Partida Rol por web

—Otro año, otra gran final por la Copa Natilla. Tras la Temporada 2021 de la Liga Umbriana, 8 equipos llegaron a los dulces PlayOffs eliminatorios para disputarse el codiciado honor de alzarse con la Copa más dulce de todas. Finalmente, tras aniquilar la competencia, sólo dos equipos quedaban en pie, frente a frente y con hueco para el postre. Por un lado, Los Heraldos de la Muerte del entrenador Daegon. Por el otro, los vampiros de Ibergore del entrenador Bronkachuzo. Ambos entrenadores provenían del mismo pozo de escoria, la Conferencia Autorol, y ambos han demostrado con creces ser unos titanes de este deporte. Pero sólo uno podía ser EL MEJOR.

—Para quien quiera verla, aquí tenéis la emisión de esta gran final, retransmitida en directo a través del canal oficial de Umbría por un equipo de 3 profesionales (en retransmitir, llorar y protestar, respectivamente): lawyer, Deathstalker y Tortugokamikaze.

—O podéis ver un resumen mucho más comprimido que nos ofrece el amigo lawyer.

—Fue un partido donde la tensión se palpaba sin dificultad. Los Heraldos de la Muerte tomaron la delantera con un TD pasada la mitad del primer tiempo y además habían ido trabajándole los higadillos a los siervos de los vampiros, minando poco a sus números. Por suerte para Ibergore tenían banquillo de sobras, y cuando uno de los jugadores estrella vampiro sufrió una lesión, tuvo a mano la sangre de un amable apotecario que lo dejó como nuevo. Ibergore ejerció presión, obligando a su rival a gastar el mago que habían contratado para evitar un TD que al final ocurrió igualmente, terminando la primera parte con un 1-1. En la segunda parte, Ibergore logró un rápido segundo TD mientras Los Heraldos seguían lijando la alineación contraria, pero no lo suficiente. Finalmente Ibergore aseguró un definitorio tercer TD a escasos dos turnos del pitido final. 3-1 a favor de Ibergore, que se convirtieron así en los nuevos campeones absolutos de la Copa Natilla. ¡Enhorabuena Bronkachuzo! Recuerda que no es realmente comestible.

Muchas gracias a todos por vuestra participación otro año más en la Liga Umbriana, que pretendemos que sea longeva. Nos vemos en la Temporada 2022, esgarramantas.

- Comienza la entrevista al nuevo entrenador del equipo "Namekianos" C.Heeger.

- Buenas noches señor, aquí Griznalz del Goblin Tardío. Debo admitir que nos ha sorprendido su fichaje por un equipo orco, ¿algo que decir al respecto?

- ¡Si, por su puesto! ¡Me encantan los orcos, de hecho mi abuela era un orco!

El capataz del lanzapiedroz asiente mientras se cruza de brazos y los goblinoides operarios obedientemente añaden un par de vueltas extras al tensor para evitar "accidentes".

- Ronald Sansovino, de la Gaceta del Imperio. ¿De quién fue la idea de un nombre tan inusual para el equipo?

- Es cosa de nuestros patrocinadores, creen que así despistarán a nuestros adversarios. Además han convencido a todos nuestros jugadores de cambiar sus nombres para que encajen con la temática y así tenemos entrenosotros al "Gran Patriarca" Moquete, a "Piccolo" Grazkul, su hermano pequeño "Piccolo Jr" Grizkul o a "Nail" Sorruk. Lamentablemente desconozco si hay alguna prima de por medio.

- ¡Yo! Manuel Chingote abogado de Cocina de Altura. Aquí le hago presente de la denuncia por el guiso de saurio.

- Si, claro, ¿gracias?.

- Olaf de "El Viento del Norte". Tenemos entendido que los comisarios le han obligado a jugar en la liga Ferrari en lugar de la Autorol, ¿está satisfecho con esta elección?

- No nos vamos a engañar, con la Natilla ganaremos todos.

- Señor Heeger, Eduardo Aguerriche en directo para "Golpeadores". ¿Qué opina de que varios equipos de esta liga estén sorteando a sus entrenadores?

- Bueno, debo admitir que hay entrenadores y "entrenadores", así como equipos y "equipos", sin embargo no dudo de que la Liga saldrá ganando sin importar los resultados de dicho juego de azar. Además no tengo noticias de que snotlings y demonios hayan conseguido un patrocinador este año, por lo que todos podremos respirar tranquilos y disfrutar de encuentros emocionantes.

- Ultima pregunta.

- Manuel Carroña, también en directo para el "Palo". Ha salido muy favorecido en su foto del carné de entrenador, ¿también ha sido cosa de sus patrocinadores?

- Obviamente, solo espero que los ogros de seguridad no me prohíban entrar al estadio en alguna ocasión.

- Y con esto termina la entrevista al entrenador del equipo "Namekianos". Muchas gracias por su asistencia.

