Partida Rol por web

Philipp se sintió aliviado. Ocho efectivos más eran algo a tener en cuenta. Saludó formalmente al cabo primera y le dió lo que quedaba del agua de su cantimplora.

— Está bien, Kinski. Nuestra misión es volar uno de los radares, más allá de su posición. Aunaremos fuerzas. Nuestro mayor problema es ese maldito tanque, cabo. ¿Sus hombres podrán hacer algo con esas granadas antitanque? Por el bien de nuestra patria espero que sí.

Luego se dirigió al resto:

— ¡REPITO la órdenes! ¡A LA TRINCHERA! ¡Y quiero verles correr como nunca antes lo han hecho! ¡WADE y MILCHMANN! Ustedes dos intenten ocultarse hasta tener una posición ventajosa contra el tanque, que seguramente siga la carretera hasta poder disparar contra la trinchera.— Le señaló un pequeño promontorio (36,25) desde dónde podrían usar el PF.Luego dudó un poco y añadió — ¡VON BRAY! Usted con ellos dos. Por Dios no se expongan innecesariamente. Sólo si lo ven claro disparen. Si Hans pudiese coger ese tanque en buenas condiciones les darán una medalla. Pero lo importante es detenerlo. ¡KINSKI! ¡GUÍENOS!

- De acuerdo señor. Luego dirigiéndose a Wave y a Milchmann les digo mientras cojo el panzerfaust: Yo llevare esto, así os moveréis con mas cuidado, nos vemos en el punto sugerido por el Cabo Philipp, ah! y agachar la cabeza.

Dicho esto me voy en solitario intentando permanecer oculto hasta la posición indicada por Philipp

- A sus órdenes señor ! - Allan no entendía para que querían acabar con un radar si los aviones les sobrevolaban por encima de sus cabezas, pero esas eran las órdenes, quizá hubieran podido usar esos explosivos para volar el maldito tanque que les acosaba pero ya era demasiado tarde.

Mientras Luidl hablaba con el soldado Allan cambió el cañón sobrecalentado y el cargador de la ametralladora.

¡Bien! ¡Síganme! Buscando en su equipo, el cabo Kinski extrajo una granada de humo que arrojó con escaso éxito, rebotando contra la pared de un granero cercano. Sacó otra granada y esta vez si que cayó a media distancia entre los graneros y la recien tomada posición del flak. Esperó a que el humo empezase a hacer efecto cubriendo la zona y gritó ¡Ahora! - lanzandose al galope en dirección a la trinchera.

Recogiendo mis pertrechos preparo el subfusil y sigo a Von Bray. Le sigo.

Hans termino de recoger y empacar todos los pertrechos médicos mientras escuchaba a Philipp terminar de dar órdenes. Vio el punto que señalaba y se preparó para correr.

Tomo aire y justo cuando iba a salir vio como el soldado recién llegado tiraba una granada de humo. “Perfecto” pensó Hans.

Cuando el humo empezó a cubrir todo salió todo lo rápido que pudo mientras se ocultaba de la visión de los enemigos del tanque.

Cargando el trípode y lo que quedaba de munición de la ametralladora, Allan permaneció atento a las órdenes de Luidl y cuando lo dispuso se apresuró tras el obergrefeiter intentando pasar de cobertura en cobertura en donde la había y lo más rápido posible y en zig zag donde no la había.

Luidl orientó a sus hombres mientras seguían al cabo primero recién incorporado. Les fue gritando para que mantuviesen la cabeza agachada y el culo apretado. Era cuestión de suerte que una bala no te alcanzase en medio del fregado, pero la suerte bailaba mano a mano con la rapidez y con no descuidarse o una bala puñetera vendría por detrás y te daría un golpe en la nuca del que ni siquiera las agujas de Milchmann podrían salvarte.

La nueva orden de Philipp era ir con Hans y Carss. Pues muy bien.
El joven cabo siempre me había caído bien. Va a ser un gran soldado... si salimos de esta.
Me coloco al lado de Hans y espero a que el bote de humo enmascare la posición. En pocos segundos el humo hace su aparición y Hans comienza a correr. Yo no me lo pienso y salgo detrás de él.
En estos momentos no me duele nada. La adrenalina consigue quitar cualquier atisbo de dolor.

Rudolf sigue a Alan y alcanza correctamente la posición ordenada.

Rademacher sigue a todos y alcanza igualmente la posición.

TURNO 8:

Los segundos pasan lentamente. Poco a poco el humo se va disipando. El ruido del motor del Matilda se oye claramente. Apenas 30 metros os separan de él tanto a los de la trinchera como a los otros. El tanque se ha detenido en espera de tener visión y varios infantes están a cubierto tras el mismo.

El Junkers sobre la pista avanza sin detenerse rodando a baja velocidad. Observais como escienden apresuradamente varios infantes que van saltando del vehículo en marcha. Los motores levantan una gran cantidad de polvo y alguno de los recien llegados suelta granadas de humo. Desde la cima de la colina hacen fuego de artillería sobre el aeroplano, sin embargo no es facil de acertar y acaba de recorrer la pista iniciando una temeraria maniobra de cmabiar de sentido para tratar de despegar.

Varios soldados paracidistas abren fuego de subfusil contra el tanque sin haber recibido orden alguna. Parece que el tal Kinski no es un lider nato que digamos. La torreta del carro gira lentamente hacia la posición del grupo principal y dispara un proyectil que levanta polvo frente a la trinchera.

Les digo a los que están conmigo:- desde aquí no tendremos muchas oportunidades de darle, ahora que esta apuntando a los otros acerquémonos a la parte posterior, por lo menos a 6 o 7 metros. De todas maneras, alguno tiene una granada anti-vehículo, si es así, dármela, que me acercare hasta el para lanzarse la.

Tanto si hay granada como sino sigo diciendo:- Hay tropas detrás de ellos, Acabemos con ellas primero y después nos encargamos del matilda.
Dicho eso compruebo el arma, me agacho y disparo a las tropas.

Señor Luidl si me dejan alguna de esas granadas anti carro desde aquí puedo intentar acertarle al Matilda

La carrera le había dejado exhausto. La noche sin dormir y el cansancio hacían mella en el cabo, que se esforzó hasta que todos llegaron a las trincheras. Una vez allí vio a unos muchachos más asustados que ellos y muy poco disciplinados. El tanque se acercaba y venía acompañado de soldados así que la idea que lanzó el grandullón Allan le pareció correcta. El prusiano era un buen lanzador.

— ¡SEÑORES! ¡SE PRESENTA EL CABO LUIDL Y AHORA ESTOY AL MANDO! ¡VAMOS A TOMAR ESTE PUÑETERO AEROPUERTO!— Hizo una pausa mirándolos a todos — ¡No disparen al tanque hasta que yo de la orden! ¡KINSKI! ¡Escoja un buen lanzador y denle unas granadas anticarro a Allan! ¡Que se vayan los dos a buscar una posición más cercana mientras hacemos fuego de supresión! ¡ZISKA, monte la ametralladora y fría a cualquier maldito cabrón que asome la cabeza del Matilda! ¡RADEMACHER, controle a esos hombres! — añadió indicándole a cuatro de los paracaidistas. — ¡FUEGO DE COBERTURA! ¡AHORA!