Partida Rol por web

Llamadme Ishmael [Finalizada]

I. Tras las líneas amigas

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02/09/2012, 18:31
Capitán Septus

Tras las líneas amigas
A través de un cielo en calma

 

¿Qué es lo que espero de mis hombres? Que cumplan con su deber, con fuego en sus armas y una oración en sus labios.

-Lord Predicador Ursarkar.

Apenas si se oyen los cantos del vox interno. El sacerdote Karras, del Adeptus Ministorum, había dispuesto unos salmos bélicos para amenizar el viaje hasta Cero Absoluto. El resto de la compañía no ha tardado en unir su voz al coro. Las voces han enmudecido por completo al vox. No hay un soldado que no una su voz a la de sus camaradas. Su bautismo de fuego y sangre está próximo.

Por una vez el equipo asignado había llegado sin contratiempos, un cajón de suministros procedente de la órbita una hora antes del despegue. Unas preciosas cargas de demolición, un lanzamisiles de excelente manufactura y un vox-caster para comunicarse con el mando aéreo por si, el Dios-Emperador no lo quisiera, necesitaran apoyo para enfrentarse al enemigo. La misión podría ser completada sin problemas.

El aerotransporte surca los despejados, y ocasionalmente tormentosos, cielos de Kulth. El traqueteo del motor o de alguna turbulencia ocasional es todo lo que podéis notar más allá de los fuertes correas que os aprietan contra el casco de la nave. Está siendo un vuelo tranquilo, como corresponde a quienes sobrevuelan una zona amiga. La mitad de vuestra compañía está a bordo, la otra mitad en otro transporte y la compañía Alfa en otras dos aeronaves. El capitán Septus, al mando de la compañía Bravo, se pasea por el interior del transporte, explicando los pormenores de la misión, arengando a las tropas y corrigiendo los defectos del equipamiento.

Cuando estéis en el suelo, recoged vuestro equipo cagando leches, reuniros con vuestra escuadra en el bosque y avanzad hasta Casilla; la compañía Alfa asegurará la carretera mientras Bravo alcanza Ishmael. El 72º ha recibido una buena y necesitan ayuda.

¡Tres minutos para el salto! -informa el piloto a través del vox.

¡No os confiéis! Es una zona amiga pero podemos encontrarnos algunos rezagados del enemigo. Mucho ojo con el fuego amigo, gandules. No quiero que disparéis a lo primero que se mueva. 

¡Luz roja!

¡Dos minutos para el salto, luz roja!

Las luces rojas de la nave se encendieron, todos debían ponerse en pie y alinearse para saltar por la escotilla de popa en cuanto alcanzaran la zona de salto.

 

Notas de juego

Todos: Una preview para abrir el apetito.
Todos: Ignorad la música más allá del minuto 3. XD
Todos: ¡Empezamos! 

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09/09/2012, 22:50
Flavion

De un tirón me quité la máscara de oxigeno para el salto y vomité entre mis botas todo el rancho que unas horas antes nos habían dado. !Bruuuaaa! Salía a raudales, todo aquello que no había sido digerido por el estrés y la tensión. Oh... mierda... Escupí al suelo y me limpie la boca con la manga. Odiaba que pasara eso, pero así era. Se estaba convirtiendo en una tradición. Mi sistema sensorial interno no estaba acostumbrado a los altos vuelos y los saltos, y la tensión me pasaba factura. Se lo intenté explicar a aquel capullo del reclutamiento, pero no hicieron caso... Imbéciles cabrones. Pensé mientras me ponía de pie y ocupaba mi puesto mientras me ponía en pie levantando un pulgar como respuesta a las interrogaciones que algunos compañeros de escuadra me estaban efectuando por signos. Cinco años... Cinco años más y a casa. Era la vida del soldado, pero a diferencia de otros, yo no había podido elegirla. Aunque no exenta de satisfacciones no era lo que mis padres habían pensado cuando me pagaron los caros estudios de medicina. Ahora cosía tiros y tajos de bayoneta y cortaba hemorragias. Es lo que hay. Pensé mientras revisaba mi equipo. Quizás, si todo iba bien, no tuviera que hacer nada de eso en esta misión que nos habían encomendado.