CAPITULO 1: Un nuevo entrenador

Se podía sentir la emoción en El Prau. El equipo local, compuesto por las más gafes e inútiles amazonas de todos los tiempos, esperaba a su nuevo entrenador. Aquel que, creían, sería quien alejase la mala suerte de ellas y pueda convertirlas en algo más que el sparring de otros equipos. Incluso el nombre de su equipo era una burla a su falta de habilidades y talento. Había también mofas respecto a su logotipo, diseñado por la receptora y que representaba una poderosa amazona cazando un cocodrilo. Muchos señalaban que ellas no eran la amazona sino el cocodrilo atravesado. Pero ahora había lugar para la esperanza... un entrenador, o mejor dicho, una entrenadora, que en su primer torneo había entrenado ni más ni menos que a halflings ¡Y no habían quedado últimos! ¡Incluso habían matado a un jugador de nurgle! Y más aún... ¡Habían conseguido marcar con un árbol! ¿Cómo era posible? Si los árboles no se mueven... Estaba claro, que había esperanzas.

Sin embargo, la emoción pronto se convirtió en tensión. La entrenadora Rahel no era precisamente lo que habían pensado. Con cara de malas pulgas, un café en una mano y la mochila sobre un hombro apareció en escena lanzándolas una mirada de odio.

—Esto me pasa por dejarlo a la suerte... es peor que un "no hay huevos, joder"— gruñó dejando caer con desgana la mochila —Que pereza, por favor... que pereza

Las jugadoras tragaron saliva. Seguramente hubiese pinchado una rueda o se hubiese dado un golpe en el dedo al levantarse. No podía ser que esa mala uva fuese por ellas. Vale, tenían mala fama, pero eran mejor que los halfos. Atónitas, vieron como la entrenadora por la que habían rezado comenzaba a sacaba un cuaderno de la mochila y comenzaba a apuntar cosas. Por primera vez, se fijaron que tenía chapas, algunas de ellas que dejaban bien clara su postura. "Putos enanos", "Abajo las Amazonas", "Orgullo Halfo" o "It's Bocata's Time", esta última decorada con un miembro de los magikarpos y la entrenadora comiendo unos bocadillos gigante. Estaba claro que adoraba a su anterior equipo. Y que odiaba al que le tocaba entrenar.

—¿Has visto que cara de amargada tiene esta?— musitó riendo por lo bajo una de las amazonas, que tenía la cara pintada,  —Anda que... La que nos ha caído. 

—¿Qué pasa, Tudanca? Di eso que te hace tanta gracia en alto, y nos reímos todos.

La voz seca  de la entrenadora paró las risitas y las dos amazonas miraron al frente, algo asustadas.

— No me llamo Tudanca, me llamo On...

—A partir de ahora te llamas Tudanca, Y tú, Nabo, deja de reírte— La tensión podía cortarse. Aquella entrenadora de la que los halflings hablaban tan bien parecía mosqueada—. Ahora dime, Tudanca, ¿Qué era eso que te hacía tanta gracia

—Yo...

—Yo...yo...— repitió la entrenadora mofándose— ¡Habla!

—Decía... que sí había conseguido que unos inútiles como los halfos quedasen tan bien en la liga nosotras...

Tudanca calló. Había intentado librarse con una mentira, pero parecía que aquel pequeño invento, destinado a no cabrear a su nueva entrenadora, había conseguido el efecto contrario

—¡INUTILES SOIS VOSOTRAS! ¡OJALÁ ESTUVIESE CON LOS HALFLINGS. AL MENOS ELLOS SABÍAN COCINAR. ADEMÁS, ¡VOSOTRAS NO TENÉIS DERECHO A LLAMARLOS HALFOS!

De pronto, todo el equipo se había quedado tieso, firme y mirando al frente. La entrenadora comenzó a pasar delante de ellas, hablando con un tono despectivo.

—Os creéis unas privilegiadas. No sois especialmente lentas, esquiváis, casi la mitad de vosotras tenéis block y os creéis tan invulnerables, tan difíciles de tirar que vais tan de chulas por la vida y ya no es que no llevéis protección. Es que vais medio en pelotas...¡Os voy a poner a entrenar en la nieve, ya que vais tan de guays!

— Entrenadora, nos pondremos la armadura que qu...

—¿Te he dado permiso para hablar, Mazorca? No, ¿verdad? Pues te callas. Y nada de armadura. Haberlo pensado antes. Estáis muy acostumbradas a que os den todo hecho. A partir de ahora, vais a conocer a lo que es morder hierba

—En realidad, eso ya lo sabemos bastante bien, por eso la contrat...

—¿Qué pasa? ¿Te gusta comer la hierba como una oveja? ¿Y qué eres? ¿Churra o Merina? Da igual. Me han hablado de vosotras, de vuestros fallos, de vuestra inutilidad. Pero si pensáis por un segundo que eso va a cambiar... no os equivocáis. Va a ir a peor.

—Pero... si llevó a los half...lings a varias victorias

—Ellos me caían bien. Y todo el mundo sabe que tienen buena suerte. Así era fácil entrenarlos.— La entrenadora bebió todo el muy humeante café de un trago, sin mostrar molestias por algo que hubiese quemado la garganta de un dragón y o tiró contra una de las jugadoras— Enteraos muchachillas, yo atraigo los unos. Atraigo las calaveras, y como no os calléis y os pongáis las pilas pronto la calavera que tendré será alguna de las vuestras que un maldito elfo escuálido o una frágil rata corredora rompan de una patada.  No me gustáis y yo os voy a gustar aún menos, pero si me hacéis caso, "quizás" sobreviváis. Nos ha tocado juntas, así que lo llevaremos lo mejor que podamos.

