no querer usar. Igualmente nunca debía ser demasiado confiada.

Lo último fue sus palabras, la expresión con la que nos hablaba o el mensaje así. Ser su última opción, un descenso de confianza que, aunque ya me lo imaginaba tras tanto decrecimiento de trabajo y abandono de miembros, no esperaba que llegara a este punto. Aunque estuviéramos desesperados no debíamos mostrarlo cara al público, algo que la actitud y el exceso de palabra de Kislaya pareció demostrar. Nunca enseñes tus puntos débiles.

Apoyé una mano en el hombro de la princesa, tanto para animarla a frenar como para coger el relevo, mirando de soslayo a Ratko antes de dirigirme directamente a Sir Roger.

- Somos un importante gremio solicitado por nuestra eficacia y el grado de éxito asegurado, por ello nuestros servicios no son baratos.- En cierto grado no mentía, rememorando la época dorada del gremio que ahora quedaba demasiado lejos.- Le ayudaremos encantados poniendo a su disposición los mejores en su campo.- Miró primero a Kislaya y luego a Ratko.- Pero el pago se hará en dos partes igualitarias. La primera ahora y la segunda al terminar el encargo.- Tendió la mano en dirección al noble, dispuesta a cerrar el trato.

Y como si hubiera sido una señal de los dioses alguien entró en la sede de los Olvidados cuando estos más lo necesitaban, Ratko miró al desconocido con su habitual ausencia de sentimientos, examinando sus gestos, su mirada, sus ropa y... sus armas. En varias ocasiones se cruzó con la mirada de Eärendil, le gustó que la mujer del agua fuese tan cauta como él, los desconocidos eran desconocidos, siendo la presunción de inocencia una licencia que ninguno de los presentes podía permitirse, por muy desesperados que estos estuviesen.

A medida que iba hablando el tal Sir Roger, fue atando cabos... los querían porque ninguna de las otras opciones habían tenido éxito, en otro tipo de situación, Ratko habría respondido con algún improperio o quizás un deje de ironía, no le gustaba ser segundo plato... nunca le había gustado. Pero si espantaba al "cliente" perderían la oportunidad que estaban buscando.

El demonio, miró a la princesa unos segundos, algo incómodo por la extrema confianza de la dama, entendía que el hombre había llegado en el momento preciso pero debían guardar calma y había muchas cosas que saber antes de tirarse de cabeza, de manera que trató de calmarla situándose a su lado y posándole con suavidad una mano sobre su hombro, sin decir nada, entonces buscó con la mirada a Eärendil y tras sostenerle la mirada asintió con la cabeza cuando esta propuso la forma de pago.

Roger asintió a vuestras palabras.

- Veréis, las investigaciones de los otros grupos apuntan a que el rastro del ladrón o ladrones recae en este punto - señaló una recóndita ubicación donde ninguna ciudad aparece anotada.

- Al parecer en ese lugar se encuentra una pequeña aldea, "Villa Risueña". Todo apuntaba a que si existía un escondite o refugio debía ser allí, pero nadie encontró nada - Roger apretó el puño, parecía enfurecido.

- Me niego a creer que eso es así, necesito que encontréis esa aldea y la pongáis patas arriba si es necesario para encontrar lo que me pertenece - se separó un poco de la mesa y tomó aire.

- ¿Creéis que podéis partir lo antes posible? - parecía que aquel hombre esperaba una rápida actuación por vuestra parte.

- Me conformaré con que recuperéis las escrituras que están a mi nombre, me dan igual las joyas o el oro si al menos recupero ese papel – enrolló el mapa y se preparó para partir.

- Ahora me marcharé, tengo a mi criado esperando desde hace bastante tiempo. Cuando encontréis lo que es mío buscadme en la ciudad de Ardan, yo poco más os puedo decir - os dejó unas indicaciones para que supierais donde encontrarle una vez terminada la misión.

- Buena suerte, algo me dice que en ustedes encontraré la luz de esperanza que casi había perdido ya. La recompensa estará a la altura de las expectativas - sonrió y se dirigió a la puerta de salida.

Aunque quería sonreír y celebrar de manera breve que hubiera aceptado a la petición de adelantar parte del pago, contuve mis ganas con un simple asentimiento mientras me cruzaba de brazos, apoyándome ligeramente en la mesa para escucharle y observar mejor lo que tenía que enseñarles.

Miré el mapa, centrándome en el punto que señalaba y donde debía estar el refugio de “Villa Risueña”, ¿realmente no habían encontrado nada porque estaba bien escondida? ¿El resto de gremios eran incompetentes? ¿Existía acaso o, por el contrario, era una trampa del noble? Había visto demasiadas cosas como para dar por sentado una de ellas, esperando que el resto del grupo fueran igual de cautos.

- Partiremos lo antes posible.- Acompañé a Sir Roger a la puerta, no por amabilidad de abrirle la puerta sino porque quería ver con mis propios ojos si realmente había un criado esperando, y qué tipo de montura o carruaje llevaba.- Tendrá noticias nuestras.- Cerré la puerta cuando cruzó, quedándome unos segundos apoyada en la madera para escuchar los pasos alejarse, asegurándome que no podría oírnos.- ¿Creéis que es una trampa?

Cuando noté la mano de nuestro líder en mi hombro, me callé esperando a ver cuál era su opinión al respecto, y me dió una sensación muy extraña como si yo hablara mucho cuando yo ya sabia que era lo que se cocía en el asunto - ¿me toma por una joven inexperta o qué? vale que soy la más joven pero...en fin... - pensé ofendida pero no mostré ninguna expresión de crispación y cuando me miró un instante Ratko y también posó su mano en mi otro hombro, entonces, aún me sentí peor ya mi cara era como una máscara sin expresión.