Miré a mis lados y me fijé en mis compañeros. Todos y todas desprendían un aura de firmeza y de auto-confianza, de profesionalidad, que estaba claro que yo no desprendía. ¿Alguna vez llegaré a ser tan duro como ellos? Pensé observándolos. Lo cierto es que pese a estar en buena forma, yo no era ni muy grande ni muy corpulento. Cosas de la genética… Y seguía a aquellos hombres intentando siempre fijarme bien en lo que hacían. Recordaba lo que una vez uno de ellos me dijo: “Mucho mejor si eres pequeño, los tiros pasan siempre por encima” Y acompañó aquellas palabras con una fuerte palmada en la espada y un “Ja-Ja” bien sonoro.

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09/09/2012, 23:18
Grish

     - ¿Estás bien, Doc? Dijo cuando vio vomitar al sanitario. - Debiste ponerte uno de esos inyectables tuyos para el mareo. Te lo dije. Era un buen tipo, pero no había tenido tantas horas de instrucción como el resto de componentes de la escuadra. Aunque de él se esperaba que mantuviese enteros a los demás, no que fuese un buen "saltador". Grish estaba algo tenso. Después de todo era su primer salto de combate y nadie quería que le volaran las pelotas el primer día de trabajo, así que su atención y adrenalina estaban a niveles mas altos que de costumbre. Pronto tendrían su bautismo de fuego y solo esperaba estar a la altura.

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09/09/2012, 23:23
Padre Hyeronimus Karras

Dorado Emperador//en Tu nombre rogamos//Un salto sin temor//Te Alabamos”. Karras repetía la Letanía del Salto de Fe, la oración que enseñaban a los Guardias Imperiales a recitar durante los saltos en paracaídas. Sus entrañas ardían con fervor apenas contenido, al contrario que las del médico, que habían dejado de contener nada. Se soltó un momento la máscara, giró la cara en su dirección y enseñó los dientes, en algo que podría pasar por una sonrisa en un rostro menos distorsionado por la anticipación del combate. Se aseguró de nuevo la máscara y comprobó de nuevo su lanzallamas, que descansaba sobre sus rodillas.

Como no podía ser de otro modo, Karras intentó ponerse lo más cerca de la cabeza de la línea que le permitía su posición, ansioso por liderar el salto y meterse en la boca del enemigo. Acarició ausente su arma cuando el oficial mencionó el “fuego amigo”. El fuego era amigo de Karras, desde luego. Se mantenía sujeto a los raíles, sobre las puntas de los pies, casi dando saltitos, excitado como un niño ante una piñata. Solo que la piñata eran enemigos del Emperador, y los caramelos sangre y vísceras. Sus labios seguían murmurando plegarias, mientras intentaba echar un vistazo a través de la escotilla.

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09/09/2012, 23:25
Flavion

Todo bien Grish, son estos malditos botes... Le dije al soldado especialista mientras me volvía a colocar la máscara y activaba el oxigeno de la misma. Pese a lo mucho que tanteaba con ellas, no me gustaba emplear sustancias en mi cuerpo, o al menos intentaba evitar emplearlas salvo casos extremos. El sacerdote me sonrió y me alegré de verle ahí, siempre listo y preparado, con la fe como escudo ante todo lo que pudiera pasar. Trono Dorado... este hombre sería capaz de saltar sin paracaídas y la fe le pararía la caída. Pensé observándolo recitar las últimas palabras y colocarse la máscara de nuevo. A  aquellas alturas era importante emplear oxigeno en el descenso. Hum... la saturación en sangre de algunos gases en estas alturas podría provocar ciertos problemas como...

Me descubrí pensando en ello y me obligué a centrarme en los pasos previos al salto. Actiar oxigeno. Listo. Pasé la mano por la petaca de comunicaciones y la activé. Comunicaciones. Listas. Luego repasé las cinchas de las bolsas de material que iban rodeando mi cuerpo a diferentes alturas y comprobé que todas estuviera bien agarradas, cerradas y sujetas. Material. Listo. Y por último el rifle laser, que cruzado horizontalmente a la altura del abdomen evitaba que se clavara de alguna mala manera al tomar tierra. Listo. Ajusté más fuerte la correal del mismo. Todo listo.

