Partida Rol por web

Reviso todo el equipo que me ordenan recoger, incluidos prismáticos y demás, lo voy empacando en la mochila y, de repente me viene un oscuro presentimiento.

-Cabo Luidl señor. Si tuviésemos que huir a través de la ciudad de Gibraltar, a lo mejor sería conveniente que llevásemos algo de ropa civil. Aún a riesgo de morir fusilados por espías, es preferible ese riesgo a fallar en la misión, señor. Yo me ofrezco voluntario.

-Cabo 2º Wolfram, señor. A falta de saber el peso del uniforme, yo no tengo inconveniente en llevar más material, como uno de los botiquines y la cuerda, aunque no tengo ni idea de trepar. Creo que podría transportar hasta 10 kg. más de lo que disponga. También necesitaría una cuerda resistente para acabar con los posible vigías señor.

Luidl escuchó la sugerencia de Rademacher. También la de Carss Wade, preocupado por la moda y el turismo cartográfico, pero el alférez ya había dejado claro que los mapas en el avión. Y aquel alférez era un hueso. Esperaba que hubiese documentación necesaria para planear todo aquello. Pero desde luego también tenía claro que eran los últimos monos del ejército alemán, valga la redundancia, por lo que no le extrañaba que nadie les diese ninguna concesión.

Le sorprendió el respeto de Rademacher, que había sido su oficial, pero luego se dio cuenta que era él el que estaba al mando. De hecho Rademacher estaba de prestado en aquel equipo, pues poco más y los gilipollas de la policía militar le habrían colgado, fusilado o lo que fuese. La idea de llevar ropa civil, saltar a Gibraltar o España y quedarse allí hasta el fin de la guerra no era mala del todo, aunque en principio parecía innecesaria. Saltar, destruir, escapar. Estaba seguro que a Rudolf Ziska le encantaría quedarse y olvidar el conflicto, pero su misión era otra.

- Puede ser buena idea, Rademacher, pero creo que llevamos equipo de sobra. Tenemos un tiempo muy limitado y nuestro escaso conocimiento del inglés nos delataría pronto. En cualquier caso, si usted se ve capaz de llevar ropa para ocho civiles entre sus pertrechos no hay problema, siempre que no sea un estorbo para su movimiento en combate, ofi... soldado.

Le puso una mano en el hombro, de forma informal:

- Sé que usted es nuestro mejor hombre infiltrándose. Le quiero vivo y coleando. Agudo y listo para degollar al enemigo. Usted y Wolfram serán, probablemente, nuestro as bajo la manga para acercarnos en silencio. Confío en su buen criterio al respecto del equipo. Hable con el cabo segundo que se encargará de solicitarlo a Intendencia.

Luego se giró y dio una orden imperativa para acelerar los preparativos. Todos querían ponerse en marcha mañana al mediodía:

- ¡VAMOS, VAMOS! ¡Todo el mundo con el equipo comprobado! ¡Tenemos solo 36 horas y ese puñetero radar nos está esperando! ¡Más rapidez! ¡Esos plátanos, Bauer! ¡Carss, deje de mirarse en el espejo con el dichoso poncho! ¡Tenemos una guerra que ganar!

Esto último no lo dijo muy convencido, pero trató que sonase convincente. El asunto de las bananas era imposible no tomárselo a broma... pero Philipp lo intentaba, aunque al resto de la tropa, como a Bauer no le hacía ni puñetera gracia.

Engancha el poncho plegadito en el bajo de la mochila. No colgando como los soldados de líneas, sino cubriendo todo el bajo, como hacían los montañeros. Por algo él era uno. Lo solían hacer para aislar de la humedas si se apoyaban o dejaban la mochila en el suelo.

Pensaba para si. Este cabo no me entiende. El espejo de la brújula nos da marcaciones, y con un mapa medio podemos averiguar zonas donde peuede estar el objetivo o donde lo pueden proteger. Con el poncho podemos cubrir el mapa, encender una linterna y ver sin que nos vean. La lona evitará pasar la luz, y el filtro rojo hace que no perdamos visión nocturna, a parte de que en la oscuridad, de lejos se ve menos. Turismo, turismo, .... si, hazte turismo invadiendo un país. ...

Recogió todas sus cosas que ya tenía colocadas y dispuestas para el combate. Se puso la muchila y salió para donde le ordenaban todo lo deprisa que sus pies le dejaban.

- Cabo, una ruta de llegada nos evitará bajas inecesarias, nos dejará en las puertas del objetivo y con el caos causado nos permitirá escapar. Y en España, si vamos con uniformes, se nos atenderá enseguida. No creo que sea muy dificil pasar el peusto fronterizo tras soltar unas pocas ráfagas y unas granadas.

Sven terminó de preparar su equipo y desmontó el fusil para su limpieza y su aceitado. No queria que fallase el mecanismo en caso de tener que disparar. Mientras limpiaba su Mauser, con los ojos cerrados, imaginaba que podria pasar si el alférez tropezaba accidentalmente en la puerta del avión y una sonrisilla se dibujaba en su cara.
Lo veía intentando aletear con lo brazos mientras bajaba sin paracaídas.
Y de repente, se sobresaltó con los gritos de Philipp.