La entrenadora guardó de nuevo el cuaderno, pero antes de que lo hiciese, les dio tiempo a ver que lo que había apuntado eran los motes que les había puesto a todas en aquel rato. La cosa no pintaba bien. De nuevo con la mochila al hombro, la entrenadora miró al suelo, donde había tirado el vaso de café.

—Recoge eso, Mazorca— ordenó a una línea de pelo rubio y puntiagudo— Quiero el campo limpio.

Dicho esto, la entrenadora se fue del campo, dejando al equipo confuso, deprimido y, ¿por qué negarlo? acojonado.

¡¡¡Comienza la Liga!!!

¡Aquí Eduardo Aguerriche retransmiendo las últimas novedades de la conferencia Ferrari!

¡Por lo visto hay un entrenador que se niega a elegir equipo hasta que se cumplan sus exigencias!

Hasta ahora ha pedido un paquete de 6 botellines de cerveza, unas patatas fritas, una bolsa de cacahuete, algunas olivas, la presencia de la nueva entrenadora de las Amazonas y un cura. ¡Disculpen! Un cura no, pero si alguien con FE.

Nuevamente les pedimos perdón pero son noticias que nos están llegando en riguroso directo y aún no son de todo fiables.

¡Nos comunican que acabamos de recibir imágenes del entrenador rebelde!

Les seguiremos informando según tengamos más noticias al respecto y queremos recordar que cualquier tipo de violencia verbal contra el sujeto quedará protegida por los derechos de todo espectador de Blood Bowl a decir lo que le salga del **** y hacerle el mismo caso por parte de los comisarios.

Cita:

Cita:

En un oscuro despacho en lo más profundo de la fábrica de Mañocaos, el CEO de la empresa, Tortugo K. Amikaze, firma unos documentos mientras atiende una llamada bola-de-cristalfónica con una voz lenta y ronca.

—Si, si, ya lo sé. Me cago en la normativa de los cojones. Pagué buen dinero para recuperar a los integrantes de Mañocaos Fresquito y formar Mañocaos Original, y ahora ni siquiera puedo utilizarlos en la nueva Liga, es que me cago en la puta de oros. Los tengo descargando cajas en el almacén. No, no sé aún qué voy a hacer. A alguien tendré que contratar. Va, ya iremos hablando, besis de fresi.

En la puerta del despacho se oyen unos golpes tímidos.

—¡Adelante!

Entra a la habitación un joven humano mutante con tentáculos en la cara. Parece que es el último sitio en el que le gustaría estar ahora mismo. Cuando un enorme doberman negro azabache se levanta gruñendo desde debajo de la mesa del despacho, parece que el joven está a punto de mearse encima.

—Acechador, quieto... —dice, haciendo que el perro vuelva a tumbarse— ¿Qué pasa Darius? ¿Por qué leches me molestas si sabes que tengo un montón de papeleo pendiente?

—Eeehh... esto... a ver cómo se lo digo, señor... ¿la nueva remesa?

—¿Qué pasa con la nueva remesa? Si han llegado ya los carromatos, pues que se esperen, coño. No tenemos que entregar el lote hasta mañana.

—Es que... hay un ligero problemilla con la nueva remesa... bueno... igual no es tan ligero.

El viejo Tortugo suspira profundamente, llevándose las garras a las sienes y frotándolas, descolocando un poco el parche de su ojo derecho.

—Dímelo de una puta vez... que te andes con rodeos no va a hacer que te estampe contra la pared con menos fuerza, ¿sabes? ¿Qué le pasa a la puta remesa? ¿No puede salir ninguna bien O QUÉ HOSTIAS PASA EN ESTA MIERDA DE CIUDAD!? —grita, agarrando una botella de cerveza medio llena y lanzándola con fuerza contra una de las paredes, haciendo que estalle en mil pedazos y chorreando todo el parquet.

—Eh... el sabor... el sabor está mal. No sabe como debe, los análisis indican que todo lo demás es como siempre, dentro de nuestros generosos márgenes de error, pero el sabor es muy distinto... _{por favor no me mate...}

—¿Huh? —el sabor es el último problema que el mandamás se había imaginado. Desde luego era algo mucho más fácil de solucionar que todo aquel incidente del Mañocaos revenido— ¿No sabe a chocolate? ¿Y a qué sabe entonces? —pregunta con genuina curiosidad, su enfado remitiendo un poco.

—Ah... bueno... es que... no nos ponemos muy de acuerdo p-pero sabe como a... ¿lagarto?

—¿A LAGARTO? ¿Te has estado esnifando las muestras que te da la empresa o qué, muchacho?

—S-se lo juro señor... el sabor me recordó al instante a aquella vez que usted me hizo lamerle la suela de los pies... —dice el joven inclinándose en una reverencia.

—¿Sí o qué? —pregunta de nuevo el empresario, mesándose la barbilla, mientras los engranajes de su cerebro empiezan a maquinar una novedosa idea— Ja... sí... jajajaja... Eso desde luego podría funcionar. ¡JAJAJA! ¡MUAHAHAHAHAHAHA!

—¿Señor? —pregunta el joven, preocupado por la reacción de su jefe.

—Jajajaja... gracias Darius. Apartad esa remesa inmediatamente. Dile a Dibujín que se reúna conmigo dentro de una hora, vamos a necesitar un nuevo logo. Ahora déjame, tengo que hacer una llamada urgente.