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09/09/2012, 23:34
Phi-Rho 87

Cuando la luz roja se encendió era hora de ponerse de pie, nunca había hecho un salto pero había estudiado y programado todos los parámetros correspondientes al salto, la orografía del punto del salto, la velocidad de la nave y del viento, las posibles variables de desvío y puntos de aterrizaje, todo esto me pasaba por delante de los ojos, en una cascada de datos continua.

Observé como el médico estaba vomitando y otro de los miembros de la unidad parecía intentar animarle. Esas sensaciones y esa fuerza de voluntad con la que parecían animarse... algo que no entendía, ¿como unas palabras podían hacer que un hombre se lanzara de cabeza al infierno? no lo entendía...

Cuando terminó la plegaria del Sacerdote hice yo la mía al Omnissiah y comencé con las letanías de seguridad para calmar los espiritus máquina de la nave y de los equipos, mientras revisaba que el Servidor estuviera a punto y dispuesto como lo estaba todo mi equipo.

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10/09/2012, 09:45
Capitán Septus

¡En pie, gandules! ¿No habéis visto la luz roja? ¡En pie, he dicho!

El capitán fue recorriendo el interior de la panza de la aeronave, comprobando que todos hicieran lo que debían: armas en horizontal, distancia mínima entre soldados, grav-chute operativo, respirador funcionando...

Si alguno no puede controlar sus tripas -miraba el contenido del estómago del médico, sobre el suelo y las botas de los soldados más próximos, quienes no se quejaron del regalo, buenos chicos- será mejor que tome una de estas -sacó unas píldoras* blancas que fue ofreciendo- es una droga diseñada para maximizar los reflejos durante un salto.

Notas de juego

*A efectos prácticos concede un +10 a la Agilidad durante D5 minutos.

Todos: Os recuerdo que lo que lleváis son carabinas láser, no rifles.

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10/09/2012, 09:57
Venria "Oleander"

Ocupando su asiento, con el rostro sereno y mirando a ninguna parte hasta que la luz se puso roja, cosa que atrajo su atención y no el oficial dando sus instrucciones... ya sabían que había que hacer y como hacer, detestaba que los tomaran como simples reclutas, eran ya guardias no reclutas y pese a que no fueran veteranos ya eran hombres y mujeres capaces de luchar por el imperio y demostrar su valía.

Comprobó una última vez el estado de su equipo de combate, correas, cierres, las armas, cargadores, las cargas de demolición... tensó músculos y brazos, ladeó su cuello a un lado y a otro - dos minutos para que empiece la diversión... - estaba nerviosa, si, pero no un nerviosismo absurdo que te hacía morir nada más saltar, estaba nerviosa por disparar, ansiosa por matar, deseosa de servir y cumplir la misión... pero sobre todo necesitaba que aquello acabara para que se le reconociera de una vez por todas su valor como soldado. Miró brevemente a los camaradas que estaban ahí y no albergaba mucha esperanza por ellos.

¿El sargento? No le daba buena espina, había oído suficientes historias de sargentos novatos y ninguna buena... El médico, acababa de demostrar que no estaba hecho para saltos de combate ¿Sobreviviría? Más le valía, ninguno de allí era sanitario. Grish, el bobo del rifle de fusión... Venria siempre pensaba que el soldado se gana el arma, no se la dan así por que si, ella demostró ser buena con el bolter pesado, ¿pero el? tenía muchas reservas. Luego estaban los dos sacerdotes, uno de marte y otro al servicio del Dios Emperador... eso si que le parecía una jodida broma y de mal gusto, ya empezaba a notar la bilis de repulsa en su garganta, aflorando desde su esófago como una corriente inevitable de calor y ácido. No le gustaba tener que lidiar con semejante pareja, ni uno ni el otro le gustaba... uno por inhumano, por inútil más allá de sus mundos forja y el otro por su fe hinchada, siempre igual, ese tipo de gente devota era la que moría primero en una carga cuasi heroica hacía un enemigo herético... - imbéciles todos - pero aún con ese suspenso general, la muy pagada de si misma Venria "Oleander" reprimió las ganas de escupir y esbozó una sonrisa afable, como si estuviera en un bar tomando cerveza y no a dos minutos de entrar en combate.