Hay pocos plátanos y cacahuetes, ¡¡ necesitamos muchos más !!

Señor Luidl, señor von Bray, como han podido ver estos días pasados, estas son mis habilidades....
...pueden contar conmigo en las misiones de ocultarse y explosivos

y esto es lo que creo que debería llevar señores

Luidl se dirigió a Allan dándole instrucciones claras y concisas. 

- Soldado Königsberg, usted es un excelente lanzador, un óptimo ametrallador y un buen soldado. Coja los pertrechos que pueda y necesite, incluido explosivo si está acostumbrado a utilizarlos, pero antes hable con von Bray.  También es nuestra fuerza bruta, caballero, con lo que confío en usted para que ayude a trepar al resto de los hombres si tenemos que acercarnos al radar. 

Jajaja ¡Eso es tener visión de Rayos X en las gafas de Luidl! xD ¡Gracias!

Rudolf se prepara el equipo en silencio. Nota el aliento de la muerte cerca y está nervioso.

1 fusil Mauser K98 de 3900 gramos con 10 cargadores extras (2000 gramos), 4 cargadores de cinta extra (4000 gramos), prismáticos de tipo periscopio (1Kg), 2 vendajes extra (300 gramos), tapones para los oídos (100 gramos). 

- 18 de Mayo de 1941 - 14:00hs -

Base aerea de Tarento

La noche pasó con muchos nervios para todos. El día había llegado. Amaneció soleado y con una suave brisa. Los pajaros trinaban, el café estaba caliente y los spaghetti deliciosos. Se os dió postre especial y se os permitió repetir. Vuestros uniformes de paracaidista aleman nuevos, llevaban el águila y la esvástica ya que nadie había recordado quitarosla, y el famoso triangulo rojo del batallón de castigo fue bordado toscamente por alguno de intendencia. Todos recibisteis una pequeña tira, finalmente de color verde pradera y se os ordenó, colocarosla en el brazo a modo identificativo.

VAMOS, VAMOS, CARGANDO EL EQUIPO EN EL AVION. CUANDO TERMINEIS DESCNASAREMOS A PIE DE PISTA HASTA RECIBIR ORDENES DE DESPEGAR.

El cabo repitió a voz en grito las órdenes de Herr Bulthaup. Todos parecían ansiosos por subirse a aquel avión y mantenerles ocupados colocando los bártulos parecía una buena idea. Echó un último vistazo a su libretita y comentó algunos detalles con el Obergefreiter von Bray.

Antes de que el motor del avión comenzase a rugir, Philipp quiso aclarar algunos puntos, pues una vez dentro del aparato no habría ocasión para perder el tiempo. Por eso, pasó revista una vez más, de forma bastante informal, para poder dirigirse a aquellos siete hombres cuyo destino había unido África.

- Caballeros, esta será nuestra segunda misión juntos. La primera, y sin la cual no estaríamos aquí, demostró que somos mucho más capaces que los gilipollas de la Feldgendarmerie que nos han mandado a este lugar; Somos capaces ¡de sobrevivir! ¡de vencer a nuestros enemigos juntos! - Hizo una pausa, para aclararse la garganta ligeramente. No estaba acostumbrado aún a gritar.

- Esos mismos cabrones nos necesitan. Por eso nos dan estos uniformes y nos mandan en ese avión. ¡Toda Alemania nos necesita! ¡Y aunque llevemos estos triángulos rojos lo importante es que todos sentimos que debemos luchar por nuestra nación y seguir dándoles por el culo a esos que nos humillaron! ¿Jawohl? ¡Sí! ¡Y volveremos a esta base con la satisfacción del deber cumplido! 

- Creo que merecemos un nombre. Que esta escuadra merece un nombre con el que nos reconozcan y nos reconozcamos. Los británicos casi nos estropean las vacaciones en el norte de África, pero nosotros, y sólo nosotros y nuestro camarada Klaus Bahr, pudimos con un puñetero avión y varios tanques. Tanques que huyeron acongojados por nuestra estrategia. Si los malditos ingleses tienen un Matilda, Alemania tiene uno mucho mejor... ¡uno que está vivo y tiene alma alemana!. Caballeros, seremos a partir de ahora La Escuadra Matilda, ¡MATILDA TRUPPEN!

Miró el escepticismo en las caras de aquellos hombres. Tenía que mantenerlos unidos. Era para lo único que servía. Gafitas Luidl no sabía de explosivos o de ocultarse en la oscuridad, pero quería demostrar que era capaz de mandar. Recordó lo hablado con el cabo primero y añadió:

- Esta escuadra no puede permitirse perder a ningún hombre, así que quiero que confíen en los siete soldados que están a su lado. He decidido asignarles un compañero. Siempre estaremos en escuadrón, pero si hay que dividirse lo haremos en dos semiescuadras de cuatro hombres, una al mando del Obergefreiter von Bray y otra al mío. Pero quiero que cuiden de su compañero como si fuese su sombra. Si no les cae bien, limen asperezas. Si se hacen amigos, volveremos a tomar cervezas juntos.