El muchacho se inclina de nuevo y sale corriendo del despacho, agradecido de conservar la vida tras la que parecía una noticia funesta. Tortugo enciende de nuevo la bola de cristal y hace una nueva llamada.

—¿Coates? Necesito que me busques a unos saurios... sí, que sepan jugar, claro...

En la redacción el ruido era ensordecedor. La temporada 2022 estaba a punto de comenzar y en Coates T.V. el ritmo de trabajo era frenético.

El reportero en jefe y dueño, Mr. Coates había firmado recientemente los derechos de emisión de un equipo de Nurgle para un interesante proyecto nunca antes visto. Un documental titulado "Todo o nada" donde se seguiría una temporada completa de un equipo. Sin duda eso agradaría a los fans y, sobre todo, aumentaría el volumen de facturación de la publicidad en el canal.

Por supuesto, también se había hecho con los derechos de retransmisión de la Liga Umbriana... El canal aún era joven pero... poco a poco iba ganando su audiencia.

Sin duda, la familia Coates tenía visión de negocio. Hace año, cuando la gente sólo sabía consumir Bloodweiser, su familia apostó por cierto tónico revitalizante, ideal para realizar la digestión y según dicen, con cierto toque afrodisiaco que poco a poco se está haciendo con el mercado, llegando a  competir en algunas regiones del antiguo y nuevo mundo, con la propia marca de cerveza.

El siguiente paso en el negocio familiar era, por supuesto, hacer la competencia a Cabal TV y en ello estaban...

Adela, la Secretaria personal de Coates abrió la puerta del despacho:

- Mr. Coates, Tortugo K. Amikaze le llama por la bola.

Coates dejó los papeles que estaba revisando e hizo un gesto a su secretaría para que le dejase solo.

Por sus auriculares una voz familiar:

- ¿Coates? Necesito que me busques a unos saurios... sí, que sepan jugar, claro...

Un sonrisa se dibujó en la cara de Coates.

- Vaya vaya Tortugo... ¿Como te va la vida? He oído que tu empresa quería patrocinar un equipo en la Liga Umbriana... y veo que los rumores son ciertos.... No te preocupes, déjame que haga un par de llamadas seguro que mis amigo de Kroxtxi TV, Coh-doh y Poh-Doh pueden darme algunos buenos nombres aunque supongo que te hará falta algún que otro eslizón competente y un Kroxigor... Dame un par de días, ¿ok? Por supuesto, suponego que estarás dispuesto a firmar un contrato de publicidad con la Cadena... Sí, sí.. seguramente retransmitiremos en el partido de los lunes a tu nuevo equipo... faltaría más... Pero el contrato de publicidad lo tienes que firmar sí o sí... que te voy a buscar lo mejor de Lustria...

Coates colgó y movió ciertos hilos... En Lustria si alguien sabía de Blood Bowl... eran Coh-Doh y Poh-Doh comentaristas de Kroxtxi TV y que durante más de 8 años habían tenido en antena su programa "100 bajas".

No tardó mas de un día en tener unos nombres que dar a Tortugo..

- Muy buenas amigo... tranquilo, no te preocupes, ya me ha llegado firmado tu contrato publicitario, la cantidad me parece más que aceptable, sin duda los negocios te van bien. Sí, sí, eso está atado, tranquilo... Te llamo por otra cosa... tengo varios nombres que te pueden interesar... Me han dado muy buenas referencias de un eslizón: Turex-Ga, por lo visto ha sido el jugador que más yardas ha recorrido en un torneo local de las Charcas esmeralda. No lo conoce mucha gente en las grandes ligas pero creo que te puede dar muy buen resultado... Tengo un saurio, un tal Xuputtin, 3 veces campeón del trofeo "Rompehuesos" en el torneo "Costa Vampiro"... Dicen de él que fue capaz de noquear a una bestia de Nurgle mientras dos pútridos se colgaban de sus hombros... Parece una bestia parda... Luego tengo otro eslizón... Oachtlo'el... Este es curioso... parece que tiene el record de faltas realizadas en la liga de "Costa Dragón" pero... nunca ha sido expulsado y en dos de cada 5 partidos marca Touchdown... Y  por último de la Copa "Estanques Sagrados" me han recomendado a un Kroxigor... se llama Crar-Qrukil pero por lo visto le llaman "El Listo" parece que está más allá de la media... ya sabes que esta especie se suele quedar alelada cuando más los necesitas... Dicen que este no...

Una risa se escuchó al otro lado de la comunicación, Tortugo parecía satisfecho...

- Sí, no te preocupes, ya les he mandado una invitación para tu Campus de Jovenes Estrellas Mañocaos...

Después Coates realizó una pausa...

- No obstante, tenemos un problema... aún te faltan jugadores... Creo que deberías diseñar una estrategia... Debes retrasar el comienzo de la Liga Umbriana... Si no lo haces... no creo que puedas tener el equipo completo para dentro de 6 días...

Cita:

- Comentarios atribuidos al entrenador de los Namekianos tras su primer partido tras la conferencia Ferrari -

El postpartido fue duro. Normalmente a los jugadores, cuando hacían un mal partido, se les castigaba obligándoles a ducharse con agua fría. Pero la entrenadora de las amazonas no era de esa escuela. Ella no les dejó ducharse en absoluto. Según ella si eran una granja merecían oler a granja, a granja de abono. No fue hasta el día siguiente cuando el equipo, desanimado, se reunió. Su entrenadora, como de costumbre, llegaba tarde.