Se puso en pie y tragó la píldora sin agua, una mujer dura se consideraba, pero no una de esos mamertos que parecían hombres que mujeres, ella tenía sus curvas, sus pechos, su buen trasero y unos brazos fibrosos y fuertes... una flor ponzoñosa. Se colocó en su puesto, donde debía estar, la segunda en saltar, el primero siempre debía ser el suboficial al cargo de la escuadra...

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10/09/2012, 10:33
Grish

     Grish tomó la píldora de manos del capitán y la tragó con rapidez ayudado por un ligero trago de su cantimplora. Si algo había aprendido bien era a no despreciar el consejo de un superior. Comenzó a contar mentalmente el tiempo que quedaba para el salto para distraer su mente de los sucesos que se avecinaban. Había comprobado su equipo varias veces antes y durante el viaje, así que estaba seguro de que todo estaba en regla. ¿Todo? ¿Seguro? Mas por compulsión que por certeza, revisó de nuevo los cierres y cinchas de su arnés y las palancas y niveles del grav-chute. Todo estaba bien asegurado con sus correas para no perderlo en un frenazo de bajada y su carabina y rifle fijados en posición horizontal. - Dios Emperador. Protege a tu siervo. Murmuró para si mismo a modo de plegaria mientras miraba la luz roja.

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10/09/2012, 12:19
Sargento Nihilius

Llevaba tiempo deseando hacer esto...

- ¡Vamos, joder, vamos! ¡Como alguno vomite, su nuevo apodo sera Mariquita!

Tomo la pildora que ofrecia el capitán, y luego se puso el respirador, comprovando que estaba operativo. Reviso con una mirada su equipo, para ver que estaba asegurado.

Luego dirigio las miradas hacia los hombres que lo iban a tener a su mando. Le llamaron especialmente la atención dos: un tecnosacerdote y una mujer. Ya averiguaria mas tarde cosas sobre ellos.

Ocupo su asiento y fijo la vista en el guardia que tenia delante.

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10/09/2012, 12:26
Flavion

Una canción acudió a mi mente mientras volábamos a toda velocidad hacia el punto de salto. La música... Palpé el bolsillo donde guardaba mi reproductor de música. Era uno de los pocos vicios que tenía, pero estaba bien agarrado a mí. En muchas películas solían ambientar estos momentos, en los que los valientes iban a saltar de un transporte en marcha a toda velocidad con esta clase de canciones.

La luz roja bañaba a todos los miembros del equipo con un tono rojizo, que los hacía parecer más duros de lo que ya de por si eran. Todos parecían listos y despejados de dudas. Intenté observarlos y dejarme contagiar por su energía. La voz del sargento sonó dura y férrea por el comunicador, mientras el viento nos azotaba pro la escotilla abierta. Tarde... Murmuré asegurando la culata plegable de la carabina de combate modelo aerotransportada que nos habían entregado. Que majo nuestro sargento... No tenía nada en contra de aquellos hombres que juzgaban todo en una sola mano. A fin de cuentas todos teníamos una misión y todos la cumplíamos. Ellos estaban "diseñados" para hacer la suya del modo más director, que casi siempre era el más brusco.

Rechacé la píldora con un gesto de la mano. Mi política anti-sustancias era clara con esas cosas, y ya no me quedaba nada en el estomago. Tras largar toda la comida del estomago me encontraba mucho mejor. Más ligero y con menos nervios. Es hora de saltar ¿Em? Le dije a Grish. La parte divertida según dicen... La nave volava a toda velocidad y por las escotillas abiertas entraba un vendaval de aire. Pronto estariamos en el aire, y durante esos momentos sería toda una experiencia el apañarse para llegar al suelo.