- Milchmann, usted conmigo. Probablemente estemos la mayor parte del tiempo en la retaguardia. Si hay un vehículo y tiene radio, usted y yo podemos usarlo para ayudar al resto. Nos acompañarán en esta semiescuadra Allan y Ziska.

- Königsber, Ziska. Ustedes son nuestros ametralladores. Ziska, defienda con su fusil y ayude con la munición al señor von Königsberg. Allan, ayuda a Ziska en todo lo que puedas y si es necesario lanzar algo o matar sin hacer ruido, sé que puedes dejar tu ametralladora y hacerlo.

- Bauer, Wade. Los dos son hombres testarudos pero capaces de infiltrarse en silencio y en conjunto tienen conocimientos de explosivos. Carss interpretará nuestros mapas y nos orientará. Bauer le protegerá.

- Rademacher y von Bray. Los dos llevarán parte de nuestra dinamita, vital en esta misión de volar el radar. Rademacher puede infiltrarse y hacer un comando con Bauer y Wade. Herr von Bray, usted será responsable de esa semiescuadra.

- Nada más, señores. ¡Hail Matilda Truppen! ¡Hail Deutschland! ¡Descansen!

Se secó la tensión con un pañuelo y desempañó las gafas con la esquina de la guerrera. Aquello tenía que salir bien, o no se le quitaría nunca aquel temblor de rodillas.

El alferez Bulthaup mira el reloj constantemente. Pasea por la pista enormemente nervioso. Os observa de lejos cuando Philipp asigna dos equipos y se mantiene en un silencio absoluto. Se nota que aprueba la acción del cabo 2º. Uno tras otro devora los cigarrillos a la espera de la orden de despegue.

Ziska no para de ir al servicio. Bebe tanto como mea y comienza a comerse las uñas. La orden de despegar se hace esperar y cada momento está más tenso.

¿Matilda truppen?¿Ha dicho Matilda truppen? Sven sacó su pequeño espejo de hacer señales porque no quería perdese la visión de su cara con lo que acababa de escuchar.
Después volvió a guardar el espejito, puso su mochila debajo de la cabeza e intentó dormir un poco. Nunca se sabe cuando volveremos a tener tiempo para dormir.

A Wolfram se le abrio la boca al escuchar el nombre de la unidad. Matilda Truppen??, en fin, podía haber sido el puño de Alemania, o 88 Ohrfeige, el golpe del 88, pero Matilda?, joder llámanos Panzer la ostia!.
Su decepción se hizo patente, pero enseguida cerro la boca y desecho la idea. Al final del discurso grito junto a Philipp: -¡Hail Matilda Truppen! ¡Hail Deutschland!.
Aunque la primera frase no le gusto, se lo comentaría cuando tuvieran un momento a solas, si nadie sacaba el tema antes. Lo que si le pareció bien fue la idea de tener bajo su mando a Rademacher, Bauer y Wade, los tres se camuflaban como el, por lo que separados se podían infiltrar. Era un punto a tener en cuenta.
Luego reviso su material y viendo que estaba todo correcto espero a la señal de partir.

Anda, cambiale el nombre que estos no son muy chistosos xD

Con lo guapo que sería el comando Lili Marlene o algo así.

Creo que pega más los 8 muertos vivientes. Si rectificas el párrafo, que yo ya no puedo. 

El que pone: 

"- Creo que merecemos un nombre. ...¡MATILDA TRUPPEN!"

por 

"- Creo que merecemos un nombre. Que esta escuadra merece un nombre con el que nos reconozcan y nos reconozcamos. Los británicos casi nos estropean las vacaciones en el norte de África, pero nosotros, y sólo nosotros y nuestro camarada caído Klaus Bahr, pudimos con un puñetero avión y varios tanques. Deberíamos haber muerto allí. Tendríamos que haber caído en combate. ¡PERO NO LO HICIMOS! ¡Somos ocho soldados de la muerte! ¡Ocho muertos vivientes que tienen alma alemana!. Caballeros, seremos a partir de ahora La Escuadra de los Ocho Muertos Vivientes, ¡Die Acht Untoten! ¡DIE ACHTUNTOTEN TRUPP!"

Y al final, por favor, en vez de Matilda. 

¡GRACIAS! ¡Menudo coñazo estoy dando! jajaja

Fantástico. Vaya currada. Me parece muy bien.
 

Son casi las 20:00hs cuando un enlace llega con la orden. El alferez la lee y empieza a jurar acordandose de todos los Santos y planetas.

¡FIRMES! Ordenes anuladas. Condiciones climatologicas adversas para el salto en la zona objetivo. La misión se retrasará al menos 24hs, pero no así el tiempo límite. Ya no dispondrán de 36hs, sino de muchas menos. Pueden retirarse a sus barracones. Hablaré con el mando para ver si podemos saltar de día para tener más tiempo para realizar la misión.