Despacio, comenzaron a sentarse en la mesa de madera y sacaron unas latas de orcola que habían dejado para ellas. La conversación, poco a poco, se fue dirigiendo hacia el partido y hacia la silla vacía. Nabo había tenido una horrible caída y se había lesionado la cadera. No era grave, pero se perdería el siguiente partido.

—¡Nabo está herida! ¿Visteis lo que hizo cuando la sacaron del campo?— Cebada miró a sus compañeras— ¡Sonrió! Ella sonrió. Fue solo un segundo, pero estoy convencida de ello.

—Eso no lo sé, pero lo que sé es que no se ha preocupado de ella. Ni siquiera sacó al apotecario

—Quizás sea lo mejor

Monchina posó el vaso sobre la mesa. Parecía preocupada. La blitzer miró al resto del equipo antes de suspirar, dar un trago y hacer un gesto de asco. No era Orcola. Era Orcola Zero. Y no "zero" por ser sin azucar. Era Zero porque había pasado cero controles sanitarios y sabía fatal. Incluso podían verse flotando restos de excrementos de skaven. 

—No quería decirlo, pero nuestro apotecario es... es un homeopata

—¡¡¿QUÉ?!!

—Eso mismo. Estaba titulado por la Universidad de Medicina NeuroCuántico de la Flat Earth Society

—Entonces, ¿ella es...?

—No. Eso es lo peor—Monchina se llevó las manos a la cabeza— Dios... como nos odia

Mazorca, la más joven del equipo e inocente del equipo, intentó animar al resto. La joven llevaba poco tiempo jugando, y no podía creer en la maldad de su entrenadora.

—No nos odia. Solo añora a su antiguo equipo. Quizás podamos — Las palabras de Mazorca fueron interrumpidas por la aparición de la entrenadora. Nada más entrar se puso a olisquear el aire, como un perro de caza

—Aquí huele a mierda y el estercolero está al otro lado, así que tenéis que ser vosotras. Bueno, ¿qué? ¿Contentas con el partido de ayer?— preguntó mientras el equipo bajaba la cabeza— Tengo que reconocer que no me esperaba esto, me esperaba que os pasaseis todo el partido pastando hierba, como las vacas que sois... y solo lo habéis hecho tres cuartos de partido. Enhorabuena.

La entrenadora acompañó aquel enhorabuena de unos aplausos demasiado lentos como para ser sinceros y que, por algún motivo, causaban más vergüenza que otra cosa.

—¿Me recordáis cual es vuestro logo? ¿Una amazona siendo devorada por un lagarto?

—Eh... no, eso es el rumor, en realidad es una amazona cazando un lagarto, Churra lo pi

—Yo creo que es al reves, pero bueno. Tendréis oportunidad de corregirme. La semana que viene os toca jugar contra ellos.

—Pero si son muy rápidos... ¡¡Y fuertes!! ¿Tiene pensada alguna estrategia?¿Algún entrenamiento especial?

—En efecto— la entrenadora les miró con seriedad y tanta mala leche que desmoralizó incluso a la joven Mazorca— Estoy entrenándome para no sentir tantísimo asco cada vez que os veo. INUTILES. NO SABEIS NI COGER UNA PELOTA DEL SUELO, QUE ES LO MÍNIMO PARA JUGAR A ESTE JUEGO. SI TENEIS PEZUÑAS EN VEZ DE MANOS COGEDLA CON LA BOCA, DESGRACIADAS. ¡NO SE NI COMO HABÉIS MARCADO ESE ÚLTIMO!! BUENO, LO SÉ... POR PENA. En fin... Ya lo dicen, dios da blodge a quien no tiene dientes. Porque os vais a quedar sin dientes. ¡Y ME VOY A REIR POR ELLO, INUTILES!

Dicho esto, la entrenadora abandonó la sala, no sin antes decir unas palabras que ahora, sonaron a amenaza

—Hoy me tomo el día libre, pero mañana entrenamiento... Y no será al que estáis acostumbradas.

Se oían quejidos y llantos en el vestuario de las amazonas. Era extraño, puesto que ninguna había sido lesionada. Además, habían ganado y nada mal ganado. Al fin y al cabo, un 2-0 no estaba mal. Estaba muy muy bien. Especialmente para un equipo de perdedoras como ellas. Entonces... ¿De dónde venía el llanto?

Merina, cubierta de sangre, no dejaba de llorar por el estrés del partido. Habían sido sacadas en medio de la noche, a la hora bruja, en la que, como todo el mundo sabe, las amazonas están durmiendo o haciendo sus rituales de honor a la luna. Pero no aquella noche. Justo antes de las doce campanadas, cual cenicientas o ganado para el matadero, fueron conducidas al campo de juego. "Tanto logo de matar lagartos, tanto logo" había bramado la entrenadora "A ver si matáis alguno de verdad, desgraciadas"

Y así había sido. El partido fue brutal y, efectivamente habían matado un par de lagartos. Y por eso lloraba Merina. Ella había dado muerte a un poderoso saurio y no podía dejar de lamentarse por su muerte y de sentir remordimientos. Por si fuera poco, justo después del partido, antes de ir a las duchas, había comido la carne del saurio para, en palabras del apotecario homeópata, ganar su fuerza. Y la entrenadora no había dicho nada al respecto... aunque lo cierto es que podía verse disgusto en su mirada. ¿Por el mal rato que estaba pasando la chica?¿Por el saurio?¿Por que era su cara habitual? A saber... Las chicas estaban convencidas de que en realidad era porque no había muerto ninguna de ellas.