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10/09/2012, 13:15
Padre Hyeronimus Karras

 Karras aceptó la pastilla que ofrecía el encargado del salto con una sonrisa. - Que el cumplimiento de vuestro deber os traiga regocijo.- Dijo a modo de agradecimiento. Se giró hacia el joven recitador que le acompañaba; como Karras había sido instruido en la verdadera fe, ahora él debía instruir al joven.- Recuerda: El Emperador proveerá a quienes sepan reconocer Su providencia. - guiñó el ojo mientras tragaba la pastilla.

Notas de juego

Pobres pardillos, tan olvidados...

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10/09/2012, 13:32
Phi-Rho 87

El servidor estaba listo y el comandante se levantó arengándonos y ofreciéndonos una pastilla... una pastilla, ¿y qué se supone que iba a hacer yo con una pastilla? Cuando pasó a mi lado negué con la cabeza, parecía que no entendían el hecho de que a mí esas sustancias no me hacían efecto.

Empecé a estudiar a la unidad cuando el sargento habló, por lo que automáticamente busqué su historial en mi base de datos y ahí estaba, sin experiencia en combate... como todo el regimiento, espero que no nos manden de cabeza a un agujero del que no podamos salir.

Fuí a decir algo pero solo se me escapó un chirrido y un par de pitidos, por lo que me autoajusté el vocalizador para hablar en gótico y no en binario como hablaba con las máquinas a las que estoy acostumbrado -Sargento Nihilus, parece emocionado por entrar en combate -la voz mecánica y monótona que surgió de mi vocalizador me pareció extraña hasta a mí, pocas veces la había utilizado.

Tras oir lo que decía el Sacerdote no pude evitar negar ligeramente con la cabeza y preparar al Servidor para que se autoajustara su grav-chut y esconderme mi carabina bajo la túnica, nadie se esperaba que un tecnosacerdote fuera armado como un Guardia, y hasta a mí me parecía raro.

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10/09/2012, 13:43
Director

El Emperador vela por nosotros, le respondieron al sacerdote. No hubo tiempo para más charlas.

¡Treinta segundos! ¡Abriendo escotilla!

El viento que se filtraba a través del transporte se incrementó considerablemente, un golpe de aire sacudió la nave cuando entró. Muchos de los soldados se aferraron a las barras de seguridad. El suelo temblaba con las turbulencias del vuelo y hubo quien se mordió la lengua de los nervios.

El terreno es blando, no flexionéis demasiado las piernas. No quiero que nadi...¡ingeniero! -gritó el capitán cuando vio al tecnosacerdote con una placa de datos- ¿Qué haces? ¡Guarda eso de inmediato! ¡Salto inminente!

El cielo negro de Kulth sería su aliado, ocultando a la unidad en su descenso. Un frondoso bosque era el terreno en el que iban a saltar. Sin embargo les habían informado de que iban a saltar en un claro, después se moverían hacia las montañas que rodeaban la zona hasta Casilla, una vez allí, unos ocho kilómetros a pie hasta Ishmael.

¡Cielo despejado! ¡Recordad lo que habéis aprendido y seguiréis vivos! ¡101º aerotransportado!

La luz roja se apagó.

¡Ignis Fenix!

Luz verde.

¡Salto ya!

El capitán Septus fue el primero en saltar. Pronto los soldados del 101º aerotransportado de Eolo inundarían el cielo de Kulth.

 

Notas de juego

Todos: Tirada de Operar (Aeronáutica) (Ag) muy fácil (+30).
Pastilla: Han tomado la pastilla Grish, Nihilus, Hyeronimus y Venria, por lo que tienen un +10 a su Agilidad, durante D5 minutos. Haced las tiradas de tiempo cada uno de vosotros.
Todos: ¡Saltad!

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10/09/2012, 14:04
Flavion

Todos comenzaron a saltar por la escotilla mientras el viento se los llevaba. Yo llegue al límite de la misma y no pude evitar murmurar: Esto no es bueno, si el hombre tuviera volar, tendría alas... Ya no había marcha atrás. Cerré los ojos durante un segundo y di un paso adelante. Por el Emperador. Pensé mientras me dejaba caer al vacío y el viento me arrastraba junto al resto de mis compañeros. Di vueltas hasta que logré establecer una orientación adecuada y comencé a descender de manera más controlada.