Ellos no me conocían ofendida mientras pensaba - maldita sea!!!!!!!!!!!!!!!! dejar de poner la mano en mi hombrooooo, me voy a levantar y me voy fuera como alguien más me ponga la mano en miiiii - sólo me veían alegre, siempre con una sonrisa, recordaba las palabras de mi padre el rey como con eco - aunque por dentro te moleste algo sonríe hija mía, buscan tu punto débil...sé fuerte!! siempre!! - así que no sabían cuando me molestaba algo pero bueno yo era una recién llegada al gremio y tampoco conocía con todo detalle lo que había sucedido para acabar así, así que mantuve mi postura como si fuera una muñeca sin expresión.

De repente, al escuchar que daba su aceptación y hablaba de pago, me sentí mejor, le devolví la mirada a Eärendil con un brillo de satisfacción por mi porque yo había conseguido dar una nueva perspectiva al asunto y había abierto la puerta la primera - yo!!! he sido yooo... de nada de naaaadaaa eh??? - pensaba para mis adentros gritándome de alegría en mi mente sin expresar nada, yo como si nada.

En cuanto al pago estaba pensando en pedir un adelanto, justo mi pensamiento iba a la par de lo que ella iba diciéndole a Sir Roger, estaba empezando a emocionarme de nuestra buena suerte, y sonreí ligeramente cuando le agarro la mano que le tendía Eärendil para cerrar el trato. 

Entonces, nuestro primer cliente señaló el mapa y yo aproveché a levantarme incomoda de tanta mano manteniendo la distancia con Ratko y Eärendil, y como con frío cogí una manta y me cubrí con ella y me apoye sexy en la mesa para mirar el punto que señalaba el lugar - Villa Risueña - pensé que era la guarida de los bandidos, iba a decirle que si no han encontrado nada allí porque se empeñaba tanto pero al dar el puñetazo en la mesa... ni intenté decir algo.

Me quedé con cara expectante mirando desde el otro lado de la mesa donde estaban mis dos nuevos compañeros a los que no conocía mucho, tanto como ellos a mi, o sea, bien poco y percibí su medio atisbo de alegria en sus ojos a Eärendil. Una vez cerró la puerta me rodeé a mi misma con los brazos y quise decir algo al fin con libertad pero mi silencio reinaba en el lugar y mis pensamientos casi parecían oirse - pero que desconfianza, una cosa es ser cauta y otra eso... apoyada mirando a ver si de verdad era quien decia, yo no lo dude... y yo paso de ser asi, no todo es malo, yo sabia que este hombre iba de frente y sin trampa ni cartón... los nobles eran mi especialidad... he estado rodeada de ellos muchos años de mi vida, y ahora huérfana y una reina ya... no una princesa!! Ratko! no una princesa... pero por el Dios del viento cómo no iba a saberlo!! por qué no han confiado en mí ! no me conocen...será eso...  

Esta vez fui yo la que me senté frente a la hoguera consumiéndome en mis propios pensamientos, el dia era soleado, llegaba un cliente sin trampas y todo era perfecto para un buen comienzo, entonces, desde el suelo frente al fuego, miré de reojo a la lider unos segundos apoyada en la pared escuchando y diciendo que si era una trampa. Yo no respondí nada... Miré las llamas abrazarse cómo cuando yo me abrazo con el viento en mi vuelo libre y sin miedo...

Sólo cuando Sir Roger se hubo marchado el demonio volvió a hablar respondiendo a la pregunta Eärendil.

- Una trampa... no creo, necesita nuestros servicios y nosotros su dinero. Me intrigan varias cosas de este asunto...- se encogió de hombros- pero lo mejor es no hacer preguntas. Debemos prepararnos... llevar lo imprescindible y revisar bien el terreno por el que nos vamos a mover- comentó estudiando el mapa con detenimiento-... las rutas... los obstáculos del camino...- la mente de Ratko ya estaba trabajando en busca de las mejores opciones.

Al rato de tratar de calmarme junto al fuego... me levanté del suelo sin decir nada, cogí un trozo de pergamino viejo y medio roto pero suficiente que encontré tirado por algún lado del comedor y una pluma usada y vieja con tintero con un poco de tinta y me senté en la silla a la mesa, donde más cerca estuviera del mapa nuestro, un mapa del gremio donde había muchos lugares señalizados de otros trabajos y aventuras.

Comencé a escribir y decir en alto lo que anotaba a medida que lo iba escribiendo a modo de lista - agua... raciones de comida... nuestro mapa... una tea... yesca y pedernal... armas... una cuerda... - me quedo pensativa en busca de otras cosas y vuelvo a escribir - cataplasmas por si nos herimos... - mirando mi tosco trozo de pergamino - estaría bien llevar monedas por si necesitamos comprar comida o algo que pudieramos necesitar... - miro el mapa nuestro, colocando Villa Risueña en él - a qué distancia estaremos de Villa Risueña? me pregunto... para saber cuantas raciones llevar... y no olvidemos nuestros petates para dormir... 

Dejo la pluma en el tintero y me voy a mi lecho, un viejo camastro en el mismo comedor, cojo el petate debajo de la cama, es el que traje yo cuando llegué al gremio, y busco el resto de cosas de la lista...

JORNADA DE VIAJE

SEDE DE LOS NUNCA OLVIDADOS -> VILLA RISUEÑA