—Me hice lanzadora para no hacer daño a nadie— se limpió las lágrimas mientras Nabo, que acaba de recuperarse de su lesión, le acercaba la caja de pañuelos que aunque no lo sabían, estaban confeccionados con ortigas. Idea del apotecario homeópata. Idea muy celebrada por la entrenadora—Yo no quería hacerle daño... solo protegeros.

Mientras se limpiaba con el pañuelo, sus ojos se iban hinchando más y más. Por alguna razón, la mano de Nabo también empezaba a enrojecerse.

—No te preocupes, Merina...Sabemos que lo hacías por nosotras, no llores más— Monchina también había matado un eslizón, pero al fin y al cabo, ella estaba en primera línea de combate, era su trabajo

—¡Que no me llamo Merina! ¡Soy Ko...—La lanzadora miró la puerta. La luz de los focos estaba recortada por una figura que conocían muy bien— Soy Merina...

Lanzando una mirada evaluadora, la entrenadora se acercó a la caldera de agua y la desenchufó. Sus chicas no habían jugado mal, pero habían jugado contra una panda de retrasados con cero capacidad de estrategia. Eso no tenía mérito. Y así se lo dijo

—La ducha con agua helada. Es vuestra recompensa por ganar a impedidos mentales. Vamos, vamos— Al menos en esta ocasión las había dejado limpiarse la mugre y la sangre. Mientras esperaba a que saliesen, la cruel entrenadora continuó— Al menos habéis sobrevivido todas. Algo sorprendente. Pensé que os matarías vosotras mismas al agacharos a recoger la pelota, como las inútiles que sois. Pero no os vengáis arriba. Nuestro próximo rival es duro. El más duro que podéis encontraros en esta liga. Mala suerte, os ha tocado antes de que os eliminen y os tocará recibir sus golpes. Y van a doler. Y a oler también, que es un rival que apesta aún más que vosotras, y eso que oléis a gallinero abandonado. Mas os vale meteros cascabeles en la nariz, y no solo en el sujetador.

—Pero entrenadora, deberíamos pr

—¿Te he dado permiso para hablar?

—No pe...

—¿Y para responder?— el silencio solo se rompía con el agua de la ducha de Merina, que seguía traumatizada bajo el agua—Ahora. Responde. ¿Qué estupidez ibas a decir?

—Solo creo que deberíamos descansar y practicar algo. Este ha sido un partido duro...Quizás deba contratar a alguien más, mi prima es muy rápida y sabe esquivar muy bien

—Eso es lo único que hacéis. Esquivar... Y lo hacéis mal. Respecto a partido... Mas duro será el siguiente. Fijaos si va a ser duro que os prometo una cosa

Todas las amazonas miraron a la entrenadora. Incluso la cabeza de Merina se asomó, temblorosa del cubículo.

—Si ninguna de vosotras muere, os dejaré dormir en otra cabaña Podréis dejar la de las goteras, chinches y arañas e iros a la que solo tiene cucarachas.

Las chicas se miraron. Podía parecer una broma, pero una cosa sabían de aquella mujer cruel y despiadada: era sincera. Si no moría ninguna, algo que evidentemente deseaban, quizás pudiesen dormir una noche del tirón y todo, y no preocuparse por picaduras, corrientes de aire o goteras

—¿Y si además ganamos?— Pasiega Roja se adelantó, desafiante— Si además de no morir ganamos... ¿Qué nos dará?

—Si gan...JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA JAJAJAJAJAJA— cuando por fin dejó de carcajearse, la entrenadora miró a su equipo— Normalmente os castigaría con entrenar en el pantano de las sanguijuelas por hablar así. Pero eso que dices es tan gracioso que no lo tendré en cuenta.

La entrenadora salió de la habitación entre risas

—Si ganan, dicen... Si ganan hablo con Tom Ate para que preparen un festín para ellas. ¡¡Pero que ilusas!!

El ambiente del vestuario volvió a ser funesto, con un silencio que tan solo se rompía ocasionalmente por los sollozos de Merina. Todas parecían desanimadas, pero Pasiega Roja tenía una expresión determinada que indicaba que estaba dispuesta a todo por cerrar al boca a su entrenadora.

Podría pensarse que las cosas habían mejorado para las amazonas. Habían empatado un partido contra un equipo cuyo entrenador no había sido acunado demasiado cerca de la pared y daba órdenes coherentes a los jugadores, no como el entrenador lagarto. Habían sobrevivido todas sin ninguna lesión física, aunque alguna que otra psicológica y lo habían hecho sin heridas. La entrenadora había prometido que si sobrevivían todas les daría una nueva cabaña. Una que solo tendría cucarachas. Nada de chinches, arañas ni nada que picase. Tampoco tenía moho negro ni goteras ni grietas que dejasen pasar el viento helado. Solo cucarachas. Lo que la entrenadora no había especificado era el tipo de cucarachas.