- Tiradas (1)
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10/09/2012, 14:07
Sargento Nihilius

- No es momento de hablar, tecnosacerdote. - Fue lo ultimo que dije antes de saltar, precipintandome al vacio. No habia sensación mas hermosa.

Me movia en el aire de forma agil, pero algo fallaba...

¡Mierda, mierda, mierda!

- Tiradas (2)

Notas de juego

DIOS MIO XD

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10/09/2012, 14:30
Venria "Oleander"

- ¡Vamos, joder, vamos! ¡Como alguno vomite, su nuevo apodo sera Mariquita!

Bufó al oír aquello, a su espalda - valiente imbécil... al menos debería pensarse mejores motes para motivarnos - pensó contrariada ante la patética actuación del sargento, pero no estaba sorprendida, ya se lo esperaba.

Miró de reojo a su ayudante y le guiñó el ojo - venga pardilla, tenemos que volar - le dijo justo cuando empezó la cuenta atrás por el oficial de salto. Chequeó por última vez todos los enganches, la carabina, el bolter pesado, el cuchillo que siempre llevaba con el mango hacía abajo y en su pecho izquierdo, cargas de demolición... todo en orden.

Sintiendo aquel cosquilleo previó al salto llegó a sonreír emocionada, ansiosa... ya llegaba por fin su hora, su bautismo de fuego... treinta y cuatro saltos simulados, veinte nocturnos y tres con vientos de hasta más de cuarenta nudos - Ignis Fenix - susurró cuando fue dada la orden de salto.

La esbelta y fuerte mujer recorrió los pocos metros hacía la rampa de salto mirando como el sargento caía torpemente - lo que yo decía... ¿Primera baja? - pensó deseosa de que fuera cierto, ella misma se veía más capaz de liderar a estos hombres que aquel pelele con el galón de sargento pintado en la hombrera de su armadura.

Tump tump tump tump... cada paso sonaba con fuerza debido al peso extra de su equipo hasta que ya no hubo superficie metálica que pisar y saltó... cerró los ojos, extendió los brazos y la mujer conocida como Oleander empezó a surcar el cielo con su paracaídas gravitacional funcionando a la perfección. La maniobra de Venria era de libro, perfecta a más no poder y surcando el cielo como un halcón directa hacía el suelo. Sonrió satisfecha, en silencio mientras la emoción la embargaba por completo...

Llegó al suelo la primera, desactivó la mochila, y sacó el bolter pesado corriendo hacía la primera cobertura que vislumbro, estacionó el arma con la ayuda de su ayudante y lo amartilló una vez, esperando a que apareciera algún enemigo para amartillarlo la segunda vez y empezar a escupir muerte...

- Tiradas (1)
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10/09/2012, 14:55
Phi-Rho 87

Estaba comprobando los datos, según la velocidad de vuelo y el tiempo que llevábamos debíamos de estar llegando al claro como era lo esperado, estaba comprobándolo con mi placa de datos cuando...

¿Qué haces? ¡Guarda eso de inmediato! ¡Salto inminente!

Guardé la placa de datos y me preparé para el salto, no tenía ningún tipo de emoción antes del salto, solo pensaba en los datos y movimientos que tenía que hacer, asique programé el salto y lo hice... pero cometí un error, no conté la variable del bloqueo del viento por parte de los otros soldados, lo que hacía que el impacto del viento fuera más duro por el bloqueo hecho por el soldado anterior.

-Maldición...

 

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10/09/2012, 14:59
Padre Hyeronimus Karras

- ¡POR EL EMPERADOR! - Cuando llegó su momento, el Padre Karras se catapultó al vacío, sintiendo el viento aullar en sus oídos, ahogando la maníaca risa de puro regocijo que brotaba de sus labios. la superficie se acercaba a velocidad acelerada, y el sacerdote se dejaba abrazar por la resistencia del aire, apurando antes de activar la ralentización de su paracaídas gravítico. Por el rabillo del ojo pudo captar los apuros del tecnosacerdote. La fe mal empleada era tan perjudicial como provechosa lo era la adecuada.

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10/09/2012, 17:55
Phi-Rho 87
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

7/2 = 3.5 ... el redondeo corre de tu cuenta