 Y así fue como el equipo de "La Granja de Px" acabó compartiendo piso con unos seres que, en  palabras de su entrenadora eran "menos asquerosos que ellas". También eran bastante violentas y tenían comportamientos inapropiados. Una incluso parecía querer ligarse a Patata... pero las jóvenes amazonas aguantaron sin quejarse. Al fin y al cabo, la promesa había sido cumplida y quejarse solo sacaría una sonrisa a la entrenadora. O quizás ni eso. Quizás esa fuese la razón por la que empezaron a tener miedo, miedo de verdad. Y es que la entrenadora había vuelto a hacer una promesa. Había dicho que si no moría ningún miembro del equipo en el siguiente partido les instalaría agua caliente. No querían perder a ninguna compañera, pero viendo las cucarachas, la promesa del agua caliente ahora les daba auténtico pavor. 

El entrenador de los Namekianos volvió a mirar el "nuevo" suelo del estadio. Podía distinguir claramente los restos del último saurio que había perecido contra sus chicos, más que nada porque los operarios se habían apresurado para retirarlo y que pudiera servir de argamasa como manda la tradición.

- Parece que fue ayer cuando estos inútiles no sabían ni hacer faltas - dio un par de patadas al duro astrogranito para asegurarse de que dispusiera de la solidez adecuada - Y ahora míralos, solo falta que Moquete no se queda mirando su reflejo en un baldosa y todo estará listo.

Hablaba consigo mismo, como no podía ser de otro modo en un estadio vacío. Luego miró la hoja del calendario y una ligera sonrisa asomó en su rostro.

- Halfings, norteños, enanos, druuchi y seguidores de un dios del Caos.

Leyó con satisfacción dado que bien eran blanditos o contaban con muchos jugadores lentos. Sin duda jugar en un auténtico suelo de Blood Bowl y no en un un jardín, o un campo de patatas, les haría replantearse su estrategia y medir sus pasos. Aunque tendría que estudiar su utilidad como elemento contra el que romper cabezas.

- Necesito unos cuantos goblinoides...

Decidí mientras dejaba el campo a la espera de su próximo estreno contra los medianos.

Aquellas habían sido unas semanas muy duras para el equipo de “La Granja de PX”. La entrenadora había estado especialmente irritable. En comparación con lo que estaban pasando, todo lo que les había hecho hasta aquel momento parecían amables palabras que una abuelita dirigiría a su nieta favorita. El motivo parecía ser el partido que se les avecinaba. Un partido contra enanos. Cada vez que alguien mencionaba a un miembro de esta raza, la entrenadora echaba espuma por la boca y parecía querer acabar con todo el mundo. Sus jugadoras incluidas. Parecía que por fin había algo que aquella mujer odiaba más que a ellas. Y sin embargo, el equipo seguía preguntándose el motivo de aquel desprecio hacia ellas, hasta el punto de que decidieron investigar.

Aprovechando un día que la entrenadora había ido a la ciudad a buscar provisiones, las chicas de "La Granja" hicieron un sorteo para ver quien iba a investigar a la cabaña donde dormía, seguramente entre lujos. Y es que aunque sus condiciones habían mejorado ligeramente, sabían que entraba mucho dinero, dinero que no se gastaba en ellas. La afortunada fue la joven Mazorca.  Con más miedo que moratones, Mazorca entró en la cabaña. Al contrario de lo que había pensado, era una cabaña modesta, con poco lujo y algunas dianas de dardos que tenían colocadas fotografías de míticos equipos de enanos y alguno de amazonas. Incluyendo "La Granja".

Había también una pequeña librería y en ella, una caja fuerte. Con cuidado, Mazorca la puso sobre la mesa. Afortunadamente, la línea era tan buena con las cerraduras como mala recogiendo balones. Los ojos se le abrieron por la sorpresa. Allí, protegido con mucho mimo por un marco había una foto del mítico equipo amazona "Las descarriadas", un equipo conocido por sus grandes jugadoras que, de la noche a la mañana, desapareció de los periódicos deportivos. Mazorca se fijó mejor en la foto, tan llena de polvo que parecía en blanco y negro y lo limpió con el dorso de la mano. La joven tuvo que contener un grito de sorpresa. Entre las jugadoras, pudo ver una que le resultaba familiar. Aquel pelo, alborotado y salvaje, como el de casi todas las jugadoras de la época, era del mismo color, la forma de la cara, de los ojos... Lo único que no parecía cuadrar era aquella sonrisa, optimista y alegre.

—No puede ser— la amazona, con el rostro desencajado por la sorpresa, dejó caer la foto. Estaba completamente pálida y ya no sabía que pensar, solo sabía que tenía que salir de allí. El sonido de la puerta cerrándose de un portazo le hizo girarse de un salto.

—La curiosidad mató al gato... O le dejó sin patas— la entrenadora estaba frente a la puerta, con los brazos cruzados y mirando fijamente Mazorca, que se le pusieron los pelos de punta— Claro, que necesitamos que nuestra pequeña tenga patas para romper las de esos putos enanos. Aunque bien pensado no sé como lo vas a hacer si aún no has conseguido aprender a bloquear.

Mientras hablaba, la entrenadora se acercó a la pobre Mazorca, que apenas podía moverse por el terror, aunque lo cierto era que parecía odiar a los enanos mucho más de lo que les odiaba a ellas. Cuando llegó a su lado, cogió la fotografía y la guardó después de echarle un vistazo. Por un momento, Mazorca pensó que la entrenadora iba a sonreír con nostalgia, pero en lugar de eso gruñó y murmuró un "putos enanos" frunciendo el ceño.

—¿Es... es usted?

—No.

—Pero... si tiene la misma cara, solo qué más...

Ante la mirada de la imponente entrenadora, Mazorca cerró la boca como un resorte

—¿Más qué?

La amazona tragó saliva. ¿Qué podía decir?¿Más joven?¿Más atlética?¿Más feliz? Ninguna de ellas podía parecer una buena respuesta, especialmente teniendo en cuenta que el club tenía dinero de sobra como para permitirse pagar nuevas incorporaciones.

—¿Más qué?— repitió inclinándose sobre ella

—Más...

—De más nada. Menos cabrona— Aquella voz provenía de la puerta. Otra de las jugadoras estaba allí, mirándolas desafiante con los brazos cruzados, en una actitud muy similar a la de su entrenadora. Era Roja Pasiega, que había estado observando toda la escena desde la puerta—. Así que por eso nos odia, ¿verdad? Sabía que ocultaba algo.

—Vaya, nuestra Roja es tan silenciosa como inútil en el campo

—Y usted sigue sin decirnos la verdad

—¿Qué no vais a ser capaces de ganar un partido mas? No te preocupes, te lo diré todas las veces que quieras

—No, la razón por la que nos tiene tanta ojeriza. Usted era una de nosotras.

La entrenadora abrió la boca para protestar, pero pareció cambiar de opinión y, mirando fijamente a la blitzer respondió

—¿De vosotras? Nosotras nunca fuimos unas lloronas.— aquello era una confesión en toda regla, pero la cosa no quedaba allí. Al fin y al cabo, la mujer llevaba ya unas semanas furiosa por el calendario deportivo.— ¿Qué por qué os odio? ¡Porque sois unas mimadas! Que venís con grandes dotes al mundo, os dan todo casi gratis ¡y aún así vais llorando porque no tenéis armadura decente, que si no os movéis rápido mimimimimimimi! ¡Inútiles! En mi época sabiamos pelear. Una buena guerra os hacía yo pasar... Aunque bien pensado, es lo que os espera contra esos putos enanos

Mazorca se alejó a toda velocidad al ver que estaba entretenida discutiendo con la blitzer, pero entonces recordó la fotografía. La entrenadora y sus compañeras parecían poderosas, seguras, felices

—¿Qué pasó?¿Fueron los enanos? ¿Os ganaron?

—¿Ganarnos? Vencimos a esos paticortos, algo que vosotras no seréis capaces de hacer— La entrenadora calló unos instantes antes de continuar, esta vez en un tono más serio que enfadado— Pero fue una masacre. No hacían más que estirar esas muletas sin rodilla que llaman piernas y hacernos zancadillas, para luego pisarnos en el suelo. En el primer tiempo mataron a dos de mis compañeras y a mí me rompieron varios huesos. Nadie se atrevió a expulsarlos. 

La cabaña se quedó en un silencio que solo era roto por los sonidos de las cigarras y algun golpe lejano en la selva.

—Salid de aquí, y más valer que pongáis vuestros asuntos en orden.

—No

—¿Cómo dices?—la entrenadora miró a la blitzer. Otra inutil que había sido incapaz de mejorar sus habilidades a pesar de llevar tantos partidos jugando.

—Entonces... si ganamos a los enanos... si conseguimos lesionar a alguno... ¿Nos empezará a tratar con respeto?

—¡JA! ¿Unas lloronas como vosotras? ¿Ganar a los putos enanos? ¿A los reyes de la zancadilla retaca?

—¿Lo hará?

—No lo vais a conseguir.

—¡¿LO HARÁ?!

La entrenadora miró a las dos jóvenes y finalmente soltó una risilla despectiva.

—Tenéis dos partidos contra enanos seguidos. Si los ganáis, sí. Os trataré con respeto. Y si además de ganar, lesionáis a alguno de esos barbudos... saldré a jugar con vosotras. Sería una buena oportunidad para vengaros de todas las faenas que os he hecho, ¿verdad? — sonrió— aunque todas ellas, merecidas.

La entrenadora estiró la mano y se la estrechó a ambas jugadoras. La seguridad con la que había dicho que no iban a ganar y el saber que hablaba por experiencia de lo brutales que eran los enanos, les había puesto los pelos de punta. Pero iban a demostrarle que podían con eso y más. Al salir de la cabaña de la entrenadora para poner al día a sus compañeras, vieron en la entrada un montón de lápidas que esta había comprado con los nombres de las jugadoras grabado. Desde luego, no era una buena señal...

Esto no puede seguir así. Ninguneado por estos humanos que no me hacen caso. Ni siquiera esos supuestos comisarios que están siempre de juerga en la Sala del Mal. Sodoma y Gomorra es eso, no una Sala.

Llevo dos semanas tratando de quedar con mi contrincante y este pasa de mí. Me quejo a los Comisarios y pasan de mí.

Como la cosa siga así iré a mí primo Skynet y sus vais a cagar por las patas pabajo.

Queremos jugar a BB. Que sabemos que todavía tenemos opciones de pasar a los Play Off. Se lo hemos escuchado a Madaimi.